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Las injusticias del "modelo", el narcotráfico y la politiquería siguen condenand
Por FPDS (Corriente Nacional) Rosario - Thursday, Feb. 07, 2013 at 6:50 PM

Las injusticias del "modelo", el narcotráfico y la politiquería siguen condenando a nuestros jóvenes

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jueves, 7 de febrero de 2013

Frente al desplazamiento del Jefe de la Policía Santafesina y el asesinato de Maximiliano El Quemadito Rodriguez. Declaración del Frente Popular Darío Santillán (Corriente Nacional) Rosario

El desplazamiento del jefe de la policía santafesina y el asesinato de Maximiliano El Quemadito Rodríguez parecen escenas de una película ya vista. Individuos que caen y son reemplazados por otros. Funcionarios y dirigentes de variado pelaje cruzan acusaciones, prometen, exigen, como si las culpas fueran solamente ajenas. Mientras tanto, las maquinarias infernales, alimentadas a sangre y dinero, siguen intactas.

Desde el Frente Popular Darío Santillán- Corriente Nacional expresamos nuestra profunda preocupación por esta situación y reclamamos soluciones integrales, de fondo. Reclamamos políticas públicas para la pibada de los barriadas populares: vivienda, trabajo, educación, salud, deporte; que se avance en una profunda reestructuración de la fuerza policial; que se desmantele la red de negocios entre policia y sectores del poder político y judicial; que se investigue y condene a los grandes capitalistas, los que viven en el lujo, lejos de la periferia, y lucran con la vida de nuestros pibes y pibas.

Todos quemados

Dos escenas tejen la trama social y política de nuestra ciudad. Por una parte, el teatro mediático que protagonizan funcionarios del gobierno provincial y municipal, y representantes del justicialismo autóctono y funcionarios nacionales. Fuegos verbales cruzados, chicanas y bajezas son el común denominador. Ni un mínimo de autocrítica y reconocimiento de la gravedad de la situación. Parece que los mueve un frío cálculo electoral: cómo se golpea de la mejor forma para rapiñar un votito por acá, y otro por allá.

La otra escena, que compone la vida real y cotidiana de la otrora ciudad obrera, hoy devenida en asilo del boom sojero, es dominada por las caras visibles del millonario negocio del narcotráfico: bandas delictivas que derraman sangre en su encarnizada lucha territorial al amparo de la connivencia policial.

Soldados y generales

El asesinato de Maximiliano Rodriguez, el hijo del Quemado, realizado a plena luz del día en la esquina de Corrientes y Pellegrini, es un capítulo más de este drama diario. Maximiliano Rodriguez era uno de los imputados en la causa conexa al Triple Crimen de Moreno; causa en la que se investigaban los enfrentamientos previos a la fatídica madrugada del 1 de enero de 2012 en la que fueron asesinados –por un grupo comandado por el Quemado- nuestros compañeros Jere, Mono y Patóm. Había sido excarcelado el 28 de diciembre pasado, cuando se había cambiado la carátula de la causa en la que se juzga el ataque a Facundo Osuna ocurrido tres días antes del triple crimen de Villa Moreno, tras haberse modificado la calificación de "tentativa de homicidio" por la de "lesiones graves".

Estas bandas –que responden a familias históricamente vinculadas al negocio narco en la región- son la cara visible de una organización criminal que produce ganancias fabulosas al tiempo que instala la violencia y la muerte como forma de vida. Como ha señalado con insistencia el periodista Carlos del Frade, el incremento exponencial de este enorme negocio capitalista y los homicidios que ocurren en las calles rosarinas, son la cara de la misma moneda. Estas bandas criminales, con sus jefes y “soldaditos”, son sólo eso: la punta del iceberg. Debajo de la superficie, existe un entramado que involucra a la institución policial, a la Justicia y al poder político (por acción u omisión), empresarios y “profesionales” (abogados, contadores) inescrupulosos. Ellos son los grandes ganadores de este negocio. Y no suelen aparecer en las páginas de la sección policiales. Lavan hasta su nombre.

La salida del cuestionado ex jefe policial e investigado por enriquecimiento ilícito, Cristian Sola, parece hasta ahora un mero cambio cosmético. Es que a pesar de los sucesivos cambios en la cúpula de la provincia, la estructura y los negocios oscuros siguen siendo intocables. Después de haber provocado la renuncia del ex ministro de seguridad, Leandro Corti, el gobierno del Frente Progresista parece haber archivado cualquier intento de reestructuración profunda de la fuerza policial.

Modelos

Una política decidida a enfrentar al negocio del narcotráfico debe abordar diversas aristas para ser viable y no sólo una nueva puesta en escena coyunturalista y ultramediática. Debe intervenir por abajo, en el contexto que posibilita la inserción y reproducción del narcotráfico, y por arriba, desarmando la red de complicidades.

La persistencia de bolsones de pobreza y exclusión, a pesar del crecimiento económico a tasas chinas de los últimos 9 años, no es un fenómeno externo al modelo que defiende el kirchnerismo ni un “daño colateral”. Por lo contrario, es una consecuencia clara de la continuidad de un patrón distributivo regresivo, donde las políticas sociales sólo se han dirigido a aliviar las situaciones más críticas. Y, también cabe indicar, existe una gran responsabilidad de parte de los gobiernos municipales que, al ritmo del boom sojero e inmobiliario, optaron por mirar más al Paraná que dirigir sus esfuerzos hacia los barrios. El retraimiento de las políticas sociales de la Municipalidad, insistentemente denunciado por los trabajadores y trabajadoras de la Secretaría de Promoción Social, es una muestra contundente de las prioridades del gobierno socialista.

Así, las barriadas populares se convierten en un ámbito propicio para la instalación de bandas narco. Sin estudio, trabajo ni futuro, para la pibada convertirse en soldados representa la fantasía de acceder a un mundo de acción, dinero fácil y drogas. Un acceso efímero, que termina con los pibes asesinados por otras bandas y la misma policía por el control del territorio.
Para desarticular el narcotráfico y prevenir el delito organizado, las cámaras de seguridad –o, para ser más precisos, de vigilancia- no sirven para casi nada. Sólo para engordar los bolsillos de los mercaderes del nuevo negocio de la inseguridad.

Alternativas

Desarticular el narcotráfico implica atacar los poderes de hecho que lo sostienen y elaborar un nuevo paradigma de seguridad que necesariamente precisa de un cambio del contexto social. Es necesario que los peces gordos sean investigados y condenados. Pero resulta fundamental que existan políticas públicas dirigidas a garantizar derechos básicos como el acceso a la vivienda, a la educación y a la salud, para que las expectativas de nuestros pibes no se reduzcan a ser un soldaditos.

¡Jere, Mono, Patóm y César, presentes!

¡Basta de matar pibes y pibas en los barrios!

¡Desmantelamiento de negocios entre policía, poder político y judicial!

¡Por una vida digna para toda la juventud!

Frente Popular Darío Santillán- Corriente Nacional
regional Rosario

Santiago Pampillón (Ciencia Política y RRII, Psicología, Arquitectura, Veterinaria) el grito (Humanidades y Artes)
Agrupación de trabajadores y trabajadoras La Fragua
Colectivo feminista Malasjuntas
Colectivo cultural Digna Rabia
Espacio de Derechos Humanos
Espacio de Bienes Comunes

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