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Cuba y Brasil fabrican vacunas ‘urgentes’ para África
Por diario Titular - Friday, Jan. 11, 2013 at 11:57 AM
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La llamada triangulación “Sur-Sur-Sur” permite que países del tercer mundo se unan para ayudar a poblaciones necesitadas también del tercer mundo, produciendo ayuda más barata que la que aportan los países del Norte.

En 2006, la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó la urgente ayuda internacional, porque se requería una producción masiva, a precios bajos, de vacunas contra la meningitis A y C. Serían destinadas a 23 países del “cinturón de la meningitis” de África, desde Senegal hasta Etiopía, con 430 millones de habitantes.

Las multinacionales farmacéuticas de Europa y EEUU, los principales fabricantes de esa vacunas, las vendían a u$s 50 dólares por unidad. En vista del volumen de la compra que se aprestaba a hacer la OMS, llegaron a reducir el precio a u$s 20 dólares, lo que de todas maneras superaba los presupuestos de la entidad.

Entonces dos laboratorios públicos, el Instituto Finlay de Cuba y el Instituto Bio-Manguinhos de Brasil, se asociaron para fabricar la vacuna vax-MEN-AC, específica para las meningitis que asuelan esa región de África. En Cuba se produce el principio activo y en Brasil se hace el proceso de liofilización y envasado. El precio de cada dosis es de 95 centavos de dólar.

En cinco años, la asociación Brasil-Cuba ha fabricado 19 millones de vacunas para África, que son adquiridas y distribuidas por la propia OMS, la UNICEF, Médicos Sin Fronteras o la Cruz Roja. Esta notable y eficaz iniciativa de cooperación en gran escala es ignorada por los medios del primer mundo, contrastando con la permanente publicidad que reciben la fundación Bill Gates, o proyectos de empresas privadas de impacto insignificante, dirigidos por el marketing antes que por el afán de solucionar problemas reales.

Las asociaciones productivas como las de Cuba y Brasil cuestionan ciertos tópicos de la cooperación internacional, como que sólo los países del Norte estarían en capacidad de “ayudar” a los del Sur. Esto es algo que a lo largo de más de medio siglo no ha demostrado real eficacia en la solución de problemas, pero sí en la profundización de la dependencia de los países del Sur respecto de los del Norte.

Otro concepto manido es que el “mercado” y las empresas privadas –vg. las multinacionales farmacéuticas- son eficientes, mientras que la iniciativa pública sería inepta. En este caso, las vacunas para África muestran que la decisión política de dos gobiernos permitió salvar las vidas de millones de personas abandonadas por el “mercado”.

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