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Cba/Las contracaras del modelo: la tensión entre los agro negocios y la salud
Por José Fernández Indymedia Córdoba para RED ECO -
Monday, Dec. 31, 2012 at 1:39 PM
Por José
Fernández- Indymedia Córdoba (RNMA) para Red Eco
En Argentina se cultivaron en el año
2011 unas 23 millones de hectáreas con semillas transgénicas, trayendo
consigo una aplicación inusual de 300 millones de litros por año de
agroquímicos que ponen en riesgo la salud de más de 12 millones de
personas en la Argentina.
A la par del crecimiento del fabuloso
negocio, que queda en pocas manos -“pool de siembra”-, la contracara de
este modelo es el incremento de las enfermedades y muertes producidas
por la aplicación de agroquímicos.
En los últimos años y como reacción
al silencioso genocidio, las comunidades han ido organizándose y
presentando distintos niveles de resistencia al modelo transgénico. A
la fecha, este movimiento tiene como victoria parcial el haber logrado
el fallo de culpabilidad en la justicia cordobesa de un productor y un
aeroaplicador que violaron las restricciones de pulverización en barrio
Ituzaingó.
El negocio
Con un precio de la soja por tonelada
de $ 1.880.- y con la perspectiva alcista del precio de los
granos de maíz, trigo, girasol, sorgo, la economía argentina parece
tener la gallina de los huevos de oro.
Con la incorporación del transgénico
en la argentina a mediados de la década de los 90, el campo argentino
duplicó su producción de granos.
En la actualidad es el tercer
exportador a nivel mundial de soja. Este dato queda reflejado en un
informe de la Bolsa de Comercio de Rosario de mayo de 2012 (Productores
de soja a nivel mundial (Datos a Set. 2011 USDA): 1º) Estados Unidos:
90 millones de tn, 2º) Brasil: 75 millones de tn, 3º) Argentina: 49
millones de Tn anuales, 4º) China: 18 millones de Tn anuales. Total
Mundial: 264 millones de Tn.)
El 96% de este grano cultivado en
nuestro país se exporta bajo la forma de poroto, harina o pellets,
aceite o biocombustibles. Siendo en este esquema el biocombustible un
gran negocio ya que reporta ingresos por u$s 1300.- millones al año.
“El biodiesel puede elaborarse con
cualquier tipo de oleaginosa, como la colza, palma, jatropha pero en la
Argentina no hay producción a escala que lo haga rentable salvo con
soja”, dice en su informe Julio Calzada, director de
Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Según un informe de la Asociación de
Importadores y Exportadores de la República Argentina (AIERA) en el año
2011 de las 25 empresas que más vendieron fuera del país 12 fueron
vinculadas a la exportación de granos (oleaginosas y sus derivados),
del resto del segmento 6 están vinculadas a la venta
de petróleo y gas, 2 a la comercialización de productos de minería,
mientras que solamente 5 están vinculadas con bienes industriales (3 de
autos, 1 de tubos de acero y 1 de aluminio).Estas 25 empresas generan
más de la mitad de las exportaciones de nuestro país, quedando a las
claras la alta concentración del mercado en pocas manos y el gran
negocio que significa el modelo transgénico.
Superficies con
Organismos Genéticamente Modificados
La superficie total cultivada con
transgénicos (Organismos Genéticamente Modificados, OGM) en laArgentina
en el período 2011/2012 fue de 23,6 millones de hectáreas, “unas 0,8
millones de hectáreas más que en la campaña anterior (equivale a un
aumento de 3,2%). Con el 15% de la superficie global de organismos
genéticamente modificados (OGM), Argentina es el tercer país productor
de transgénicos, después de Estados Unidos y Brasil”,afirma en su
estudio ArgenBio – Minagri.
En 2011/2012 casi el
100% de la superficie de soja fue sembrada con soja tolerante al
herbicida glifosato (18.800.000 has.), mientras que el maíz transgénico
ocupó el 92% del área destinada a maíz (4.200.000 has.) y el algodón
genéticamente modificado ocupó el 100% del área total del cultivo
(575.000 has.). De este algodón, el 12% (69.000 has.) correspondió a
algodón tolerante a glifosato y el 88% a variedades de algodón con dos
características acumuladas (tolerancia a glifosato y resistencia a
insectos, 506.000 has.). Con respecto al maíz, en 2011/2012 Argentina
sembró maíz con características acumuladas (resistencia a insectos y
tolerancia a herbicida) en 2,4 millones de has., o sea el 57% del
total. El resto de la superficie de maíz correspondió a maíz resistente
a insectos (1,4 millones de has., o sea el 33% del área total de maíz)
y tolerante a herbicida (400.000 has., el 10% del total de maíz).
