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'Reemplazar a Roca por valores vinculados a los pueblos originarios es lo mejor'
Por Fuente: Politica Tandil - Saturday, Nov. 03, 2012 at 8:23 PM

“Reemplazar a Roca por valores vinculados a los pueblos originarios es lo mejor que se podría hacer”

Así lo afirmó el reconocido historiador Daniel Campione, quien estuvo de paso por nuestra ciudad. Fue en el marco de la inauguración de la Sexta Cátedra Libre de Pensamiento Latinoamericano “Ernesto Che Guevara”, donde el foco de los debates estuvo en las soberanías, el anti-imperialismo y el proyecto popular.

No habrá podido acercarse el gran Osvaldo Bayer por Tandil, pero unos días antes, más precisamente el jueves 25, en el salón de usos múltiples de Apymet, estuvo Daniel Campione, otro historiador reconocido del ámbito. Su charla inauguró oficialmente la cátedra y estuvo centrada en el recorrido histórico del concepto e idea de soberanía.

Mientras, en el palacio municipal, se pasa cual bomba a punto de estallar el pedido trabajado y aprobado por el Concejo Deliberante Joven, para cambiar el nombre de la calle Roca por el de René Favaloro. Teniendo en cuenta que Campione también ha trabajado la cuestión de la figura del General Julio Argentino Roca, la crueldad en la historia argentina, la reivindicación de los pueblos originarios y el análisis de la historiografía y sus formas, Política Tandil aprovechó para entrevistarlo al respecto, cambiándole el eje al motivo de su estadía.

En diálogo con Política Tandil, ante la pregunta sobre la campaña en marcha, a nivel nacional, del cambio de la calle Roca y el por qué de la necesidad de ese cambio, Campione manifestó que “se podrían esgrimir múltiples razones, pero hay una fundamental: Roca es el padre fundador del Estado argentino, tal como lo conocemos. Así de fuerte. No hay que ‘consolarse’ pensando a Roca como un episodio pasajero o como un extremo en la política argentina. Roca es autor y coautor no sólo del exterminio indígena, sino de la afirmación de Buenos Aires como capital del país, de la creación del sistema monetario argentino, de la erección de lo que en esa época se llamó ‘los territorios nacionales’, para llevar la soberanía a todo el territorio. Roca, además, es uno de los padres fundadores del Ejército Argentino como tal; fue comandante en la Guerra del Paraguay, participó en la represión de las montoneras, en la época de Mitre y de Sarmiento, antes de llegar a ser Presidente de la Nación”.

Agregó que, “en otro orden de cosas, a partir de 1880, consolida el sistema del fraude electoral, que si bien ya existía, él lo termina de consolidar. Muchas de las grandes lacras de la sociedad argentina y del Estado argentino tienen parte de su origen en Roca. Lo más fuerte de todo: Roca es el actor fundamental en imponer no sólo la aniquilación de los pueblos originarios, sino la incorporación de sus tierras al dominio de la gran burguesía (ese era el objetivo en definitiva), constatado con el famoso caso de los Martínez de Hoz, para nombrar una de entre esas tantas familias que recibieron miles, y en algunos casos hasta un millón, de hectáreas, según los documentos. Además, sometió a los indios sobrevivientes a formas de servidumbre o semiesclavitud, incorporándolos como fuerza de trabajo al servicio de la ganancia capitalista”.

Campione remarcó que “quitarle a una calle el nombre de Roca, en el mismo sentido del desplazamiento de sus monumentos, significa romper, aunque sea en una pequeña medida, con el aura de este personaje fundamental en la formación de una Argentina dominada por minorías y gobernada por un Estado fundamentalmente represor. Roca, no en vano, fue quizás el gran héroe propuesto por la última dictadura cívico-militar. En el trascurso de la Dictadura, en 1979, se produjo el centenario de la llamada ‘Campaña del Desierto’, y la dictadura desplegó toda una serie de actividades, publicaciones e incluso series televisivas y documentales. El objetivo: glorificar ese momento, la ‘Campaña del Desierto’ que, desde la perspectiva de los sectores de la gran burguesía y de lo políticamente más reaccionario, está merecidamente en un lugar central en la formación de la nacionalidad argentina. Esto no es tan recordado en los relatos sobre la dictadura”.

El historiador señaló que “si queremos tener otra idea de la Nación argentina, otra idea del orden social en nuestro país, distinta y hasta antagónica de la predominante en la figura de Roca, es necesario que las calles no lleven su nombre. Pero es cierto que tiene un valor simbólico importante que ese cambio no sea cualquier cambio. En extremo, se podría dar la supresión del nombre de Roca y se colocara el nombre de algún otro General o Coronel de la Guerra del Paraguay o de alguna otra campaña nefasta. Me parece que reemplazar el nombre de Roca por valores o menciones vinculadas a los pueblos originarios es lo mejor que se podría hacer, porque ahí tiene un sentido de reivindicación y de justicia históricas muy claro”.

Campione hizo mención a la Campaña Chau Roca. “En Buenos Aires, se plantea, todavía sin éxito, reemplazar el nombre de la avenida Julio Argentino Roca por ‘Avenida De los Pueblos Originarios’. Es interesante y no es la única posibilidad. Osvaldo Bayer propone, por ejemplo, desde hace muchos años, reemplazar el nombre del Coronel Federico Rauch, con un partido en la provincia de Buenos Aires, por el de Arbolito, un jefe indígena. Muy similar al cambio que se propone de lo relativo a Ramón Falcón por Simón Radowitzky. Se podría tomar ese criterio: reemplazar el nombre de Roca por el de algún cacique o dirigente indígena de la región correspondiente.”

Por último, Campione reflexionó: “Esto es molesto para muchos sectores, y está bien que sea molesto. No está mal tratar de molestar con estas cuestiones, porque cambiar por algo diametralmente opuesto, por algo con un sentido y una simbología totalmente diferente, aunque sea en los nombres, no deja de ser importante. Implica dar señales de una voluntad de cambio profundo, no de algo atenuado. No es sacar el nombre de Roca para poner el nombre de algún otro político o figura pública más o menos consagrada o unánime. No. Sigamos cuestionando a través del nuevo nombre que se propone. No es sólo quitar el nombre anterior, sino que se trata de seguir luchando para que la nueva denominación sea en sí misma cuestionadora, sea un reclamo de justicia política, social, diferente al que imperó hasta este momento”, concluyó.

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