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Congreso aceitero: “ellos vinieron con patovicas y nosotros con la conciencia de clase”
Por Indymedia Trabajadores - Tuesday, Jul. 23, 2013 at 3:34 AM

El miércoles 17 de julio, el Congreso para elegir nuevas autoridades de la Federación de obreros aceiteros y desmotadores terminó suspendido luego de graves hechos de violencia, cuando una patota bajo las órdenes del Secretario general Oscar “Cacho” Rojas golpeó congresales y disparó sobre los trabajadores. La lista del sector burocrático, a sabiendas de contar con la minoría e intentando garantizar una victoria a cualquier costo, tendió una auténtica emboscada organizando el Congreso en las afueras de la ciudad de Necochea, en instalaciones de la UATRE facilitadas por Gerónimo “Momo” Venegas.

Congreso aceitero: “...
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En primer lugar intentó alterar los números de la votación, dejando fuera congresales de la oposición e ingresando otros “truchos”. Luego, forzar la votación, agrediendo a los congresales opositores que sí habían accedido al recinto. La trampa fue desactivada, sin embargo, por la masiva movilización de trabajadores que llegaron desde distintas partes del país para evitar el fraude.

La jornada marcó un punto de inflexión para la historia sindical de aceiteros y desmotadores. Lo que sea que pase de aquí en adelante, las cosas no serán iguales. “Cuando el pueblo habla, los dirigentes escuchan” -dijo el veterano referente aceitero de Capital Federal, José Luis Mayo- “y hoy habló el pueblo aceitero y desmotador”. “Lo que hoy se vió fue un crecimiento en la conciencia política de todos los compañeros”, marcó por su parte Adrián Dávalos, de los obreros aceiteros de Rosario.

De La Falda a Necochea

Desde hace 70 años tanto el Congreso eleccionario, así como los congresos ordinarios y otras actividades de la Federación, fueron realizados en las instalaciones que la organización sindical posee en la localidad de La Falda, Córdoba. No obstante, en esta ocasión y de manera sorpresiva el Congreso fue trasladado a la ciudad de Necochea, a un camping de la UATRE que se encuentra seis kilómetros fuera del casco urbano, en zona rural, un lugar donde los teléfonos celulares pierden señal. Era la puesta a punto de una emboscada, el punto culminante de una serie de maniobras que venían ensuciando el proceso eleccionario.

En las elecciones anteriores, en el año 2009, hubo un cambio en la conducción de la Federación. Los nuevos dirigentes adoptaron a nivel nacional la política sindical impulsada hasta ese momento por el Sindicato Aceitero de Rosario (SOEAR) y su asesor legal, Horacio Zamboni, de avanzar con la reivindicación del salario mínimo y vital según su definición por el artículo 14 bis de la Constitución y el art. 116 de la ley de contrato de trabajo, esto es, el salario necesario para una vida digna.

A partir de allí y durante estos cuatro años, los aceiteros rompieron una y otra vez los techos salariales impuestos a las negociaciones, mientras que la otra pata de la Federación, los obreros desmotadores, lograron aumentos nunca antes obtenidos, entre otros logros.

Sin embargo, hace pocos meses, una fracción de la actual conducción encabezada por Rojas, quien buscaba su reelección a cualquier costo, rompió el frente. Ese quiebre llevó a una serie de maniobras cada vez más groseras al ir entendiendo el sector del actual secretario que contaba con la minoría de los congresales.

Un ejemplo de esto fue la situación vivida en el sindicato de la Capital Federal, donde la ruptura en la conducción de la Federación incidió directamente. Rojas, cuya conducción como secretario general de esta regional venía severamente cuestionada, se encontró ahora con la mayoría de los obreros y la comisión directiva abiertamente en contra, e intentó desnivelar con el uso de patotas y aprietes.

En la asamblea extraordinaria del 8 de junio, los aceiteros de Capital Federal eligieron una lista de congresales opositores a Rojas y votaron su revocatoria de mandato como secretario general de la regional. Irregularmente, el dirigente convocó una segunda asamblea el 29 de junio, donde eligió una segunda lista paralela de congresales propios. El jueves 11 de julio, cinco días antes del Congreso, el Ministerio de Trabajo de la Nación desestimó la revocatoria de mandato del 8 de junio, pero dictaminó la “ineficacia jurídica de la pseudo asamblea” del 29 convocada por Rojas y la nulidad de su lista de congresales capitalinos, condenándolo a una derrota segura en la Federación. Durante los tres días restantes, el sector de Rojas envió cartas documento, sin una fundamentación clara, impugnando congresales opositores de diversas regionales.

Aceiteros y desmotadores recorren los 6 kms hasta la sede del Congreso.

