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Historia de Bolivia: Mesa de 3 patas
Por Edgar Ramos Andrade - Thursday, Nov. 29, 2012 at 4:14 PM
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El relato de la historia de Bolivia es parte de esa nociva práctica académica –ortodoxa, convencional, tradicional y decadente– que abunda en detalles sobre personajes, hechos y lugares vinculados con la clase social media que mira (siempre) hacia arriba pero no (o casi nunca) hacia abajo.

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…Solo Periodismo de Investigación. Boletín “Más Claro… agua” Nº 75. Jueves 22-Noviembre-2012
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Historia de Bolivia, Mesa de tres patas

Por Edgar Ramos Andrade (*) 3.700 c.c.

1. El relato de la historia de Bolivia es parte de esa nociva práctica académica –ortodoxa, convencional, tradicional y decadente– que abunda en detalles sobre personajes, hechos y lugares vinculados con la clase social media que mira (siempre) hacia arriba pero no (o casi nunca) hacia abajo.

2. Ejemplo de ese difundido convencionalismo académico es la familia Mesa Gisberth (José, Teresa, Carlos) y su opulento libro “Historia de Bolivia” (Ed. Gisberth. La Paz 2003) que contiene varias omisiones, de actores históricos y de autores como fuente imprescindible de información.

3. Una primera omisión es Kumbay, aquel célebre guerrero chiriguano que en 1813 aportó a la Guerra de la Independencia, tanto con los esposos Manuel y Juana Azurduy de Padilla cuanto con el general argentino Manuel Belgrano, comandante del 2do Ejército Auxiliar Argentino en Bolivia.

4. El libro “Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina” de Bartolomé Mitre (Ed. Juventud Argentina Bs.As. 1889) que no figura en la bibliografía utilizada por los Mesa relata, por ejemplo el histórico encuentro de Kumbay con Belgrano, en Potosí en 1813 donde se decidió el sistemático aporte de miles de flecheros chiriguanos a la Guerra de la Independencia.

5. Una segunda (y grave) omisión es Apiaguaiqui Tumpa, chamán y guerrero, líder chiriguano-guaraní, histórico protagonista de la Masacre de Kuruyuky (en Macharetí, Chaco de Chuquisaca, 28 enero 1892). Tumpa fue capturado en febrero de 1982 por hacendados y terratenientes, aliados de los militares bolivianos, atravesado su cuerpo (en vida) por un palo y luego colgado de un sauce en la plaza de Monteagudo.

6. Estos detalles están relatados en el libro “Apiaguaiqui Tumpa. Biografía del pueblo chiriguano y de su último caudillo” de Hernando Sanabria (Ed Los Amigos del Libro. La Paz 1972) que (claro) tampoco figura en la bibliografía del florido cuanto superfluo libro del ex Presidente y sus papás. Con abundante documentación, Sanabria detalla la situación del pueblo guaraní en nuestra historia, desde sus orígenes hasta la masacre de 1982.

7. Una tercera omisión (entre tantas, pero no menos importante) son algunos personajes de las artes. Ejemplo: “Los Montoneros de Méndez” el épico grupo musical tarijeño creado en 1967 y que aún hoy graba discos. Canciones como “Tantas idas y venidas” o “Dale duro” eran cantadas (y bailadas) en fiestas o en guitarreadas universitarias.

8. Probablemente, los Mesa nunca bailaron una cueca, un kaluyo nortepotosino, peor una chacarera de nuestro Chaco o una chovena del Beni; o tal vez porque Nilo Soruco era comunista, “Los Montoneros de Méndez” y sus integrantes (Hugo Monzón, Luís Aldana, Ciscar Galo, Nilo Soruco, Norma Gálvez y Vicente “Sapo” Mealla) no merecen mayor mención en la parcial historia de Bolivia relatada (como trabajo de gabinete) por los Mesa. Ni hablar de otras omisiones: Alfredo Domínguez, Los Jairas, Ruphay, Jesús “Jechu” Durán, Savia Nueva, Jaime Junaro…

9. Por lo antedicho, el libro de los Mesa es: a) Una visión occidental (geográfica e ideológica) del país porque omite (¿deliberadamente?) el protagonismo histórico de la amazonía y chaco bolivianos bolivianos; b) Un cimentado (pero decadente) “colonialismo intelectual” sembrado por años de años por esos académicos ortodoxos y convencionales, muy amigos de los Mesa.

10. Además, c) Una mezquindad y deuda con el país al invisibilizar (ocultar) a “los otros” protagonistas de nuestra historia: Indios, trabajadores, mujeres e intelectuales no convencionales; d) Esa actitud historiográfica, mezquina con la mayoría social boliviana, contrasta con el derrochado relato de las aventuras y desventuras de las élites políticas y económicas que gobernaron Bolivia entre 1825 y 2005. Algo habrá que hacer.
Continuará
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(*) Edgar Ramos Andrade. Comunicador, investigador social e historiador graduado de la UNLP-Argentina. Es autor de los libros “aGONIa y Rebelión Social” (LP 2004); “Inclusión y Dignidad Indígena” (EA 2005); “Tahuamanu. Racismo y masacre en la Amazonía” (LP 2009) y “Nuestra Historia Clandestina” (en edición), entre otros. Tel. (00591) 77 22 07 36 chaco.amazonia@gmail.com

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