Como se podrá observar con los datos
brindados hasta aquí, para garantizar el nivel de productividad de esta
modelo es necesaria la aplicación a gran escala de millones de litros
de agroquímicos que permitan garantizar el rinde de los cultivos.
Los beneficios obtenidos en el año
2011 en el caso de la soja tolerante a herbicida, el valor bruto de los
beneficios obtenidos por la reducción de costos fue de 3.518,66
millones de dólares y por la expansión de la superficie cultivable, de
61.917,15 millones de dólares. En cuanto a la distribución de estos
beneficios, 72,4% fueron a los productores, 21,2 al estado nacional – a
través de las retenciones y otros impuestos - y el 6,4% restante a los
proveedores de las tecnologías (semillas y herbicidas, distribuidos
aproximadamente en partes iguales). En el caso del maíz, los beneficios
acumulados se distribuyeron en un 68,2% para los productores, 11,4%
para el estado nacional y 20,4% para los proveedores de tecnologías
(con el grueso, un 19%, para el sector de los semilleros). Finalmente,
los beneficios en el caso del algodón fueron mayoritariamente a los
productores (un 96%), con un 4 % para los proveedores de las
tecnologías (3% a los proveedores de semillas y el resto a los de
agroquímicos). Fuente: INTA (SIGMA)
Nota: La estimación de los beneficios
mencionados se ha realizado en base a un modelo matemático desarrollado
por el INTA (SIGMA), el cual utiliza información obtenida a partir del
Estudio del Perfil Tecnológico del Sector Agropecuario Argentino,
complementado con información del MAGyP, ArgenBio, INDEC y FAO.
Nuevos sectores
disputan el mercado
En nuestro país en el 2010, más del
50 % de la producción de soja estuvo controlada por el 3% del total de
productores, a través de extensiones de más de 5.000 hectáreas, según
el informe “Producción de soja en las Américas: actualización sobre el
uso de tierras y pesticidas” del Centro para la Bioseguridad de
Noruega. Este estudio revela cómo en la práctica nos encontramos que
ante el aumento de la superficie de producción de transgénicos, la
relación con el incremento de productores es inversamente proporcional.
A este dato debemos agregar la incorporación o mayor disputa del
mercado entre grandes empresas multinacionales que ya tienen en marcha
el desarrollo de nuevas plantas de tratamiento y acopiadoras de granos.
El Plan
Estratégico Agroalimentario 2020
En base a las perspectivas del
negocio, son muchos los sectores monopólicos a nivel mundial que han
puesto su vista en la Argentina y pretenden ampliar sus bocas de
recolección. En los últimos meses, la empresa Monsanto anunció
vía la presidenta Cristina Fernández, la ampliación de sus
instalaciones en la región, y la construcción de una de las plantas de
acopio de semillas de maíz más grandes del mundo en la localidad
cordobesa de Malvinas Argentinas.
Por su parte la Ministra de Industria
Débora Giorgi anunció que Monsanto “invertirá otros 180 millones de
pesos en dos centros experimentales para continuar los procesos de
estudio que hacen que la Argentina lidere en América Latina el tema de
patentamiento de elementos biogenéticamente modificados”. Con estas
declaraciones se comunicaba el avance en la nueva y polémica Ley de
semillas.
Pero no es tan solo esta empresa,
vinculada a la industria armamentista, la que ya está llevando adelante
sus proyectos. La multinacional de origen Suizo SYNGENTA anunció en
julio de este año la inversión de $ 800 millones en la provincia de
Córdoba, concretamente en Villa María, para la producción de un millón
de bolsas anuales de maíz y girasol para exportación.
A este listado de empresas vinculadas
a los agronegocios hay que sumar Cargill, Aceitera General Deheza,
etc., un puñado de grandes empresas que marchan el ritmo de producción
y agenda política en nuestro país, poniendo como valor principal las
ganancias del sector sin importar los daños en la salud que estas
actividades traen indudablemente.
La salud en
cuestión
En los últimos años y a partir
de la actitud de denuncia emprendida por las madres de barrio
Ituzaingó, distintos sectores de la sociedad continuaron tomando
conciencia respecto de los daños que trae para la población y el medio
ambiente en general este modo de producción de cultivos.