Caravana de trabajadores

Con estos antecedentes, desde las plantas aceiteras de Rosario y Capital, junto a delegaciones de Santiago del Estero, San Luis, Entre Ríos, Mendoza, Tancacha (Córdoba) y Lezama (Buenos Aires), se movilizaron más de 500 obreros aceiteros y desmotadores para garantizar la transparencia del congreso del 17 de julio.

En la puerta del camping de la UATRE esperaba la primera línea de una patota repartida en tres sectores -en el ingreso, una segunda línea a cien metros y un tercer grupo rodeando el recinto- y que contaba con más de sesenta integrantes entre patovicas y barras.

Tercero desde la izquierda, Sebastian Scott, secretario gremial de aceiteros de Quequén e integrante de la lista burocrática, coordina el accionar de la patota antes de comenzar el congreso.

Los dos sujetos a su lado -el que sonríe y el calvo de lentes oscuros- portaban armas de fuego y dispararon luego sobre los trabajadores.

Allí se dió una fuerte discusión porque no dejaban entrar a más de una decena de congresales, entre ellos, algunos de los elegidos en la asamblea de Capital del 8 de junio. Finalmente, la menguada lista de congresales opositores “permitidos” por la burocracia eligieron ingresar igual a dar la discusión y exigir el ingreso de los que habían sido dejados afuera.

El tenso debate posterior duró dos horas y llegó a un abrupto final cuando el oficialismo intentó forzar la votación agrediendo a los congresales opositores. Ante esta situación, los obreros que se encontraban en el exterior reclamaron el ingreso. La primera línea de patovicas amagó golpes y roció a algunos trabajadores con gas pimienta, sin embargo cedió pronto. Fue el segundo grupo, unos cien metros más allá, el que recibió a los trabajadores con disparos de armas de fuego.

Durante algunos breves minutos que parecieron una eternidad, los obreros esquivaron balas y devolvieron piedrazos hasta que el asesor legal del SOEAR, el doctor Carlos Zamboni, reclamó y obtuvo la intervención de la pequeña delegación de guardia de infantería presente. La patota se dió al escape. Veintiseis de ellos quedaron detenidos, aunque muchos lograron fugarse saltando por el alambrado hacia la playa. Descartaron armas, siendo al menos una de ellas encontrada por la policía, y dejaron el camping regado de casquillos.

A pesar de la furia, una vez desarticulada la patota, los obreros se detuvieron y no ingresaron al recinto donde sesionaba el congreso. Desde las ventanas rotas insultaban a los congresales del oficialismo y les reclamaban por los disparos efectuados sobre los afiliados. “Con qué cara van a volver a sus casas y decirle a sus familias que mandaron a disparar sobre los trabajadores”, reclamaba indignado un obrero rosarino.

Varios trabajadores fueron heridos, uno de ellos, congresal opositor por Capital Federal, con herida de bala de plomo en una pierna.

Asamblea y un primer balance

Ante el veedor del Ministerio de Trabajo de la Nación se labró un acta que dió por suspendido el Congreso y abre una nueva instancia para lograr un listado completo y transparente de delegados congresales. También se creó una comisión normalizadora de la Federación en tanto los mandatos vencieron. Los obreros presentes lo vivieron como un triunfo y lo evaluaron como la desarticulación de las maniobras de la burocracia.

En las puertas del camping de UATRE se realizó una masiva asamblea donde se plantearon estas impresiones.

Luis Sandez, desmotador de Santiago del Estero, aseguró que “es un orgullo representar a los aceiteros y desmotadores. Porque a lo que se llegó hoy es histórico. Todo el que quiera creer que puede ir contra la clase trabajadora está equivocado. Hoy fue la muestra, compañeros. Lo que más destaco de todos ustedes es el sacrificio que hicieron y, a sabiendas de cómo nos iban a esperar, vinieron con el coraje suficiente no por un lugar, sino por un proyecto de trabajo que tenemos. Este es un proyecto federal, es por el bienestar de nuestras familias, por el futuro de nuestros hijos, por todo eso, lo que significa esta lucha. Que no se equivoquen, a aceiteros y desmotadores ninguna burocracia nos va a destruir”.

Por su parte, Adrián Dávalos, de los aceiteros de Rosario, afirmó que “se lo habíamos dicho a estos burócratas, que se creían que con la patota, con la distancia, iban a detener a los trabajadores. Hoy siento más orgullo que nunca de pertenecer a este gremio, porque los trabajadores entraron esquivando las balas y los corrieron a los patoteros”.

“Decía hace un tiempo el gran maestro Horacio Zamboni: Adrián, a este movimiento no lo para nadie. Y tenía razón. ¡Viva la clase trabajadora! ¡Viva el coraje de ustedes! ¡Viva Horacio Zamboni! ¡Viva el salario mínimo y vital! ¡Y todo lo que nos corresponde!”

Ezequiel Roldán, delegado en la planta de Nidera, de Capital Federal, señaló que “ellos vinieron con los patovicas y nosotros vinimos con la conciencia, con la conciencia de clase. Y eso es fundamental. No va a haber patovicas, ni policía, ni patota que detenga al movimiento obrero. Vamos por un proyecto federal de unidad de los trabajadores”.

