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Hábitat: las organizaciones tienen que pelear la ley
Por Elisa ((i)) - Tuesday, Dec. 11, 2012 at 3:59 AM
cmilaplata@gmail.com

Tierra | Hábitat y organizaciones sociales

"Las organizaciones tienen que pelear la ley"

 

Ayelén Correa es militante del Colectivo de Investigación y Acción Jurídica, que entre sus áreas de trabajo aborda la cuestión del hábitat popular. Tras la aprobación de la Ley de Acceso Justo al Hábitat, advierte que las organizaciones sociales deben capacitarse y luchar esa ley, que no es del kirchnerismo si no que es fruto de la experiencia y de años de discusión.

Foto:Pablo González| Barrio El Molino


En Florencio Varela el CIAJ acompaña la iniciativa del FOL (Frente de Organizaciones en Lucha) que en 2009 se puso como objetivo construir un barrio comunitario, que revierta la lógica de la propiedad privada. Si bien hoy no existe un marco legal específico que avale estas prácticas, se pueden encontrar herramientas que lo permitan.

No obstante, la también licenciada en Comunicación Social asegura que con la nueva ley estas experiencias se multiplicarían” porque la Ley incluye la conformación de un fondo para promover proyectos de hábitat cooperativos y autogestivos. “Pero hay que crear el fondo y darle plata, y la plata hay que conseguirla de los grandes sectores que acumulan, es una lucha totalmente política. Y (el gobernador, Daniel) Scioli es socio de los emprendedores inmobiliarios. Es como Pablo Bruera en La Plata, un intendente funcional y que maneja inmobiliarias”.

Así, la militante del CIAJ plantea: Si vos andas en bicicleta por La Plata te das cuenta que hay cada vez más edificios. Habría que ver el censo pero no es que responde a que haya venido mucha gente a la ciudad. Hay muchos lugares vacíos. Quiere decir que no funciona en términos de oferta y demanda, si no que el edificio es reserva de valor, es la guita de los poderosos que no saben dónde ponerla. Hay leyes universales que dicen que si invertís en el mercado inmobiliario nunca vas a perder”.

Y concluye que eso no va cambiar por eso es tan importante la lucha política y que las organizaciones empiecen a capacitarse en ese sentido, que vayan por luchas complejas”. “Soy muy positiva respecto a lo que puede conseguirse con la lucha y la organización pero esta ley no va a cambiar nada. Entonces hay un desafío muy grande, hay actores políticos que no tenemos poder, que no nos sentamos a discutir en el Senado y que tenemos que poner esa ley en discusión”.

Entre otros puntos a “pelear” por parte de las organizaciones, señala el mediático 10% que los emprendimientos de más de 5 mil metros deberían ceder. “Ese 10% es nuestro”, recalca y explica que en City Bell, en Gonnet, en Villa Elisa, los barrios privados se quedaron con nuestras calles. Lo que se reclama a esos emprendimientos que exceden los 5.000 metros, es lo mismo que debe ceder cualquiera cuando compra un terreno, por ejemplo, para la vereda. Y los barrios no lo hacen, se quedan con calles enteras.
Así, Correa hace hincapié en que falta mucho laburo y conocimiento en el tema de tierra y vivienda. Hay muchas experiencias que no se conocen. Hay un montón de compañeros que están en la territorial y hay muchas cosas que no manejan. Si preguntas, no sé cuántos leyeron la ley”.  Por eso, es fundamental que los movimientos territoriales se hagan cargo de esa normativa y que salgan a pelearla”, indica la especialista en tierra y vivienda.

Agrega la importancia de generar alternativas a la propiedad privada. Con conocimiento de causa, e incluso acompañando procesos de estas características, pone en discusión la experiencia colectiva de la toma, cuando en la mayoría de los casos cierra su proceso con el desalojo o la obtención de escrituras. “La experiencia de toma tierra puede potenciar a un montón de experiencias futuras, de participación ciudadana y de organización política; pero si vos a mitad de camino terminas resolviendo de manera individual, donde cada uno, el que tiene plata, el que tiene los materiales, el que sabe construir, resuelve, bueno, se pierde toda la lógica. Se desvirtúan mucho las cosas y se pierde la experiencia”.

