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"A mi hermano lo mato la policía", dice Teresa Tisera, agente policial
Por Tomás Eliaschev - Saturday, Feb. 02, 2013 at 12:39 PM
torniyo@gmail.com

Damián Sepúlveda apareció ahorcado en una comisaría de General Madariaga. La versión policial habla de suicidio. Para la hermana, todo fue armado por la Bonaerense, donde ella misma revista. Una fuerza bajo sospecha, desconfianza en la pericia y el pedido de que se rehaga la autopsia.

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La agente policial Teresa Tisera no tiene dudas. Ante quien quiera oírla, sostiene que a su hermano, Damián Alejandro Sepúlveda, lo mataron en la comisaría de General Madariaga. Los policías que estaban en el lugar el pasado domingo 13 de enero dijeron que se había suicidado, ahorcándose con su propia remera en el calabozo donde permanecía detenido por una supuesta riña. “Fue claramente un homicidio. A mi hermano Dani lo mató la policía”, dijo Tisera, en diálogo con Veintitrés.

–¿Por qué desconfían de la versión policial?

–En principio nunca confiamos en la pericia que se hizo en el instituto forense de Lomas de Zamora, que dirige Alfredo Romero, que es ex policía. No sabemos bien el horario en el que murió. Ellos dicen que fue a las 11 de la mañana, al padre le avisan a las 20. Lo llevaron detenido por una contravención, dicen que tenía un arma blanca pero no hay testigos. Lo tuvieron alojado en un calabozo, era el único detenido. Una hora después apareció ahorcado con su remera. El padre de mi hermano nunca reconoció el cuerpo, no le avisaron, pese a que vive a 8 cuadras de la comisaría.

–¿Usted tampoco pudo ver el cuerpo?

–No, se lo llevaron antes de que pudiéramos constatar que era él. ¿Qué quieren ocultar? Ellos dicen que se ahorcó, tenía una chomba manga corta. Dicen que se hizo dos nudos perfectos, es imposible. Su rostro y su cuerpo estaban brutalmente golpeados, lo vimos en las fotos. En la autopsia ni lo mencionan. Las declaraciones de todos los efectivos policiales que estuvieron ese día son una falta de respeto, una burla. Incurrieron en muchas contradicciones en sus declaraciones. Hay cosas que no cierran. Por eso pedimos que se haga una reautopsia, que se hará el próximo 8 de febrero.

–¿Cómo era su hermano?

–Jamás, pero jamás, se pudo haber quitado la vida. Era una persona alegre. Como su hermana lo conozco perfectamente. Tenía 27 años, trabajaba arreglando cosas en un campo. Los fines de semana venía a Mar del Plata a vernos a nosotras. El viernes le había mandado mensajes a mi hermana en los que le decía que el próximo fin de semana vendría a visitarnos y a hacernos un asado. Es el único varón de 8 hermanos que somos. Tenía su motito. Pronto iba a ser el bautismo de su ahijado, amaba a sus sobrinos. Era una persona súper divertida. Estaba construyendo una casita para mi mamá, que vive con nosotras en Mar del Plata, quería llevársela a vivir con él.

–¿Antes había tenido problemas con la policía?

–La policía lo venía hostigando. No quería andar solo, siempre lo paraban, le querían sacar plata. En Madariaga, si no tenés plata vas preso. Nadie dice nada. Golpean a los jóvenes, los hostigan. Mi hermano, por miedo, no le decía nada al padre. En una oportunidad, un policía le pegó un escopetazo con postas de goma. La mujer de su padre se dio cuenta porque encontró su pantalón roto, lleno de sangre; mi hermano dijo que no lo denunciaran para que no lo agarren de “hijo”. Siempre se lo llevaban, hace dos años estuvo demorado 35 días porque se le juntaron contravenciones. Esa vez estuvo 7 días incomunicado. Le deben haber dado una terrible paliza.

–¿Cuando se enteraron fueron a la comisaría?

–Fuimos ese mismo domingo. Nos atendió el subcomisario Néstor Rubén Serafini, que no se presentó. Él nos dio la noticia de que mi hermano se había matado con una remera, nos dijo que hagamos lo que teníamos que hacer. Había un ayudante de guardia en el sillón, nos atendieron despectivamente, no nos dieron información, no había libro de guardia. Esa gente no está capacitada para formar parte de una fuerza de seguridad.En la comisaría me empezaron a hablar mal, cuando me presenté como efectivo policial pusieron una cara…

–¿Qué siente ante la sospecha de que los presuntos asesinos sean policías?

–Siento vergüenza y frustración de formar parte de una institución donde hay gente como los que mataron a mi hermano. Yo al uniforme lo llevé siempre con orgullo. Cuando entré a la fuerza, veía a los policías como héroes. En la comisaría 15 de Mar del Plata hacemos las cosas lo mejor posible. Este es un trabajo arriesgado, más para las mujeres, las que tienen hijos los tienen que dejar, no es mi caso. Se pierden muchas cosas. Es un trabajo muy sacrificado. Lo hacemos al servicio de la comunidad, lo hacemos de corazón.

–¿Cómo fue la respuesta de sus compañeros de trabajo? ¿Va a seguir en la fuerza?

–La respuesta de mis compañeros fue de total apoyo, me dan aliento para que siga hasta el final. Esto pasó un domingo 13, el 14 me habló mi jefe, me puso en el Nextel en comunicación con el jefe de departamental, me dijo que contara con ellos para lo que necesite. No quiero estar más en la calle portando un arma, voy a pedir que me pasen al 911. Formo parte de una institución, pero dentro de esta institución mataron a mi hermano. Tengo un sentimiento muy encontrado. Lo que pasó con mi hermano está mostrando algo, que quizás no sea éste mi lugar.

–¿Había escuchado que la policía cometía este tipo de crímenes?

–Escuché casos, como todo el mundo, como cualquier vecino. Pero nunca participé ni fui testigo ni nada por el estilo, nunca tuve conocimiento de cerca de algo así. Es muy shockeante, no lo puedo creer, gracias a Dios nunca vi una cosa así ni de cerca. Ahora me entero de que en Madariaga ya habían sucedido casos similares.

–¿Cómo van a seguir?

–Más que nunca, estamos convencidos de que a mi hermano lo mataron los policías en la comisaría de General Madariaga. Estamos dispuestos a llegar hasta al final. Los responsables son ellos. Tienen que pagar. Quiero que la muerte de mi hermano no sea en vano, que se pueda derogar el código contravencional vigente que le da a la policía poder de hostigar, torturar y asesinar a los jóvenes.
30.01.2013

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