Julio López
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Venezuela: Seminario Ideas y Prácticas Feministas Latinoamericanas
Por Mov.Convergencia - FPDS Córdoba - Wednesday, May. 22, 2013 at 8:08 AM
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Los días 8, 9 y 10 de Mayo, se realizó en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), de Caracas, Venezuela, el Seminario Ideas y Prácticas Feministas Latinoamericanas: Retos y Desafíos.

Venezuela: Seminario...
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La idea del Seminario era de realizar un análisis histórico, teórico y crítico de lo que significó para las mujeres el siglo XX latinoamericano y a partir del mismo realizar caracterización de las ideas y las prácticas feministas latinoamericanas hoy. La idea es que este ejercicio nos permita elaborar reflexiones colectivas sobre los retos y las perspectivas en los tiempos que corren, de cara a los retos de todo lo que aún queda por hacer en materia de derechos humanos y reivindicaciones políticas a favor de las mujeres.

Esta actividad contó con la participación de mujeres activistas provenientes de América Latina y de Venezuela, entre las que se encuentran Francesca Gargallo (México), Tania Quiroz (Bolivia), Marcela Expósito (Argentina), Yolanda Becerra (Colombia), Nora Castañeda (Venezuela), Marianela Tovar (Venezuela) y Rebeca Madriz (Venezuela).

Esta actividad fue una iniciativa conjunta del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, el Centro de Estudios de la Mujer dela Universidad Central de Venezuela, el Centro de Investigaciones Críticas y Socioculturales, la Fundación Rosa Luxemburgo y la Red de Colectivos La Araña Feminista.

Desde el Frente Popular Darío Santillán participamos con la ponencia "Derechos Sexuales y Reproductivos. El Derecho al Aborto Legal en Disputa. La experiencia Argentina", Compartimos algunos parrafos de la misma a continuación:
(...) Creemos fundamental el rescate del cúmulo de experiencias de lucha en relación a los derechos sexuales y reproductivos en los últimos años en nuestro país, porque siempre sostenemos que no empezamos de cero, que es más fácil también sostenernos y valorizar lo que otrxs van mezclando, para hacer el cimiento desde donde seguir avanzando.. De esta forma pretendo tomar algunos hechos de cómo se fue construyendo la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, seguro y gratuito, cómo se lucha también más allá de la campaña y cómo, por otro lado es la experiencia de las organizaciones sociales y políticas, el caso particular de mi organización, en relación a los procesos de apropiación de estas luchas. Finalmente quiero compartirles algunos retos y desafíos que venimos pensando en relación a la disputa por la sanción de la ley por el aborto legal en la Argentina.