“La ley le queda grande a todo el sistema Ejecutivo”


Para Ayelen Correa, licenciada en Comunicación es importante decir que la ley no es del kirchnerismo ni de los diputados que la aprobaron, porque la legitimidad se la da provenir de discusiones que se remontan a la dictadura, cuando organizaciones de base vinculadas a la Iglesia y a los pastores trabajaban en villas que eran erradicadas a los cinturones más lejanos del Conurbano. Y también, de experiencias como las de los ´80 cuando Luis D´Elia lidera las primeras tomas de tierras. Además, el proyecto de ley tiene sus orígenes hace unos seis años, y pasó por audiencias de debate como las del Consejo Social de la UNLP, de la que participaron diversos actores.

La ley dice que la propiedad tiene que tener una función social, que no tiene que ser para unos pocos, que todos los ciudadanos tenemos derecho a decidir, por ejemplo, si queremos o no que se construya Puerto Madero”. Así, porque el hecho de que te hagan un Puerto Madero en frente a tu casa te influye, porque cuando quieras ir al almacén el sachet de leche te va a salir $15 en vez de $6, y porque en vez un almacén va a haber un gran shopping”. En concreto, se trata de una “expulsión por vías del mercado”. Es decir que el mismo funcionamiento de la sociedad te echa, incluso teniendo un título de propiedad. Es un concepto interesante como puntapié para pensar otra forma de hábitat social”, sostuvo Correa.

De esta manera, la ley plantea cosas revolucionarias respecto al derecho a la vivienda y el derecho a la ciudad”, indicó, pero la implementación es muy difícil”. El gobierno sciolista que debe promulgarla y reglamentarla, es uno de los tantos que amparó el crecimiento exponencial de grandes emprendimientos urbanos como studs, clubes de campo, coutries, clubes de golf. Según la especialista en hábitat, sólo en diez años, en la provincia llegaron a 500, es decir, hay más que en todo el país. Y es mucho considerando que no son legales, y que se aprueban mediante decretos por excepción. No hay legislación que permita que vos agarres un pedazo de tierra y te hagas un pueblo privado”.

Al lobby” de los desarrolladores inmobliarios se acoplan los medios de comunicación. Así, lo único que levantan los medios son dos o tres puntos, tanto los opositores y los más progres que es la cesión del 10% y que se va a penar la especulación, por ejemplo, sobre aquellos propietarios que compran tierra rural y se esperan 20 o 30 años para que aumente el valor, dándole al Estado la posibilidad de expropiarlo. Esto no es nuevo, ya existe en la legislación municipal como la Prescripción Administrativa, pero no se usa porque la propiedad privada está muy arraigada”.
También las organizaciones se dan cuenta de ese nivel de especulación, por ejemplo, hay una experiencia de la organización social María Claudia Falcone”, que compró tierras no divididas para loteo social, porque se dio cuenta que valían mucho menos. Cuando se toman tierras es porque no se puede acceder por vía del mercado, tampoco es que tenemos organizaciones re revolucionarias como en Movimiento Sin Tierra de Brasil que dice “yo tomo tierra porque por vocación política me apropio de un pedazo del espacio social”, sostuvo.

Esto es importante para entender el contexto en el que surgió la ley y en las posibilidades de aplicación. Decimos que “sin organización no hay derecho, y esto es así”, porque la legislación puede ser hermosa pero la realidad a la hora de aplicarlo va a hacer muy difícil. Por ejemplo no sabemos quién va a ser el órgano de aplicación de la ley. Se puede crear un organismo propio o puede caer en el Ministerio de Infraestructura, que es muy burocrático, donde los funcionarios entienden a quien toma no como alguien con una necesidad ni como un sujeto de derecho, si no como un informal, un ilegal”, opinó Correa.