Nombres como glifosato, endosulfán,
DDT, 24D, Clorpirifós, etc. dejaron se ser extraños al vocabulario de
denuncia de los pueblos que padecen la aplicación de estos
insecticidas-acaricidas órganos-fosforados, y comenzaron a ser centro
de la imputación de los causantes de los elevados tasas de
cáncer, malformacionescongénitas y muertes de los habitantes de los
pueblos fumigados.
Un informe dado a conocer a inicios
del 2012, por “Médicos de Pueblos Fumigados”, basado en informes de
oficinas del registro civil de distintos pueblos donde la población
está expuestasistemáticamente a fumigaciones, revela que casi el 30% de
las muertes se producen por cáncer, mientras que en otras zonas del
país ese número no llega al 18%, siendo la primera causa de muerte los
problemas cardiovasculares.
Para Medardo Ávila, integrante de
“Médicos de Pueblos Fumigados”, este aumento: “es correlativo en el
tiempo con el aumento del uso de los agrotóxicos y el factor ecológico
actuando en el medioambiente es principalmente la presencia de estos
contaminantes”.
En barrio Ituzaingó la estadística de
muerte por cáncer es del 33%, registrándose en una población de
4mil personas más de 220 casos de cáncer. Esta cifra supera a la media
del país, pero se repite en las zonas donde la fumigación esta presente.
Durante el juicio por fumigación en
barrio Ituzaingó, el Dr. Andrés Eduardo Carrasco dejó en claro ante el
tribunal que el glifosato: “… no es biodegradable” y agregó “hay
estudios que comprueban que se mantienen incluso en las napas de la
tierra, el glifosato pasa a la sangre y a las vías respiratorias. Pasa
donde quiere y parte de lo que entra nunca sale”.
Siguiendo con su declaración, aseveró
que para él las sospechas son suficientes para aplicar el principio
precautorio, creando al menos espacios de seguridad. “Es un viejo
principio de la deontología médica. Ante la sospecha, uno tiene que
prevenir, no puede esperar a la certeza” explicó el médico y más tarde
continuó “mi sospecha me llevó a la investigación, es difícil creer que
los relatos de vida que uno escuchó no tuvieran un sostén de veracidad.
La sospecha me llevó a ver si yo podía explicar con mis sencillas
técnicas lo que estaba sucediendo”.
Su declaración fue contundente “El
glifosato es un veneno porque mata organismos vivos. No sólo mata
plantas sino también células vivas de humanos y animales”.
En una declaración conjunta entre
Madres de barrio Ituzaingó y el Colectivo Paren de Fumigar de Córdoba
días antes de concluir el juicio por contaminación se dejaba bien en
claro la postura acusatoria: “Desde hace más de 10 años ciudadanos del
interior del país denuncian que las fumigaciones los enferman; a la par
que el agronegocio se expande más y más sobre la base de un modelo de
agricultura tóxica con semillas transgénicas, un sistema que consume
cantidades crecientes de venenos y que en este ultimo año utilizo
370 millones de l/kg de diversos venenos (68% glifosato). El gobierno
nacional y los gobiernos de muchas de las provincias del país, impulsan
con entusiasmo este modelo, negando sus efectos tóxicos, a pesar de
contar, ante sus propios ojos, con la evidencia de las consecuencias
que producen sobre la vida y la salud de su población”.
Otra valiosa declaración durante el
juicio fue la del Ingeniero Javier Souza, quién explicó que “Argentina
asiste a un modelo productivo de monocultivo. Se sabe que los
monocultivos son insustentables”. Afirmó que se están alterando los
ciclos biológicos a partir de insumos externos: insecticidas,
pesticidas y fertilizantes. A su vez, la dependencia del modelo
productivo de estos insumos se agudiza a causa de la pérdida de
nutrientes de la tierra, explicó el experto.
El ingenieroSouza es parte del
Convenio de Estocolmo, organismo que nuclea a más de 120 países del
mundo, en el cual se llega a consensos respecto a cuáles químicos deben
ser retirados del mercado por ser perjudiciales para la salud y el
ambiente. Explicó que el glifosato está siendo investigado para que se
lo declare C.O.P. (Contaminantes Orgánicos Persistentes).
La importancia de todo lo expuesto
por científicos, médicos, y profesionales vinculadxs a la salud en el
juicio a la fumigación en barrio Ituzaingó, hace hoy a un importante
registro histórico de esta problemática en el país, ya que es la
primera vez que quedan testimoniadas ante un estrado las certezas de la
ciencia respecto de las graves consecuencias en la salud del avance del
modelo de siembra de organismos genéticamente modificados.