Sin los derechos de las mujeres, no hay derechos humanos
Siguiendo algunos recortes de la historia más actual , recordamos todo lo nefasto que nos dejaron las dictaduras en relación al uso de nuestros cuerpos como objetos de tortura y como “un vientre” para robar y apropiarse de los hijxs de tantas luchadoras del campo popular. Los gobiernos neoliberales fueron dejando su impronta en la continuidad de pobrezas extendidas a lo largo y ancho de nuestro país, aumentando la desocupación y el hambre, precarizando el trabajo, con políticas de ajuste que iban de la mano políticas de los procesos de fragmentación social , de represión y de saqueo de los bienes comunes de nuestra tierra. Al mismo tiempo los años 90 irrumpían tratando de reconstruir, de generar una política de resistencia, que tuvo su auge en la rebelión popular del 2001. Las organizaciones entonces se rearmaban para luchar por la supervivencia ante la crisis económica y social. Los movimientos de desocupadxs, de vecinxs autoconvocadxs, de asambleas, irrumpían en las calles, y entonces las mujeres piqueteras organizadas en los movimientos de trabajadorxs desocupadxs, empezaban a cuestionar al sistema patriarcal de la mano de las reivindicaciones por vida digna y trabajo genuino. Una de las primeras asambleas de mujeres en donde se constituyó un espacio propio dentro de nuestra organización , se realizó en uno de los cortes del puente , y en otros tantos lugares al calor del fuego y de una olla popular. Los Encuentros Nacionales de Mujeres que se realizaban años tras años, desde el año 1985 y que reunía en sus orígenes a activistas y militantes feministas , después del 2001 convocaba a miles en todo el país, y ya se tensionaba el marco de lo nacional para abrirse también a compañeras latinoamericanas, llenando sus talleres y las marchas multitudinarias. Mujeres de los barrios, mujeres organizadas en diferentes movimientos urbanos, campesinas, originarias, partidos políticos, feministas, colectivas, travestis, lesbianas, diversidad de identidades, iban generando con el paso de los años un fuerte reclamo por todos los derechos por profundizar o conquistar, llenando de color, de cantos, de creatividad las calles, también por el derecho al aborto.”A la iglesia católica, apostólica y romana, que pretende meterse en nuestras camas, le decimos que se nos da la gana de ser putas, travestis y lesbianas. Aborto legal en el hospital, aborto legal en el hospital…” Esas canciones son una parte de historia de cómo las ideas feministas iban popularizándose y cómo nos íbamos sacando los miedos y desafiando al discurso hegemónico sobre lo que teníamos que ser, sentir o pensar. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, nacía luego de muchos años de militancia feminista, en mayo del 2005 con más de 300 organizaciones que empezaban a levantar los pañuelos verdes y a expandir la consigna de “Educación para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. A modo de recuerdo, yo daba mis primeros pasos en la calle para luchar por el derecho al aborto, y se me viene a la memoria cuando me invitaron a una juntada de firmas en una calle de la peatonal de Córdoba, una de las provincias más conservadoras, donde firmar para un proyecto de ley a favor del aborto era muy osado, pero así como algunos insultaban o decían “asesinas”, otrxs tantxs se quedaban hablando interesadxs y apoyaban la iniciativa. . Las experiencias en los Encuentros Nacionales de Mujeres de más de 20.000 personas en algunas provincias, marcaba el pulso del incremento del compromiso, los temas que se iban debatiendo y las conclusiones a las que arribábamos para dar continuidad a la politización en nuestras organizaciones.
Los escraches masivos a las catedrales señalaban y aún lo hacen, un hecho que nos conmueve, un ritual en el que definitivamente decimos que no queremos a ninguna institución que digite y decida qué haremos con nuestros cuerpos.
Al grito de “saquen sus rosarios de nuestros ovarios”, miles de mujeres que van por primera vez a un encuentro no van a olvidar nunca que la revolución es y será “en las plazas, en las casas y en las camas”.
La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que fue armándose al calor de tantos encuentros previos, fue tomada no sin ser debatida todos estos años, por organizaciones que antes ni siquiera participaban de reuniones de los grupos feministas más involucrados con esta temática. Entonces comenzamos a afirmar que: “La campaña somos todas”, aún cuando no teníamos los recursos para llevarla adelante o no participábamos de las plenarias oficiales. Pero teníamos en claro que tomar esta bandera era un hecho político necesario si queríamos instalar en la sociedad y al interior de cada movimiento, que los derechos sexuales y reproductivos, que el derecho al aborto legal seguro y gratuito (que no es un derecho precisamente” reproductivo”) son parte de los derechos humanos, un problema de salud pública y una muy concreta injusticia social. Esta lucha fue masificándose poco a poco, con sus limitaciones, repicando estrategias de todo tipo, levantando consignas como: “la mujer decide, el estado garantiza y la sociedad respeta”, fruto también de la gran heterogeneidad de quienes la iban construyendo. Al mismo tiempo, con sus propios tiempos de debate y de práctica concreta, los movimientos sociales y políticos, y el caso puntual del Frente Popular Darío Santillán, daba señales de su posicionamiento como un Frente antipatriarcal y asumiendo que esa definición implicaban tomar partido todxs, no sólo el Espacio de Mujeres que impulsaba este desafío, para hacer política con esa bandera de lucha.
Las palabras de una feminista que fue parte importantísima en la historia de la lucha por el Derecho al Aborto Legal, resume no sólo la convicción de los comienzos, sino una perspectiva a futuro. Dora Coledeski , decía recordando la primera comisión creada muchos años antes de la conformación de la Campaña Nacional:
“No queremos hacer una historia de la Comisión, ni enfatizar la importancia de su creación. Solamente queremos resaltar la decisión de un grupo de mujeres que se animaron a levantar la voz para tocar un tema tabú, que aunque rodeado de la más grande hipocresía, forma parte intrínseca de la vida de las mujeres .Lo cierto es que ya han transcurrido casi veinte años desde los orígenes de nuestra agrupación y aún no hemos triunfado: no hemos obtenido el derecho al aborto. Pero, como decíamos en aquélla Editorial, ¿puede medirse el tiempo en forma rectilínea?... Es que los cambios se preparan en un largo proceso y requieren de condiciones subjetivas y objetivas para desencadenarse. Así, considerando la conciencia alcanzada por sectores importantes de la sociedad con respecto a nuestro derecho a decidir, podemos decir que hemos avanzado. Podemos afirmar que, aunque ello aún no se refleje en leyes concretas y frente a enemigos muy poderosos, ya no estamos solas, sino junto a muchas otras mujeres.

