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El quechua en Argentina
Por Javier Garin - Friday, Mar. 01, 2013 at 11:14 AM

Por Javier Garin (escritor, miembro del Centro de Estudios Históricos Felipe Varela). El quechua o quichua, lengua incaica por excelencia, no es una curiosidad arqueológica. Aunque el gran Atahualpa Yupanqui la llamaba "el latin de América" por su función universalizadora en la diversidad de lenguas prehispánicas, es un idioma vivo y vital, que une a numerosos grupos humanos en los países andinos. Es la cuarta lengua en importancia en todo el continente, hablada por unos doce millones de personas.

En Perú, Bolivia y Ecuador está consagrado como una de las lenguas oficiales; no así en Argentina y Chile, aunque la Constitución de nuestro país ordena al Congreso "reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas" y "garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural". Así al menos debería ser.
En la historia constitucional argentina, el quechua aparece utilizado en trascendentes documentos oficiales, como la Proclama de Emancipación de los Indios de 1811 que Castelli hizo difundir en las lenguas nativas, y en la Declaración de Independencia de 1816, la cual fue traducida al quechua para su difusión por el congresista altoperuano José Mariano Serrano.
Superando el eurocentrismo propio de la hegemonía económica y cultural portuaria, es tiempo de admitir que Argentina es un Estado multicultural, multiétnico y multilingüístico. El arraigo del quechua en el Noroeste ha sido tan importante que décadas de una educación europeísta y de imposición del castellano a través de la escuela no lograron desterrarlo, si bien disminuyeron su importancia relativa. Sobreviven dos variedades dialectales: el declinante quechua puneño, emparentado con el boliviano, y el santiagueño, de gran vitlaidad. Las migraciones internas, la expulsión de campesinos a las grandes ciudades y la estigmatización racista hicieron que muchos quechuahablantes dejaran de utilizar esta lengua. Sin embargo, y pese a todo, la misma ha sobrevivido como una trinchera cultural de lo americano autóctono.
Sin discutir aquí las diferentes teorías acerca del origen preincaico del quechua, no cabe duda de que fueron los Incas quienes, al expandir las fronteras del Tawantisuyo en los reinados de Pachacutec (1433-1471), Tupac Yupanqui (1471-1493) y Huayna Capac ( 1493-1537), convirtieron al quechua en la lengua originaria de mayor extensión geográfica del continente, desde los dos grados de latitud norte hasta los 36 grados de latitud sur, desde la costa del Pacífico hasta las profundidades de la selva amazónica. Era "la lengua general" indiana.
Curiosamente, la expansión previa del quechua facilitó la conquista española. Fue utilizado por los conquistadores para acelerar la exploración de los territorios, comunicarse con los diferentes pueblos e imponer su dominación. Su empleo por los sacerdotes como vehículo evangelizador, de acuerdo a las prescripciones del Concilio de Trento, que disponía catequizar en los idiomas nativos, contribuyó a propagarlo y preservarlo durante la Colonia. El Primer Sínodo de Lima (1552), obligaba a los evangelizadores a aprender quechua, lo que fue reforzado con sanciones económicas, y hasta con la excomunión para el caso de incumplimiento, en sucesivos concilios (1568 y 1583). Incluso Felipe II ordenó en 1580 la creación de una cátedra de quechua y dispuso la obligatoriedad de los sacerdotes de hablar esta lengua.
El quechua ingresó, pues, a territorio argentino en al menos dos etapas: la incaica y la postcolombina. Segun el Inca Garcilaso, en sus "Comentarios reales", el primer contacto "oficial" entre los Incas y los pueblos del NOA fue una visita de embajadores del Tucma (Tucumán) a Cuzco unos doscientos años antes de la llegada de los españoles, pero ello no impide que hubiera una penetración anterior del idioma. Durante la consolidación del Kollasuyo o parte sur del mundo incaico el quechua acentuó su influencia en la región. Cieza de León relata el envío por parte de Tupac Yupanqui de "orejones" a los valles Calchaquíes, quienes habrían trabado alianzas con los diaguitas. La presencia incaica en la región se hizo constante, y no se debe descartar el establecimiento de mitimaes o colonias de tribus quechuahablantes trasladadas por la fuerza desde otras regiones. Según Rosenzvaig, los Incas llegaron a conocer muy bien todo el territorio norteño: “Difundieron en la región el quechua, pero las lenguas nativas subsistieron no obstante, porque esta dominación no debe haber alcanzado el siglo. Sin embargo, ese tiempo fue suficiente para que los curacas incas que gobernaban la región reconocieran palmo a palmo el territorio", conocimiento luego aprovechado por los europeos, por lo cual "el quechua se transformó en la verdadera lengua de dominación de los españoles"
Siguiendo el camino de la penetración incaica, Diego de Rojas avanzó en la región en 1543 trayendo consigo numerosos yanaconas quechuahablantes reclutados en el Perú. Fue el quechua el idioma que permitió a los lenguaraces de las sucesivas expediciones entablar contacto con los nativos. La posterior fundación de Santiago del Estero ("madre de ciudades") afianzó la penetración del quechua en tierra santiagueña, donde ha tenido uno de sus más persistentes reductos, al punto de que se estima en unos ciento cincuenta mil los quechuahablantes del presente en esa provincia.
Luego de haber sido fomentado, el quechua fue incesantemente perseguido a partir de 1770, año en el cual el Borbón Carlos III prohíbe su uso. En poco más de cien años el idioma se va extinguiendo en el NOA, a lo que contribuyó en gran medida la ideología europeísta y racista de la época de la Organización Nacional.
Una nueva concepción de respeto de las tradiciones e identidades populares, construidas por una larga y rica historia, debe traducirse en nuevas políticas, que desde el propio Estado ayuden a preservar ese tesoro linguïstico e identitario que es el quechua, lengua argentina y americana.

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