Julio López
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Candidatos… a la cárcel
Por reenvío red eco alternativo - Thursday, Jun. 27, 2013 at 10:27 AM

El Frente Popular Darío Santillán repudió la inclusión en las listas de precandidatos a las elecciones de octubre de responsables de la denominada “Masacre de Avellaneda”, ocurrida el 26 de junio de 2002. Entre los postulantes se encuentran Alfredo Atanasof, jefe de gabinete de Eduardo Duhalde al momento de la Masacre, que se ubica en el séptimo puesto en la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires del “Frente por la Libertad y el Trabajo” que conduce el empresario Francisco De Narváez; Felipe Solá, (gobernador de la provincia de Buenos Aires en 2002, ubicado en el cuarto puesto de la lista del “Frente Renovador” que conduce Sergio Massa. Además, aparece como “armador y operador político” del massismo Juan José Álvarez, fue uno de los principales encargados del operativo de seguridad aquel 26 de junio junto al titular de la SIDE, el ya fallecido ex gobernador de Río Negro Carlos Soria, y el número dos del organismo Oscar Rodríguez, hoy vinculado al PJ del distrito bonaerense de Presidente Perón.

Reproducimos a continuación el comunicado enviado por el FPDS: “FELIPE SOLÁ, JUAN JOSÉ ÁLVAREZ Y ALFREDO ATANASOF CANDIDATOS… ¡A LA CÁRCEL!
A 11 años de la rebelión popular del 2001,
¡no se fue nadie, volvieron todos!
Nos encontramos a pocos días de cumplirse un nuevo aniversario de la Masacre de Avellaneda, en la que fueran asesinados Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, producto de una criminal represión por parte del conjunto de las fuerzas de seguridad del Estado durante el gobierno de Eduardo Duhalde.
En el día de ayer se inscribieron los partidos, con sus respectivos precandidatos, hacia las elecciones legislativas de octubre. Con profunda indignación hemos reconocido en diferentes listas a quienes hoy siguen siendo señalados por familiares, compañeros y amigos de Maxi y Darío como responsables políticos e ideológicos de sus asesinatos y de aquella brutal represión que dejo más de 30 heridos de bala de plomo. Es el caso de Alfredo Atanasof, jefe de gabinete del ex presidente Duhalde al momento de la Masacre, que se ubica en el séptimo puesto en la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires del “Frente por la Libertad y el Trabajo” que conduce el empresario Francisco De Narváez. Por el lado del “Frente Renovador” que conduce Sergio Massa encontramos a Felipe Solá (gobernador de la provincia de Buenos Aires en el momento de la Masacre), ubicado en el cuarto puesto de la lista. Pero no solo la candidatura del ex gobernador nos llena de bronca, quien se mueve en las sombras como el “armador y operador político” del massismo es Juan José Álvarez (ex agente de la SIDE durante la última dictadura cívico-militar y Secretario de Seguridad durante el gobierno de Eduardo Duhalde). Álvarez fue uno de los principales encargados del operativo de seguridad aquel 26 de junio junto al titular de la SIDE, el ya fallecido ex gobernador de Río Negro Carlos Soria, y el número dos del organismo Oscar Rodríguez, hoy vinculado al PJ del distrito bonaerense de Presidente Perón.
Ninguno de ellos fue siquiera citado a declarar ante la Justicia por ser los principales responsables políticos, miembros del Poder Ejecutivo al momento de producirse la represión, siendo que se cuenta con sobradas pruebas de la existencia de un plan represivo con reuniones previas, directivas y complicidades necesarias, una autoría ideológica y responsables . Como tampoco fue indagado el hoy senador Aníbal Fernández, que en aquel momento ocupaba el cargo de Secretario General de la Presidencia, y que actuó como uno de los principales voceros de la operación mediática que intentó encubrir la responsabilidad del gobierno de Duhalde en la Masacre de Avellaneda.
Las candidaturas de estos personajes ofenden la memoria de Maxi y Darío, de la misma forma que la reaparición de nombres como el de Domingo Cavallo, responsable de una de las catástrofes económicas y sociales más terribles que vivió nuestro país, deben ser motivo de indignación por parte del conjunto del pueblo argentino. Vale el recuerdo de aquel “¡Que se vayan todos!” de la Argentina del 2001-2002 que, aunque no pudo constituirse como una alternativa de poder, señaló los límites que ningún gobierno podría volver a traspasar. De la misma forma que la Masacre de Avellaneda determinó que cualquier intento de represión violenta a la protesta quedara inmediatamente desautorizado socialmente por la referencia ineludible a los brutales crímenes de Darío y Maxi, agitando en la memoria colectiva aquellas dolorosas escenas y desnudando la esencia de una parte de la dirigencia política más reaccionaria y retrógrada.
Alertamos a quienes hoy gobiernan, o pretenden gobernar, sosteniendo alianzas con el gran capital y sectores reaccionarios de cualquier política que no sea expresión directa de la voz popular. El pueblo no es tonto, no se puede sostener eternamente el verso de años de crecimiento a “tasas chinas” si hombres y mujeres siguen muriendo en los trenes yendo a trabajar, si se hace imposible sostener una economía familiar y llegar a fin de mes o la educación es un bien de quien la puede pagar, mientras los empresarios, según palabras de la propia presidenta, “la juntan en pala”. Es urgente una mejor distribución de la riqueza social que reparta las ganancias extraordinarias del campo, la minería, los hidrocarburos y la renta financiera y los traduzca en beneficios concretos para la población, sobre todo en materia de trabajo, salud, educación, vivienda y servicios públicos. Esto debe ir acompañado necesariamente de una profunda reforma política que empodere a los sectores populares y límite los poderes de la partidocracia tradicional, en donde se fomente el protagonismo popular y la democracia directa.
En ese convencimiento es que desde el FPDS festejamos la militancia y la participación política de cada vez más sectores sociales, entre los que se destaca esa juventud que, siguiendo el ejemplo de los 30.000 compañeros desaparecidos, se decide a organizar su bronca y sale a luchar contra las injusticias. Esa juventud que visualiza en las figuras militantes de Maxi y Darío un ejemplo de “otra política”, en su dimensión integral y humana. Una dimensión que incluye la solidaridad, el compromiso con el otro, poniendo el cuerpo, incluso a riesgo de dejar la vida en ello. Porque Darío y Maxi fueron parte de esa juventud que no soportó quedarse en su casa viendo cómo destruían al país y decidieron salir a luchar es que su ejemplo se multiplica: ellos viven en los que se organizan en los barrios, en los que luchan por la educación, en los precarizados que exigen mejores condiciones de trabajo, en los pueblos originarios que luchan por sus tierras.
La Masacre de Avellaneda, al igual que la rebelión del 19 y 20 de diciembre, marcó a fuego a una nueva generación militante, de la que nos sentimos parte. Es esa voz la que intentaremos hacer oír en las próxima elecciones legislativas, en las que participaremos activamente en la ciudad de Rosario, en conjunto con una importante cantidad de organizaciones populares forjadas al calor de la lucha de tantos años por una patria justa, digna y soberana, así como en cada oportunidad que tengamos de denunciar a los responsables del asesinato de nuestros compañeros. Por todo esto decimos:
Felipe Solá, Juan José Álvarez, Alfredo Atanasof, Aníbal Fernández, Eduardo Duhalde, y todos los responsables políticos de la Masacre de Avellaneda, candidatos… ¡a la cárcel!
A 11 años de la Masacre de Avellaneda
¡Por una alternativa política de los de abajo, con democracia de base, y de lucha en las calles!”

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