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¿Por qué nos importa el Presupuesto 2013?
Por reenvío anred - Friday, Nov. 16, 2012 at 9:39 AM

Congreso Nacional - Votación de la Ley de Presupuesto Nacional Cada septiembre comienza en el Congreso de la Nación el debate de la Ley de Presupuesto para el año siguiente. Las tapas de los diarios cuestionan las previsiones de crecimiento, avalan las prioridades de gasto, y en general nos muestran a políticos/as que atacan y defienden los números que figuran en el Presupuesto dependiendo del partido al que pertenezcan. Ahora bien, como trabajadores/as, ¿para qué nos sirve el Presupuesto? (Por Martín Kalos para ANRed)

Por RedAcción - LP

El Presupuesto es el resultado, plasmado en papel, del proceso de planificación que lleva a cabo cada año el Gobierno. En esa planificación prevé, ante todo, cuántos recursos tendrá disponibles. En segundo lugar cómo asignará esos recursos a algún gasto (o eventualmente a ahorro). Aquí radica su relevancia para nosotros/as, en la medida en que los asigne a gastos que nos benefician como trabajadores/as. Sin ir más lejos, el gasto público tiene un rol destacado en la economía, por ejemplo impulsando la oferta productiva (a través de la inversión pública) y la demanda agregada (a través de políticas de ingreso e inclusión, como la mayor cobertura del sistema previsional o la Asignación Universal por Hijo).

¿Cuáles son los principales lineamientos del gasto público previsto para 2013 por la Administración Pública Nacional?

Para 2013 se estima que se gastarán $ 628.629 millones, un incremento del 16% respecto de 2012. Un primer punto de comparación es qué representa esto contra la inflación: si se gasta un 16% más, pero la inflación ronda el 23% (de acuerdo a las estimaciones de los Institutos Provinciales de Estadística), significa que de hecho el Estado Nacional podrá comprar un 7% menos de bienes, servicios y horas de trabajo. Esto implica entonces una reducción real del gasto. Cuando a lo largo de este análisis se diga que un determinado rubro del gasto aumentó menos que el 23% (que será lo más habitual, dado que en promedio los gastos se elevan un 16%) significará que el Estado podrá comprar menos que el año pasado para ese rubro. La inflación “admitida” por el Gobierno en el Presupuesto 2013 es de apenas un 11% - claramente menor a la que verificamos día a día cuando efectuamos nuestras compras habituales -.

Gasto social

Empecemos por el principal rubro del gasto: la Seguridad Social, que acapara en 2013 el 44,8% del gasto total. Se pagarán en 2013 casi 6 millones de jubilaciones y 1,3 millones de pensiones no contributivas. La jubilación mínima hoy es de $ 1.880, 31% mejor que hace un año: esta mejora implica una mayor equidad entre los trabajadores que cobran haberes previsionales (que son el 94% de las personas mayores de 65 años). La Seguridad Social también incluye el gasto para la Asignación Universal por Hijo, que beneficiará en 2013 a 3,6 millones de niños/as en 380.000 familias que no tienen acceso al mercado formal de trabajo. Esto se suma a las 220.000 Asignaciones por Embarazo, a los 3,8 millones de niños/as que cobran la Asignación Familiar por Hijo (ya que sus padres sí tienen un empleo formal) y a otras 4,5 millones de otras Asignaciones Familiares (por Nacimiento, Ayuda Escolar Anual, Cónyuge, Maternidad, etc). También se incluye en este rubro el Programa de Ingreso Social con Trabajo “Argentina Trabaja” que aumentaría la cantidad de beneficiarios en un 40% en 2013. Este programa brinda seguridad social, cobertura de salud y un ingreso mensual de $1.200 (al cual se añadieron, a partir de 2012, $300 por productividad y $250 por concurrencia a las actividades del programa).

