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A los 43 años de un absurdo criminal
Por Eté Dazton - Tuesday, Mar. 19, 2013 at 11:07 AM
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En torno a la crisis capitalista

“La concepción materialista de la historia parte de la tesis que: La producción, y tras ella el cambio de sus productos, es la base de todo orden social; de que todas las sociedades que desfilan por la historia, la distribución de los productos, y junto a ella la división social de los hombres en clase o estamentos es determinada por lo que la sociedad produce, cómo lo produce y por el modo de cambiar los productos”

-F. E.-

Se parte por afirmar que la crisis de superproducción es la única crisis que padece cíclicamente la formación económica social del capitalismo, ya que no existe otra. En el hoy, su manifestación fenoménica sólo pone en evidencia la magnitud destructiva de la explotación irracional sin contemplación, ni medida de la riqueza que alberga en su seno la naturaleza y de los hombres en el planeta. Ahora, está undécima crisis que padece el capitalismo, se inicia con el crack del 15 de abril de 1970 en el mercado de dinero, como en el mercado de valores, que fue el día que estalló la Bolsa New York a las tres de la tarde. Ella, la crisis, ha tenido tres etapas, en la cual la burguesía tomó las medidas económicas que ha creído pertinentes para desestimular la inversión de capital en el sector productivo. La primera etapa se palea con el aumento del precio del petróleo para encarecer los costos de producción, incrementándose así el riesgo de la inversión lo que provocó un estallido de quiebras que redujo al 60% la capacidad productiva existente para la época. Luego a partir de 1983 en la segunda etapa, el paliativo para desestimular la inversión se realizó a través de las medidas técnicas de capital ( alta tasa de interés –lo normal es 3% mayor del 3,5% es descapitalizable, a partir del 7% inflacionaria y del 17% hiperinflacionaria–; devaluación de la moneda; medidas fiscales como el I.V.A. que es un impuesto al salario, impuesto a los cigarrillos, al alcohol, al débito bancario -dinero de goma-) y la tercera etapa arranca en el 2008 con el inicio de la bancarrota de los paraísos fiscales, y desde ese momento han estado aplicando la mezcla de las dos medidas anteriores. Aumento del precio del petróleo, más las medidas técnicas de capital incrementadas con los recortes. Interroguémonos entonces ¡¡¡¿Cuál será la salida a la crisis, para que empiece el ascenso de la producción?!!!!, porque sin salida, no hay futuro, no hay vida. Sin salida a la crisis, es decir, sin un ascenso productivo sería como ¡Chapotear en el centro de la charca del pantano que ha detenido el carromato de la historia!

Por lo que se le aclara al lector que, para comprender un problema económico y darle salida, se ha de señalar que es un absurdo quererlo estudiar en base a apologías del fenómeno, en razón a que el fenómeno no es fundamento de nada como fue puesto en evidencia por Hegel. Y lo que se ha de exponer a continuación no pretende resolver el problema señalado, si no simplemente hacer el planteamiento de una forma adecuada. En tanto que, es una aproximación de la realidad objetiva. Y únicamente aquellas personas que estén vivamente interesadas en avocarse a la lucha con objetivos definidos han de basarse en los postulados de la economía política(*), y así poder derivar la estrategia a implementar para la lucha social de clase frente al enemigo común: la burguesía. Debido a que, todo planteamiento teórico para visualizar la solución de un problema económico en la sociedad capitalista, no podrá violar la Ley del valor, Ley fundamental que rige la producción y el intercambio de mercancías en la sociedad capitalista. Acotándo que, las leyes sociales son la abstracción del movimiento real que explica el porqué los fenómenos surgen de una forma y no de otra, o en forma general, para explicar un movimiento aparente, hay que conocer el movimiento real. Así como hizo Nicolás Copérnico con su teoría heliocéntrica del sistema solar.

Ahora, en el planteamiento se ha de tener presente a la Ley universal de la acumulación de la propiedad en la historia de las relaciones sociales económicas sobre el planeta Tierra la cual reza así: Al llegar al máximo la concentración de la propiedad en una formación económica social específica en manos de una clase, ésta entra en contradicción con las relaciones de cambio existentes, abriéndose así una nueva era de transformación y reorganización distinta a la existente. En la formación económica social del capitalismo se llama Ley general de la acumulación de capital (los medios productivos, fuentes de vida forman la base del capital). Pasemos a la historia a constatar lo señalado con hechos empíricamente demostrables.

