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El caso Miguel Bru
Por Indymedia La Plata - Friday, Nov. 30, 2012 at 5:56 PM
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Especial 10 años de la Asociación Miguel Bru

El caso Miguel Bru


Hacia 1993, Miguel Bru estudiaba periodismo y vivía con amigos en una casa ocupada en calle 69 entre 1 y 115, donde ensayaban con su banda punk-rock, “Chempes 69”. En la noche del 13 de abril de de aquel año, la policía realizó un allanamiento ilegal en la casa, entrando al grito de “¡dónde está la merca!” y con una denuncia anónima por ruidos molestos. Días después, Miguel Bru se dirigió solo a la Comisaría 9°, a cuyo cargo había estado el operativo. Allí radicó una denuncia contra la misma policía, que habría quedado registrada bajo la carátula “Miguel Bru contra la Comisaría 9°”.

 

Miguel vivía con sus amigos en 1 y 69

A partir de la denuncia de Miguel, la situación en la casa se volvió tensa. Un mes después sufrieron otro violento allanamiento por un supuesto robo a un kiosco y se hicieron insistentes los hostigamientos de la policía que empezaron a provocar nervios en los jóvenes. El 16 de agosto, Miguel visitó a su madre. Ella lo notó preocupado, y él le dijo que pensaban mudarse porque la policía iba demasiado seguido. Aquella fue la última vez que Rosa lo vio. Al día siguiente Miguel debía ir a cuidar una casa. Su familia y amigos no lo volvieron a ver.

En las orillas del Río de La Plata, cerca de la casa que Miguel debía cuidar, sus amigos encontraron su bicicleta y ropa bien acomodada. Durante los primeros días las hipótesis que surgían era que se había ido, a la semana que algo le había pasado. Sin embargo, en un principio no surgió la idea de que la policía podía llegar a estar involucrada. Al contrario, Rosa deambulaba por las Comisarías, donde se negaban a tomarle la denuncia y le daban falsas indicaciones.


Quienes empezaron a sospechar sobre lo sucedido, fueron los compañeros de estudio de Miguel de la Escuela de Periodismo y Comunicación Social
. Le dijeron a Rosa que sospechaban de la policía, y así se fue conformando la Comisión de Familiares, Amigos y Compañeros de Miguel. Empezaron a realizarse las primeras movilizaciones con miles de personas, impulsadas por el conocimiento periodístico de los compañeros de Miguel que lucharon para mantenerlo presente en los medios.

La causa

La investigación por la desaparición recayó en el juzgado de Amilcar Vara, quien no se cansaba de repetir “sin cuerpo no hay delito”.
Durante años trabó la investigación y se negó a tomar los testimonios de los amigos contra la policía. Dos años después, en 1995, Vara fue apartado, pero no sólo por el encubrimiento perpetrado en el caso de Miguel, sino en más de 25 causas donde la policía era investigada. Entre ellos se encontraba el caso de Andrés Núñez, albañil secuestrado, asesinado y desaparecido por la Brigada de Investigaciones de La Plata. La situación se hizo insostenible para Vara cuando se filtró que en un asado en la Comisaría 5° pidió a los uniformados que mataran a la jueza Tempera, que había reunido información sobre sus vínculos con la policía.

Los ex policías Justo López y Walter Abrigo en el juicio

Mientras Rosa se daba cuenta del entramado que involucraba a la Justicia y la policía, siguió la investigación por su cuenta. Por una mujer se enteró que Miguel había estado detenido en la Comisaría 9°. “Ahora puedo hablar porque a mi hermano ya lo mataronle dijo. Se trataba de la hermana de Horacio Suazo, quien estaba detenido aquella noche del 17 de agosto en la Comisaría 9° y vió como le pegaban a Miguel. “Qué le hicieron a ese pibele gritó a los policías y amenazó con denunciarlos. Dándose cuenta del testigo, los uniformados empezaron a amenazarlo. Por temor, Suazo le contó a su hermana lo que había visto. Poco después de 17 de agosto, tras ser liberado, Horacio fue asesinado en un operativo con pruebas armadas. Similar muerte tuvo Mauro Martínez, también testigo de la causa.Fue asesinado el 21 de junio de 2002 en un supuesto enfrentamiento con la Policía.