El logro de un ingreso básico universal para la niñez (para que su calidad de vida y desarrollo no dependa de si sus padres pueden trabajar o no) constituye un paso fundamental a la hora de hablar de distribución de la riqueza y de igualdad de oportunidades. Así se desvincula la posibilidad de tener un ingreso (en este caso, específicamente para el cuidado de los/as hijos/as) respecto del acceso al mercado de trabajo. En una economía liberal, esta última es la única forma de acceder al dinero para el grueso de la población, que no puede vivir de ganancias o rentas. Pero a la vez este tipo de políticas es necesaria justamente por la imposibilidad (inherente al desarrollo del sistema capitalista) de brindar empleo a todos/as los/as trabajadores/as. Es una transferencia de recursos que busca garantizar cierta contención social a los sectores más vulnerables, legitimando así el funcionamiento del sistema en su conjunto.

Por su parte, el gasto en educación se incrementa un 19% interanual en 2013; mientras que los estipendios en la función de ciencia y técnica se elevan apenas un 12%. Se sigue cumpliendo la meta del 6% del PBI (establecida por Ley) para estos rubros y representa casi el 8% de los gastos presupuestados, con una porción relevante destinada al programa ConectarIgualdad.com.ar. La función Salud abarcará el 4% del total de gastos en 2013, siendo uno de los rubros que más crece (30%) respecto de 2012.

Subsidios a empresas privadas

¿Qué ocurre con las transferencias directas de dinero, del Estado a las empresas privadas? En 2013 se reducen un 11%: la principal razón es que caen los subsidios destinados a mantener las actuales tarifas eléctricas (a través de la compra de fuel oil y gas oil para abastecer a las centrales térmicas, y de la importación de energía eléctrica). También se destaca la eliminación de la partida presupuestaria para subsidiar la tarifa del subte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en medio de la disputa política con el Jefe de Gobierno de esa ciudad por su traspaso. Estas dos reducciones de transferencias podrían repercutir en alzas en las tarifas eléctricas y el pasaje del subte, encareciendo el costo de vida de los/as trabajadores/as.

(Este artículo continúa en la Parte II, donde se analizan los impuestos que cobra el Estado Nacional y el resultado de sus políticas sociales en el largo plazo.)

  Por Martín Kalos (Economista. Militante de COB-La Brecha. twitter @martinkalos)

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¿Por qué nos importa el Presupuesto 2013? (parte II)
Por reenvío anred - Friday, Nov. 16, 2012 at 9:41 AM

En la primera parte de esta nota comenzamos a analizar algunos de los principales gastos previstos en el Presupuesto 2013 que nos afectan como trabajadores/as. En definitiva, el Presupuesto importa por cuanto resume todas las políticas que el Gobierno Nacional se propone realizar durante el año y sus expectativas para el comportamiento de la economía. Por Martín Kalos para ANRed


Por ANRed - A (redaccion@anred.org)

En particular resaltamos la importancia que tiene el gasto social (Seguridad Social, Educación, Salud, etc.) como red de contención para los sectores más vulnerables de la población argentina; y cómo las reducciones de subsidios a energía y transporte pueden encarecer nuestra vida. Como trabajadores/as, el Estado puede beneficiarnos ya sea promoviendo un crecimiento económico que efectivamente brinde empleo, mejore la distribución del ingreso y el poder adquisitivo de nuestro salario; o con subsidios que moderen (al menos en parte) las situaciones más críticas, para así contener posibles conflictos sociales y garantizar el desarrollo “normal” del sistema económico.

Ingresos y resultados de la Administración Nacional

Los ingresos de la Administración Pública Nacional se incrementarían en 2013 un 24% interanual, mayor que el alza del 16% del gasto. Esto permitirá un equilibrio financiero: es decir, se llegará a un nivel de gastos compatible con el nivel actual de ingresos. Esto permite que el Estado preserve recursos para intervenir en momentos de crisis (como se hizo en 2009 y 2011). En 2012, en cambio, hubo un déficit financiero (del 1,6% del PBI): es decir que el Gobierno utilizó ahorros de años previos o se endeudó, para gastar más que los ingresos que tuvo. El objetivo detrás de esta política era justamente reactivar la economía en un año golpeado por la crisis internacional y por problemas en la economía nacional.