Históricamente los hechos han puesto en evidencia que las crisis en el régimen de producción de mercancías que se inicia con la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII en Inglaterra son la consecuencia directa del colapso entre las relaciones sociales de producción, con las relaciones sociales de cambio –lo producido por abundancia, no logra su realización en el mercado, es decir, convertirse en dinero, capital potencial, o ampliando lo dicho, la oferta al rebasar con creces la demanda obliga al productor a restringir la producción–, además las crisis requieren de un tiempo para darles solución. La primera crisis en la historia del capitalismo estalló en el año de 1825 a unos treinta y cinco años del inicio de la era del capitalismo industrial, manifestándose en la concurrencia de mercancías. Para darle solución a la misma, la clase dominante o burguesía en contra de su principio de individualidad, se vio obligada a la concentración de capital como fuerza social productiva(**), y se le nominó capital por acciones; construyéndose con él: El ferrocarril público, el correo y el telégrafo; su salida fue la expansión del mercado. Las siete subsiguientes crisis de superproducción para las salidas se concentraba capital como fuerza social productiva y se expande también el mercado. La concentración de capital se denomina cártel y trusts; el monopolio –fusión del capital bancario con el capital industrial que estaban separados, se denomina capital financiero–. Luego las dos crisis que aniquilan la era colonial del mercado cautivo en el capitalismo y la forma del reparto colonial, se solventó con la destrucción de las fuerzas productivas (los medios productivos y los hombres que los ponen en funcionamiento) –la I y la II Guerra Mundial– dándole cabida posteriormente a la concentración de capital a través de las Corporaciones conocidas como Transnacionales. Como podemos constatar la Ley de la acumulación de capital se cumple con el estallido de cada crisis y su consecuente solución. En la etapa actual del capitalismo, tomando la palabra de los teóricos burgueses: La globalización, ha acelerado la concentración de capital de forma brutal, veamos los datos que aporta “Fortune Magazine”, la revista de más prestigio sobre economía en los Estados Unidos, en la que, en una edición del año de 1954 se señala que existían cuatrocientas sesenta y cuatro General Trading Company (dato tomado del texto de Domingo Alberto Rangel “La revolución democrática burguesa en Venezuela”). Que pasan a concentrarse en 1989 a ciento ochenta y nueve; estipulándose que producían entre trescientas y cuatrocientas mil mercancías diferenciadas (recavado del “Informe a los países no alineados” de Fidel Castro Ruz 1989). Y para el año 2000, se han concentrado a setenta corporaciones, produciendo entre ochocientas y novecientas mil mercancías cada una (Tomado de un informe emitido por la C.N.N. en español). La cúspide de la dominación en la pirámide social está conformada por la Hidra de los setenta clanes familiares que planifican y orientan el control de la economía en el mundo. La crisis de hoy es la de mayor duración en el tiempo(***) y la más profunda. Nótese su progresión par: Ocho, dos ¿y…, ahora?.

Así, pues, que, se dirá que desde el punto de vista capitalista la única salida que resta es: La de intensificar la explotación del mercado existente para que arranque el ascenso y generar crecimiento económico. En tanto que, la expansión del mercado, la destrucción de las fuerzas productivas, así como la Ley de la inercia económica (no hacer nada en 43 años) son medidas caducas para generar crecimiento económico. Recalcando que desde el punto de vista teórico hay una salida de tipo capitalista. Pero, el problema en cuestión es el siguiente ¿El capitalista de mentalidad individualista está en capacidad para intensificar la explotación del mercado existente? La respuesta es un rotundo ¡NO! Pero, se afirma que hay una salida de tipo capitalista. Entonces veamos primero, el porqué el capitalista de mentalidad individualista no puede dirigir la salida en la intensificación de la explotación del mercado existente.

Ahora, para implementar la salida del pantano de la crisis, se requeriría de una concentración de capital como fuerza social productiva como lo demuestra la historia en cada crisis anterior, lo que tiene implícito de suyo una mayor concentración en la composición técnica de capital C.T.C (mayor desarrollo tecnológico de los medios productivos, una revolución técnico-científica que dé al traste con los medios productivos existentes de humo contaminante, entre los primeros los de la industria de la carnicería humana en general y en particular la unida al narcotráfico), la C.T.C. es la base para exponer teóricamente la composición orgánica de capital C.O.C. De lo cual se infiere que, al potenciar el capital constante –medios productivos y aumento de materia prima–, trae como consecuencia el reducir el capital variable –trabajo humano– a mayor tecnología menos fuerza de trabajo humano se requiere C.c/C.v = se disminuye el valor contenido en las mercancías producidas, indistintamente que lo producido sea en mayor cantidad y de mejor calidad. Esto debido a que, el valor de una mercancía está determinado por el trabajo socialmente necesario para su elaboración. El trabajo vivo incorporado a la materia prima es lo que genera valor. La objeción que ponen los adoradores del principio de la individualidad es que según la Ley de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia, la cual está dada por la dinámica de la C.T.C., es decir, la proporción de la media en cada rama de la producción a escala internacional en la realización del capital para el reparto de la plusvalía(****), tendría obligatoriamente que reducirse, y esta reducción no le es nada atractiva a la voracidad de la avaricia convulsiva que domina al capitalista de principio individualista(*****). En la salida desde el punto de vista capitalista el Estado se tendría que convertir en un capitalista social, el capitalista anónimo que aniquile el poder de los capitalistas de mentalidad individualista. Ya que, sólo el Estado podría como capitalista social producir al mínimo del margen de ganancias, dicho sea de pasada, la peculiaridad de una formación económica social está dada por la forma como se produce y su relación con la forma de intercambio social de lo producido. Lo específico del capitalismo es: La división social del trabajo en el seno de la producción misma, en el que el producto es una elaboración social. Y la apropiación individual, tipo capitalista de lo producido. Trabajo asalariado y capital. En la sociedad que impere la producción de mercancías, en la que el intercambio de lo producido sea la compra-venta de mercancías, la fuerza de trabajo humana productiva estará fundamentada en las mismas leyes que rigen la producción de mercancías. Hoy, en el momento actual los maromeros del verbo en su política de chulos del capital pueden llamar a la sociedad como les dé la gana: Socialismo de mercado, socialismo siglo XXI que es como decir: ¡el capitalismo está podrido, pero que bien huele!. El nombre no le quita la esencia al capitalismo. En la organización burguesa del trabajo el fin último es la extracción de plusvalía o explotación asalariada, cosa que no se puede obviar.

