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Pueblos originarios, las víctimas invisibles de Malvinas
Por Telam - Thursday, Jan. 03, 2013 at 12:32 AM

Buenos Aires, 2 de enero (Télam).- Las Islas Malvinas, cuya invasión por parte de los ingleses cumple mañana 180 años, resultaron un escenario en el que pueblos originarios del territorio continental argentino fueron utilizados primero por los británicos para poblar el archipiélago, en el siglo XIX, y luego por la dictadura para combatir en la guerra de 1982, dos hechos que quedaron invisibilizados por la historia.

Pese a ser una tierra sin población originaria, el vínculo entre algunos pueblos indígenas y las Malvinas se remonta al siglo XIX, cuando algunos yámanas que habían sido capturados en Tierra del Fuego por expediciones británicas fueron enviados al archipiélago para justificar la instalación de una misión anglicana.
Contemporánea a la llegada de la corbeta Clio, desde la que el 3 de enero de 1833 descendieron los militares ingleses que tomaron las Malvinas, llegó a Tierra del Fuego una embarcación donde viajaban Charles Darwin y tres yámanas que habían sido secuestrados en 1830, enviados a Inglaterra y luego traídos con la finalidad de que actuaran como intérpretes.
Unos años después, uno de ellos, bautizado por los británicos como Jemmy Button, fue enviado junto a toda su familia y otros originarios fueguinos a la isla Kepel (en Malvinas), donde eran "evangelizados" y luego devueltos al continente.
Casi 150 años después de que estos originarios fueran utilizados como punta de lanza para poblar las islas, otro Estado, esta vez el argentino en manos de la dictadura cívico-militar, reclutó a wichis, tobas (q`om) y moscovíes para enviarlos a una guerra cuyo supuesto objetivo era la recuperación de la soberanía argentina.
"Yo estaba esperando la baja del servicio militar cuando nos mandan nuevamente a la instrucción. Nosotros preguntábamos por qué se demoraba nuestra baja y nadie nos respondía", recordó em diálogo con Télam Eugenio Leiva, ex combatiente de Malvinas e integrante del pueblo q`om.
Leiva contó: "Un día nos suben a un avión y cuando bajamos estábamos en un territorio muy frío. Al llegar a las islas nos dicen que estábamos en guerra. Nosotros nos reímos, pensando que se trataba de una broma".
Leiva recordó que, durante los meses en los que estuvieron en Malvinas, fueron "víctimas de torturas y vejaciones por parte de oficiales y suboficiales militares".
"Pasamos días sin comer porque las provisiones se las quedaban los oficiales. Si alguno de nosotros era descubierto buscando comida era estaqueado, así que nos alimentábamos de lo que encontrábamos en el camino, pero hemos pasado una semana sin comer", describió.
Una vez terminada la guerra, de regreso a sus tierras, Leiva junto a otros compañeros formaron en 1983 una organización en Chaco de ex combatientes. "Con el tiempo empezamos a ver que los que éramos originarios nunca recibíamos las ayudas que mandaba el Estado, nunca se nos avisaba cuando se armaban los grupos para viajar y nosotros tenemos el mismo derecho porque defendimos a las islas con el corazón", aseguró.
La necesidad de luchar contra esta discriminación por parte de otros veteranos y de visibilizar la existencia de pueblos originarios entre quienes defendieron Malvinas motivó la creación de una comisión de ex combatientes indígenas, cuyo primer encuentro se realizó en agosto de 2012.
"Chaco y Corrientes son las provincias que más combatientes aportaron a la guerra. Llevamos identificados solo 28 de pueblos originarios pero debe haber muchísimos más", precisó a Télam Juan Chico, integrante del pueblo q`om y presidente de la Coordinadora Audiovisual Indígena de la Argentina (C.A.I.A).
Chico, quien colabora con Leiva en la construcción de esta comisión, lleva más de tres años investigando sobre los ex combatientes que pertenecen a pueblos originarios.
"Primero costó mucho que hablaran porque muchos de ellos nunca habían referido a la guerra. De a poco se fueron animando y comenzamos a reconstruir las historias. Incluso tenemos el caso de un hombre moscoví que nos contó que su hijo fue a la guerra, nunca regresó y nadie le dio una respuesta", detalló.
Los testimonios que Juan fue recogiendo a lo largo de estos años coinciden con el de Leiva: durante la guerra los originarios que participaron no se sintieron discriminados por los otros combatientes, pero al regresar la situación fue diferente.
"Nuestros pueblos tienen una larga tradición en la lucha por defender la soberanía y el territorio, la guerra de Malvinas fue una de esas batallas", sintetizó Chico.
Y Leiva concluyó: "No solo queremos contar que participamos en esa lucha de Malvinas, que la llevamos en el corazón, sino también defender hoy nuestros territorios, que muchas veces se ven amenazados por estafadores que intentan sacarnos las tierras a cambio de monedas". (Télam).

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