Mi cuerpo es mío
Desde hace varios años que todas las luchas por una sociedad igualitaria, contra la heteronormatividad y heterosexualidad obligatoria, por los derechos sexuales y por la sexualidad plena de todas las personas, las luchas para romper los moldes del capitalismo patriarcal fueron dando frutos en la toma de conciencia de una sociedad que empezó de a poco a “abrir sus cabezas”-aunque no creamos que tanto-y también a nivel de las legislaciones, y así en el 2004 se aprueba la ley de Salud Sexual y Procreación Responsable, (sin entrar a debatir lo del término “ procreación responsable” cuando sabemos que los estados tienden a deslindar responsabilidades de las formas en que nos ofrecen vivir y pensar), en el 2006 la de Anticoncepción Quirúrgica y la ley de Educación Sexual, tan combatidas, y tan difíciles de poner en práctica hasta el día de hoy. Porque por más que estén las leyes, a las mujeres les siguen poniendo trabas para poder pedir una ligadura de trompas, para acceder a la anticoncepción de emergencia, para parir con partos humanizados, incluyendo las provincias en donde se niegan dichas leyes con amparos o con leyes propias que van en contra de la normativa vigente. La ley de Educación Sexual “integral” sigue llena de presiones desde amplios sectores de la sociedad, y desde los gobiernos no se implementa como se hace con otros proyectos, faltan recursos, capacitación que supere la mera voluntad militante. No olvidemos que la Iglesia es parte de este problema, subsidiada por el Estado Argentino, de las decisiones que se toman en materia de la educación y de la salud sexual y reproductiva, y hay una convivencia de pactos muy difícil de romper ,si primero no hay una separación real de la iglesia con el estado. La infinidad de acciones que miles de colectivas despliegan, produciendo folletería, afiches, escraches, movilizaciones, libros, teoría, para que haya toma de conciencia de lo que implican las luchas feministas, hace que el conocimiento circule de abajo hacia arriba, que en definitiva va a garantizar que más allá de una ley podamos prefigurar, tomar conciencia de la sociedad que deseamos.

