Julio López
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Reinventar la política, el desafío de gobiernos desamparados
Por lanacion.comlanacion.com - Thursday, Jun. 27, 2013 at 2:45 AM

PARÍS.- La lista de movimientos populares no deja de aumentar. En todo el mundo, miles de manifestantes encolerizados descienden espontáneamente a la calle, ocupan plazas y edificios públicos, y se enfrentan con atrevimiento a las fuerzas del orden. A medida que la rebelión civil y ciudadana se generaliza, los gobiernos, desamparados, se enfrentan al desafío ímprobo de reinventar la política.

En forma totalmente inesperada, los brasileños salieron masivamente a la calle a protestar. Después de Turquía, Europa Central, Rusia, Israel, en el mundo árabe, Estados Unidos, China, España, Chile e incluso Francia, ¿quién hubiera pensado que el fuego latía en Brasil, bajo la superficie luminosa de esa estrella de la emergencia económica mundial?

Con esta nueva erupción de rebeldía en el Cono Sur, las mismas imágenes se suceden en los cuatro puntos cardinales del planeta: ciudades presas de la violencia, fuerzas del orden que reprimen, heridos, detenidos, daños materiales e incluso muertos.

Lejos de la despolitización que muchos anunciaban, la sociedad civil se lanza al activismo, la protesta se globaliza y adopta características similares a pesar de las diferencias de culturas y de experiencias políticas.

Empecinamiento absurdo en la nostalgia de un pasado mejor; defensa de los equilibrios políticos, sociales e identitarios; grito de reclamo por un mejor reparto de la riqueza? Cualquiera que sea el detonante, los ciudadanos del mundo se movilizan masivamente fuera del marco de los partidos políticos, de los sindicatos e incluso de los grupos de presión organizados. El denominador común parece ser una pérdida absoluta de confianza planetaria en la política y sus dirigentes. Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide

"Entre la gente y sus gobernantes se instaló una suerte de diálogo de sordos. Los políticos de todos los países se enfrentan a una pérdida de confianza generalizada que va mucho más allá de los regímenes menos democráticos", interpreta el politólogo francés Roland Cayrol.

En Brasil ni siquiera el fútbol, ese gran símbolo de identidad nacional, consigue ya mantener el consenso social.

Un repudio del que no se salvan autoridades y elites de los mercados o la economía global: "Frente al cinismo de unos y al realismo de los otros, la desconfianza es total", señala el sociólogo belga Johan Fraun.

Muchos sociólogos no dudan en calificar la situación actual de "adhocracia". Acuñado en 1964 por los sociólogos Warren Bennis y Philip Slater, ese término designa una organización flexible, intuitiva e innovadora. En una adhocracia no existe la jerarquía, todos los miembros de una organización tienen autoridad para tomar decisiones y llevar a cabo acciones que afectan al futuro de la organización. Hace 40 años en su libro El shock del futuro , el escritor norteamericano Alvin Toffler afirmaba que las adhocracias se volverían cada vez más comunes hasta reemplazar a las burocracias (partidos, sindicatos, etcétera).

La crisis económica mundial y la popularización de las nuevas tecnologías móviles -4500 millones de seres humanos tendrán un teléfono inteligente en 2018- dinamitan no sólo los actuales modelos democráticos, sino, sobre todo, los regímenes totalitarios, que parecen ignorar o simplemente son incapaces de comprender la complejidad cada vez mayor del espacio público digitalizado.

Los movimientos actuales no se inscriben en el tradicional eje derecha-izquierda: integran, reúnen diferencias a veces totalmente opuestas. "Recep Tayyip Erdogan, Dilma Rousseff y otros como Barack Obama, Vladimir Putin e incluso François Hollande parecen no haberlo comprendido", afirma Fraun.

Para la mayoría de esos especialistas, es tiempo de buscar nuevas formas de gobernar. Los gobernantes, afirman, deben aceptar que la victoria electoral ha dejado de autorizar todo y que es imprescindible una profundización del debate ciudadano. Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide Guide

"La nueva gobernanza debe aprender a desacelerar el tiempo electoral, mediático y financiero para garantizar el éxito de los proyectos colectivos", dice Gallion. "Pero sobre todo debe aprender a escuchar. Escuchar en forma permanente la voz de los ciudadanos."

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