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"Reencuentro", un libro imprescindible
Por Fuente: enREDando.org - Saturday, Oct. 13, 2012 at 12:17 AM

Raquel Negro fue secuestrada el 2 de enero de 1978, embarazada de mellizos. En cautiverio dio a luz a una niña y un niño. A fines de 2011 la causa Hospital Militar pudo reconstruir el nacimiento de los mellizos, uno de ellos, Sabrina Gullino quien restituyó su identidad en el año 2008. Al melli, Sabrina y sus hermanos lo siguen buscando. “Reencuentro, crónica de la restitución de una identidad”, es un libro que habla de su historia y que además, se multiplica en la búsqueda de los casi 400 jóvenes que aún faltan encontrar. Es el libro que el periodista Alfredo Hoffman escribe con una prosa minuciosa y precisa, relatando las instancias fundamentales de lo que significó la restitución de identidad de Sabrina, la nieta N° 96. enREDando asistió a la presentación y dialogó con su autor.

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Publicado el: 29/09/2012

Por María Cruz Ciarniello.

Sabrina Gullino recuperó su identidad en el 2008. Hija de los militantes montoneros, Tulio Valenzuela y Raquel Negro, Sabrina recuperó una parte de su historia de vida que es también la historia de nuestro país. 


Conocer su verdad significó el reencuentro con sus dos hermanos varones, Sebastián Alvarez, hijo de Raquel y meses después, con Matías Espinosa, hijo de Tucho Valenzuela. Dos nuevas familias la abrazaban en distintas provincias del país. Santa Fe, Ramallo, lugar donde creció junto a sus padres adoptivos, y San Juan. La sangre de “la Sabra”, como la llaman sus amigos de toda la vida, se desparrama en diferentes lugares, momentos, vidas, orígenes. 

Con la restitución de su identidad, Sabrina inició otra búsqueda tan vital como la de conocerse a uno mismo. Raquel Negro dio a luz a mellizos, un niño y una niña, cuando se encontraba en cautiverio, en el Hospital Militar de Paraná. Hasta allí fue trasladada desde la Quinta de Funes, el centro clandestino de detención a la que fue llevada junto a Tucho Valenzuela y su hijito mayor, Sebastián, luego de que fueran secuestrados en la ciudad de Mar del Plata. Los mellizos transitaron por dos instituciones médica de Paraná: el Hospital Militar y el Instituto de Pediatría, lugar del que fueron dados de alta, el 27 de marzo de 1978. Esa medianoche, “bajo una lluvia torrencial, dos hombres de los servicios de inteligencia del Ejército abandonaron a una beba de tres semanas de vida en la puerta del Hogar del Huérfano de Rosario.” Sabrina supo quién era 30 años después y hoy, toda su energía y sus sueños se concentran en un solo camino: encontrar a su hermano mellizo. 

Su historia es narrada en un libro que cuenta “cómo la dictadura argentina separó a los militantes desaparecidos de sus hijos mellizos; de cómo los organismos de derechos humanos lograron quebrar tres décadas de silencio e impunidad; del reencuentro de Sabrina con su hermano Sebastián –primer hijo de Raquel- y con la verdad demostrada en los estrados judiciales.” Es un libro que habla, fundamentalmente, del Reecuentro. Y esas 224 páginas también se transforman en una insistente herramienta de búsqueda para recuperar a una de las 400 identidades robadas por la dictadura militar que aún faltan restituir, la del Melli. 

Mucho más que un libro 

La presentación de “Reencuentro, crónica de la restitución de una identidad”, escrito por el periodista de la ciudad de Paraná, Alfredo Hoffman, se realizó en el Auditorio de la Facultad de Humanidades a sala llena. Amigos, familia, militantes, hijos y hermanos se acercaron para acompañar y abrazar a Sabrina Gullino. El prólogo fue escrito por la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carloto quien expresó: "la historia de Sabrina, como la de todos nuestros nietos es valiente, dolorosa, pero siempre reparadora".  

El año pasado se desarrolló en la ciudad de Paraná el juicio oral por la Causa Hospital Militar de Paraná donde se juzgaron los delitos de apropiación y sustracción de la identidad de los mellizos. En este juicio fueron condenados Walter Pagano, Juan Daniel Amelong y Pascual Guerrieri y a través de los testimonios fundamentales que brindaron las enfermeras del Hospital Militar como del Instituto de Pediatría Privada se supo que el hermano mellizo nació con vida. Los detalles del proceso judicial, como así también, las instancias en las que Sabrina se reencuentra con su verdadera identidad son relatadas con simpleza y precisión, y mucha emoción, por Hoffman en su libro. Capítulos que dialogan entre sí trazando un minucioso recorrido entre lo que fue el nacimiento, la separación y el reencuentro como ejes vitales en la vida de Sabrina.

