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Qué podemos hacer por el saneamiento rural?
Por Carlos Franco Pacheco - Wednesday, Apr. 03, 2013 at 1:01 PM
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El Gobierno del Perú ha priorizado la ampliación y mejoramiento de los servicios de agua y saneamiento mediante el Plan Nacional de Saneamiento-PNS, el cual define como objetivos estratégicos principal modernizar la gestión del sector saneamiento. Estos objetivos se complementan con los objetivos del Fondo de Inclusión económica para zonas rurales-FONIE y FONIPREL. En este marco, se ejecuta con el apoyo del BID el Programa de Mejoramiento y Ampliación de los Servicios de Agua en el Perú.

Qué podemos hacer po...
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Qué podemos hacer por el saneamiento rural?
Carlos Franco Pacheco
aguapl@hotmail.com
03.03.13

El artículo pretende aportar al desarrollo de reflexiones acerca de las zonas rurales. Las cifras indican que el 49.2% de hogares, de zonas rurales no tienen acceso al agua potable. Con fecha 28 de agosto de 1995 se publicó la Ley Nª 26338 y posteriormente el Decreto Supremo Nª 24-94-PRES, que define que las Juntas de Aguas y Saneamiento-JASS es una Asociación que se encarga de la prestación de los servicios de saneamiento en los centros poblados y comunidades rurales. Se llama servicios de saneamiento a los servicios de agua potable, disposición de excretas (letrinas) y eliminación de basura. En el 2011, el Gobierno del Perú creó el Programa Nacional de Saneamiento Rural y el Programa de Apoyo al Hábitat Rural. En el marco del precitado programa de saneamiento rural se aprobó su Plan de Mediano Plazo 2013-2016, mediante R.M Nª 013-2013-VIVIENDA del 28 de febrero del 2013.

El Gobierno del Perú ha priorizado la ampliación y mejoramiento de los servicios de agua y saneamiento mediante el Plan Nacional de Saneamiento-PNS, el cual define como objetivos estratégicos principal modernizar la gestión del sector saneamiento. Estos objetivos se complementan con los objetivos del Fondo de Inclusión económica para zonas rurales-FONIE y FONIPREL. En este marco, se ejecuta con el apoyo del BID el Programa de Mejoramiento y Ampliación de los Servicios de Agua en el Perú.

Con la Constitución de 1993, (vigente a la fecha), se establece que la responsabilidad de la prestación de los servicios públicos es de los Municipios. Asimismo, mediante la Ley Orgánica de Municipalidades (Ley Nª 27972) se establece que es una función compartida de las Municipalidades Provinciales administrar y reglamentar directamente o por concesión el servicio de agua potable, alcantarillado y desagües.

A consecuencia de ello, el sociólogo Julio Calderón afirma: “Si bien el Reglamento de la Ley de Saneamiento (1995), establecía que la gestión del servicio recaía en la propia comunidad a través de las Juntas Administradoras (hoy JASS), el modo en que FONCODES operó, limitándose a la ejecución de obras de infraestructura, afectó dicha propuesta pues sólo al concluir las obras las entregaba a Juntas constituidas a toda prisa y sin previa capacitación. Más peligroso aún, el hecho que ante la provisión subsidiada de infraestructura (incluso en ciertos casos se remuneraba el aporte de la comunidad) se corría el riesgo de crear en la comunidad el sentimiento que el agua deberían recibirla de gratuitamente del Estado, lo cual iba no sólo contra del marco jurídico –que planteaba su sostenimiento a través de “cuotas familiares”- sino que atentaba negativamente contra otras experiencias – desarrolladas desde las ONG- que lograban avances respecto del aporte comunal y el pago de las cuotas.

Asimismo, el sociólogo Julio Calderón afirma: “La ausencia de una estrategia de servicios de saneamiento (entiéndase disposición de aguas residuales y eliminación de residuos sólidos) determinó que los recursos financieros fueran menores con relación a los del agua potable, así como que se aplicaran opciones técnicas limitadas (reducidas a la construcción de letrinas secas) y que no existieran programas de educación sanitaria.

Adicionalmente, el sociólogo Julio Calderón precisa: “Sin embargo, a la vez que la política pública de agua y saneamiento mostraba sus limitaciones, diversas instituciones como las ONG, con apoyo de la cooperación internacional y bilateral, pero también el MINSA, pusieron en práctica proyectos piloto que sometieron a prueba opciones alternativas que mostraron viabilidad y sostenibilidad, abriendo paso a un modelo de “enfoque desde la demanda”. Se experimentó con modelos de gestión del servicio a cargo de las municipalidades distritales o de las JASS (PROPILAS), se planteó un enfoque integral y de conjunto sobre los aspectos de construcción, operación, mantenimiento y educación sanitaria (Pou & Campos, 2001) y se plantearon servicios en el nivel de conexión domiciliaria. Por ejemplo, la experiencia piloto de SANSABUR, dirigida por el Ministerio de Salud (MINSA) que, a pesar de un 20% adicional de inversión inicial con relación a las conexiones colectivas, mostró sostenibilidad al desarrollar el sentido de apropiación y el compromiso de los usuarios para mantener operativo el sistema (SANSABUR, 2000)”.