Acerca del movimiento bursátil se hará el inicio con una frase literaria para que sirva de reflexión: Sí, reciclásemos todo el papel moneda del mundo en papel higiénico, y con todo el oro del mundo hiciésemos una inmensa poceta, no por eso la sociedad dejaría de ser más, ni menos rica. La riqueza de una sociedad son sus productos.

De allí que, hay que tener presente, ya que en las apologías fenoménicas en torno a la crisis de superproducción, al movimiento bursátil suelen dársele el nombre de capital financiero, y se le expone como si estuviese separado del capital productivo, y esa separación es un error grave de visón, al ser unilateral. Históricamente en las relaciones de producción y cambio capitalista el monopolio consistió en la unión del capital productivo con el bancario que estaban separados, por eso fue que Hitler le arrancó de la boca los dientes de oro a los judíos en Europa, recaudó entre cuatro y cinco toneladas de oro en puros dientes. El gramo de oro en esa época era el patrón universal para el cambio. La concentración de capital nunca ha sido idílica, y después que el capitalismo ha dado un paso adelante jamás vuelve atrás, sólo los ilusos pueden llegar a pensar eso (El clan J.P. Morgan del monopolio del acero, es también uno de los tahúres de las finanzas el cual perdió 9.000 millones de $ en inversiones riesgosas. Jugó y perdió). Por otro lado, nadie puede negar el hecho necesario que el capitalismo no puede existir sin un sistema financiero. Mientras el intercambio de lo producido se dé en base a la compra-venta de mercancías es necesario. El mercado bursátil o mercado de dinero y valores, el cual tiene como principio el secreto para la movilidad de la cartera de acciones, ha sido el método formal empleado por parte de la burguesía para la concentración de capital, es decir, fuerza social productiva y, su control económico a escala mundial, con un paquete del 46% de las acciones en una compañía se posee el control directivo, es decir, la capacidad de disponer, aunque se oigan sugerencias.

Lo siguiente es importante tenerlo en consideración para el análisis. Teóricamente Simón de Sismondi en su obra “Principios de la economía política” demuestra que: Toda deuda en el capitalismo es impagable. Mas cuando, en los momentos de una crisis, la deuda aumenta en vez de decrecer, se hace leonina (cap. V). La excepción ha sido U.S.A. que al terminar la II Guerra Mundial con el parque industrial intacto, el impacto psicológico de las dos bombas atómicas lanzadas sobre el Japón, y con la visión de la política Marshall de la ayuda condicionada a Europa con el objetivo de contrarrestar el avance socialista, de deudor se convirtió en acreedor y policía del mundo.

Ahora bien, lo que se quiere poner de relevancia es que desde el punto de vista teórico aun le queda vida al capitalismo, es decir, superar la crisis. Y…, se resalta ya que el clamor de la mayoría en las calles del mundo es ese. Pero, la misma vía capitalista tiene implícito un costo social: El aniquilamiento del sistema financiero actual y una nueva forma de organización política de gobierno diferente al gallinero parlamentario. Solón el sabio de la antigüedad griega le arrebató con sus leyes el poder a cierto sector social de esclavizar a los libres por deuda, y por eso la sociedad griega no dejó de ser esclavista.

