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El álbum del genocidio
Por Fuente: chamuyoweb - Wednesday, Jan. 09, 2013 at 10:09 AM

La fotogalería “Prisioneros de la ciencia”, que se exhibe hasta marzo en el Centro Cultural para la Memoria Haroldo Conti, cuenta una historia de horror y reflexiona sobre el rol de la ciencia

El álbum del genocid...
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A lo largo de 25 fotografías dispuestas en la galería del Centro Cultural Haroldo Conti, el Colectivo Guías (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social) cuenta una historia de horror: en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ubicado en La Plata, funcionó un centro de concentración en el que los pueblos originarios fueron considerados un objeto de estudio vivo y de exposición una vez muertos.

Se exhibe hasta el 13 de marzo con entrada gratuita, se llama “Prisioneros de la ciencia” y muestra las fotos de mujeres y de hombres originarios, niños y adultos, vestidos y desnudos, de frente y de espalda, pero también revela la imagen viva de muchos de aquellos cuyos restos incrementaron las arcas óseas del museo (estimadas en 10.000 cuerpos).

Asimismo, la fotogalería da cuenta de una discusión ética y política que se da en torno al rol de la ciencia y refleja el inicio de una nueva época, signada por la restitución de los cuerpos de los primeros desaparecidos.

El álbum. Invitados por el Conti, Guías exhibe 25 fotos tomadas en "una expedición realizada por Lehmann-Nitsche, un alemán que estaba al frente de la división de Antropología del museo en ese entonces, y el fotógrafo Carlos Bruch al Ingenio La Esperanza, en San Pedro, Jujuy, para hacer mediciones antropométricas" a los habitantes de esa comunidad, repasa el integrante de Guías, Miguel Añon Suarez.

Las imágenes fueron halladas en sus negativos originales entre la colección del museo e integran la investigación El familiar del Ingenio La Esperanza en el Museo de La Plata 1906, en la que Guías contextualiza la apropiación de cuerpos de wichís (algunos asesinados y otros trasladados con vida al museo), por parte del museo a fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

A lo largo de su investigación, Añon Suarez concluye que "el objetivo oculto de estas campañas era el de la apropiación de la tierra, el de construir la imagen del otro como salvaje y primitivo para justificar el genocidio que se estaba llevando a cabo", mientras que el objetivo manifiesto fue el del "aporte a la ciencia porque eran pueblos en vías de extinción" y, para consumar la construcción de la imagen, se valieron de la fotografía "descontextualizada".

En ese sentido, el integrante del colectivo pone en duda toda la argumentación científica posible que ayer y hoy se le pudiera dar al material porque "las fotografías no muestran una herramienta, una regla, o un elemento propio de las formas de medición antropométricas sino que exhibe personas desnudas de frente y perfil, en algunos casos tipo prontuario policial".

"En realidad, los pueblos originarios estaban siendo fusilados, asesinados, trasladados a distintos campos de concentración. Uno de ellos fue el Museo de La Plata, adonde el Cacique Inakayal, su familia, y otros, fueron llevados prisioneros, como objetos de estudio vivos, para fotografiarlos y, una vez muertos, descarnados y exhibidos en las vitrinas", resume Añon Suarez.

"El museo ocupó un lugar de estrategia geopolítica", porque en él se cuenta la historia natural del país y en ese relato los pueblos originarios fueron cosificados, vaciados de historia, política y condición de sujetos, para transformarlos en "un objeto más de la colección, donde la civilización queda expuesta como un proceso natural, evolutivo".

El colectivo. El Colectivo Guías se formó en 2006 por alrededor de quince egresados y estudiantes de la Universidad Nacional de Ciencias Naturales y el museo, con el objetivo de conocer el origen de los restos humanos del museo, retirarlos de exhibición y restituirlos a sus comunidades.

Ese mismo año, Guías consiguió que el museo retirara de las vitrinas los restos humanos, aunque no toda la comunidad científica lo celebró, porque "en muchos casos, su mirada sigue siendo biologicista", cuestiona Añon Suarez y la diferencia de la propia, orientada a entender la ciencia como "herramienta para el cambio" y "al servicio del pueblo".

"La lucha central de los pueblos originarios hoy es por la tierra y cuando nosotros restituimos un cuerpo, lo hacemos a la comunidad que lo reclama y, al mismo tiempo, reafirmamos esa lucha por el territorio", celebra Añon Suarez.

Dos miradas. Prisioneros de la ciencia forma parte de la muestra Pueblos Originarios: Dos Miradas, que también está integrada por “Los ojos de la tierra”, fotogalería compuesta por imágenes tomadas con cámaras estenopéicas por miembros de los pueblos Mapuche y Quom en el marco del Proyecto Raíces. Dos muestras que se complementan y que se contraponen.

"’Los ojos de la tierra’ contrasta con ‘Prisioneros de la ciencia’, en la que la gente fue obligada a pararse delante de cámara y a desnudarse, ese es el contrapunto, la propia mirada versus la que tuvo el occidental en esa época", destaca Añon Suarez.

Al momento de señalar la importancia de la muestra, el integrante del colectivo subraya la de "denunciar el rol que tuvo la ciencia" porque "la ciencia no es neutral, siempre hay un proyecto político detrás".



El Centro Cultural para la memoria Haroldo Conti queda en Av. Del Libertador 8151 (ex Esma).

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