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La mafia policial detrás de la muerte de una nena
Por Tiempo Argentino - Thursday, Apr. 04, 2013 at 10:07 PM

31.03.2013 | MICAELA, DE 14 AÑOS, ERA DE LA COMUNIDAD QOM

La víctima fue encontrada con un disparo en la cabeza dentro de la casa de un hombre acusado de narco.

La mafia policial de...
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Por: Juan Alonso

En las catacumbas de la tragedia no hay lugar paradistraídos. Por eso insistimos con la denuncia de este caso aberrante que nunca debería haber sucedido.

La misteriosa muerte de Micaela Fernández, de 14 años, quien fue hallada con el cráneo ensangrentado por un balazo y el cuerpo malogrado a golpes dentro de la casa de un hombre con antecedentes de narcotráfico, abuso y prostitución de menores, en El Talar de Pacheco -municipio de Tigre- lleva un sello de impunidad con la marca indeleble de la Bonaerense.
El fiscal de la causa no es otro que el atildado Diego Molina Pico, que saltó a la fama fugaz de los juicios televisados por su confusa actuación en la investigación del asesinato de María Marta García Belsunce en el country Carmel de Pilar, en octubre de 2002.
Ahora, ese mismo Ministerio Público deberá citar este miércoles a los policías que actuaron en el hallazgo del cadáver de Micaela en la casa de un tal “Pato Cenizo”, viejo conocido de los jefes y agentes de la seccional 6ª de Pacheco. Sería interesante que explicaran, en esa oportunidad, por qué no se realizó la autopsia del cuerpo de la niña y por qué amenazaron con matar a la madre de la víctima si persistía en denunciar la evidente complicidad de los agentes del orden con la trata de personas, el abuso sexual infantil, la prostitución y los detalles de un potencial homicidio que tiene a su principal sospechoso en libertad y gozando de la más absoluta impunidad. Sucede que Cenizo se ufana de tener a un familiar en la corporación policial y hasta le gatilló en el cráneo una pistola calibre nueve milímetros a Nancy, la golpeó con la culata de su arma para que se callara y no insistiera con la intención de salvar a su hija del abuso que padecía antes de ser hallada sin vida con la cara destrozada. Así de cruel es la impunidad. Y tal como se lee esta es una historia donde los malos se visten siempre de azul.
El 17 de febrero pasado, día en que se enteró de la brutal muerte de Mica, integrante de la comunidad qom de Tigre, a Nancy la molieron a golpes dentro de la seccional 6ª de Pachecho al grito de "India de mierda, negra de mierda, acá las órdenes las doy yo y a Cenizo lo banco yo". El que derrapó semejante frase propia de la patota de la policía desaparecedora de Ramón Camps en la dictadura, fue el subcomisario José Ríos, jefe del destacamento de Las Tunas, que en esos momentos –según la denunciante- estaba junto al oficial principal Alejandro Sandoval, de la misma dependencia.
El drama de Nancy comenzó cuando Micaela se abrió paso con rebeldía adolescente. Se había peleado con ella y decidió fugarse de su hogar para entablar una sinuosa relación con Cenizo, quien es temido en el barrio por sus lazos con la agentes de la Comisaría 6ª y su supuesta participación en la desaparición de otra menor, además de las sospechas en su contra por otro crimen impune de características similares al de Micaela.
En la crónica del hecho, publicada por Tiempo Argetino en su edición del sábado 30 de marzo, la madre de la menor relata con desesperación el pánico que sentía su hija y los detalles de su cautiverio. Le dijo Nancy Fernández al periodista Enrique Quarleri: "Mami, me trajeron un montón de hombres, que me hicieron cosas que no te puedo decir. Me cortaron el pelo." Fue el 30 de diciembre de 2012. Dos meses antes del hallazgo del cuerpo ultrajado de Micaela en la casa de su supuesto abusador. Si la Fiscalía que funciona a pasos de la comisaría de Pacheco hubiera actuado de oficio sin abandonar a la madre frente a un hombre peligroso como el sospechoso, quien ese mismo día accionó su arma sobre la cabeza de Nancy Fernández, cuyo único pecado fue golpear las manos frente a su casa donde su hija era sometida a vejámenes por parte de agentes policiales, tal vez hoy la tragedia no acosaría con sus fantasmas de ausencia a la familia de Mica. Y una vida, una preciosa vida joven hubiera ganado al derrumbe social que parece campear en ciertas zonas del conurbano donde la única ley es el balazo a los inocentes. Por pobres, por no tener un abogado que aparece en la televisión, por ser de la comunidad qom. Por ser "nadies".
La justicia debe resolver este hecho abominable.

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