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Inteligencia sin control
Por reenvío red eco alternativo - Friday, Jun. 07, 2013 at 9:07 AM

Las tareas de inteligencia desplegadas por Gendarmería en diversas movilizaciones sociales y luchas de trabajadores (Proyecto X), la aparición de personal civil del Batallón 601 “militando” en organizaciones populares, un espía de la Policía Federal desarrollando tareas de inteligencia en estas organizaciones infiltrado en una agencia de noticias alternativa, son solo algunos de los sucesos que nos llevan a preguntarnos cómo y para qué funciona hoy el sistema de inteligencia del Estado. (Por María Eva Pavón Tolosa para Red Eco)

María Eva Pavón Tolosa es licenciada en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Co-coordinadora de la Iniciativa Ciudadana del Sistema de Inteligencia (ICCSI), espacio destinado al seguimiento, impulso y promoción del funcionamiento efectivo de los mecanismos de control sobre el sistema de inteligencia de nuestro país. En la nota realizada para Red Eco, nos introduce en unas primeras informaciones del funcionamiento y la falta de control del sistema de Inteligencia del Estado.

El sistema de Inteligencia y la falta de control

espionaje.jpg(María Eva Pavón Tolosa para Red Eco) - Argentina - La actividad de inteligencia se distingue del resto de las actividades estatales por una característica central: funciona regulada por el secreto. Tal condición se pone en tensión con uno de los pilares del sistema democrático: la publicidad y la transparencia de los actos de gobierno. Sin embargo, existe un consenso mínimo sobre la necesidad de que los servicios de inteligencia existan. ¿Bajo cualquier condición? Por supuesto que no, resulta fundamental que funcionen bajo parámetros democráticos, esto es, bajo fuertes controles externos tanto en el seno parlamentario como a través de la participación de la ciudadanía. El actual estado del sistema en nuestro país tiñe de dudas y escepticismo la posibilidad de que en un futuro cercano estos supuestos tengan acervo real.
Los servicios de inteligencia han funcionado históricamente bajo altos niveles de autonomía y no han sido pocas las veces que recaen sobre ellos sospechas de accionares irregulares incluyendo prácticas de espionaje político hacia organizaciones disidentes y sectores políticos propios y/u opositores. Teniendo en cuenta el rol de los organismos en la época más terrible de nuestro país no se puede dejar de reclamar transformaciones reales sobre el sistema. Si el Estado en su camino democrático, desde hace varios años, ha avanzado fuertemente sobre el establecimiento de límites claros entre las cuestiones de defensa nacional respecto de la seguridad interna, resulta sorprendente que todavía no ha puesto en el centro de la agenda pública la necesidad de democratizar al sistema de inteligencia a pesar del notorio avance que ha significado la sanción de la Ley de Inteligencia Nacional (Nº 25.520) en el año 2001.
La sanción de esta norma, primera y única de carácter público en la materia, sentó las bases institucionales del sistema al tiempo que introduce importantes facultades de control parlamentario.
¿Cómo está conformado el sistema de inteligencia? La nueva legislación estableció a la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE) como el organismo superior del sistema con capacidad directiva sobre los demás componentes bajo la dependencia directa del Poder Ejecutivo Nacional, quien delimita los objetivos generales y la planificación estratégica en materia de política nacional de inteligencia. A su vez, el sistema de inteligencia está integrado por la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal, dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación, que se encarga de las actividades criminales que puedan afectar la vida, libertad, patrimonio, derechos y libertades de los ciudadanos así como a las instituciones del Estado. Finalmente, por la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar dependiente del Ministerio de Defensa en tanto produce inteligencia referida al conocimiento de las capacidades y debilidades del potencial militar de otros Estados en relación a los intereses del propio Estado desde el punto de vista de la defensa nacional.
¿Quién controla al Sistema? Una comisión bicameral parlamentaria creada a tales efectos. En principio debe controlar dos cuestiones fundamentales: que el sistema actué con legitimidad, sin lesionar derechos y garantías establecidas normativa y constitucionalmente y que su actuación opere de acuerdo a la política nacional de inteligencia establecida por el Poder Ejecutivo Nacional.
Presumimos que la comisión no cumpliría con su razón de existencia. Por el estricto secretismo que la rodea, resulta bastante complejo acceder a información básica sobre su funcionamiento, si es que en rigor está funcionado. ¿Se reúne? ¿Cuántas veces los hace? ¿La comisión ha realizado investigaciones de oficio frente a sospechas de funcionamientos irregulares de los servicios? ¿Controla los gastos reservados? ¿Solicita información a la Secretaría? ¿Remite el informe anual al Poder Ejecutivo y al Congreso de la Nación evaluando el funcionamiento del Sistema junto a recomendaciones para mejorarlo? Los interrogantes contemplan en realidad deberes y facultades que la comisión tiene que ejercer. Por ahora son preguntas sin respuestas.
Finalmente, cabe preguntarse si la sociedad está dispuesta a tolerar silenciosamente el sospechado funcionamiento del sistema que, cabe reiterar, supone gravísimos atropellos sobre las libertades y derechos de los ciudadanos (protegidas explícitamente por la ley en cuestión) en paralelo con la inacción de una comisión que parece no hacer honor a las funciones que se le han encomendado.

Para contactarse con M. Eva Pavón Tolosa: Iccsi.contacto@gmail.com

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