El fallo condenatorio del Tribunal
sobre el agricultor Francisco Parra y al piloto aeroaplicador Edgardo
Pancello, de tres años de prisión condicional no efectiva por
violación de la Ley de Residuos Peligrosos (24.051), dejó un
antecedente importante a instancias de un nuevo juicio (causa madre)
donde entre otras cosas se buscará determinar la relación causa/efecto
entre las fumigaciones y las enfermedadesy/o muertes en barrio
Ituzaingó.
Para esta causa ya suman nueve los
imputados, entre ellos seis ingenieros agrónomos, a los cuales se los
acusa por contaminación ambiental dolosa, y los ya condenados en la
sentencia del primer juicio de agosto de 2012, el agricultor Francisco
Parra, el piloto aeroaplicador Edgardo Pancello y el productor absuelto
Jorge Gabrielli.
El modelo en el
banquillo de los acusados
Como expresión de la
relevancia de la resistencia, lucha y toma de conciencia de la gravedad
de las fumigaciones y la presión que ésta genera sobre el sistema
político y judicial, hace pocos días se anunció que en febrero de 2013
tendrá inicio un nuevo juicio por contaminación dolosa en Colonia
Tirolesa, otra localidad cercana a la capital de Córdoba.
En esta causa se lo acusa a Nestor E.
Conci de realizar fumigaciones a un lote sembrado en esta oportunidad
con papa, pero generalmente ocupado por soja, en la zona de Colonia
Tirolesa, con el producto Engeo de Syngenta; un insecticida a base de
thiametoxan y lambdacihatina (neonicotinoide+ piretroide) de categoría
2 (moderadamente peligroso para la salud); aplicado con un equipo
terrestre de arrastre.
La denuncia data de noviembre del
2008, y la fumigación se realizó al costado este del campo mencionado,
a escasos 20 metros del sembradío, donde existe una zona poblada y
habitada por familias de la localidad.
Allí se fumigó violando el retiro
establecido por la Ley provincial 9164. Se estuvo realizando la
aplicación desde la hora 11 de la mañana hasta las 18 hs, con 26,5º de
temperatura, hubo mucho viento todo el día y a las 12.45hs se registró
un intenso viento del oeste de 65 km/hora; Conci continuó con la
fumigación; violaba la distancia a la zona poblada, la temperatura
recomendada y el viento que fue muy superior a los 5 km/h aceptables
como “buenas prácticas” para cualquier aplicación de agrotóxicos.
Durante estos años y como forma de
frenar la peligrosa actividad, en distintas localidades de Córdoba, el
pueblo fue buscando y encontrado formas de organización y resistencia.
Como expresión de la misma se fue pugnado, con distinta suerte,por la
aprobación de ordenanzas que restrinjan la aplicación de agrotóxicos en
cercanía de lugares poblados. La ordenanza de Alta Gracia es un de los
mayores logros del movimiento, ya que prohíbe la fumigación a 1500
metros de zona urbana. A la fecha, son 18 las localidades cordobesas
que tienen ordenanzas que limitan la pulverización con distintos
niveles de restricción.
La resistencia ha
echado a andar
Este año se vivieron
en Córdoba significativas e históricas movilizaciones en defensa de la
soberanía alimentaria, el fin de las fumigaciones y el respeto por la
vida.Primero el apoyo de miles de cordobesxs en las calles para exigir
justicia para las madres de Barrio Ituzaingó y luego para repudiar la
instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas y su símil SYNGENTA en
Villa María.
Lo que parecía un imposible hace un
par de añoscomenzó a aparecer y a consolidarse: una sociedad que se
pronunció masivamente, teniendo en este último trimestre como máxima
expresión la resistencia contra Monsanto.
contramonsanto.jpg
Malvinas Argentinas es una localidad
a 15 km del centro de la ciudad de Córdoba, la misma es la típica
ciudad dormitorio de familias pobres y trabajadoras, rodeada de campos
con distintos cultivos y con una parte de la misma atravesada por la
ruta provincial 19. Esta senda es una arteria importante del pulmón
transgénico ya que conecta Córdoba con Santa Fe.
Es allí donde Monsanto pretende
instalar su planta, y todo el poder político provincial, municipal
y nacional hace su juego para garantizar que la semillera
monopólica eche sus raíces. Curioso escenario se plantea donde sectores
K (gobierno nacional), delasotistas (gobierno provincial) y radicales
(gobierno municipal) muestran un nivel de acuerdo y articulación para
limpiar el camino y coronar el 2014 con la inauguración de la planta.
