Julio López
está desaparecido
hace 6402 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

El tribunal rechazó el pedido de nulidad realizado por las defensas
Por Redacción 351 - Monday, May. 20, 2013 at 10:46 AM

Las defensas consideraron que la designación de los fiscales subrogantes presenta irregularidades. Sin embargo, el tribunal resolvió rechazar el planteo.

 

Juicio Menéndez III: el tribunal rechazó el pedido de nulidad realizado por las defensas

Por Nicolás Siadis | nsiadis@redaccion351.com

Fotografía: gentileza Manuel Bomheker

El Dr. Maximiliano Hairabedian es el fiscal natural del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 (TOF1) y es quien debe actuar en todos los procesos que se desarrollen dicho tribunal. Hairabedian decidió apartarse del juicio por motivos personales, ya que su padre fue victima del Terrorismo de Estado en el momento en que ocurrieron los hechos que se juzgan. Así manifestó la imposibilidad de objetividad en el proceso.

Debido al apartamiento, debería intervenir el fiscal del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº2 (TOF2). Como este tribunal aún no tiene designado fiscal definitivo, intervino como fiscal subrogante el Dr. Carlos Gonela, que era secretario de la fiscalía del TOF2. Es por este motivo que Gonella, junto a Facundo TrottaHoracio Azzolin, fueron designados por la Procuraduría General de la Nación para asumir la acusación en esta causa.

Sin embargo, las defensas, encabezadas por el Dr. Osvaldo Viola, desconocieron la decisión personal de Hairabedian de apartarse y acusaron que, al no haber jurado como fiscal del TOF2, la actuación de Gonella en el juicio sería irregular. De esta manera, pidieron la nulidad total del proceso judicial debido a las supuestas irregularidades.

Luego de un cuarto intermedio, el fiscal Facundo Trotta consideró: “Es imposible que se suspenda el proceso por estas razones infundadas. No se han tomado el tiempo de analizar las leyes y las resoluciones conforme a derecho. Voy a pedir costas para que las defensas se hagan cargo, en lo económico, de este retraso en el proceso”.

Además afirmó que existe una resolución que designó a los fiscales para que actúen de manera conjunta o en este proceso. Las razones por las que se designan dos personas o más, es para que actúen conjunta o alternativamente en un proceso que reviste una enorme importancia. La resolución intenta reforzar y garantizar la actuación de los integrantes del Ministerio Público Fiscal.

Por último, el fiscal citó el artículo 33, inciso G de la ley del Ministerio Público Fiscal, el cual establece que el procurador puede disponer fundadamente, cuando la importancia lo haga aconsejable, la actuación conjunta de dos o más fiscales.

“Mi designación en este proceso está expresamente prevista por ley. Es por esto que considero que deben ser rechazados todos los planteos de las defensas y solicito las imposición de costas por que los mismos han sido totalmente infundados y solo buscan retrasar el proceso”, concluyó el fiscal.

 María Celeste de Lurdes Seydell

La testigo era militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Su casa familiar había sido allanada en reiteradas ocasiones a finales de 1975. Ya a principios de 1976, su familia comenzó a ser perseguida por “la patota” del Departamento de Informaciones D2.

“A partir de ese momento, personas de civil que entraban a la casa en la noche, nos ponían contra la pared y nos golpeaban. Los allanamientos se sucedían sin ninguna orden buscando gente”, recordó.

En agosto de 1976 irrumpieron nuevamente en su casa buscando a su hermano Pascual. “Nosotros les decíamos que no sabíamos dónde estaba. Ahí llevaron a mis hermanos más chicos al patio y les hicieron un simulacro de fusilamiento. A las horas nos enteramos que Pascual había sido secuestrado junto a Alejandro Bardach en su lugar de trabajo”, relató.

Alejandro Bardach fue liberado al mes de su detención y recurrió a la familia de Celeste para contarles que Pascual estaba secuestrado en La Perla. En ese momento, la familia comenzó las gestiones para conseguir su liberación, pero no tuvieron respuestas de nadie.

“Un día nos enteramos, a través de familiares de presos comunes, que mi hermano estaba preso en la Unidad Penitenciaria Nº1. Lo fuimos a visitar en reiteradas ocasiones pero nunca lo pudimos ver”, expresó.

En octubre de ese mismo año fue detenido su otro hermano, Pablo, en Mendoza. Celeste y su madre viajaron para visitarlo y automáticamente quedaron detenidas junto a él.

“En ese lugar nos desnudaron a las dos y nos bañaron con agua con creolina. A mi mamá la hicieron presenciar una sesión de torturas de mi hermano. Ella nunca se pudo recuperar de eso”, rememoró.

Celeste fue liberada de la cárcel de Mendoza pero su mamá quedó detenida. La acusaban de ser ideóloga de la subversión ya que era teóloga. Finalmente, la mamá de Celeste estuvo presa durante 3 años.

Celeste regresó a Córdoba y junto a su padre siguieron luchando por la libertad de sus familiares. En febrero de 1977, la testigo estaba en una fiesta cuando fue detenida por un grupo de tareas.

“Me pidieron mi identificación y cuando vieron quién era me volvieron a detener. Ahí me trasladaron al D2, en donde empezó la tortura física. Me metían y sacaban en un tacho de agua y me cubrían la cabeza con bolsas de nylon. Nos hacían de todo”, expresó.

Celeste narró que una de las guardias que quedaba a cargo en el D2 practicaba sistemáticas vejaciones a las secuestradas. “Había una mujer que se ensañaba muchísimo con nosotros, nos pellizcaba los pezones y quemaba con cigarrillos los senos”, recordó.

En el transcurso de un mes, Celeste estuvo secuestrada en el Departamento de informaciones, en La Ribera y en La Perla. En todos y cada uno de esos centros clandestinos sufrió torturas tanto físicas como psicológicas.

El 16 de marzo de 1977 fue trasladada a la Unidad Penitenciaria Nº1. Ahí fue alojada sola en un calabozo que la testigo describió como “un nicho de cemento”. Recordó que ese fue el momento más feo de su cautiverio porque se sintió sola por primera vez.

“Tuve ganas de morirme. Un día me puse a pensar en mi familia, en mi casa. Me dije a mí misma que tenía que salir de ese estado y comencé a cantar bajito, de golpe empecé a recibir la respuesta de otros cantos. Ahí comenzó la relación con el resto de las presas, relación que fue muy importante para que todas pudiéramos sobrevivir”.

Al tiempo fue trasladada a la cárcel de Devoto, en donde se encontró con su mamá y lograron compartir cautiverio en el mismo pabellón. Celeste estuvo privada de su libertad en total 7 años, quedando en libertad finalmente a mediados 1983.

agrega un comentario