Silencio Hospital 

Durante la presentación del libro, el abogado de Hijos, Álvaro Baella se refirió puntualmente al desarrollo del juicio Hospital Militar, y destacó, por un lado, la valentía y la importancia de los testimonios de las enfermeras, a partir de los cuales se concluyó que el mellizo nació con vida y que fue dado de alta del IPP de Paraná el 27 de marzo de 1978. Por el otro, subrayó la complicidad de la corporación médica y del actual director del Instituto Privado de Paraná, quienes solo aportaron desmemoria y silencio cómplice. En uno de los pasajes del libro, su autor escribe: “(…) Durante el juicio, Torrealday sus socios Shoroeder y Vainstub iban a formar un concierto monocorde de justificativos y de alegada desmemoria, que llevarían a los magistrados a recriminar reticencia en la colaboración con la Justicia (…).  Sobre el final, retoma: “Todas estas contradicciones dejan grandes interrogantes abiertos: si Torrealday (entonces y ahora director del IPP) y los otros profesionales de la salud que pasaron por el juicio saben más de lo que dicen, ¿por qué callaron? ¿Se encubrieron corporativamente? ¿Sólo defendieron sus intereses profesionales y económicos y su prestigio social? ¿O hay algo más? ¿El terror mantiene intactos sus efectos? Si ese no fue el momento de hablar, ante un Tribunal, con todas las garantías de la ley, ¿no lo será nunca? Y además, si en vez de ser doctores reconocidos por la alta sociedad paranaense, hubieran sido ignotos ciudadanos, desprotegidos, desamparados, ¿la Justicia habría sido igual de contemplativa como lo ha sido hasta hoy?". 

Los interrogantes de Hoffman constituyen parte de otro capítulo en el proceso de Juicio y Castigo que se lleva adelante en Argentina y que todavía falta transitar: el juzgamiento de las complicidades civiles como otro de los engranajes fundamentales del esquema represivo de la última dictadura cívico - militar: médicos, jueces, medios de comunicación, empresarios y miembros de la Iglesia Católica. 

Un laburante de prensa comprometido con la Verdad 

“En primer lugar, con este libro intento aportar a la lucha por Verdad y Justicia y a la búsqueda de los chicos que no conocen su identidad. Ojalá el libro pueda circular y puedan conocer esta historia. Encontrarse con sus lazos de sangre implica una instancia reparadora y siempre es mejor conocer la verdad. Además, pienso que con los juicios se está logrando una reparación histórica y este libro también habla de un juicio”, señala Hoffman en diálogo con enREDando. 

Cuando presentó el libro, su autor confesó que la historia de Sabrina lo había conmovido profundamente. “Es el costado más macabro del Terrorismo de Estado que es el delito que se cometieron contra los niños recién nacidos, los más indefensos. Estos represores se ensañaron con estos chicos.” 

Alfredo, un periodista reconocido de la ciudad de Paraná se define a sí mismo como un “trabajador de prensa”. Fue el Mencho Germano –ya fallecido- quien le confió desde un principio, la intensa y comprometida tarea de escribir y narrar la historia de Sabrina y su hermano mellizo. Así lo hizo Hoffman, con una prosa minuciosa, limpia, precisa y emotiva. “Para mí es un sueño cumplido. Es la satisfacción de poder defender un proyecto autónomo y poder terminarlo y ver que la gente se interesa y se conmueve a través de este libro y esa es una satisfacción enorme”. 

Gracias… 

Un merecido homenaje y profundo agradecimiento lo tuvo Guillermo "el Mencho Germano", activo militante de Derechos Humanos y uno de los impulsores de la investigación que permitió iniciar la búsqueda y posterior reencuentro de la nieta N° 96, Sabrina Gullino. 

Fue Sabrina, con las lágrimas a punto de ganarle, quien a su vez, agradeció a sus hermanos de la vida, los Hijos, las Abuelas y sus viejos adoptivos a los que adora con el alma y quienes nunca dudaron en acompañarla en todo el proceso que implicó el reencuentro con su identidad. Para ella, el principal objetivo de todas y cada una de estas actividades es encontrar a su hermano, el Melli, al que sabe en algún lugar de este mundo.

¿En qué dimensión del universo cabe que  el melli sepa que tiene una hermana melliza y dos hermanos mayores y no lo vayan a buscar? El melli está vivo y no sabe quién es. Y ni siquiera se lo imagina. Cualquiera que haya nacido entre febrero y junio de 1978 puede ser el melli. Y si no lo somos porque solo uno puede serlo, quizá lo tengamos cerca, lo conozcamos. Todos somos responsables de ayudarlo a que se lo imagine. Porque lo queremos encontrar y él se muere de ganas de encontrarnos. Y eso es algo de lo que no se va a arrepentir jamás.” 

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