Pedro Makosvki en su libro “Construyendo ciudadanía el derecho humano al agua (2005) afirmó que “En el ámbito rural, el MINSA ha promovido y apoyado la formación de las JASS que con limitados recursos y una alta participación social cumplen la tarea de gestionar y controlar la calidad del agua”. Asimismo, que “A nivel de las comunidades, las JASS gozan de gran legitimidad entre los pobladores y cumplen eficientemente las funciones de cloración y mantenimiento de los reservorios y las cañerías”.

En cuanto a las JASS, con el auspicio del Banco Mundial, PROPILAS sistematizó su experiencia de relacionamiento con estas unidades y definió las siguientes lecciones aprendidas:
-Los gobiernos locales tienen un marcado interés en realizar inversiones conjuntas en
agua y saneamiento, principalmente, porque les permite potenciar su limitación
capacidad de intervención.
-La deficiencia de la calidad de los expedientes técnicos es una deficiencia que afecta
la ejecución del proyecto.
-A nivel de la unidad ejecutora fue muy importante su carácter multidisciplinario.

Igualmente, con el auspicio del BID, SANBASUR sistematizó sus experiencias y definió las siguientes lecciones aprendidas:
-El nivel de servicio domiciliario permite una mayor apropiación de los servicios, así
como la participación y contribución de los beneficiarios.
-La ejecución de una obra se realiza en mejores condiciones cuando no interfiere con
las labores agrícolas ni con la época de lluvias.
-La participación de la población decrece en el ciclo del proyecto, pero se motiva
cuando se inician los trabajos de la conexión domiciliaria.
-Es necesario promocionar las opciones de bateas antes del inicio de la intervención.
-La tecnología utilizada debe ser sencilla, de fácil y rápida apropiación por los usuarios,
incluyendo un pago por los servicios para los gastos de las JASS

Asimismo, el Ing. Marco Campos (Red de Agua Segura), sistematizó las lecciones aprendidas del proceso de saneamiento rural y definió lo siguiente:
-No puede haber mejora de la salud sin saneamiento.
-Los sistemas de saneamiento deben diseñarse para que sean económicos y puedan
Ser mantenidos.
-No hay proyectos sostenibles de agua potable sin capacitación in situ para adultos.
-Los impactos deben ser medidos cuando el proyecto ha terminado y la agencia
cooperante ha salido de la comunidad.

El Programa Agua y Saneamiento-PAS, del Banco Mundial, a través del Dr. Oscar Castillo, en el 2013, en el conversatorio “Genero y Cultura”, afirmó, que 2 de 10 personas en el sector rural no tiene puerta en baño, 5 de 10 no tiene loza en baño, 9 de 10 no tiene taza y 2 de 10 no tiene techo. Asimismo, que el 72% de las poblaciones concernidas desea invertir en sistemas de agua potable, y que el 79% no quiere que algún nuevo sistema de saneamiento cambie de lugar.

El BID, a través de la ONG Agua Limpia tiene en ejecución en el Cono Norte-Arequipa un proyecto de asesoría a las JASS para el mantenimiento y optimización de los sistemas de agua potable. Las lecciones prácticas del proyecto precisan:
-Se debe incorporar a las mujeres en el proceso de cambio de prácticas y empoderarlas
para que asuman nuevos roles y cargos dentro de su comunidad.
-El mayor incentivo directo está relacionado a la sensación de bienestar de los pobladores
cuando cuentan con un buen servicio.
-Es necesario apoyar a las directivas para desincentivar la cultura de no pago y disminuir
las expectativas de soporte asistencialista de las comunidades por parte de autoridades
ediles u otros.
-Importancia de la aprobación de Estatuto y Reglamento para la prestación de servicios
para el funcionamiento de las JASS: En las Comunidades el respaldo y reconocimiento
de las JASS es débil. Se hace necesario que estas hagan suyos el Estatuto y
Reglamento y los sometan a la población, considerando la pertinencia de los mismos y la
consideración de multas, para que sean asumidas de manera cabal.
-La interrelación de los gobiernos locales con las JASS debe generarse desde la primera
etapa de la intervención.

Adicionalmente, las obras de infraestructura operadas y mantenidas por las comunidades beneficiarias, mediante las JASS, o quienes sean los responsables de prestar los servicios en los diferentes rangos de población, no tienen sostenibilidad económica y social. Estas obras, que en la práctica tienen una obra útil de 40 años aproximadamente, no duran más de 5 años.




A tenor de lo anterior, se requiere un marco regulatorio que permita fortalecer las JASS en el proceso de municipalización de los servicios de saneamiento, que incluyan: a) abrir una contabilidad separada para registrar y co-administrar los recursos que recibirán del Programa Nacional de Saneamiento Rural; b) contratar y supervisar la ejecución de los proyectos del componente de Infraestructura, siguiendo las políticas del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento; c) realizar los trámites pertinentes ante la autoridad municipal, sanitaria y ambiental, y supervisar la implementación de las medidas de mitigación previstas por ésta; d) administrar, supervisar y honrar los contratos de obra; e) mantener el archivo de documentación sustento de los procesos precontractuales, contractuales, técnicos y contables financieros de acuerdo a estándares técnicos establecidos por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento; f) informar a la Municipalidad y beneficiarios periódicamente sobre el estado de avance y el mantenimiento de las obras; y g) operar y mantener los servicios, por si o por intermedio de las EPS según sea del caso, una vez concluidas las obras.

De no plantear alternativas de solución a la actual situación se estima que el Sub-Sector saneamiento rural colapsaría. De sucederse este lamentable escenario la inclusión económica y social de las zonas rurales se postergaría innecesariamente.

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