Pero el camino esta mellado de
conciencia y organización de vecinxs del pueblo que nucleadxs en la
“Asamblea Malvinas lucha por la Vida” han generado en tiempo record más
de una complicación al armado político aparentemente infalible.
Con el correr de los meses todas las
propuestas tendientes a generar una resolución democrática, entiéndase
“consulta popular”, fueron rechazadas de plano por el Concejo
Deliberante de Malvinas, mediando una represión para quienes
protestaban en las afueras de municipio por parte de la policía de
Córdoba y grupos que respondían al Intendente Daniel Arzani.
Otras de las vías donde se ha
planteado la disputa es en el terreno jurídico donde los recursos de
amparo para que no se avanzara con las obras de construcción de la
planta fueron desestimados por el fiscal Anticorrupción de Córdoba,
Gustavo Hidalgo
La presentación penal planteaba que
los acusados (funcionarios provinciales y municipales) incurrieron en
el delito de abuso de autoridad y violación de los deberes de
funcionario público al otorgar pre factibilidad a la radicación y
autorizar el inicio de las tareas preliminares a la construcción de la
planta antes de que la firma hubiera completado los requisitos que fija
la Ley General del Ambiente 25.675.
Pese a los reveses planteados, se
continúa exigiendo que se hagan públicos los informes de impacto
ambiental que a la fecha y con los plazos vencidos aun no han sido
presentados por la Secretaria de Ambiente provincial, la cual autorizó
la ejecución de la 1era. etapa de la instalación de Monsanto en
Malvinas Argentinas.
Para el conjunto delas asambleas son
necesarias políticas públicas que consideren la importancia de
resguardar el ambiente, políticas que limiten la codicia desenfrenada
de los empresarios y sus socios, ya que consideran que: “son estos
empresarios y funcionarios quienes ven en el ambiente:”…un “medio” para
reproducir rápida e ilimitadamente el capital, desconociendo los ritmos
regenerativos de la naturaleza y generando daños ambientales cuyos
costos sufren y pagarán toda la comunidad…”
La resolución N° 595 de la Secretaría
de Ambiente provincial abre nuevos interrogantes al respecto de la
correcta ejecución de los pedidos emanados de la misma, los cuales se
desconocen a la fecha y que solicitan expresamente un plazo de 30 días
para presentar “…los estudios de modelos de dispersión atmosférica
tendientes a obtener proyecciones de contaminantes en el ambiente”, por
ejemplo. Y 45 días para presentar los análisis de agua
correspondientes a la capa freática inmediatamente aguas debajo del
predio de emplazamiento del proyecto…” Entre otras indicaciones,
tampoco se dio a conocer el “Monto de la Inversión y el “cómputo y
presupuesto del proyecto”.
Pero es en el escenario de disputa de
la opinión pública, donde el monopolio Monsanto ha encontrado un hueso
duro de roer, ya que es allí donde el Movimiento se ha presentado con
un fuerte consenso en la población.
Esta situación ha generado que
Monsanto deba invertir miles de pesos en pautas publicitarias, costosos
viajes a periodistas, encargar encuestas telefónicas para conocer más
acabadamente su imagen en la ciudadanía, además de impulsar
reuniones con equipos de distintas redacciones periodísticas para fijar
su “imagen benevolente”.
El progreso que
contamina y mata, no es progreso
Más allá de que la semillera pueda
ejecutar su obra, no hay dudas que no será fácil para ningún gobierno,
de ahora en más, continuar con sus políticas transgénicas, sin que se
encuentre con niveles mayores de resistencia al modelo.
Los puntos de reclamo planteados por
las asambleas socio ambientales sonel rechazo a las políticas
extractivistas y productivistas como la agricultura transgénica y de
agrotóxicos, la megaminería y la minería de uranio y subrayan:
“repudiamos enérgicamente la instalación de la planta de Monsanto en
Malvinas Argentinas, como la de Syngenta en Villa María o la de Dow
Chemical en el norte cordobés”. Además exigen que se respeten los
derechos a la soberanía popular del pueblo de Malvinas Argentinas que
reclama por un plebiscito que decida si se acepta o no la instalación
de Monsanto en ese lugar.Y demandan un sistema productivo que integre a
toda la población, que redistribuya la riqueza que se genere, y que
preserve la capacidad regenerativa del ambiente para que siga siendo
fructífero para todo el pueblo que habita la provincia ahora y en el
futuro.
Fuentes:
•
www.juicioalafumigación.com.ar
•
www.ecoscordoba.com.ar
•
www.zumbalaturba.com.ar
•
http://argentina.indymedia.org/features/cordoba/