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María Seoane ratificó que archivos del Batallón 601 parecen estar en manos privadas
Por Fuente:Telam - Saturday, Nov. 10, 2012 at 12:54 PM

10 de noviembre de 2012 | Ex jefe de la SIDE, "Tata" Yofre, y otros periodistas habrían querido venderlos

María Seoane ratific...
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Enigma. No menor lo es el del paradero de los archivos de la inteligencia militar dictatorial.

El ex jefe de la Secretaria de Inteligencia del Estado (SIDE), periodista y escritor Juan Bautista Yofre aparece asociado al capitán (R) Héctor Pedro Vergez en un intento de mercar con los archivos secretos del desmantelado Batallón 601 de Inteligencia del Ejército en el testimonio de la periodista y escritora María Seoane. Es un asunto que tiene su miga puesto que Yofre ha publicado entre 2006 y 2011 cinco libros que parecen basados en dichos archivos. La directora de Radio Nacional declaró como testigo en el juicio que se le sigue a Vergez en los tribunales federales de la Capital Federal por crímenes de lesa humanidad cometidos en el área del Primer Cuerpo de Ejército.

María Seoane fue convocada a declarar por ser la autora del libro El enigma Perrota, que procura desentrañar las razones por las que el aristocrático dueño y director del diario “El Cronista” (antes y después, “El Cronista Comercial)” se convirtió en informante del Partido Revolucionario de los Trabajadores- Ejército Revolucionario del Pueblo, lo que le costó la vida. Perrota fue secuestrado el 13 de junio de 1977 y permanece desaparecido. Todo indica que su interrogador fue el acusado Vergez, alojado en la cárcel de máxima seguridad de Marcos Paz.

María Seoane dirigía “Zona”, suplemento dominical de Clarín, cuando en junio de 1997, al cumplirse 20 años de la desaparición de Perrota, publicó una nota que fue anunciada en la tapa del matutino.

Atrapada por la historia de Perrota, que se integró al PRT-ERP a la par que jugaba al golf con el ministro José Martínez de Hoz y visitaba al almirante Emilio Massera, Seoane terminó publicando el año pasado El enigma Perrota (Sudamericana).

Aunque ya se refirió ampliamente a las circunstancias que motivaron la génesis del libro y su sostenido interés en Perrota durante casi década y media, Seoane declaró el pasado viernes 2 en los tribunales federales porteños de la avenida Comodoro Py, ocasión en la que manifestó que en 1991, un año y medio despues de haber sido remplazado en la SIDE por el abogado Hugo Anzorreguy, “Yofre seguía ligado a la SIDE, a grupos espías del Estado; que Vergez seguía colaborando con ellos y tenía una estrecha relación con Yofre y que entre los dos habrían tenido a su cargo hacerse de documentos del Estado para utilizar en distintos destinos, los cuales no me constan: a mi sólo me llegó el documento de Perrota a través de Ricardo Krischbaum.”

A continuación, algunos de los principales dichos de la escritora y actual directora de Radio Nacional: “Quiero aclarar que todos los testimonios inclusive las reconstrucciones que hice en el libro las hice en mi carácter de periodista, y que no he visto ni conocido a las personas de las que hablo en el libro. Ni a Perrota, ni a (Javier) Coccoz, ni a (Héctor Pedro) Vergez, ni a (Juan Carlos) Casariego del Bel ni a (Julio) Gallego Soto”, puntualizó en referencia a cuatro personas detenidas-desaparecidas en junio y julio de 1977, caso al que ya nos hemos referido abundantemente en estas páginas.

“Había escrito una investigación, Todo o nada, la biografía de (Roberto Mario) Santucho, en la cual había tratado de interpretar por qué una parte de la generación política de la década de los 70 había utilizado la violencia como método de acción política. Esa era mi preocupación central allá por 1991 cuando salió el libro de Santucho. Años después, de casualidad, trabajando en el diario Clarín, me informaron que había unos documentos, supuestamente de un servicio de inteligencia, un interrogatorio a Perrota”, explicó Seoane.

“La investigación me llevó a hablar con varias fuentes sobre la estructura de la organización guerrillera de inteligencia. Y lo que me informaron y yo cuento en el libro es que la estructura de inteligencia guerrillera se dividía en tres áreas: una operativa, otra de información y análisis y la tercera , llamada de penetración. Y que de una de esas áreas, la persona responsable era Javier Cocoz, más conocido como Teniente Pancho”, continuó.

“Yo era jefa del suplemento Zona (del diario Clarín) y Ricardo Kirschbaum, que era mi jefe, viene y me dice que tenemos estos documentos que supuestamente vienen del Batallón 601 de Inteligencia y que son el interrogatorio de Rafael Perrota. En ese momento había un programa de Mauro Viale que se llamaba “Fenómeno” e iba por América, programa que iba a reproducir ese supuesto interrogatorio a Perrota”, siguió diciendo María Seoane.

La escritora agregó que “Fabián Domán le acercó esos papeles a Kirschbaum porque como yo había escrito Todo o nada, suponía que podía decodificar el por qué de las preguntas que le hacían a Perrota.”

“El arreglo del diario con el programa de TV fue sacar la investigación reservándose el derecho de criticar al programa de Mauro Viale si lo consideraban amarillista. La verdad es que Krischbaum y (Roberto) Guareschi (entonces jefe de redacción de Clarín) tenían un interés genuino en investigar, entre otras cosas porque Guareschi había sido compañero de trabajo de Perrota en El Cronista Comercial”, recordó.

“Cuando me puse a trabajar en el texto la sensación que tuve es que se trataba del testimonio de un hombre en una situación de terror. Aún hoy recuerdo lo impresionante que me resultó”, destacó.

