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Santa Fe: Otra muerte que no va a tener justicia en el Oeste de esta ciudad capital
Por Asociación Civil IN-NU-MA - Tuesday, Dec. 04, 2012 at 1:02 AM
innumasantafe@yahoo.com.ar

El último temporal dejo otra muerte que no va a tener justicia en el Oeste de esta ciudad capital, para el gobierno otro muerto más en los barrios abandonados y librados a su suerte.

Santa Fe, 29 de Noviembre de 2012.

Hace pocos días en nuestra ciudad, en barrio Cabal, un barrio más del Oeste santafesino, dos niños, Luís Antonio Villalba de 11 años y Kevin Duarte de 7 años cuando se dirigían al comedor escolar en medio de la lluvia que castigaba la ciudad, pisaron un cable cortado del tendido eléctrico el cual había ya sufrido varias averías recientes y lejanas. Esta última también fue advertida por los vecinos como las anteriores. Desde las 9 de la mañana se hacían infructuosos llamados a la EPE para que procedieran a subsanar el peligro que corrían todos los vecinos que transitaban por el lugar dado que es la entrada asfaltada al barrio. Cualquiera que sale o entra en un día de tormenta transita por ella.
Los dos niños cerca del mediodía pisaron el cable. El más grande de los hermanos murió y el más pequeño sigue hasta hoy luchando por su vida en el hospital Alassia.
Luis Antonio Villalba es una víctima más de la pobreza en todos sus términos, como a su vez de la ineficiencia pública representada en una desidia invisible que recorre todos los servicios estatales cada vez que se producen tormentas de mayor o menor intensidad. Aquí ya no importa el carácter político del gobierno. Es una matriz instalada de largo tiempo, no solo los servicios diferenciados entre barrios pobres, de clase media y de las clases más adineradas, sino la incapacidad de poner todo el Estado en alerta coordinada y enfocada hacia los barrios más pobres porque son los primeros que sufren los azotes y no poseen ninguna retaguardia material que los proteja ante un complejo estado climático que ya esta instalado en nuestra región y continuara creciendo con sus consecuencias cada vez más severas sino se toma conciencia desde el Estado que debe adecuar sus servicio a estas nuevas condiciones.
Las advertencias de tormentas hoy se conocen con suficientes horas de anticipación para estar prestos a proteger a la población en general. No puede ser que si los hechos se suceden un fin de semana las respuestas son raquíticas hasta que vuelve el Estado a ponerse en movimiento recién cuando llega el principio de una nueva semana.
Se debe comprender que las inclemencias naturales no reconocen horario, día normal o feriado pobres o ricos. Si cuando llama un vecino no hay respuesta humana, lo atiende una maquina o lo peor no atiende nadie, el Estado está ausente conscientemente lo dirija quien lo dirija, y pasa a ser el principal instrumento de peligro porque nos deja librado al azar de un servicio que está obligado a realizar y no realiza. Mucho más en un barrio humilde donde una calle asfaltada es el camino obligado, de un lugar donde su auxilio es único y fundamental. El abandono estatal no es nuevo en esta ciudad tiene ya una larga historia. Lo peor de toda esta actitud de abandono estatal, es el condimento infaltable, es que se ejecuta con total impunidad, la Justicia Santafesina nunca actúa de oficio o incluso sí se haya hecho una denuncia que involucra a los funcionarios políticos y administrativo, esta justicia cierra los camino de acceso con un manto de inculpabilidad que se ha vuelto absoluto. Para ella la vida no vale nada sin son muertos de la pobreza. Ratifica con su actitud lo que la falta de una política igualitaria ya comprobó en los hechos.
Los funcionarios siempre se justifican por h o por b, pero los llamados de auxilio son voces en el desierto estatal, tantísimas veces no son respondidos y los vecinos acuden a los medios de comunicación para hacer conocer sus reclamos. Esto se ha transformado en una acción cotidiana e instalada como “normal” cuando en realidad su falta de respuesta es un delito como ocurre ante la muerte de Luís Antonio Villalba de solo 11 años murió yendo a comer a la escuela obligado por su pobreza. Murió porque el tendido eléctrico en su barrio se arregla con remiendos, Murió porque no respondieron a los llamados de auxilio. Murió en definitiva porque su mayor imprudencia fue ir a comer un día de lluvia, cuando arreciaba el agua, no sabiendo que el Estado solo atiende a los pobres después de que pasa el peligro. Primero los vigila, por eso la primera en llegar y auxiliar fue la policía. Mucho más tarde la ambulancia, y muchísimo más tarde, la EPE a remendar al matador: el cable cortado dado que el asesino, la ineficiencia estatal no puede ser hallada. Se presume que se mimetiza y se disfraza en un comunicado donde se decía que estaba todo solucionado. Lo único que no se soluciona es la vida condenada de antemano ante la muerte inútil.
Murió otro niño en el oeste de esta capital. El diario dirá como noticia en “aparente accidente de electrocución”. El gobernador no asistió a su entierro, no es importante. El intendente, no pudo ir demasiadas ocupaciones, tal vez si fuera un domingo como los del TC 2000 hubieran ido. Los que no atendieron los llamados vagaran en el anonimato. El policía que rescato al más pequeño será la única acción valida y humana que represento al Estado junto con los médicos que lo atendieron y tratan de salvarlo. Todo lo demás es cuento y olvido.
Murió Luís Antonio Villalba de 11 años en la ciudad cordial y linda. Murió otro pedacito de la Patria Pobre. Sin dólares ni futuro, sin 8n ni 7d. Sin el derecho soberano de comer en su casa y ya fue noticia, ya dejó de ser un ser humano, ya fue consumido. Solo será memoria en ese barrio, en esa pobreza que no tiene lugar en su panza para el olvido. Siempre irán al mediodía a comer con mil rostros sin rostros. Murió con la última mirada de sus hermanas que lo vieron irse corriendo bajo la lluvia porque los niños pobres no comen en familia, comen donde pueden y donde los deja este inmenso país que dicen que es “para todos” y está lleno de riquezas que no les pertenecen.

MEDH, MOI, CCC. ALDE, MST, Andamio, INNUMA, IEMA, ANUSATE Santa Fe.

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