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Corta reflexión sobre el sectarismo
Por (reenvio) Alejandro Olmos Gaona - Thursday, Mar. 28, 2013 at 4:46 AM

Aunque estoy escribiendo un trabajito sobre el tema, vayan algunas breves reflexiones previas.

Aunque no es un privilegio argentino, el sectarismo hace años se viene utilizado como una rutinaria práctica política. Se trata de interpretar los hechos de acuerdo a una particular visión ideológista, según la cual los hechos están bien o mal, si coinciden o no con el que lo analiza, prescindiendo de todo espíritu de acercamiento a la verdad. Entonces el genocidio es tal cuando lo practican los enemigos ideológicos, y siempre hay alguna justificación cuando hechos similares, son ejercidos por los del propio bando. Se utiliza la crítica selectiva, y se eligen blancos determinados, pero existe un implacable silencio sobre hechos o personas que podrían ser cuestionadas, porque se encuentran del mismo lado del que critica. A esto se suma una forma de análisis sesgado, que soslaya siempre determinados aspectos de una cuestión, para centrarlos en todo aquello que coincida con lo que pretenden demostrar.

Algunos ejemplos:

1.- Con la designación como papa del cardenal Bergoglio, se lanzó desde usinas oficiales, y de algunos sectores progres vinculados con los derechos humanos, la acusación de que no hizo nada, por evitar el encarcelamiento de dos sacerdotes, sugiriéndose en algunos casos que él produjo informes negativos sobre ellos. Aunque en ese tiempo era provincial de la Compañía de Jesús, se fabuló sobre una influencia que podía haber ejercido ante la dictadura militar, desconociendo, que los superiores de órdenes religiosas no tienen los vínculos que podía tener un obispo, para sí ejercer alguna presión efectiva para esclarecer el caso y liberarlos. Es decir que todo el ruido se reduce a ese hecho puntual. Y aquí es lícito que se hagan muchas interpretaciones, porque cada uno es libre de opinar como le parezca.

Sin embargo los mismos impugnadores, nada dijeron, ni nada hicieron, cuando el presidente Kirchner propuso al Dr. Eugenio Zaffaroni como ministro de la Corte Suprema de Justicia. El doble estándar sectario se mostró aquí de manera notable. Zaffaroni, un notable jurista, cuya versación en el derecho penal es internacionalmente reconocida, fue designado Juez Nacional de Primera Instancia en lo Criminal de Sentencia por el dictador Videla y juró por las actas del proceso repudiando la Constitución Nacional. A pesar del poder que tiene sobre las fuerzas de seguridad un juez de la Nación, no hizo nada para averiguar sobre la constante desaparición de personas que se producían en esos años. Muy por el contrario, rechazó montones de Habeas Corpus, sin investigar como era su obligación, al extremo que la propia Corte de la dictadura, en el caso Inés Ollero, quien había sido detenida por fuerzas policiales, revocó el fallo de Zaffaroni denegando el Habeas Corpus, y determinó que el Dr. Zaffaroni “debió extremar la investigación adoptando las medidas necesarias” a fin de esclarecer qué había pasado con posterioridad a la detención policial. Dijo la Corte que “la institución de hábeas corpus, enderezada esencialmente a restituir la libertad en forma inmediata a quien se encontrare ilegítimamente privado de ella, exige se agoten los trámites judiciales que razonablemente aconsejan las circunstancias a fin de hacer eficaz y expeditiva la finalidad del referido instituto establecido por la Constitución.

La Asociación Madres de Plaza de Mayo, que encabeza Hebe de Bonafini, presentó una denuncia contra 437 jueces a los que identificó como represores. El Dr. Zaffaroni figura en esa lista, acusado de haber sido “partícipe necesario, en los términos del artículo 45 del Código Penal”, de los delitos de privación ilegítima de la libertad; apremios ilegales; sustracción, retención y ocultamiento de personas, entre otros. Sin embargo una vez nominado guardaron silencio, se olvidaron de la denuncia y hoy es el único Juez de la Corte, que se encuentra a salvo de los exabruptos de la Sra. Bonafini y del oficialismo en general. Por el contrario la Dra. Carmen Argibay, que trabajó en la justicia y fue profesora en la Facultad de Derecho y que no consintiendo someterse a la dictadura fue encarcelada en el Penal de Villa Devoto, es objeto de numerosos cuestionamientos, aún por la Presidenta de la Nación. Quizás su pecado es tener una independencia del oficialismo que no tiene Zaffaroni.