¿De dónde obtiene sus recursos el Estado Nacional? Su principal fuente es la recaudación tributaria, que crecería un 23% en 2013. El mayor incremento se daría en la recaudación por Comercio Exterior (28% de suba) que afecta a los exportadores e importadores – es decir, a empresarios con tasas de ganancia por lo general elevadas, aunque con poder para trasladar esos impuestos y compensar sus menores ganancias con menores salarios a sus trabajadores/as –. Estos impuestos representarán el 12,3% de la recaudación total en 2013.

Lo recolectado por el Impuesto a las Ganancias equivale al 20% del total recaudado por impuestos; afecta las ganancias de las empresas y al 20% de la población que mayores ingresos tiene. Si bien es cierto que los/as trabajadores/as que pagan Ganancias son los de mayores ingresos y por tanto es “progresivo” que paguen el impuesto, es conceptualmente erróneo tratar al salario de un/a trabajador/a como si fuera una ganancia. Quien percibe una remuneración por el esfuerzo que realiza día a día en su puesto de trabajo no es lo mismo que quien obtiene una renta o una ganancia por poseer un medio de producción, sin necesidad de trabajar.

El IVA continúa siendo el impuesto que más recauda (28% del total) y es un impuesto regresivo: afecta en mayor proporción a quienes menos ingresos tienen. En general el sistema impositivo argentino continúa siendo regresivo (pese a haber mejorado en los últimos años), en especial por la alta incidencia de un impuesto al consumo como es el IVA.

Políticas sociales en el largo plazo

En la última década, la tasa de desempleo se redujo gradualmente. Hoy afecta al 7,2% de la población económicamente activa, aunque en 2012 la creación de empleo se frenó por la desaceleración de la actividad industrial. Buena parte del empleo continúa siendo precario: abundan fenómenos que perjudican a los/as trabajadores como el trabajo no registrado (“en negro”), los contratos temporales, el abuso de un sistema de pasantías que incumple sus objetivos declarados, y la tercerización. El salario real se mantuvo desde fines de 2006 estable, en un nivel similar al que poseía antes de la devaluación en 2002. Sin embargo, en lo que va de 2012 los salarios reales acumulan una suba moderada, del 4% interanual.

Por otra parte, si bien la pobreza y la indigencia han descendido respecto de los picos extremos que había alcanzado durante la crisis de 1998-2002, continúan afectando a una gran parte de la población argentina; a fines de 2011 un 6,5% de los hogares estaba por debajo de la línea de pobreza y un 1,8% vivía en la indigencia, de acuerdo al INDEC. Es imposible saber cuál es la cifra real de pobreza e indigencia, utilizando canastas actualizadas por la verdadera variación de precios; pero incluso estas tasas (de 6,5% de pobreza y 1,8% de indigencia) son demasiado elevadas en términos históricos y desde un punto de vista ético.

En el mensaje que acompaña al Presupuesto, el Gobierno señala sus objetivos de largo plazo para algunas de estas variables. Su Plan Estratégico Industrial “prevé alcanzar en el año 2020 exportaciones por 167.000 millones de dólares e importaciones por 139.000 millones de dólares, como así también reducir la tasa de desempleo al 5%, con la creación de 1.500.000 puestos de trabajo, y llegar a un nivel de inversión del 28% sobre el Producto Bruto Interno (PBI)”. En estas previsiones el Gobierno está considerando que podrá sortear cualquier crisis que pueda surgir (la historia muestra que cíclicamente tenemos crisis por escasez de divisas), manteniendo a raya las importaciones (que tienden a crecer más rápido que el resto de la economía); pero también que no podrá disminuir el desempleo por debajo del 5% pese a años de crecimiento - cifra que aún es alta en términos históricos y de la cantidad de personas que no estarían pudiendo acceder a un trabajo -. La distribución del ingreso, el nivel de salario real y la tasa de desempleo (que han mejorado notablemente desde la situación gravísima en que se encontraban en 2001) son variables relevantes para determinar si el crecimiento económico se traducirá o no en una mejora en la calidad de vida de los/as trabajadores/as.

Por Martín Kalos (Economista. Militante de COB-La Brecha. twitter @martinkalos)

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