La experiencia territorial
Contar y partir de la experiencia propia hace que entendamos también cómo nos fuimos apropiando muchas organizaciones de las luchas por los derechos sexuales y reproductivos y por el derecho al aborto en particular.
Haber conformado en el Frente Popular Darío Santillán un Espacio de Mujeres fue un hecho que hizo que las mujeres, como categoría política, pudiéramos debatir sobre nuestros roles, sobre el qué hacer frente a la violencia de género, poder producir teoría, definirnos como feministas luchadoras, derribar prejuicios, mitos y costumbres impuestas, y constituirnos como sujetas del cambio. El Espacio de Mujeres impulsó política hacia adentro del mismo Frente y se trabajó apostando a un cambio social cultural entendiendo la relación dialéctica entre cultura y el sistema, retroalimentación permanente para seguir siendo dominante y hegemónica. En este sentido nos unimos con el resto de las organizaciones que iban marcando caminos de luchas feministas, sin tener que “saberlo todo” para hablar de nuestras opresiones, las vivíamos a diario. Pudimos tomar la palabra y estar presentes, ponernos de pie y luchar por la soberanía de nuestros cuerpos.
En las asambleas barriales, en las organizaciones de base sindicales, en los lugares de estudio, en las intervenciones callejeras, en las movilizaciones,se desparramó feminismo para todxs, un feminismo que no tiene propiedad privada, apropiándonos y siendo parte de sus corrientes de pensamiento y activismo, rescatando lo que cada una de éstas sembró para nuestras emancipaciones. Trabajar para masificar los discursos y las luchas creo que son los desafíos que como movimientos populares no debemos abandonar, ese puede ser nuestro mejor aporte.
Los debates en relación a los derechos sexuales y reproductivos, fueron llenando las prácticas concretas del trabajo de base. A la par que nos reuníamos para un taller sobre cooperativas de trabajo, también se jerarquizó la formación en géneros, con las mujeres que eran en su mayoría las que llevaban adelante los trabajos múltiples dentro de dichos movimientos populares. Copas de leche, tomas de tierras, cortes de ruta, reclamos por mejoras en las condiciones de vida, trabajo, mejoras en la salud y denuncias por contaminación ambiental, alfabetización, seguridad en las marchas y protagonismo en la toma de decisiones del movimiento. Muchas compañeras militantes y muchas compañeras que por primera vez iban a un encuentro de mujeres, o compartían una charla “entre mujeres” mientras revolvían la olla para el guiso del comedor comunitario. Se reflexionó sobre todas las marcas que el patriarcado iba dejando en nuestros cuerpos. Era salir del lugar doméstico en todos los órdenes de nuestras vidas y empezar a hacer público lo que no se visibilizaba. Nosotras, empezamos a entender y cantamos… ”Para que el mundo se entere, que somos brujas piqueteras, que tenemos mucho ovario y enfrentamos la opresión, cuando una mujer avanza ningún hombre retrocede, crece la libaración”. Nos preguntamos qué pasaba si hacíamos formación pero luego no teníamos las herramientas para dar soluciones a todo lo que íbamos descubriendo, entonces surgió el mismo enfoque de todas nuestras luchas: éste es un reto que nos moviliza para trabajar desde una perspectiva de lucha, porque descubriendo nuestras opresiones, es que debemos ir por más. Eso es construcción de poder popular. También la misma práctica nos va abriendo caminos frente a otros debates que surgen. Si primero tenemos que discutir la violencia hacia las mujeres, luego los métodos anticonceptivos y finalmente, y si queda tiempo, mencionar el tema del aborto. Frente a todo pronóstico de que no se podía hablar del aborto, la realidad nos mostró que se trataba de abrir el juego. Cuando la discusión se abría, todas conocían a alguien que había interrumpido su embarazo, luego muchas decían que lo habían intentado pero que no pudieron, que el marido no las había dejado, que una compañera había sido violada por su pareja y que ella lo pensó pero no juntó el valor y no supo como. Quienes estaban en contra lo argumentaban desde sus ideas religiosas o desde lo que les habían inculcado desde chicas, pero entendían que ese derecho era para todas más allá de las decisiones personales. Los Campamentos de Formación en Género que impulsamos, hicieron posible que el tema del derecho al aborto fuera un eje de trabajo, y que pudiéramos profundizar ese debate al interior mismo de nuestras organizaciones, haciendo que los compañeros también se sumaran a las luchas concretas, levantando las consignas por el derecho a decidir. Se hicieron campamentos “mixtos”, en los que hablamos de un feminismo que nos involucre a todxs, que sea combativo, activo, anticapitalista y desde el hoy por la sociedad socialista que deseamos. Porque lo entendemos como una parte de nuestras consignas por las que luchamos por el cambio social.