En aquel entonces, el Juez Szelagowski tomó la causa, y con el tiempo Rosa depositó su confianza en él. Con las declaraciones de más detenidos se comprobó que entre las 11 y 12 de la noche Miguel fue ingresado a la Comisaría 9°. A través de las ventanas de sus celdas pudieron ver como era torturado hasta la muerte colocándole una bolsa de nylon en la cabeza y golpeándolo en el estómago. A partir de los testimonios, se realizó una pericia caligráfica sobre el libro de guardia de la seccional, donde se pudo comprobar que allí se había escrito el nombre de “Miguel Bru”, y luego borrado.
En 1995 se dictó la prisión preventiva al sargento Justo López, y en 1996 se ordenó la detención del subcomisario Walter Abrigo, el Comisario Juan Domingo Ojeda, y los efectivos Jorge Gorosito y Ramón Cerecetto.

El juicio

Durante el juicio declararon 160 testigos. Entre ellos se encontraron los que aquella noche habían estado detenidos. Con temor y valentía relataron lo que había sucedido aquel 17 de agosto de 1993 en los calabozos de la Comisaría 9°. Uno de ellos,Martínez, se rió en la audiencia cuando le preguntaron si eran comunes las torturas en la novena. “La sala de radio; le decíamos así porque ponían la radio fuerte para tapar los gritosrecordó al señalar donde habían llevado a Miguel. También contó que lo tiraron en la celda, donde con un compañero del calabozo se dieron cuenta que estaba inconsciente e intentaron mojarlo y acostarlo en una cama. “Después se lo llevaron y no lo volvimos a versostuvo en el juicio oral.

El caso de Miguel se convirtió en un caso paradigmático sobre el accionar de la Policía de la Provincia de Buenos Aires

Un artículo del diario Página 12 del 18 de mayo de 1999 recuerda el día de la condena. El artículo de Horacio Cechi y Eduardo Videla señala que “en la calle, el clima había sido más tenso. Decenas de personas se quedaron sin entrar. Hubo empujones y la Infantería dispersó a los golpes a algunos estudiantes. En la calle hubo una multitudinaria vigilia: más de 200 personas soportaron el frío y siguieron con atención la lectura de la sentencia. El mismo artículo señala que la lectura prevista para las 18:00hs se inició recién a las 21:45, cuando los jueces Eduardo Hortel, Luis Pedro Soria, y María Clelia Rosentock entraron a la sala.

Dentro de los tribunales los policías escuchaban el veredicto de la Justicia. Juan Domingo Ojeda, entonces Comisario de la 9°, quien en el juicio llegó a afirmar “los presos pedían venir a la 9, fue condenado a 2 años de prisión por "torturas posibilitada por negligencia. Walter Abrigo, jefe del Servicio de Calle, intervino junto a Justo López en los allanamientos, y junto a él fue condenado por torturas seguidas de muerte a cadena perpetua. Ramón Ceresetto, responsable del libro de guardia, fue condenado a dos años por la adulteración del libro.

Libertades y secretos

En 2003 la Suprema Corte Bonaerense dejó firme la condena a los  ex policías. El Comisario Ojeda cumplió ocho meses de prisión a pesar de ser condenado a dos años, mientras que Walter Abrigo murió el 21 de octubre de 2003 en la Unidad Penal N°24 de Florencio Varela de un paro cardíaco.

Por su parte, Justo López empezó a gozar de salidas transitorias el miércoles 11 de julio de este año, en un polémico fallo de la Sala 1 de la Cámara Penal de La Plata. La defensa del ex policía pidió la excarcelación basándose en el Código Penal de la Nación, a pesar de que el código provincial no permite gozar de ese beneficio en casos de torturas seguidas de muerte. En aquel entonces Rosa se mostró indignada con la decisión de los jueces, que afirmaron que el detenido tuvo una legajo intachable. “Intachable debería haber sido su conducta mientras que era policía, ese era su labor en la policía; durante el juicio no colaboró en ningún momento, dijo que era inocente y que ya lo teníamos cansado con todo eso, eso es lo único que lo escuche decir” sostuvo la madre de Miguel, que también agregó que ahora va a festejar y nosotros vamos a tener que seguir preguntando dónde está Miguel

Rosa hoy sigue buscando el cuerpo de su hijo, que guarda en un perverso y hermético secreto Justo López. Junto a la Asociación Miguel Bru pide el juicio a los demás policías que estuvieron aquella noche en la seccional novena y al ex- Juez Vara.

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