Las víctimas del estado democrático
Por (reenvio) Luka Morello y Nadia Fink - Wednesday, Mar. 20, 2013 at 11:45 PM

El testimonio de los familiares de las víctimas del estado represor. Pablo, hermano de Mariano Ferreyra y Alberto, cuñado de Carlos Fuentealba, reflexionan sobre las implicancias del 24 de marzo y las deudas de los derechos humanos en la actualidad.

Continuando con la semana de los derechos humanos, así como abordamos los derechos y reivindicaciones de los ´70, lo hacemos también en la actualidad. Y qué mejores referentes que los familiares de víctimas del aparato policial y represivo del estado. Desde su palabra y su perseverante lucha cotidiana, nos cuentan su camino recorrido y su relación con los estados provinciales y nacionales. En esta primera entrega, las respuestas de Pablo, hermano de Mariano Ferreyra –asesinado por una patota sindical el 20 de octubre de 2010– y de Alberto, cuñado de Carlos Fuentealba y fundador de Co.Ca.Pre –asesinado el 5 de abril de 2007 por un policía en medio de una represión–.

¿Cómo los interpela el 24 de marzo desde el rol que les ha tocado en su lucha contra la impunidad y por justicia?

Pablo Ferreyra (PF): Por ser una fecha de lucha, por vivir de cerca el calvario de la familia de Azucena Villaflor, por tener amigos con sus viejos desaparecidos (ahora muchos restituidos); por todo esto el 24 de marzo está instalado en mi vida desde muy temprana edad como jornada de búsqueda de justicia. A partir de la derrota de la “teoría de los dos demonios” creció la expectativa, la esperanza y vivo esta jornada como una fiesta popular, a la que concurro con familia, amigos y compañeros. En este camino iluminado por las Madres encontré la inspiración para buscar justicia, junto a decenas de hijos y hermanos que bancan mi lucha diaria.

Alberto Rodríguez (AR): El 24 de marzo es la fecha fundante en la lucha por los derechos humanos en la Argentina. Es la lucha histórica por justicia llevada adelante por las Madres la que nos marcó a todos. Fue fundamental en nuestra formación política: la de Sandra [esposa del docente asesinado], la de Carlos, la mía. Nuestras primeras marchas fueron contra los levantamientos carapintadas y luego contra los indultos de Menem.

La persistencia de las Madres, en estos 37 años que pasaron después del golpe, va obteniendo sus frutos, y los genocidas van siendo juzgados a pesar de muchas injusticias e intentos de impunidad.

Esta misma persistencia es la que tenemos los familiares de Carlos, que logramos que en 2008 se condenara a cadena perpetua al asesino material, el cabo José Darío Poblete, pero aún falta que se juzgue e investigue a los autores intelectuales del asesinato: los que planificaron y participaron en el hecho. Desde la familia, acusamos al ex gobernador Jorge Omar Sobisch, al cual encubre la justicia neuquina desde todas sus instancias. Seis años de impunidad para él hacen que el hecho sea más grave en una democracia donde se dice que su pilar fundamental son los derechos humanos.

¿En qué instancia se encuentra la causa en la actualidad? ¿Qué balance hacen del recorrido en la lucha por justicia?

PF: La causa por el asesinato de Mariano Ferreyra se encuentra en la etapa final, concluyendo los alegatos y transitando el camino a la sentencia. La justicia, en este caso, avanzó firme, detrás de las decisiones que tomamos los familiares y de los compañeros de Mariano. Ahora esperamos que esa condena social enorme a Pedraza se traslade a la decisión de los jueces para poder hacer historia de un crimen que nunca debió haber ocurrido.

AR: La causa Fuentealba, que tendría que investigar a los instigadores y a los que planificaron el asesinato, está totalmente paralizada y hay muchas maniobras para cerrarla, y para ello también premia y postula para ascensos en el poder judicial neuquino, a los abogados de Sobisch, a los policías y al juez Piana, que lleva la instrucción de la causa, el que la paraliza de hecho.