No se por qué se aprobó pero si estoy segura que este gobierno está con las corporaciones”, disparó”. Así, por ejemplo, “el plan PRO. CRE.AR, que no es para los sectores populares y ni siquiera para una clase media baja, es para alguien con un sueldo alto y en blanco- lo tiene IRSA, e IRSA es a lo urbano lo que Monsaanto es el campo, que es dueña de los shoppings más chetos de Buenos Aires. IRSA está en el Banco Hipotecario y es el que da los créditos para el PRO.CRE.AR. Entonces, Correa se pregunta por qué el gobierno provincial va a implementar y reglamentar una ley que no le convenga IRSA”.

De la implementación dudo muchísimo, la ley le queda grande a todo el ejecutivo, y a toda la legislación y a la práctica actual”. Además, no tenés jueces en la provincia que fallen a favor de que la gente que vive hace más de 20 años en una toma se quede”. La lógica de la propiedad privada, sostuvo, está muy arraigada, y no sólo en el sistema político, si no que atraviesa a todas las clases. El techo, la casa y el perro es básico y atraviesa las clases sociales”, pero hay otras posibilidades pero hay que ponerse la camiseta y confiar en la experiencia”, concluyó.



Florencio Varela: Un barrio comunitario sin títulos de propiedad

La propuesta es pensar otra forma de organización. Hay otros países donde existe la propiedad colectiva, la posibilidad de que todos sean dueños de lo mismo. En Argentina existe la propiedad cooperativa pero sólo para los pueblos originarios. De todas formas, jurídicamente le podes encontrar la vuelta. Pero al no tener un título de propiedad tu casa no puede ingresar en el mercado, no es un bien, si vos te querés ir te vas. En general la inversión que hiciste ahí te la retribuyen, pero no es un bien. Esto también implica al poner en jaque a la propiedad privada, que no podes hacer cualquier cosa en ese lugar y eso es lo interesante, tenes que ponerte de acuerdo con el de al lado”, explicó Ayelén Correa.

En 2009 el Frente de Organizaciones en Lucha, perteneciente a la corriente de base La Brecha, le plateó al CIAJ el proyecto de construir un barrio que rompa con las lógicas del espacio privado. La idea era que sea semi-público, con un espacio verde, guardería y refugio para compañeras en situación de violencias. Así fue que el CIAJ respondió con una doble propuesta: una experiencia colectiva que no se resuelva individualmente. Así, un barrio sin títulos de propiedad.

Es una lógica muy de la autogestión, vehiculizada por la necesidad” y no por la acumulación de bienes. Por ejemplo, cuando se discutía un Código de Convivencia la “seguridad” fue ríspido porque se proponía que no va la casa con reja todo tapado para que no se vea”. “Hay mucha gente que le cuesta mucho entender que esa forma de vida es posible. Incluso gente militante que viene de experiencias de organizaciones , de laburo cooperativo, porque está muy arraigado que una vez que cumpliste el sueño de la casita propia, tener la escritura que es fundamental”. En tanto, el FOL aceptó al coincidir con que sin la organización no tenían  nada, es como la cooperativa y el trabajo en negro con patrón”. “Y ahí a ellos les pareció buena la idea”, relata Ayelen Correa.

No obstante, todavía no se construyeron las viviendas. El proyecto se gestionó a partir del plan “Techo y Trabajo”, pero cuando llegó al Ministerio de Infraestructura pusieron trabas y tardó dos años más de lo usual. El terreno, en tanto, fue comprado a partir de un crédito obtenido de una fundación. Luego, el CIAJ comenzó con talleres para discutir el Código de Convivencia y pensar cómo querían que sea el barrio, pero los tuvimos que cortar porque estás produciendo un montón de capital cultural y de capital simbólico pero no tenés las vivienda. Ahora parecería que el 2013 se comenzaría a construir”, afirmó.

En tanto, la militante del CIAJ que es coordinadora de los talleres realizados para acompañar la construcción del barrio, subrayó que es muy difícil decir mirá no, no vas a tener título de propiedad, no vas a poder vender tu casa, no vas a poder hacer lo que se te dé la gana”. Por eso, planteó la necesidad de pensarlo con personas que estén re seguras de su vocación, que no estén pensando en generar mercancías todo el tiempo”.

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