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Juicio Menéndez III: el drama de la familia Deutsch
Por Redacción 351 - Friday, Apr. 26, 2013 at 9:32 AM

Elsa, Liliana y Susana Deutsch forman parte de una familia secuestrada casi en su totalidad. Junto a sus padres, padecieron la sistemática violación de sus derechos humanos en los campos de concentración La Ribera y La Perla, y en la cárcel.

 

Juicio Menéndez III: el drama de la familia Deutsch

Por Nicolás Siadis | nsiadis@redaccion351.com

Fotografía: gentileza Manuel Bomheker y Será Justicia

La familia Deutsch estaba conformada por el matrimonio y cuatro hermanos, Elsa, Susana, Liliana y Daniel. El 27 de agosto de 1977, Elsa Elizabet Deutsch dormía en su habitación cuando de repente sintió un ruido en el comedor. “Cuando bajé, vi a 5 personas de civil portando armas largas dentro del comedor”, recordó Elsa.

En ese momento, Elsa, Susana y su madre fueron detenidas, introducidas en un auto y trasladadas a Campo La Ribera. “Más tarde escuché que llegaron a ese mismo lugar mi papá y una de mis hermanas. Cuando llegamos me interrogaron sobre mi otra hermana y mi hermano”, expresó.

En La Ribera, la familia Deutsch fue alojada en una pieza en la que los interrogaron. En ese momento ya había sido detenida Liliana, la otra hija del matrimonio, por lo que cinco de los seis integrantes de la familia ya estaban secuestrados. Los Deutsch estuvieron cautivos en La Ribera durante tres días.

“Por la noche empezaba el show”

La familia fue trasladada al campo de concentración La Perla en un camión. Durante el viaje fueron amenazados de muerte y advertidos de que “a partir de ahora iban a conocer el infierno”.

Elsa narró que al llegar a ese lugar comenzaron los interrogatorios. Al igual que el resto de los secuestrados, permanecieron vendados, maniatados y tirados en el suelo. “Durante el día era tolerable, pero cuando caía la tardecita empezaba el show. Ellos se ponían muy nerviosos,  se escuchaban ruidos de armas, idas y vueltas trasladando detenidos y gente que pedía que por favor la mataran”, recordó Elsa.

La testigo comentó que las torturas eran terribles. Como ella no tenía ninguna actividad política los represores no sabían qué preguntarle, la torturaban por torturarla. “estaba desnuda, atada a una tabla y me metían la cabeza dentro de un tacho con agua”, afirmó.

El hermano

Daniel Deutsch es el hijo varón del matrimonio. En 1977 era estudiante de arquitectura y su actividad política no iba más allá de la participación universitaria. Al enterarse de lo ocurrido con su familia, Daniel pudo salir del país, primero a Uruguay y después a Estados Unidos.

Elsa recordó que a los pocos días de estar secuestrados, los represores comenzaron a darles medicación a ella y a su padre. Con el tiempo supieron que su hermano se había comunicado con una tía que vivía en Estados Unidos y tenía un cargo político en el Partido Demócrata. Fue esa familiar quien empezó a hacer gestiones y mover contactos políticos para que la familia Deutch fuera liberada.

La cárcel

El 8 de septiembre de 1977, las Deutsch fueron trasladados a la Unidad Penitenciaria Nº1. Elsa recuerda que en ese lugar las hicieron desnudar para requisarlas y fueron manoseadas. “Nos alojaron en una celda en donde solo teníamos un tarrito para hacer nuestras necesidades. Estuvimos uno o dos días ahí y después nos subieron al segundo piso donde estaban el resto de los detenidos”, afirmó.

El 6 de octubre de ese mismo año llegó la orden de liberación. La madre y dos de las hermanas fueron liberadas, pero Liliana continuó detenida.

“Nos subieron a un taxi en la puerta de la cárcel y nos llevaron a nuestra casa. Nos dejó en la puerta y se fue. Cuando entramos nos dimos cuenta de que se habían robado todo lo que tenía cierto valor”, recordó Elsa.

Luego de recuperar la libertad, las tres decidieron viajar a Uruguay y no volver más. El 14 de abril de 1978, se exiliaron finalmente en Estados Unidos.

Liliana Deutsch

El 6 de octubre de 1977, las integrantes de la familia Deutsch fueron liberadas. Todas menos Liliana. Al momento de su declaración, la segunda testigo de la jornada narró las condiciones del secuestro, los tormentos sufridos en La Ribera y en La Perla, y la vida en la cárcel.

“Una noche abren la celda de mi mamá y mis dos hermanas y le dicen: con todo. Eso podía significar que recuperaban la libertad o que iban a desaparecer. Mi mamá preguntó por mí y le dijeron que yo no salía”.

Luego de recuperar la libertad, la madre y las hermanas no pudieron ver más a Liliana. “El 24 de diciembre hay una visita en donde por primera vez nos permiten ver a los familiares. Cuando estábamos todos juntos nos informan que todos habíamos sido sobreseídos de nuestra causa y que a los pocos días yo salía en libertad”, recordó.

Liliana no recuperó la libertad, fue una de los tantos detenidos que figuraban en las listas de personas que ya estaban a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Pero continuó detenida.

Durante su cautiverio en la UP1 se produjo la visita de la Cruz Roja internacional. Liliana recuerda que una noche sacaron a varias detenidas para advertirles que si alguna de las demás detenidas denunciaba algo ante la Cruz Roja iba a morir en la cárcel.

A los pocos días, un grupo de personas llegó a la UP1, se presentaron como miembros de Cruz Roja y realizaron un pequeño recorrido por la planta baja. En esa oportunidad les comunicaron que iban a realizar entrevistas individuales con los detenidos.

“De las mujeres fui la primera en declarar. Luego de hacerlo me sacaron de la cárcel y me llevaron nuevamente a La Ribera. Ahí me tuvieron dos o tres días  hasta que emprendimos viaje otra vez a La Perla”.

De La Perla a La Ribera, y luego nuevamente a la UP1, Liliana volvió a ser alojada en la cárcel. En marzo de 1978 se enteró de que su papá ya estaba en libertad y en agosto le comunicaron que ella también iba a recuperar esa condición. “Ahí me llevan a la Policía Federal donde duermo una noche. Al día siguiente nos llevaron al aeropuerto y nos subieron a un avión de Aerolíneas Argentinas para viajar a Buenos Aires” recordó.

Al llegar a Buenos Aires, Liliana se reencontró con su papá y se enteró de que ambos iban a salir del país. Luego de una entrevista con personal del consulado estadounidense, el 2 de septiembre de 1978 padre e hija viajan para exiliarse en Estados Unidos.

La última testigo de la jornada fue Susana Deutsch, la tercera de las hermanas que fue secuestrada junto al resto de la familia. Su testimonio relató las mismas atrocidades atestiguadas por sus hermanas.

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