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Turistas denuncian sentirse estafados por la policía, en las rutas de Córdoba
Por Agencia OPI Santa Cruz - Saturday, Dec. 29, 2012 at 10:00 PM

28/12 – 18:00 - Una situación que se ha transformado en un clamor de aquellos turistas que van a la provincia de Córdoba o transitan por sus rutas, ha levantado una ola de quejas y denuncias que pudimos corroborar por experiencia propia. La policía de Córdoba tiene órdenes de recaudar y salen a las rutas a realizar infracciones inexistentes, no comprobadas ni registradas por medios técnicos. En breve en las redes sociales, alentarán una campaña “Evite pasar por Córdoba”.

Los controles de tránsito son necesarios, deben estar orientados a la prevención y a evitar la transgresión de las normas; esto es de manual y si bien los argentinos somos renuentes a cumplir ciertas y determinadas conductas, es sabido que en general somos hijos del rigor y en tal sentido desarrollamos cierta adaptabilidad a determinadas situaciones extremas. Perón dijo: el hombre es bueno pero si lo controlan es mejor y esa premisa podría aplicarse a todos los órdenes de la vida, inclusive cuando transitamos por las rutas argentinas.

Ahora bien, dentro de las transgresiones hay niveles de peligrosidad en el manejo que no tienen atenuantes: exceso de velocidad, doblar en “U”, pasar un semáforo en rojo, sobrepasar en lugares prohibidos, conducir alcoholizado, hablando por celular o sin cinturón, por ejemplo. Para ello existe la autoridad de aplicación que genera las infracciones correspondientes, retiene el vehículo y multa al conductor. En la mayoría de las faltas graves como exceso de velocidad, la infracción queda registrada en el radar de control o “pistola de velocidad” que posee el personal de tránsito. Para el caso de las demás faltas, existen las denominadas “fotomultas”, que son dispositivos de graban, registran al vehículo, conductor, patente, lugar, hora y fecha de la infracción y la misma es irrefutable y en muy pocos casos admite descargos atendibles.

Fuera de esto, existe lo que comúnmente se denomina “la multa trucha”, es decir, una infracción que puede o no haber existido, la cual queda reservada a la comprobación fáctica de quien aplica la multa y ante quien, la palabra del infractor no tiene valor. Es decir, se impone una multa de facto, sin más pruebas que el fallo salomónico de un señor, a veces de dudosas condiciones intelectuales para discernir entre lo correcto e incorrecto y otras veces de dudosa condición moral para penalizar a alguien, cuando él mismo está en flagrante contradicción con la ley.

El caso Córdoba

La introducción que hicimos intenta contextualizar lo que vamos a contar de la provincia de Córdoba, porque nadie está en contra de la ley, pero si de la arbitrariedad con que se aplican sus fundamentos, cuando, como en el caso de la policía de tránsito de esa provincia, tiene la orden de generar recaudación y no prevención.

Más allá de que Córdoba posee rutas realmente intransitables, con lugares sin banquinas como el tramo entre La Pampa y Río Cuarto, en la mayoría de su extensión con pozos, ondulaciones y falta de marcación; que le llaman autopista a una simple ruta angosta y sin demarcar, pero que cobran peajes como si se tratara de la panamericana; en fin, a pesar de esto, uno entiende y apoya una campaña vial en esta época del año, lo que repudia en la arbitrariedad y fraude que comenten las autoridades cordobesas.

La delgada línea amarilla

“Buenos días señor, me permite el registro de conducir y la cédula del automotor”, fueron las primeras palabras que escuchó del policía de tránsito Cordobés, el señor Hugo Moyano, colega y amigo, propietario de Fm News, quien viajaba en su Trafic desde Río Gallegos a Tucumán, llevando equipos para una emisora que tiene en esa provincia. Cumplido el trámite de rigor y mientras el policía chequeaba los documentos, el servidor público dijo “Señor, Ud acaba de cometer una infracción de tránsito razón por la cual le voy a tener que labrar un acta”. Sorprendido Moyano le preguntó “¿Qué infracción agente?” y como respuesta recibió “Ud pisó la línea amarilla continuas y eso está prohibido”.

Asombrado por la rigurosidad de la aplicación de la ley, pero sin proponerse cuestionar la autoridad del agente, aunque sí haciéndole ver que de ninguna manera el recordaba hacer transitado fuera del carril que le correspondía, prosiguió viaje cargando con una multa de 700 pesos y la promesa de realizar el correspondiente descargo a su regreso.

Luego de varios días en Tcucumán y ya de vuelta por la misma ruta, Moyano relató “venía por el último tramo de la hermosa ruta que tiene Santiago del Estero y cuando voy a ingresar a la provincia de Córdoba se me vino a la memoria la línea amarilla y me dije “voy a cuidar de no rozar las líneas porque no me van a agarrar dos veces con el mismo cuento”.

