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Cartas desde abajo: El poder y sus medios
Por Encuentro de Organizaciones - Córdoba - Monday, Jul. 01, 2013 at 11:14 PM

Córdoba, 27 de Junio de 2013

A los trabajadores y trabajadoras,
a la sociedad civil de Córdoba,
de Argentina,
América y más allás…
a lxs de abajo:

Siempre lo supimos: los medios masivos de comunicación son parte del arriba, de los poderosos. Nosotros, los de abajo, sólo aparecemos cuando matamos, morimos o luchamos muy mucho. En definitiva, cuando somos un producto que vende. No hay mucho más que hablar. Podríamos decir sobre cómo el Show de la Mañana hace entrevistas pautadas con el Ministro de Desarrollo Social, primero en su despacho, luego en el mismo piso del programa. Y cuando decimos pautadas, decimos que el gobierno le paga para que los “periodistas” hagan como que preguntan lo que el gobierno les dice que pregunten. O sobre cómo La Voz del Interior decide hacer propaganda oficialista bajo el formato de nota periodística para atacarnos a nosotras: al Encuentro de Organizaciones, a nuestros compañeros abogados, a los sectores de pueblo que deciden organizarse y luchar por lo que les corresponden. Pero ponernos a discutir eso sería correr nuevamente el eje. Nosotros queremos hablar de LA TIERRA, de quién tiene derechos a habitarla, a vivir en ella, con ella.
El gobierno nos obligó a hablar una y otra vez de la represión durante meses. Hizo de una discusión que tiene que ver con la avaricia y el egoísmo de algunos (de los de arriba), un hecho policial de otros (de los de abajo). Utilizó todos los resortes a su disposición para evitar hablar del capitalismo y su lógica de acumulación desigual, mafiosa y criminal, y por el contrario insistió en que quienes nos organizamos contra el absurdo de mucha tierra en pocas manos, y muchas manos sin ninguna tierra, éramos en realidad los criminales. Pero a pesar de las persecuciones y criminalizaciones generalizadas, contrario a lo que la soberbia del arriba esperaba, nosotras: Resistimos. Estamos resistiendo. Ahora, la ofensiva mediática quiere hacernos creer que la existencia de los inhumanos cercos policiales que rodean a las familias trabajadoras que están posesionando tierras, deben pensarse por el costo monetario que los mismos tienen para el Estado (capitalista).
No importa si no dejan ir a nuestras niñas y niños al colegio. No importa si no dejan pasar materiales para construir piecitas que permitan pasar los tremendos fríos del invierno. No importa si no dejan pasar alimentos NI AGUA para las familias que dignamente resisten. Ellos piensan en los fríos números del costo y beneficio. “Es más económico desalojar y ya”, insinúan, aunque no tengan la valentía de decirlo abiertamente. (Ni siquiera valentía tienen). Estos medios masivos de (in)comunicación, y estos periodistas-mercenarios, no se ruborizan en repetir –sin indignarse- en que “la Justicia confía en que las heladas del invierno expulsarán a los usurpadores”. “La justicia confía” dice, ¿de qué justicia nos hablan? ¡Qué distinto se ve el mundo desde arriba, que distinto lo vemos los que somos pueblo! “Usurpadores” que no son sino poseedores, que no son sino seres humanos, laburantes, niños y niñas. Insisten en llamar usurpadores a los hijos e hijas de la tierra que decidimos poder vivir en ella sin especulación, sin Estado ni Mercado que nos siga excluyendo. La Voz del Interior decidió que el tema de la tierra no era más un tema político (es que las elecciones están cerca), sino que ahora debía ir en la sección de “sociedad”, y quizás dentro de muy poco, ya estemos en “sucesos” (que es el modo “amigable” con que llaman los publicistas a la vieja sección de policiales).
Es que esta historia ya la conocemos los de abajo. Siempre, pero siempre, quienes nos organizamos y luchamos desde abajo por lo que nos corresponde somos delincuentes. Nos acusan y persiguen. Nos tratan de delincuentes y bandidos. Nos encarcelan, nos torturan, nos matan. Después, cuando el tiempo pasa y a pesar de la muerte, los de abajo seguimos hablando con cariño y respeto de nuestros muertos, entonces recién -y sólo a veces- los de arriba buscan cómo hacer de nuestros muertos -que ellos mataron-, nuevos productos comerciales que se puedan vender en el mercado o en la política. Lo quieren hacer con Deodoro Roca y los jóvenes de la Reforma del 18, con Tosco, con el Che, con Zapata, con Sandino, con nuestros 30.000 desaparecidos, con Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Cuando no pueden callar nuestros muertos que siguen hablando de unidad, lucha y organización, de dignidad y resistencia, entonces sí, ellos toman sus caras, vacían sus palabras, vuelven sus vidas una sucesión de anécdotas sin sentido, endiosan a quienes eran humanos, y los nombran en sus discursos, los estampan en sus remeras, los hacen nombres de sus autopistas. Ya sabemos de esta historia.
Por eso es que nosotras no queremos contestar los agravios y las mentiras, porque se vuelve el cuento de la buena pipa, y sabemos que ahí, gana el que más repite sin parar ni pensar, una y otra vez lo mismo. Y claro que los poderosos tienen un ejército de gente paga y medios masivos de comunicación para que repitan sin parar ni pensar cualquier cosa que les digan a cambio de dinero. Además nosotros no somos afectos a abusar de la palabra, y menos para repetir sin pensar. Nos gusta el trabajo y la militancia en el silencio, en el murmullo cansino de la resistencia diaria. Elegimos el mate sincero y callado que ceba el compañero del barrio, no las luces del espectáculo político, esa payasada mediática y electoral en donde los de arriba se disputan quién vende la mejor mentira. Por eso elegimos decir nuestra verdad: que en Córdoba y en el país, hay un problema grave de tierra. Que el 50% de los cordobeses tenemos algún tipo de problema habitacional. Que la tierra es inaccesible para casi todos y todas nosotras. Que los alquileres se llevan la mitad (o más) de nuestro salario. Que las villas miserias están abandonadas y el Estado sólo interviene en ellas con la policía. Que las tomas son producto de una necesidad social, no de manos conspirativas que buscaríamos beneficios de algún tipo. Que vamos a seguir resistiendo cualquier intento de avasallar nuestros derechos más básicos. Que vamos a defender nuestro derecho a la tierra para la vida digna, por más policías, amenazas, investigaciones judiciales, criminalizaciones, represiones, celdas, aprietes, difamaciones y mentiras que debamos soportar. Que entiendan los de arriba que somos muchos y muchas las que decidimos vivir de pie.
Ya lo hemos dicho, pero la soberbia del arriba no escucha: nuestro camino es hasta vencer.

¡Libres y Dignxs, jamás esclavxs!
Compañero Juan
Encuentro de Organizaciones
--Córdoba--

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