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Sobre las próximas elecciones y el después
Por Red Jáuregui - Wednesday, Jun. 12, 2013 at 9:10 PM

DEMOCRACIA DE LOS DE ARRIBA O UNA SALIDA A LA CRISIS ESTRUCTURAL A PARTIR DE LA REBELIÓN POPULAR

Sobre las próximas e...
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Argentina es un país capitalista dependiente con desarrollo medio y desigual cuya forma productiva monopólica controlada por la gran burguesía financiera, industrial, comercial y agropecuaria asociada al imperialismo, constituyen la traba principal para el desarrollo de sus fuerzas productivas.
La recuperación de la democracia burguesa, luego de la heroica lucha antidictatorial, vendría supuestamente a poner las cosas en su lugar asegurando el bienestar popular, libertad y justicia con equidad social en todos los planos, sin concesiones a los grupos de privilegio y de las grandes concentraciones económicas. Luego de 30 años, los resultados son más que desalentadores.
Una clase política arribista y corrupta representada fundamentalmente por justicialistas, radicales y liberales de todo pelaje, que se desgarran las vestiduras previo a cada contienda electoral y luego negocian a espaldas del pueblo, mienten y se enriquecen, transformando la vocación de servicio para el que fueron elegidos, en una reventa al mejor postor de los grupos económicos.
Esta conducta claudicante y fundamentalmente la evidencia de los hechos, con un país más endeudado y donde las condiciones de vida del conjunto se agravan paulatinamente en beneficio de unos pocos, son las razones del malhumor creciente, de la desconfianza popular, de la búsqueda de algo nuevo que nivele y mejore al conjunto y a su vez contrario a lo que hoy ofrece el capitalismo monopólico.
Hasta el propio gobierno de CFK, tan proclive al discurso de la “inclusión social y reparto de la riqueza” profundizó la tendencia a la concentración de la riqueza. Luego de 9 años de crecimiento continuo y con un Producto casi cuadriplicado, los resultados al final de la década arrojan que la participación de los trabajadores en el PBI es inferior a 2001 (antes 38.5% y en 2011 37.6%).
El actual modelo agroexportador sojero y extractivista significó millonarias ganancias para el capital bancario-financiero, automotrices, exportadores y otros tantos advenedizos empresarios locales.
El proceso de concentración y extranjerización de sectores industriales y de la propiedad de la tierra siguió su curso de tal forma que de las 500 empresas que más facturan pasaron del 49% a 64% las de capital extranjero.

Una salida a la crisis estructural

Lo cierto es que a la crisis internacional del capitalismo mundial se agrega, fronteras adentro, los efectos de la inflación, el déficit fiscal, la precarización laboral, el costo de vida, la corrupción, la judicialización de la protesta, entre otras, todo lo cual mezclado con la puja política entre facciones de la gran burguesía y el escenario electoral montado en busca de una gobernabilidad cuestionada, conforman un cóctel cuyas consecuencias deberán orientarse en el sentido de elevar la protesta popular en dirección de un cambio de régimen político y social. Si esta es la democracia de los monopolios y de la impunidad que impide el progreso y el bienestar popular nada nuevo hay para rescatar, por el contrario se impone su derribamiento revolucionario para poder construir una nueva argentina democrática y popular.
Frente a la crisis política y también económica del régimen actual y al saldo negativo para los trabajadores que se desprende del balance histórico, surgen dos actitudes:
a) descargar furibundas críticas sobre el capitalismo y sus representaciones políticas para terminar luego diluyendo o desviando el encrespamiento de la lucha de clases al legitimar con su participación la estafa electoral y las propias instituciones del sistema, como sostiene hoy el reformismo de izquierda.
b) estimular ese auge de luchas abierto en nuestro país desde hace varios años impulsando el votobronca frente a la estafa “democrática”, organizar su vanguardia creando y recuperando organismos de masas y orientar para que la rebelión desatada por una crisis que no provocaron, abra una situación revolucionaria e instale la cuestión del poder.
Abierta dicha situación avanzaremos para que aquella consigna de “que se vayan todos” del 2001 fructifique en movilizaciones y asambleas con representantes electos en forma directa y con mandato revocable para llenar de contenido el gobierno y la nueva democracia popular.
El sistema político social atraviesa por una crisis que no puede resolverse desde adentro votando o eligiendo candidatos.
Es paradojal que cuando más se deslegitima ante los ojos del pueblo y crece la desconfianza en sus representaciones políticas haya fuerzas del campo popular que reclaman por “más democracia”.

La unidad en el Frente Político

Más allá de la coyuntura y de la disputa por el control político de la legislatura que buscarán zanjar electoralmente los distintos sectores en pugna de la gran burguesía (gobierno y oposición), pero que en los hechos no impedirán la lucha de clases en la calle; no cederán en sus intenciones de hacer pagar la crisis a los de abajo. Por la tanto cobra relieve la concepción estratégica con que se abordan estos problemas.
En tal sentido la búsqueda de una propuesta política revolucionaria que ponga blanco sobre negro quienes son los enemigos del pueblo y quiénes son los amigos para unir su vanguardia (trabajadores, estudiantes, agrarios, intelectuales etc.) a la vez que se intenta agrandar el proceso de ruptura con la dirección de los partidos del sistema fundamentalmente del peronismo, requiere un alto sentido de conducta y unidad revolucionaria.
Con un programa antimonopolista y antimperialista, que disponga del manejo por parte del Estado de todos los recursos de la economía, los servicios y el transporte y que apele al control y a las decisiones democráticas de los obreros y pueblo en general.
Que también ponga en debate luchas puntuales del programa en defensa de los recursos naturales (Famatina, Pascua Lama) denunciando el contubernio del gobierno con Monsanto y la Barry Gold.
Un paso inicial en la construcción de dicha perspectiva no deja de ser la táctica de voto-bronca aunque el alcance de la propuesta política va por mucho más.
Va por la recomposición del ideario plebeyo y jacobino y el rol de la intelectualidad comprometida con la revolución.-
Va por la elevación del auge económico reivindicativo actual hacia una nueva situación política insurrecta.
Va por la conformación de una corriente del combativismo, la izquierda y los que luchan y va fundamentalmente por la osadía de atreverse a plasmar una Política Frentista.
Vale recordar aquella generación de los Cordobazos que luchó por tirar abajo el poder de los monopolios locales y extranjeros para tener una patria liberada, y saber que mas allá de los cantos de sirena y este mar de “reformismo democrático”, dicha tarea sigue aún pendiente y todo lo que viene debe estar puesto al servicio de cumplirla definitivamente.

Red Jáuregui

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