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Malvinización y desmentirización lll
Por Dr. Oscar Abudara Bini - Sunday, Feb. 24, 2013 at 11:23 AM
drabudarabini@yahoo.com.ar

El prólogo del libro escrito por su compilador, FERNANDO DEL CORRO, resume el contenido y principios del mismo

Introducción por Fernando DEL CORRO (compilador)


A comienzos de este 2013 se cumplieron 180 años de la usurpación de las Islas Malvinas por parte de la corona británica y a mediados del 2012 otros 30 de la Guerra del Atlántico Sur, como bien la denominaron los colonialistas. En ese marco el actual gobierno nacional retomó con fuerza los reclamos diplomáticos y dejó de lado la postura lacayuna que habían adoptado los primeros gobiernos civiles, en particular el de Carlos Saúl Menem con sus dos cancilleres: Domingo Felipe Cavallo, primero, y Guido José Mario Di Tella, luego.


Frente a esta alternativa aparecía como un hecho particularmente importante generar en el seno de la sociedad un espíritu reivindicativo, patriótico, que avanzase sobre el proceso desmalvinizador surgido tras la derrota militar de manera de acompañar y profundizar la acción oficial con propuestas movilizadoras para los diferentes sectores sociales y políticos frente a la campaña ideológica que desarrollan quienes se consideran una élite poseedora de la verdad a través de una historia falaz al servicio de intereses antipopulares.


En particular aquellos que ahora han encontrado en los presuntos derechos a la “autodeterminación” por parte de la población históricamente transplantada desde el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que por idioma, religión, origen y, sobre todo un nivel económico de vida aún superior al de la metrópoli colonial no pueden querer otra cosa que seguir siendo lo que son o, eventualmente, convertirse en un “país independiente” dentro del Commonwealth al estilo de otros mini estados, algunos de ellos “paraísos fiscales”.


Algunos compañeros del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, que preside Mario “Pacho” O’Donnell, conversamos sobre la posibilidad de llevar adelante esta obra invitando a otros exponentes del pensamiento nacional y popular incluyendo amigos de otros países de la América Latina ya que en la actualidad la cuestión de las Islas Malvinas se ha convertido, por sus implicancias, en algo que trasciende la disputa argentino-británica para convertirse en un tema regional.


Asumido como compilador, con el respaldo de “Pacho” para poner en marcha la obra y con el apoyo decidido de Fabián D’Antonio, titular de la Editorial Fabro y miembro también del Instituto Dorrego fue cuestión de poner manos a la obra partiendo de la base de contar con amigos como Enrique Manson, prolífico autor y expositor en la materia; como Ana Jaramillo, la rectora de la Universidad de Lanús; luchadores de las Malvinas; y hasta con compañeros de la Agencia Télam, incluyendo uno que fue fotógrafo durante la Guerra.


Los romanos tenían un dios, Jano, el padre de la historia. Tenía tres caras, dos visibles y una oculta. Con una de las visibles miraba el pasado para analizarlo y sacar aprendizajes. Con la invisible escudriñaba el presente como parte de ese devenir y con ambos elementos, la otra cara visible le permitía visualizar el futuro. De allí esa vieja máxima romana según la cual “historia magistra vitae est” (la historia es la maestra de la vida). Por eso pretendimos que el libro escudriñara el pasado no como un mero relato sino para frente a la realidad actual formular un desafío.


Fue así que cada uno de los coautores fuimos apuntando a temas específicos pero en un marco de mostrar, además, que la política colonial sufrida por la Argentina fue más allá de la usurpación de las Islas Malvinas como los ataques de 1806 y 1807 a la capital del entonces Virreinato del Río de la Plata y de la posterior colonización económica y cultural que tuvo sus paradigmas en el “modelo agro-exportador” consolidado por la Generación del ’80 (1880) y su correlato ideológico del cual es vital la “novela histórica” desarrollada por Bartolomé Mitre.


Pero si bien la Argentina se convirtió en una semicolonia económica del Reino Unido no había que ignorar que desde las primeras décadas del proceso independentista comenzaron a hacer jugar sus cartas en la región los Estados Unidos de América que no sólo ocuparon transitoriamente las Malvinas sino que hasta hicieron desembarcar a sus marines en la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires en un par de ocasiones con la excusa de proteger los intereses de ese país, como bien lo señala en su capítulo el historiador cubano José Luis Méndez Méndez.


¡Oh curiosidad!. Uno de esos desembarcos se concretó en la precisa ocasión en que el gobernador entrerriano Justo José de Urquiza avanzó sobre Buenos Aires al frente de un ejército que incluía un número importante de soldados del Imperio del Brasil para desalojar al gobernador bonaerense Juan Manuel de Rosas y abrir la libre navegación de los ríos de la Cuenca del Plata tal como necesitaban los brasileros y los propios británicos, de hecho socios desde que en 1703 se firmara el Tratado de Methuen entre Inglaterra y Portugal.


