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Cristina, Vietnam y Monsanto
Por (reenvio) Eduardo Soler -
Monday, Jan. 21, 2013 at 4:28 PM
Desconocimiento
o cinismo. ¿Le habrán comentado a la Presidente Cristina Fernández que
los túneles que visitó en Vietnam tenían como una de sus funciones
escapar del "agente naranja" aplicado en la guerra? Un poderoso químico
utilizado por Estados Unidos, producido por la corporación de ese país
Monsanto, con la cual el gobierno kirchnerista construyó una relación
estratégica en su modelo de los agronegocios.
Las "paradojas de la historia" siempre aparecen. Ayer la Presidente
Cristina Fernández difunde sus imágenes en los túneles que se usaban en
la Guerra de Vietnam, mostrándose conmovida por lo hechos ocurridos
hace 35 años. El mismo día, un programa de la televisión pública se
animó a mostrar el lado oscuro de los agronegocios; los pueblos
fumigados, como en el caso de Córdoba que luchan contra la instalación
de Monsanto auspiciada por el gobierno. Y casualmente, hace sólo unos
días, expertos vietnamitas analizaron los efectos que aún causa el
"agente naranja", cuyo principal productor fue esa corporación
estadounidense, y que fue utilizado por el ejército de ese país durante
la guerra para vencer a la selva donde se escondían los combatientes
vietnamitas. Por ello también construyeron túneles.
Un artículo de Dario Aranda, publicado primero en La Vaca, y luego en
extenso por el periodista la semana pasada, da más información sobre la
relación entre Monsanto y el "agente naranja". Para ello cita a Brian
Tokar, director de investigación en biotecnología del Instituto de
Ecología Social de Vermont. En su investigación “Monsanto: Una historia
en entredicho” brinda una información clave sobre el agrotóxico: “era
una mezcla de químicos que provenía de varias fuentes, pero el agente
naranja de Monsanto tenía concentraciones de dioxina muchas veces
superiores al producido por Dow Chemical, el otro gran productor del
defoliante”. El dato será retomado por Marie Monique Robin en su libro
y su documental, titulados "El Mundo según Monsanto".
Siguiendo el informe periodístico de Aranda, según la investigación de
Tokar, "ese hecho convirtió a Monsanto en el principal acusado en la
demanda interpuesta por veteranos de la guerra de Vietnam, que
experimentaron un conjunto de síntomas atribuibles a la exposición al
Agente Naranja". En palabras del investigador: “Cuando en 1984 se
alcanzó un acuerdo de indemnización por valor de 180 millones de
dólares entre siete compañías químicas y los abogados de los veteranos
de guerra, el juez ordenó a Monsanto pagar el 45,5 por ciento del
total”. Claro que según Monsanto la versión es otra, mucho más
inocente. Esto encontró ComAmbiental en su página web: "No se
encontraron culpables. Fue un acuerdo por ambas partes en lugar de
emprender un juicio largo y complicado".
Esto no es todo. Porque si los veteranos estadounidenses consiguieron
al menos una indemnización de Monsanto, las millones de víctimas de
Vietnam no tuvieron la misma suerte. Según informó Prensa Latina el 12
de enero, este mes incluso se sigue debatiendo las secuelas que aún hoy
deja el uso del "agente naranja", que Monsanto como tal fabricó y avaló
su uso, siendo al menos co-responsable junto al Estado de Estados
Unidos. Le Ke Son, subdirector de la Administración ambiental de
Vietnam, recordó que el territorio del país fue atacado con 18 millones
de galones (68 millones de litros) de dioxina. La autoridad "señaló que
casi cinco millones de personas fueron expuestas, muchas de sus
víctimas murieron y otros millones de descendientes sufren deformidades
y enfermedades crónicas".
Es la misma corporación, Monsanto, a la que Argentina le abrió sus
puertas, para realizar una verdadera experimentación a gran escala. En
el programa de ayer en la Televisión Pública de Científicos Industria
Argentina, con Adrián Paenza, se dio alguna información valiosa al
respecto. Por caso, se recordó que fue Felipe Sola, durante el gobierno
menemista, quien avaló el uso del glifosato, el nuevo producto estrella
de la corporación, para la cual se utilizaron documentos en inglés
provistos por la propia empresa. Para Norma Giarracca, del Grupo de
Estudios Rurales, el problema mayor es la aplicación masiva: 300
millones de litros de glifosato por año. Entonces, sobre la toxicidad:
"Esté comprobada o no, en cuestiones de salud humana tiene que
prevalecer el principio precautorio".
El principio precautorio se aplica sobre lo que no se conoce. Con más
precisión, sobre lo que se conoce que no se conoce. La primera cuestión
la comprobó ya el ingeniero Horacio Beldoménico, de la Universidad del
Litoral, quien hizo el peritaje sobre la toxicidad del glifosato. Como
conclusión de su participación televisiva, se afirma que no existen
estudios suficientes sobre los impactos en Argentina. Como ya fue
explicado en otra oportunidad por ComAmbiental, cuando surgió el
llamado "conflicto con el campo" por la rentabilidad del modelo de
agronegocios, hubo un resquicio para cuestionar la soja transgénica y
el glifosato. Se encargó al CONICET realizar un informe, que luego se
diluyó por el cambio en la política. El investigador Andrés Carrasco
llegó a decir: "es un experimento masivo".
Ayer el programa alcanzó el cruce más fuerte entre el conductor Paenza
y una de sus invitadas. Fue Sofía Gatica, una de la Madres del Barrio
Ituzaingó Anexo de Córdoba, quien sufrió la muerte de un hijo, y desde
allí lideró la organización local, emblema de los pueblos fumigados que
luchan para no serlo. En el programa contó: "Hay niñitos que nacieron
sin maxilar, chiquitos que nacieron con seis dedos". Y reflexionó: "Es
un Modelo que mata personas. Un negociado que están haciendo con
nuestra salud". Frente a esta realidad, Paenza preguntó si la
Presidente lo conoce. "Yo creo que sí", respondió Sofía. Viendo las
imágenes y las declaraciones que llegan desde Vietnam, no podemos más
que preguntarnos lo mismo. ¿Conoce la Presidente que negocia una
alianza estratégica con una corporación bíocida?
El dato. La "Guerra de Vietnam" se luchó entre 1964 y 1975, donde
Monsanto embolsó grandes ganancias por su venta del agente naranja, que
mató a miles de campesinos. En 1976, según informa Aranda, la misma
corporación lanza su nuevo producto estrella: el herbicida Roundup (a
base de glifosato). “Pasaría a convertirse en el herbicida más vendido
del mundo”, con una aplicación masiva en nuestro país. Como muestra de
su brutal falta de ética, Monsanto intenta ahora volver a Vietnam, esta
vez para vender sus semillas transgénicas y sus nuevos agroquímicos.
Con la resistencia local, como siempre.
Ver también:
"La corporación", por Darío Aranda.
"Agrobierno", por ComAmbiental.