Julio López
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¿Quienes somos los que venimos del CC-POR y fundamos el SR?
Por Socialismo Revolucionario - Friday, Feb. 22, 2013 at 10:34 AM
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Síntesis de nuestro perfil político

¿Quienes Somos?
¿Por qué Socialismo Revolucionario?
Nuestra organización es un pequeño grupo de militantes que lucha contra este sistema de explotación, el capitalismo.
Partiendo de las reivindicaciones avasalladas por este régimen social (trabajo, educación, salud, vivienda, etc.), estamos convencidos que su satisfacción plena sólo es posible “cambiando el mundo de base”, es decir expropiando los medios de producción en poder de la burguesía y organizando la sociedad sobre bases socialistas. La historia ha demostrado que esto es posible, y que dicha organización social es ampliamente superadora respecto del capitalismo.
Las derrotas sufridas, y las propias dificultades de la construcción socialista, han hecho que la inmensa mayoría de los obreros (y mucho menos, el resto de los explotados de la ciudad y el campo), NO son concientes de esa posibilidad. Más bien, consideran “compatible” su bienestar con el sistema capitalista. El sindicalismo reformista es expresión de esta conciencia de clase limitada a lograr mejoras bajo este sistema. Sabemos que una inmensa cantidad de luchadores no comparten el eje estratégico de nuestro combate. Sin embargo, actúan en la primera línea de fuego junto a nosotros en la pelea cotidiana. Batallamos permanentemente por la construcción del Frente Unico con ellos, de modo de aumentar las posibilidades de victoria contra el enemigo común: el gran capital, la gran burguesía, el Imperialismo. El camino estratégico hacia la revolución socialista presenta muchas estaciones, batallas parciales, que pueden ser victoriosas, lesionando al sistema, aunque no signifiquen su derrocamiento inmediato.
Nuestra existencia es una expresión más de la enorme dispersión de la llamada izquierda en general, y de quienes reivindicamos el marx-leninismo-trotskysmo en particular.
Entendemos que existen en estos momentos, a lo largo y ancho del planeta, infinidad de grupos que intentan avanzar como lo hacemos nosotros.
Como nuestra historia, su recorrido seguramente enseñe que el burocratismo y el sectarismo autoproclamatorio es uno de los factores fundamentales de esta dispersión, de esta desagregación.
De hecho, quienes nos agrupamos en “SOCIALISMO REVOLUCIONARIO” provenimos de una organización (el CC-POR) donde dos dirigentes adoptaron una postura expulsiva de la mayoría de los militantes, simplemente para impedir que el XVº Congreso de la organización avanzara en revisar las Pautas Programáticas y la línea política del grupo. (ver documentos preparatorios)
Estos dirigentes repiten así, como farsa, una vieja historia que también padecimos: el burocratismo sectario de las tendencias internacionales de las cuales provenimos varios de nosotros: el PO de Argentina, el POR boliviano, el morenismo.
Seguimos reivindicando el eje estratégico de la construcción de un partido obrero revolucionario.
¿Por qué obrero? Sencillamente porque tal cualidad indica el lugar rector de la clase obrera en la producción de bienes y servicios bajo el capitalismo, lo que queda puesto de relieve cuando una huelga general paraliza un país, así como también cuando todas esas energías son puestas en funcionamiento bajo un plan único de la economía. La palabra “obrero” debe ser comprendida en su sentido más amplio, y especialmente en su sentido ideológico-programático: somos los trabajadores los portadores de la posibilidad de atacar la propiedad privada de los medios de producción, somos los portadores potenciales de la perspectiva socialista para toda la humanidad.
El adjetivo revolucionario apunta a subrayar justamente una delimitación con esa inmensa mayoría de los trabajadores y sus direcciones. Luchamos por salarios y por empleo, pero bajo la concepción de un Programa de Transición, que conduzca a la lucha por el poder.
Creemos que tamaño cambio revolucionario no lo puede producir un grupo de iluminados: sólo puede ser el resultado de acciones de masas. Pero para esto es preciso que los explotados tomen conciencia de tal necesidad, pariendo de su propio seno a la vanguardia revolucionaria, a la dirección, al partido. Nos delimitamos, pues, de toda práctica foquista o terrorista individual, que lejos de ayudar a esa maduración, opera como abortivo de la propia experiencia de los trabajadores, facilitándole el juego, no pocas veces, al enemigo de clase.
Consideramos que tal partido obrero revolucionario no es una realidad aún, y más allá que existe tendencialmente en múltiples grupos que esbozan la arquitectura de su construcción, y existe en las tradiciones programáticas e ideológicas del marxismo, no vemos posible en el corto-mediano plazo su concreción práctica. Por eso, sin renegar de ese trabajo estratégico, hemos bajado las expectativas inmediatas a lo que realmente somos: un pequeño grupo de militantes SOCIALISTAS REVOLUCIONARIOS.
Poner en pie este grupo, elaborar su programa y su línea política, construir colectivamente sus cuadros, insertarlo entre las masas es, para nosotros, la tarea central que fija el tiempo histórico actual.
Esta tarea va más más allá de nuestra vida biológica: es la herencia trascendente que debemos legar a las nuevas generaciones, fuera cual fuese el éxito inmediato de nuestro accionar.

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