Pensamos que si no hay una decisión política de juzgar a Sobisch, un “Nunca más” de la sociedad, neuquina y argentina, esto va a ser difícil de concretar.

Durante todo este tiempo, ¿cuál ha sido la relación y la respuesta desde los Estados nacional y provincial?

PF: A pesar de las confusas expresiones públicas a pocos días de la muerte de Mariano por parte del gobierno, la voz de la familia ha logrado instalar que ante la complicidad policial y los vínculos entre Estado y mafias sindicales existe la posibilidad de lograr, con una condena ejemplar, una vuelta de página en este tipo de crímenes políticos, destacando el rol de la justicia por sobre todo y de la discusión de fondo sobre la tercerización laboral y el rol de las fuerzas de seguridad. Personalmente evalúo como un triunfo, en este marco trágico, la multiplicidad de lecturas que pueden surgir a partir del análisis del asesinato de Mariano y su posterior investigación.

AR: Desde la provincia, como ya dije, la impunidad total para Sobisch, la sensación de que a Poblete lo entregaron como único chivo expiatorio, dado que fue la movilización popular y la nacionalización de la conmoción la que logró el primer juicio y condena.

Desde el Estado nacional, no mucho más, aunque Sandra fue recibida por el ex presidente Néstor Kirchner, junto a los hermanos de Carlos, y que sectores kirchneristas nos acompañan como otras organizaciones de otras ideologías con las que hicimos muchísimos homenajes y marchas en reclamo de justicia.

¿Qué análisis hacen con respecto a las deudas en DDHH en la actualidad? ¿Creen que las falencias actuales afectan la legitimidad de un discurso gubernamental a favor de los DDHH?

PF: Afecta mucho al buen tino que tuvo el gobierno en avanzar contra la demonización de la militancia de nuestros “padres” y a los gestos que marcaron a una nueva generación: bajar el cuadro de Videla, la discusión abierta sobre el rol civil y eclesiástico en la última dictadura militar y la instalación del 24 de marzo como jornada popular de memoria, lucha y debate. Las problemáticas de actualidad son borradas de la agenda de DDHH. Es por esto que la negativa del gobierno a avanzar sobre problemáticas ambientales, de derechos elementales a la tierra comunitaria, de abuso policial y de precarización laboral (entre otras cosas) mellan muy fuerte sobre los cimientos de este periodo histórico y deben ser tratados y discutidos fuertemente por toda la militancia.

AR: Reconocemos todos los avances de los últimos años y que se haya asumido como política de Estado la defensa de los derechos humanos de los ´70, a través de juzgar a los genocidas. Creo que el nuevo paradigma tiene que ser el de imprescriptibilidad de los crímenes políticos cometidos en democracia por parte del Estado y las órdenes de los políticos de turno. Tienen que ser declarados delitos de lesa humanidad, o algo parecido, para que no cierren las causas con el paso del tiempo. Por eso nosotros denunciamos al Estado provincial y nacional ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, frente a la falta de justicia para Carlos.

Desde la experiencia de su propio recorrido, ¿qué rol creen que cumplen los familiares en la lucha por los DDHH hoy y que perspectivas ven en esta lucha?

PF: Los familiares han sido el combustible que en horas oscuras movilizaron, frente a todo pronóstico adverso, la memoria, la lucha y la justicia. Ayer lo fueron, hoy también, y mañana serán el motor de esta historia: la de los justos, la de los caídos, la de los invisibles.

AR: Siempre es importante que los familiares se junten, compartir el dolor es fundamental y algo reparador. Fue muy importante la carta del 10 de diciembre junto a Vanesa (hermana de Luciano Arruga), Alberto y Leo Santillán (Padre y hermano de Darío) y Pablo Ferreyra. Esto me llevó a asistir al juicio de Mariano, al escrache a Fanchotti en Baradero, a estar en Lomas del Mirador por Luciano y, seguro, a encontrarnos en muchos otro actos, reclamando justicia completa para todos.

fuente http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/96-ddhh/3238-derechos-humanos-hoy-las-victimas-del-estado-democratico

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