Dicho esto, pasó por abajo del arco que divide el límite interprovincial y algo más de cinco kilómetros adentro de territorio cordobés, se halla una subida, curva, una bajada y allí al final de la cuesta, habñia un patrullero descansando bajo la sombra de robustos árboles, para combatir los más de 34 grados que hacía por aquellas horas. Un policía se acercó a la cinta asfáltica, le hizo señas para que se detenga y él, como los dos o tres vehículos que venían detrás, se estacionó en la calzada.

“Buenas tarde señor, de dónde viene y para dónde va?”, fue la escueta conversación que inició el funcionario policial, quien también le solicitó la documentación “Vengo de Tcumán y voy a Ríos Gallegos”, replicó Moyano quien luego de un breve silencio recibió la novedad “Señor, usted pisó las líneas amarillas y eso está prohibido, por lo tanto tengo que realizarle una infracción”.

Hasta aquí estamos autorizados a llegar con el relato de los hechos, todo lo que siguió después y lo que el conductor le dijo a los policías que lo volvieron a infraccionar con el mismo argumento no es posible reproducirlo en pocas líneas. Solo baste decir que cuando Moyano, visiblemente alterado, le reclamó la constatación de la falta, por medio de la fotomulta, los policías no tenían ninguna prueba y a la distancia en la que se encontraban era imposible que pudieran observar no solo si un vehículo pisaba las líneas amarillas, sino que no podrían ver si se cruzaba de carril.

Lo que quedó de enseñanza

“No hay duda que a esta gente el gobierno de Córdoba las mandó a las rutas a recaudar. Es una vergüenza que esto esté pasando en una provincia a la que todos vamos y por la que medio país transita. Esto espanta al turismo, yo personalmente no piso más Córdoba, me desvío por San Luis, paso de largo; no puede ser que haya tanta mala fe en las autoridades y salgan a cazar turistas como si se tratara de piratas del asfalto”, expresó Moyano, señalando “como no te pueden infraccionar de otra manera, porque si no vas excedido en velocidad no tienen registro, te hacen este juego perverso de decir que “pisaste la línea amarilla”, algo que es imposible de discutir, pero aún haciéndolo como en mi caso, los tipos ni se inmutaron. Es más, el cordobés que venía atrás mío en una Hilux me dijo: “yo venía atrás y me consta que nunca pisó la línea amarilla”. A pesar de los reproches, el pedido de explicación y la sobrecarga arterial de ese momento, nuestro colega no logró nada más que llevarse otra multa a la que deberá producir el correspondiente descargo.

“Fue tanta la bronca que desde San Julián le dije a mi esposa que anulara la reserva que hicimos en Carlos Paz para mediados de enero. Esto que hacen los cordobeses es muy bajo, de muy mala calaña. Las autoridades no previenen, recaudan y además de manera ilegal, ilícitamente; estafan al turista, porque piensan que el tipo pasa una vez y le sacan lo que pueden, que como mínimo son multas de 700 pesos”, concluyó Moyano, refiriendo lo que le ocurrió en estos días.

No es el único

Conocida la situación, comenzó a aparecer gente de Río Gallegos y otros puntos de la provincia, los cuales habían vivido una situación similar, solo que en la mayoría de los casos lo habían infraccionado una vez y el tema estaba casi olvidado, a pesar de la rabieta del momento. Sin embargo, a juzgar por la metodología, es una práctica de la policía de Córdoba infraccionar por este concepto, algo que de ninguna manera acepta una contraprueba ni queda resignado en ningún mecanismo electrónico; es solo decisión del efectivo que realiza los controles en las rutas de esa provincia.

De acuerdo a lo que nos han informado, ya se está armando en las redes sociales un boicot al tránsito en la provincia de Córdoba, para protestar en contra de estas medidas que de alguna manera es una estafa al turista, al punto que en la mayoría de los casos al conductor le informan de la multa luego de asegurarse que no es de allí o que solo está de paso por las rutas cordobesas.

La movida que se pretende hacer en las redes sociales tiene como consigna “No transites rutas de Córdoba, porque la policía te estafa”. También sus organizadores estarían pensando generar un sitio de quejas, desde Córdoba mismo, para que quienes han sido infraccionados de esta manera por las autoridades de tránsito, dejen constancia de lo sucedido y sirva, además, como prevención para posibles turistas desprevenidos que transiten desde o hacia esta provincia mediterránea, destino elegido por gran cantidad de santacruceños en sus vacaciones. (Agencia OPI Santa Cruz)

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