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Armas económicas de destrucción masiva
Por Fuente: Red Eco Alternativo - Friday, May. 10, 2013 at 2:04 AM

El terrorismo es algo difícil de definir, sobre todo cuando los artefactos domésticos se convierten en armas de destrucción masiva. En abril, mientras la Guardia Nacional y la Policía de Boston buscaban en los suburbios de la ciudad a dos sospechosos de haber colocado las fatales bombas del Maratón, apareció otra historia de violencia e inseguridad colectiva. El New York Times informó: “Los bancos que crearon arriesgadas amalgamas de hipotecas y préstamos durante el boom están ocupados resucitando los mismos tipos de inversiones que muchos pensaban que habían desaparecido para siempre”.

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(Laura Gottesdiener – CounterPunch) EEUU - En otras palabras, los sujetos acaudalados están de vuelta, vendiendo hipotecas depredadoras para que se combinen y se vendan en Wall Street. Incluso el Times, que generalmente es tan optimista cuando se trata de negocios, usó un tono admonitorio. “La resurrección también subraya que esas inversiones, conocidas como productos financieros estructurados, han escapado en gran parte a las nuevas regulaciones que supuestamente deben impedir una repetición de la última crisis financiera”.
Sin embargo, a diferencia de la cobertura continua de Boston, la reacción nacional ante la amenaza de destrucción económica masiva es silenciosa. Es porque casi nadie discute abiertamente la continua crisis de ejecuciones hipotecarias en términos de terrorismo interior.
Según la Coalición Nacional de Personas sin Techo, 700 personas si dirección mueren cada año solo de hipotermia. Han muerto más estadounidenses de frío desde el comienzo de la crisis económica que en todos los ataques de terrorismo en el territorio de EEUU en las últimas dos décadas incluyendo el 11-S.
En cuanto al tema de la legalidad, Griggs Wimbley, residente en una pequeña ciudad en Carolina del Norte, es un experto en cómo la ola de recientes ejecuciones hipotecarias ha violado el derecho penal de EEUU. Pasó casi un decenio investigando y luchando contra su propio embargo fraudulento. “No he visto más que engaños”, dijo. Calificó el reino de Wall Street durante los años 2000 de “una cadena criminal de diez años”.
Los cientos de investigaciones y de litigios por fraudes en los préstamos, falsificaciones y en las regulaciones de servicio respaldan las propias experiencias de Wimbley.
¿Por qué se propondría Wall Street intimidar a millones de civiles? La justificación es que si la gente no está aterrorizada ante la posibilidad de ser desalojada de sus casas, no seguirá pagando las astronómicas deudas que al parecer son lo único que mantiene a flote nuestra economía.
Desde 2007, Wall Street ha desalojado a cuatro millones de familias –aproximadamente diez millones de personas– de sus casas. Millones de personas más están atrapados en actuales embargos. Durante el año pasado he oído las historias de cientos de esas familias y la experiencia es un sentimiento de inseguridad y de terror psicológico.
Si la inseguridad masiva y el terror ante el default eran lo que querían los bancos, misión cumplida. Sin embargo, a los bancos no se les acusa de terrorismo. Y sus productos financieros no se califican de armas de destrucción masiva.
El Pentágono ciertamente lo creía cuando en 2011 publicó un informe planteando que algunas partes desconocidas pueden haber ayudado a conducir a EEUU a la crisis económica de 2008 mediante “terrorismo financiero”. No es sorprendente que los sospechosos del informe hayan incluido a yihadistas islámicos, a los chinos y a Venezuela en lugar de AIG o Goldman Sachs.
El mismo año, el sindicalista estadounidense Steven Lerner fue calificado de terrorista económico cuando sugirió que los propietarios de casas se unieran en una huelga hipotecaria. Los medios conservadores lo llamaron una “GUÍA DE TERRORISMO ECONÓMICO” (sí, todo en mayúsculas), mientras un congresista de Utah instó al Procurador General Eric Holder a investigar esas amenazas porque “claramente constituyen terrorismo interior”.
En otras palabras, propugnar la seguridad de los propietarios de casas equivale a actos de terrorismo, mientras asegurar la estabilidad de Wall Street es simplemente política de EEUU.
El sitio que demuestra con más claridad ese doble rasero es Detroit, donde el gobernador de Michigan impuso recientemente un estado de economía marcial, una suspensión de la democracia para garantizar la seguridad financiera. Con un jefe financiero de emergencia dirigiendo por sí solo una ciudad de más de 700.000 habitantes, Michigan muestra que el actual problema de seguridad subyacente no es físico. Es financiero.

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Saldremoss de la prehistoria humana
Por Ganhyat - Friday, May. 10, 2013 at 11:21 AM

Se está reconstituyendo poco a poco una crítica radical, materialista, sobre el estado de cosas presente, no solo entre intelectuales y rebeldes, sino gradualmente también entre las masas, los proletariados y clases obreras del planeta. China inclusive, por supuesto.

Recobramos el sentido de la necesaria superación del sistema mercantil-explotador dominante, bajo todas sus caretas, y la perspectiva de una civilización humana algo natural se acerca cada vez más:

http://www.pintxogorria.net/index.php/marxismo-a-debate/el-marxismo-a-debate/3446-el-comunismo-es-la-critica-radical-de-todo-lo-que-existe

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