Durante la dictadura, el Dr. Zaffaroni, escribió el libro “Derecho Penal Militar”, donde pueden verse párrafos como este “habiendo desaparecido cualquier autoridad, o siendo incapaz la que resta”, un grupo militar puede “usurpar justificadamente la función pública” En ese libro el Dr. Zaffaroni escribe en el prólogo “Queremos hacer público nuestro agradecimiento al brigadier auditor doctor Laureano Álvarez Estrada, quien tuvo la gentileza de leer los originales, por las importantísimas observaciones que nos efectuara, y al contraalmirante auditor doctor Ramón León Francisco Morel”. El brigadier Álvarez Estrada era Subsecretario de Justicia de la dictadura, por Decreto 105, firmado por Videla el 14 de abril de 1976. Puede suponerse que estos militares no supieran nada de la represión, de las torturas o desapariciones? Por supuesto que no, pero como en este momento su figura es elevada a los altares de los derechos humanos, estas cosas hay que silenciarlas y desconocerlas.

En el caso de Bergoglio, dos casos sirven para descalificarlo definitivamente, en el caso de Zaffaroni, hechos más graves parecen insignificancias.

2.- En esta visión sesgada de los hechos que tienen los sectarios, deben recurrir al ocultamiento permanente, porque la historia les juega en contra. El caso de Cuba y la dictadura es un ejemplo.

En los numerosos cuestionamientos efectuados a la Argentina en las Naciones Unidas durante la dictadura, por la violación a los derechos humanos y la muerte y desaparición de personas, nunca se pudo contar con el apoyo de Cuba, que junto con la Unión Soviética se opusieron sistemáticamente que se condenara la Argentina. En esto tuvo que ver, que todos los partidos comunistas del planeta, se encargaron de hacer oídos sordos a todos aquellos que mostraban los crímenes de la dictadura. Porqué lo hizo Cuba?, por una neta cuestión de interés. Dependía de los generosos dineros de la Unión Soviética y tenía que seguir invariablemente los dictados internacionales que esta marcaba.

No voy a censurar esta actitud, inserta en la lógica de cómo se maneja un gobierno, y como prioriza sus necesidades, pero si mostrar que al gobierno cubano no le interesaron en esos momentos los derechos humanos, ni todo lo que se denunciaba en la Argentina. Su praxis política pudo más que cualquier consideración de moralidad. Por otra parte este secreto escondido por defensores del gobierno cubano, puede verse en los documentos que están en la ONU, que pueden ser libremente consultados. Respecto al PC, escribía Rodolfo Walsh a comienzo del 77: El PC no participa en los conflictos, mientras negocia con el gobierno a través del Partido Intransigente y le paga viajes a Lázara y García Costa para que viajen al Congreso de la Internacional Socialista a defender a Videla (…). (La dictadura) mantiene excelente relación con el bloque soviético que con su importancia los salva en el sector externo. La exposición soviética en Buenos Aires muestra que no se trata de coletazos de la relación con Gelbard sino de una política que se mantiene con el actual gobierno”. Difícil atacar a una dictadura sanguinaria y justificar a un gobierno extranjero que se opuso a que la condenaran, no?

3.- Para el PCR y otros grupos similares de izquierda, fue un genocidio la muerte de 30.000 personas durante la dictadura, pero utilizan todo tipo de artificios dialécticos, para justificar que el siniestro Pol Pot, haya matado si piedad alguna a más de un millón y medio de camboyanos, para purificar la Nación de contaminaciones ideológicas.

Estos tres ejemplos, son apenas una mínima pero ejemplificadora expresión de estos criterios detestables de doble moral, donde si el que delinque pertenece a una facción determinada siempre va a ser justificado por sus compañeros o simpatizantes, mientras si lo hace el enemigo se encargarán de perseguirlo encarnizadamente.

Es el mismo tipo de razonamiento que usa el poder imperial, donde Estados Unidos vive justificando sus miserabilidades, los asesinatos selectivos, los sometimientos económicos, las diversas invasiones en todo aquel territorio en el que le interesa usufructuar sus riquezas naturales o que pueda afectar sus intereses estratégicos. Los mismos criterios que usa el capitalismo en todas partes, para condicionar, someter y aniquilar si es necesario a todo aquel que se le oponga.

Aunque mi amigo Rafael Correa Delgado, ha pronunciado elogiosos conceptos sobre la ley y el derecho en Estados Unidos, la realidad de su historia, muestra que sin importarles la razón o el derecho de los demás han atropellado sin consideración alguna a todo aquél país que se opusiera a “su destino manifiesto”, no trepidando en llegar hasta el crimen, para obtener sus propósitos.

Formas idénticas de condenar y justificar usadas indistintamente por la izquierda y la derecha, dejando en todos los casos la posible verdad de lado, y no guiándose por la búsqueda de la justicia, sino de lograr a cualquier precio la preservación de sus propios intereses ideológicos.

Buenos Aires, marzo 18 de 2013

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