También teóricamente existe otra salida. Pero, presenta una objeción elemental que la hace imposible de momento, la cual consiste en que en la sociedad no hay material humano conocido para emprender nada. Las ideas para que se pongan en funcionamiento requieren de hombres que las lleven a la práctica. El proletariado como clase social es potencial, se convierte en clase o en acto únicamente cuando plantea la lucha bajo sus propios intereses u objetivos de clase. Ampliando lo dicho, la capacidad política de clase en el proletariado es potencial, y depende de la capacidad política de quienes han asumido los principios de clase, estos principios sólo se logran estudiando la historia de nuestras luchas en el movimiento obrero y de los objetivos finales señalados para la emancipación del trabajo de su condición de mercancía que como clase el proletariado históricamente tiene que asumir.

Vamos a explicarnos en torno a la carencia para emprender el camino hacia la revolución proletaria:

El movimiento clasista en el momento actual a nivel internacional padece de la enfermedad infantil del culto al pragmatismo que les produce urticaria la teoría. Pensar razonadamente les produce dolor y no precisamente de cabeza. Vamos a describir su conducta, ya que viven al nivel de los instintos: El pragmático se cree un ser especial, sobrehumano dentro de los miembros de la sociedad, una especie de sabio innato que por haber tenido algunas lecturas de capítulos seleccionados de libros, prólogos, manuales y citas de los clasistas, más la información de la presa diaria les basta y le sobra para emprender la transformación del mundo, ¿entonces para qué él va estudiar?, si tiene el don divino de comprenderlo todo sin tener las condiciones de cultura necesarias para comprender los principios generales. Obstinándose a no recapitular los conocimientos preparatorios a lo largo del tiempo ya adquiridos, para actualizar su contenido en el accionar de la lucha social.

A modo de conclusión:

Todo lo que un ser humano descubre, inventa o pone en evidencia otro ser humano lo puede comprender, si tiene disposición para ello. La tarea de los clasistas en el momento actual es la de brindar a las personas planteamientos teóricos o generales que pongan en evidencia la necesidad histórica de destruir el sistema financiero imperante como paso previo para la emancipación del sometimiento del capital sobre el trabajo asalariado (es ingeniárselas). Así como, el de aniquilar el poder político que se centra en la máquina de dominación de clase que es el Estado y resaltar que el anarquismo social no tiene absolutamente nada que ver con el desorden. La anarquía es una forma de organización social con normas de convivencia que respetar. Ya que no existen mayores amantes del orden que los anarquistas, eso sí, de un orden organizado por y para las propias personas, sin ningún líder ni autoridad que pretenda dirigir y solucionar los asuntos de los demás. Y esto, lejos de ser una utopía, es el simple desarrollo natural de la búsqueda de soluciones por parte de las personas a sus problemas en la vida cotidiana, que comúnmente, bajo la solidaridad y el apoyo mutuo, cooperan entre sí para un fin.

(*) El monetarismo es una visión económica de pulpero en la etapa de la globilización, ya que fundamenta su relación entre la producción y el mercado. Ya David Ricardo manifestó en una carta a Malthus refiriéndose a Say “Que solo a un chiflado se le ocurriría partir del mercado para determinar el valor de una mercancía”. El primer capítulo de su obra “Principios de economía política…” está dedicado a demostrar que el valor de una mercancía está determinada por los costes de producción. El monetarismo simplemente son progresiones matemáticas a priori del comportamiento anárquico del mercado en base a funciones descontinúas. “El monetarismo es como un lápiz en las manos de un alcohólico que sufre de palimpsestos” como refiere de su teoría económica Milton Friedman en su obra “El derecho a elegir”.

(**) En la producción de mercancías, el trabajo humano es una fuerza individual y el capital una fuerza social al concentrar el trabajo humano para la producción. Una empresa de diez obreros y una de 1.500 obreros. Construir una residencia con 5 obreros y construir una residencia con 96 obreros.

(***) El tiempo de duración de la última crisis en la aplicación de la primera solución a la crisis duró treinta y seis años para salir del pantano y esta lleva cuarenta y tres años.

(****)El cálculo de la media en una rama productiva a nivel internacional, p.e la siderurgia es lo que permite comprender el porqué es una condición necesaria mantener atrasado tecnológicamente a los países dependientes, como los países de América Latina, para así, frenar la aceleración de la tendencia decreciente de la cuota de ganancia.

(*****) El economista E. F. Schumacher quien le valió el Premio Nobel en economía, en su tratado “Small is Beautiful” exponiendo sobre la capacidad de rendimiento en la organización burguesa del trabajo social, planteaba la necesidad de invertir la relación de ganancias, ya que con el 30% de las ganancias los capitalistas podían mantener el estándar de vida en relación a lo adquirido y dar el 70% de lo apropiado en la producción de la plusvalía para beneficiar así a los trabajadores bajo el yugo de su explotación. Hubo quien lo aplicó, pero la mayoría lo negó. Los Rockefeller, los Rothschild, los Morgan que son los hijos de mala madre que instruyen a sus marionetas para que hagan los recortes por la pasión convulsión que los domina.

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