Retos y desafíos
Para finalizar, estamos en momentos donde se pueden direccionar nuestros objetivos, porque estamos también profundizando retos y desafíos en todos los campos de nuestras luchas, estamos queriendo anclar nuestros proyectos políticos. Entonces puedo compartir dos desafíos que pueden ser disparadores de otros o simplemente sirvan para el debate entre las organizaciones no sólo de nuestro país, sino un debate que puede compartirse en toda Latinoamérica, opinando y haciendo los aportes que nos ayuden a proyectar una mejor política en nuestros territorios.
En relación a la Campaña, sabemos que no está exenta de las crisis y contradicciones que vive la izquierda y demás organizaciones del campo popular, en un contexto de un gobierno que aprobó leyes interpretando los reclamos históricos en materia de salud sexual y reproductiva, como el caso de las leyes antes mencionadas, la ley de Matrimonio Igualitario o la de Identidad Sexual. Junto a muchas de las organizaciones interesadas en masificar luchas por derechos relacionados con nuestra sexualidad , más allá de que tengamos objeciones hacia la institucionalización de las relaciones intersexo , entendemos los rituales institucionales que parte de las personas reivindican, y que producen en este contexto cambios reales en la forma de pensar de todo un pueblo. Con una mirada revolucionaria entendemos que no nos alcanza con reformas en el sistema aunque sean necesarias, y seguimos trabajando por el cambio social, económico, político y cultural integral.
Los desafíos para la campaña por la legalización del aborto seguro y gratuito deben seguir siendo esos mismos por los cuales nos agrupamos con un objetivo común: la lucha por la despenalización y legalización del aborto .

