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Militantes sociales y bandas narco disputan territorios en los barrios
Por Silvia Carafa / La Capital - Sunday, Dec. 30, 2012 at 3:35 PM

El Estado sólo tiene presencia hasta las 14, después avanza una organización que recluta adolescentes y brinda protección vecinal.

Los vínculos que genera un territorio no admiten vacíos: si el Estado retrocede, otros avanzan. Así expuesta sólo es una ecuación. Pero la lógica estremece cuando se encarna en las zonas más vulnerables de Rosario. Allí las organizaciones sociales pierden terreno a manos del avance "narco". Vecinos y militantes resumen con esta palabra un accionar tan amplio como complejo, tan denso como inmune. En las tensas jornadas del pasado 20 y 21, con sus robos masivos, miedo y muertes, los análisis volvían una y otra vez su mirada sobre esta reconfiguración barrial de los sectores que la sociedad viene eyectando sin piedad desde hace años, sobre todo en los 90.

La reconversión no es menor. Con sus marchas y contramarchas, las organizaciones sociales generan sentido colectivo a la demanda en los lugares con menor capacidad económica y simbólica. Como antípodas, la actividad narco mercantiliza las lógicas territoriales con adolescentes que se consumen sólo para hacer visible su existencia, soldaditos inmolados en un mundo que los rechaza tanto, como antaño a las pestes.

En las barriadas hay mucho dato y descripción sobre el tema. Pero sobra prudencia. Eligen hablar sin dar sus nombres pero evocan. "Una vez no teníamos un mango para una actividad con los chicos y nos empezó a llegar Coca Cola de parte de gente del lugar, después supimos del maneje; era un modo de (los narcos) para acercarse", dijeron en el corazón del oeste rosarino. Un año atrás, en una escuela de Empalme Graneros admitieron que para amortiguar los robos no les quedó otro camino que hablar con la persona influyente del barrio, un eufemismo para citar al jefe non santo de la zona.

"Llegué a pensar en hablar con el que manda en el barrio, pero me pareció una salida individual", relata un docente desde un punto caliente de la zona sur. Casi desde el mismo lugar una militante popular de años reconoció que "cuesta mucho hacer una actividad, porque ahora al barrio lo manejan los pibes". La cosa cambió bastante, está jodido, antes era más fácil trabajar con los chicos, se cerraron varios locales y cada cual se cuida como Dios lo ayuda". "El narco disputa claramente el territorio", remarcó una voz autorizada desde la estructura oficial.

Según coincidieron los vecinos, la presencia del Estado es hasta las 14 de cada jornada, después de ahí, el lugar es otra cosa. "Tendría que ver esto doña", señalaron y agregaron que a la nueva lógica que determina las relaciones, no hay que olvidar agregar el sustrato, la base en que se asienta la vida cotidiana: falta de luz, de agua sólo de las 3 a las 6, hacinamiento, basurales, aguas servidas, entre otros ítems.

Desde la antropología, Maximiliano Toni señala tres principios reguladores de las relaciones sociales: Estado, mercado y comunidad. "La lógica narco no deja de ser la expansión del mercado como regulador de las relaciones sociales, en un lugar donde hay un declive del Estado y comunidad".

"En la pobreza extrema el que limita el territorio es el Estado a través de sus organizaciones barriales, ahora vemos que lo están reemplazando otras lógicas (bandas en clave narco), que avanzan en lo temporal, espacial y hasta la circulación de la gente en el barrio", describió Toni.

Claro que este trazo grueso admite matices. "No es una visión homogénea, no todos los jóvenes están en la lógica narco, pero si hay una tendencia que crece", comentó Toni. Para el militante del Movimiento 26 de Junio (Frente Popular Darío Santillán), Pitu Salinas, a los tres principios reguladores señalados hay que agregar como determinante estructural "el universo simbólico que genera el narcotráfico en las bandas jóvenes enquistadas en los barrios".

Chapa. Según Salinas, además de dinero rápido, los pibes optan por ese camino por "la chapa que da ser soldado de tal kiosquito, o a tal barra brava, eso genera un peligro, hay muchas bandas enquistadas en los barrios ocupando el lugar de asistencia social que no da el Estado, como lo que decían los vecinos del transero que les llevaba la Coca Cola o aporta alimentos frescos a la copa de leche".

El portavoz del Darío Santillán, al que pertenecían Patón, Jere y Mono, los tres militantes sociales asesinados un año atrás en Villa Moreno, el análisis interpela. ¿Cuáles son las posibilidades de relacionarse que tiene un pibe en los barrios populares? "Casi no existen los clubes, queda el centro de salud y escuelas, pero en el sur de Santa Fe casi el 80 por ciento de los chicos de entre 15 y 25 años no termina el ciclo escolar", reseñó. Por si fuera poco, agregó que hay familias que "están desbordas como institución para contener, y como contrapeso hay una mínima presencia estatal corrompida, que es la fuerza policial con la que los pibes del barrio entablan el primer vínculo promiscuo forjado al calor de la violencia y el verdugueo".

Para el antropólogo y docente de Humanidades y Artes, Mariano Darigo, "los beneficios sociales están atados al trabajo formal, jubilaciones, vacaciones pagas, obra social; ahora, si el trabajo formal no tuvo nada que ver en la vida de su papá, de su mamá o de sus abuelos, la cuestión se complica para que un joven crea que es necesario terminar la secundaria para ingresar al mundo laboral”, explicó.

Ser narco. De este sustrato proviene lo que un día Darigo le escucho a un adolescente de 14 años en situación de calle y que le dijo: “Cuando sea grande quiero ser narco”. ¿Qué encierra ese deseo en términos simbólicos? “Voy a tener una pistola, voy a mandar”, cuenta que señaló el pibe a modo de respuesta.

¿Una salida? Los militantes sociales no vacilan: las únicas políticas públicas eficaces son las que generan vínculos verdaderos y sostenidos, que articulen políticas de Estado con el trabajo territorial de las organizaciones populares. Si no sucede hay luz roja. “La lógica del saqueo pone de manifiesto el ninguneo de los movimientos sociales, que generaban demandas colectivas, y no ese rapiñaje en clave narco; no sea cosa que la gente termine extrañando los piquetes”, enfatizaron.

http://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/Militantes-sociales-y-bandas-narco-disputan-territorios-en-los-barrios-20121230-0015.html

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