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La Araucanía, la suma de errores que no se han corregido
Por Fuente: Patricia Garzo - Sunday, Jan. 13, 2013 at 11:48 AM

En los últimos días se ha agudizado el conflicto de algunas comunidades mapuches con el Estado por la acción de grupos aislados descolgados de las organizaciones mapuche que han reivindicado sus demandas en los últimos años. Lamentable es la muerte del matrimonio Luchsinger-Mackay, tan deplorable como la de Alex Lemun, Matías Catrileo, Jaime Mendoza Collio y el sargento Hugo Albornoz. Es penoso también que comuneros mapuches tengan que realizar huelgas de hambre para que la justicia agilice los procesos que se les sigue y les conceda el trato que les corresponde en derecho. Tengo la certeza que todos han sido víctimas de errores que no cometieron y que hoy día paga toda la comunidad regional, afectada por la situación que se vive en la Araucanía.

La raíz del problema está en los errores que cometió el Estado a lo largo de más de 150 años. Primero por la violencia con que actuó cuando invadió las tierras indígenas en el siglo XIX, cuestionada por personeros de la misma época; en segundo lugar, por su incapacidad para contener los atropellos e injusticias que se cometieron cuando ya había conseguido reducir al pueblo mapuche; luego, por haber ocultado una historia, que los mapuches no han olvidado, y, por último, por las políticas centralistas que tanto han perjudicado a las regiones.

El Estado fracasó. Su propósito de instalar en la zona a pequeños y medianos propietarios se desplomó. Se pensó que las tierras comunales y las que entregó a ocupantes nacionales y extranjeros eran suficientes. Sin embargo, ya instalado en la región mostró su incapacidad para contener la voracidad de algunos hombres de fortuna que acumularon tierras de modo fraudulento, engañando a comuneros mapuches y a numerosos pequeños propietarios. En medio de estos abusos se constituyó la gran propiedad que empobreció a buena parte de la población y a la región en general.

Más tarde el mismo Estado acentuó políticas centralistas que provocaron más pobreza de la región. Puesta la agricultura al servicio del modelo industrializador a partir de los años 40 del siglo XX, nuestra agricultura, ganadería y actividad forestal decayeron, afectando dramáticamente a las comunidades indígenas. Empezó el éxodo mapuche hacia Temuco, Concepción, Santiago y Valparaíso con ello una conciencia más cabal del daño que había provocado el Estado.

Desde entonces poco se ha hecho para corregir estos errores. El pueblo mapuche y la región en su conjunto han bregado insistentemente por avanzar en la solución de sus problemas, agudizadas por la presencia de las forestales que, a la larga, extraen las riquezas de la zona y acumulan miseria en la zona. Sin embargo, poco se ha avanzado y en este momento estamos pagando las consecuencias de estos errores.

Es cierto que el conflicto Estado-Pueblo Mapuche es de una enorme complejidad y que son muchos los factores que lo han ido agudizando; pero hoy, en medio del dolor que provocan las muertes de Alex, Matías, Jaime, Hugo, el matrimonio Luchsinger-Mackay y la situación de los presos mapuches, hemos llegado a un punto en que definitivamente debemos tomar conciencia que es una situación que no se puede prolongar. Los llamados al diálogo se hacen más fuertes y la voluntad de amplios sectores por aquietar los ánimos y construir juntos un destino común, aceptando la diversidad tan enriquecedora de la región, se expresa en cada rincón de esta vieja Frontera. Con dolor de estos días, se abren también esperanzas.

Perfil Autor


Premio Nacional de Historia 2012, historiador y académico de la U. de La Frontera es especialista en historia social y demografía histórica, y experto en problemática Mapuche.

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