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¡Pumas en la Avenida Juan B. Justo!
Por Suplemento El Comunero - Thursday, May. 02, 2013 at 4:22 AM

MEMORIA ANCESTRAL EN LA CIUDAD

La necesidad de entender las permanentes inundaciones en la ciudad, aportaron a la recuperación de la memoria geográfica e hídrica de los barrios. Así la existencia de los arroyos que cruzan la ciudad, volvió a ser parte del debate sobre el desarrollo urbano. Lo cierto es que desde hace años, un movimiento indígena y educativo propone pensar el arroyo Maldonado como parte del territorio originario de nuestro continente.

¡Pumas en la Avenida...
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Por Pablo Badano - Buenos Aires es uno de los distritos donde se busca legitimar la idea de la “Argentina blanca”. Sin embargo, un sector de la sociedad porteña tiene origen indígena o mestizo. Al mismo tiempo que se instaló este concepto de la “París de Sudamérica”, la geografía local fue modificada.

“Distintos elementos del paisaje nativo porteño han sido rellenados o entubados, haciendo más invisible el territorio indígena en la ‘Gran Ciudad’. Aunque en cada temporal, sudestada o inundación, la naturaleza nos sacude recordándonos que Buenos Aires es un humedal”, afirma el Movimiento en Defensa de la Pacha (MDP).

En el 2011, la Escuela Nº7 D.E. 12 de Villa Mitre evaluaba cómo hacer un homenaje por el 12 de Octubre, “Día de la Diversidad Cultural”. El MDP venía acompañando a la maestra Valeria Gervasini, en su curso de 5º grado con alumnos de familias quechua, aymara, guaraní y “criollos”. La actividad resuelta fue: “Vayamos al arroyo Maldonado, acá a 10 cuadras”. Y pusieron carteles que lo señalizan como parte de las tierras ancestrales aborígenes, en la Plazoleta Manuel de Sarratea, en Juan B. Justo y Terrada, entre Flores Norte, Paternal y Villa Santa Rita.

“Mi barrio también es territorio indígena”, quedó como lema de esta propuesta, que busca ser repetida en otras zonas de la ciudad. Para reivindicar las raíces milenarias no hace falta alejarse 50km hasta los parajes donde los barrios privados avanzan sobre cementerios ancestrales, como en Punta Querandí.

Territorio indígena...

“Una de las tareas de los pueblos originarios es visibilizar que acá en la ciudad también se manifiesta nuestra historia”, dice Pedro Moreira, un abuelo kolla nacido en La Quiaca, quien vino a la ‘Gran Ciudad’ con 26 años, vivió en la Villa 31 de Retiro y se afincó en el partido de San Miguel, donde en los ’90 creó la Biblioteca Inti Huasi.

EN TIEMPOS DE GUERRA


Una teoría liga el nombre de este arroyo con la historia de “La Maldonada”, una española que vino con la primera fundación de Pedro de Mendoza en 1536, y optó por adentrarse en las “nuevas tierras” integrándose al pueblo querandí. Eran tiempos de guerra entre los nativos y los invasores. Al ser recapturada por los europeos, fue castigada a morir devorada por las fieras. La ataron al costado de un arroyo, pero la protegieron unas pumas que había ayudado a parir en sus primeras aventuras lejos de los conquistadores.

Para las autoras de “Aguas de Puma”, Estela María Martínez Luna, Luisa de la María y Ana María Zetina, que narra a modo de novela esta historia, más allá de la ubicación real de estos acontecimientos es interesante pensar estas leyendas en un territorio específico. “Es como armar una geografía simbólica, un recorrido que profundice en la mitología de Buenos Aires desde los habitantes originarios”, dice Zetina.

Fotos: Inés Attianese


SELVA EN LA CIUDAD

Hasta 1887, cuando Flores y Belgrano fueron incorporados al distrito porteño, el Maldonado era el límite natural con la Provincia. Donde hoy está Aeroparque, vertía sus aguas en el Río de la Plata. Esa zona hasta comienzos del 1800 mostraba un paisaje selvático: “el arroyo desemboca casi en forma de delta, originando un pequeño ‘Tigre’, con aguas tranquilas, árboles y hasta una fauna propia de aves y otros animales”, recuerda Diego del Pino en Historia y leyenda del arroyo Maldonado (1971). Alguna vez se pensó en canalizarlo y hacerlo navegable, pero en 1929 se encaró su entubamiento. Actualmente, 1.400.000 habitantes viven en su cuenca, con una superficie de 9.700 hectáreas a lo largo de 21,3 kilómetros.

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