Coincidentemente con la idea original, Ana Jaramillo desarrolló la importancia de la cuestión Malvinas en el ámbito educacional. No casualmente, bajo su conducción, la UNLa ha dado especial importancia al tema ya que se trata de una cuestión esencial para la formación de jóvenes con espíritu nacional, sobre todo en un país como la Argentina donde siguiendo las enseñanzas de Manuel Belgrano y los hechos de Juan Domingo Perón la educación superior es gratuita y, por lo tanto, sostenida por el conjunto de la población.


A través del ex guerrillero Pedro Luis Cazes Camarero se observa la postura de los presos de la dictadura cívico-militar terrorista de 1976 a 1983 frente al tema Malvinas y su desechada oferta para sumarse a la lucha contra los usurpadores. En tanto Walter Moore hizo un análisis de la cuestión militar en el marco de una Argentina que hoy posee una superficie marítima superior a la continental y Luis Giménez nos muestra la máquina de mentiras instrumentada durante la guerra en su vivencia como trabajador en la agencia Télam.


Marcelo Gullo y yo coincidimos en que la mejor estrategia para la recuperación de las islas pasa por el jaqueo económico para lo cual es necesario consolidar el apoyo regional. Marcelo enfatiza el tema con una visión más político-estratégica mientras en mi caso trato de mostrar la realidad desde una descripción del funcionamiento de la economía malvinense con sus lanas, su turismo y sus exóticas monedas y sellos postales a los que pronto se sumarán los hidrocarburos para hacer que los kelpers posean el séptimo producto per cápita del planeta.


Un capítulo curioso y muy interesante es el de Estela Caldarone. La periodista, a la que agradezco sus colaboraciones en mis trabajos, acicateada por mí para salir del anonimato, mostró, a través de una canción del conjunto irlandés The Wolfe Tones, que no todos en las Islas Británicas apoyan la usurpación en las Malvinas. El almirante Guillermo Brown, irlandés; su hijo; y otros descendientes de irlandeses pelearon del lado nacional contra los ingleses, como Sabino O’Donnell, cronista de la batalla de la Vuelta de Obligado; el bisabuelo de “Pacho”.


No puedo pasar por alto el breve trabajo de mi viejo amigo Juan Carlos Espeche Gil, recientemente fallecido, a quien rindo aquí un homenaje. Juan Carlos, gran artista plástico, nos cuenta como los aborígenes rioplatenses se ofrecieron en 1806 para combatir contra los ingleses. En materia de artistas se sumaron con poemas León Guinsburg y el tanguero “Chino” Barbieri y con sus fotos de Malvinas el gran reportero gráfico Román von Eckstein quién vio de cerca la heroicidad de los jóvenes soldados argentinos.
Eduardo Benedetti hace un enfoque según el cual el desarrollo económico y social de la Argentina tiene que ser la base para un planteo consistente para la recuperación y marca, en ese sentido, la clara diferencia entre crecimiento y desarrollo. Por su parte, Jorge Rachid hace un enfático llamado a ganar la batalla interna contra los perduellios (traidores a la patria) que, con diferentes argumentos, como la autodeterminación de los antes kelpers y ahora ciudadanos del Primer Mundo, ya que ello es indispensable para tener cubiertas las espaldas.


El capítulo de Enrique Manson y el de Oscar Abudara Bini y Héctor Tessey son coincidentes en mostrar un acuerdo en las sombras entre el RU y los EUA para hacer caer a los genocidas argentinos en la trampa de la guerra. Los segundos lo plantean con mayor énfasis pero en los dos casos también se muestra que un adecuado planteo militar pudo haber llevado a la victoria argentina y, en ese sentido, Edgardo Arrivillaga ofrece un detallado informe sobre los cuantiosos daños causados por los combatientes nacionales a las tropas invasoras.


Norberto Karasiewicz hizo su aporte como miembro del “Operativo Cóndor” de 1966; el piloto Jorge Reyes analizó el marco global del desarrollo de la Fuerza Aérea Argentina hasta llegar a 1982 en el marco de las políticas colonialistas de las superpotencias hegemónicas y muestra los enormes daños ocasionados a las fuerzas usurpadoras. Al tema de los daños se sumó Edgardo Arrivillaga quién destaca que el gobierno del RU ha establecido un riguroso secreto sobre sus pérdidas en las Malvinas hasta el 2072 y da datos coincidentes con los de Reyes.
En tanto el paraguayo Martín Almada, Premio Nobel Alternativo de la Paz enmarca los hechos en la cuestión de los Derechos Humanos y el venezolano en una estrategia común latinoamericana. Son importantes también los aportes de Miguel Angel Trinidad, soldado de la guerra y actual diplomático de la Organización de los Estados Americanos, que incluye una carta a la presidenta argentina, y los de Ricardo Sarmiento sobre la persistencia de los negocios británicos en la región, involucrados en el golpe contra Fernando Lugo en el Paraguay.
Por último es clave valorar el aporte significativo que implica el prólogo del presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Andrés Domínguez, un hombre entrañablemente identificado con las causas nacionales y populares, de reconocido prestigio en los ámbitos políticos, sociales y económicos del país a través de su paso por la militancia y la gestión pública desde el ámbito municipal en su Chacabuco natal como en el provincial bonaerense y el nacional, tanto en el área ejecutiva como en la legislativa.
Fernando Del Corro (Compilador)

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