Es importante la difusión del uso del Mixoprostol como alternativa a este reclamo histórico que tiene que ver también con el derecho a un aborto libre, pero no podemos conformarnos. Las organizaciones de las que somos parte hemos aprendido a usar las pastillas, a socializar el conocimiento, a establecer lazos fraternos y estar atentas para ayudar a cualquier mujer que necesite practicarse un aborto, sabemos cómo cubrir riesgos, que es más económica la pastilla, y que muchxs médicxs las recetan, atendiendo a la ley de salud sexual, en la que primero, se debe garantizar la integridad física y psíquica de las mujeres que concurren a los centros de salud en busca de ayuda y contención.
La lucha hoy también se focaliza en el cumplimiento del Protocolo de abortos no punibles, con el fallo de la Corte Suprema de Justicia para acceder a la interrupción del embarazo en caso de violación, y que en algunas provincias del país este fallo no se cumple. En Córdoba, provincia de la que vengo, no sólo no está en vigencia en los hospitales provinciales sino que se modificó poniendo trabas de todo tipo en especial a las niñas y jóvenes menores de 18 años. Acciones frente a la Maternidad Provincial, símbolo de muchas más violaciones a los derechos de las mujeres, y otras formas de reclamos más institucionalizados se dan en cada lugar en el que hay denuncias de mujeres que no pueden acceder a este derecho, y sabiendo que hay que seguir dialogando mucho con los trabajadores de la salud, tarea pedagógica fundamental en esta lucha. Pero no nos conformamos.
Entonces frente a este panorama, seguir trabajando por el objetivo que nos unió, es el principal desafío, sabiendo de sus limitaciones, e insistiendo como otro gran desafío el no abandonar las calles, para seguir sumando el apoyo masivo, para seguir presionando desde el lugar que las de abajo encontramos como práctica genuina de lucha, además de todas las cientos de estrategias que la Campaña pueda proponer.
Y con respecto a los desafíos que tenemos como organizaciones, uno es seguir apostando a la construcción de poder popular. Hemos aprendido a poder resolver muchas situaciones en las que los gobiernos no dieron respuesta. No podemos esperar los tiempos de las coordinaciones, acuerdos y correlación de fuerzas, o esperar “con esperanza” que los tiempos políticos que para los gobiernos sean los adecuados resuelvan nuestra situación de vulneración de derechos. Hemos aprendido desde la experiencia de hacernos nuestros propios abortos con las pastillas, pero sabiendo que no dejamos de hacerlo en la clandestinidad. No podemos bajar esa bandera, el aborto gratuito, seguro y legal debe ser también un objetivo principal. Estamos denunciando de esta forma las complicidades de los gobiernos que no sancionan la ley presentada en el año 2010 y que ya se había presentado con una gran movilización de miles en el año 2007. Eso entendemos que es construir poder popular llevándolo al terreno de nuestras prácticas feministas, o sea construir poder popular feminista.
Incluyo en el debate, el agravante de que para nosotrxs, Francisco I el nuevo Papa de la Iglesia Católica, fue un duro golpe hacia todo el movimiento de mujeres y de los movimientos gltb o por las diversidades sexuales como cada organización decida llamarse, El Cardenal Bergoglio tiene su historia de ferviente oposición a cualquier derecho sexual, como su lucha feroz contra la aprobación de la ley de matrimonio igualitario y su tenaz militancia a favor de la vida del “niño por nacer”. Recordar las palabras de Jorge Mario Bergoglio cuando era cardenal y se aprobaba la ley de Matrimonio Igualitario hace dos años, por lo menos nos invita a seguir tramando ideas: "No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios…No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una "movida" del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios… Aquí también está la envida del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra".
Para concluir, la realidad muestra que entre 400 y 600 mil mujeres interrumpen sus embarazos por año en la Argentina, y que en promedio habría un aborto por cada nacimiento. Cuántas mujeres morirán cada año por practicarse abortos en la clandestinidad, con pastillas que no son las indicadas y que se venden en el comercio del circuito clandestino de los barrios más humildes, con agujas, perejil, golpes, elementos no desinfectados, por miedo a ir al hospital a practicarse un legrado, muertas en alguna camilla de hospital por no haber sido atendidas correctamente, sabiendo también que el negocio del aborto clandestino mueve millones y algunos se enriquecen a costa de nuestra salud. Por todo esto, no hay que esperar esos tiempos estatales y confiar en que algún día no despenalizar el aborto sería casi motivo de escándalo para una sociedad modernizada. Entonces nuestro más grande desafío es “empujar”, hay que confiar pero en la fuerza de la unidad de nuestras luchas, en el poder popular feminista que abre los paraguas y nos protege a los pueblos de los “bombardeos patriarcales permanentes”, generar más poder desde abajo, para poder parir justamente “una-otra sociedad” donde todxs tengamos la posibilidad de ser libres. Porque decidimos luchar y seguir saliendo a las calles, con el reto enorme de visibilizar estas luchas, porque hemos aprendido que lo personal es político, y la lucha por el aborto legal también es una cuestión pública. Porque pelear más allá y más acá de las fronteras es también otro gran desafío. Necesitamos seguir generando caminos de acción colectiva, que es una de las enseñanzas de los feminismos que se abrazan y se cruzan a lo largo y ancho de todo el continente. Sin las luchas feministas no habrá socialismo. Y si tocan a una, lucharemos todas.

Queremos, transmitirles el deseo de muchísimas militantes y del Frente Popular Darío Santillán, que en Venezuela se pueda generar un Gran Encuentro Latinoamericano de Mujeres Luchadoras, para que en la cuna de la Revolución Bolivariana, SIGAMOS uniendo nuestras voces contra toda violencia económica, social, política, patriarcal, capitalista, aprendiendo unas de las otras. Nos vemos hasta todas nuestras victorias futuras siempre!

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