Más adelante en su declaración, Seoane se refirió al posible vínculo entre los archivos del Batallón 601 de inteligencia del Ejército y Yofre, quien posiblemente se haya servido de ellos para escribir sus libros Fuimos todos (2006), Nadie fue (2007), Volver a matar (2009), El escarmiento (2010) y 1982 (2011).

“Aparentemente todo el archivo del Batallón 601 estaba siendo rematado por alguien que se lo había apropiado. En los pasillos del diario se decía que estaba en venta y que pedían medio millón de dólares, pero Kirschbaum nunca me lo ratificó. Fabián Domán estaba muy en contacto con El Tata Yofre, cuyo nombre apareció asociado a todo eso”, dijo.

Recordó Seoane que en 1991, cuando la editorial Planeta publicó su Todo o nada, Yofre la invitó a tomar un café en la esquina del Círculo Militar y le propuso escribir sobre la inteligencia guerrillera. Yofre había sido jefe de la SIDE a comienzos del gobierno de Carlos Menem, en los años 1989 y 1990, y el encuentro se produjo aproximadamente un año y medio después de su salida de la SIDE. Y en aquel encuentro le dijo que había mucho material, y que él tenía acceso a todo.

El “Caso Redondo”
En su último libro, Seoane sostiene que Perrota era uno de los tres mejores informantes del PRT-ERP. Sus secuestradores, especificó ante el tribunal, englobaban su secuestro dentro de un “Caso Redondo”, circular, que comprendía el secuestro de un grupo de informantes del ERP que habrían tenido como jefe a Coccoz, grupo que para ellos comprendía tanto a Perrota, como a Casariego del Bel y Gallego Soto, cuyas desapariciones fueron contemporáneas a la de Perrota.

Según pudo averiguar, dijo más tarde, había dentro de la guarnición de Campo de Mayo un lugar de acceso absolutamente restringido al que se llevó a los secuestrados que estaban vinculados al aparato de inteligencia del PRT-ERP, y que no hay testigos de su estadía allí.

Recordó que en 1995 salió a la venta el libro Yo fui Vargas, en el que Vergez se refirió a su papel en “la lucha antisubversiva”, dónde reivindica haber sido el interrogador del desaparecido Coccoz y haber hecho con él un pacto para sacar del país a su esposa, Cristina Zamponi, y a su pequeño hijo, Raúl.

Como en la página 362 de El enigma Perrota Seoane escribió: “Algo más. Algo importante. Los documentos del interrogatorio a Perrota que una tarde de junio del ’97 se mostraron en el programa ‘Fenómeno’, conducido por Mauro Viale, se cree que pertenecían a Vergez que aún colaboraba con la SIDE menemista a cargo del periodista ‘Tata’ Yofre”, la fiscal le preguntó de dónde obtuvo esa información.

A lo que Seoane respondió que aunque no pudo verificar que Vergez tuviera un cargo formal en la SIDE cuando Yofre estaba al frente de la misma, todavía un año y medio después cuando se encontró con él en la esquina del Círculo Militar se decía tanto dentro de Clarín como en corrillos periodísticos “que Yofre seguía ligado a la SIDE, a grupos espías del Estado, que Vergez seguía colaborando con ellos y tenía una estrecha relación con Yofre y que entre los dos habrían tenido a su cargo hacerse de documentos del Estado para utilizar en distintos destinos.

Destinos los cuales no me constan: a mí sólo me llegó el documento de Perrota a través de Ricardo Kirschbaum”. Seoane, autora y coautora también –entre otros libros- de La noche de los lápices, El burgués maldito (una biografía de José Ber Gelbard) y El dictador (de Jorge Rafael Videla) dijo que aunque no hubo modo de verificarlo, ni a ella ni a Kirschbaum les quedaron dudas de que el interrogatorio a Perrota era un documento de un servicio de inteligencia estatal.

Entre otras razones, porque no era concebible que se pudiera inventar de la nada lo que había en esas páginas. Ni Gabriel García Márquez hubiera podido hacerlo porque se trataba de preguntas concretas y precisas y de respuestas de un hombre seguramente torturado y que sabía perfectamente que su vida ya no valía nada, explicó.

En esos documentos aparecían sucesivamente las desapariciones de Casariego del Bel y de Gallego Soto, que se produjeron en junio y julio de 1977 al igual que la Perrota, las tres ligadas directamente a la anterior desaparición de Coccoz. María Seoane declaró el pasado viernes 2 y ningún medio se hizo eco de sus dichos. Antes, por teleconferencia, había declarado desde Berna, Suiza, Silvia Mercedes Hodgers, ex militante del área de Inteligencia del PRT- ERP. Hodgers había estado presa en Rawson en 1973 con la esposa de Coccoz, Cristina Zamponi (querellante en la causa), de quien es muy amiga.

Hodgers explicó que Zamponi le salvó la vida al advertirle por teléfono que no se acercara a su casa, que estaba secuestrada en ella por los militares. Después declaró Guillermo Walter Klein, que como ex secretario de Programación y Coordinación Económica de la dictadura fue el segundo de Martínez de Hoz.

De impecable traje gris. Se defendió de las acusaciones de la hija y la ya fallecida esposa de Casariego del Bel acerca de que, la noche en que éste fue secuestrado, habría acudido a una reunión en su casa.

Klein declaró por espacio de dos horas y por lo poco que Télam pudo averiguar, aceoptó haber sido quien designó a Casariego del Bel en el departamento de inversiones extranjeras, dónde debía aprobar la fraudulenta estatización de la Compañía Italo-argentina de Electricidad, impulsada por Martínez de Hoz. Tampoco la declaración de Klein atrajo la curiosidad de los medios.

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