Carlos Zamboni, asesor legal del SOEAR, resumió la situación en los términos formales. “No hubo congreso. Se pusieron de acuerdo los congresales, los nuestros y también los poquitos de ellos, los verdaderos poquitos que tienen ellos ahí adentro, y se firmó un acta donde se suspendió el congreso y se va a hacer un nuevo congreso que lo va a supervisar el Ministerio de Trabajo. El Ministerio de Trabajo va a decir cuántos congresales tiene cada filial. Nos vamos a ocupar de garantizar que todos los compañeros del país voten a sus delegados congresales y no que los elijan a dedo uno o dos burócratas encerrados en una habitación”.

“Como el 22 se vencen los mandatos de la actual comisión directiva, se va a hacer una comisión normalizadora de la Federación hasta que podamos tener un congreso con todas las garantías. Porque nosotros, muchachos, a diferencia de ellos, no lo vamos a ganar con la fuerza. Lo vamos a ganar con el voto de todos los trabajadores del país. Porque somos mayoría, porque los trabajadores están con nosotros y vamos a demostrar en todos los rincones del país que la clase obrera no se deja engañar por estos burócratas disfrazados de dirigentes sindicales. Y votaremos en cada rincón del país, en cada sindicato les demostraremos, como les demostramos en Tancacha, como les demostramos en Lezama, como le vamos a demostrar en Reconquista y en todo el país, que la clase obrera no es boluda”.

Daniel Yofra, aceitero de Rosario, aseguró que “los dirigentes que hoy entramos al recinto para tener un congreso en paz y en orden, estamos totalmente sorprendidos. No solamente por la maniobra de la burocracia propatronal y antiobrera, sino por el embate de los compañeros. La verdad que los felicito y tengo el orgullo, como muchos compañeros acá, de representar a este grupo de trabajadores. Este grupo que dejó todo, a sus familias, a sus seres queridos, y vino a arriesgar su vida, no por un grupo de dirigentes, sino por un proyecto que beneficia a todos los trabajadores”.

“Es muy importante para nosotros el paso que hemos dado. No solamente porque no permitimos que la burocracia continúe adelante con esa cocina que tiene, que no tiene límites y que si tienen que poner gente paga para matar a sus propios trabajadores lo hacen. Pero hoy una vez más demostramos que las reivindicaciones obreras y toda la historia obrera que hubo en este país no fueron en vano”.

“Con todos estos trabajadores afuera de este recinto, más de uno va a pensar, a la hora de traicionar a los compañeros, si realmente sigue adelante. Esto no se lo van a olvidar nunca más. Lo que hoy hicieron ustedes va a quedar en la memoria, no solamente de los aceiteros y desmotadores, sino de todo el movimiento obrero. Hoy no le permitimos a la burocracia que siga adelante con ese plan macabro que estaba realizando”.

Crónica fotográfica:
9 de la mañana: la caravana de obreros llega ante el camping de UATRE.
Comité de recepción: patota.
Fuerte discusión al impedírsele el ingreso a congresales de la oposición.
Segunda línea de la patota.
Obreros aceiteros y desmotadores.
José Luis Mayo, aceitero de Capital Federal, anuncia que congresales opositores ingresarán al recinto a discutir las impugnaciones y los congresales 'extra' del oficialismo: “No vamos a permitir la trampa”.
Más de dos horas de tenso debate después, la situación se deteriora cuando el oficialismo pretende forzar la votación.
Patovicas agreden y amenazan a congresales de la oposición. En la imagen, sujeto amenaza con arma en el bolsillo de su campera.
Sujeto amenaza con arma en el bolsillo de su campera. Congresal opositor levanta los brazos y le ofrece el pecho descubierto.
Patovica amenaza a congresales opositores.
Al enterarse de los hechos, los obreros exigen el ingreso. Luego de dar algunos golpes y rociar con gas pimienta, la primera línea de la patota cede el paso.
Obreros ingresan al camping.
Obreros se topan con la segunda línea de la patota, que empieza a disparar.
Patota se refugia en la administración del camping. Continúan los disparos.
El Dr. Carlos Zamboni reclama y obtiene la intervención de la pequeña delegación de la guardia de infantería presente en el lugar.
Obreros avanzan, la patota escapa.
Obreros se detienen ante el recinto del congreso.
Oscar Rojas en el interior del recinto donde sesionó el congreso.
Congresal de Capital Federal con herida de bala antes de ser retirado en ambulancia.
Uno de los obreros con heridas en el rostro.
Arma de fuego descartada por la patota en su fuga.
Uno de los 26 miembros de la patota detenidos en uno de los edificios del camping.
Retrato de Gerónimo “Momo” Venegas en el interior del recinto. Además del camping, obreros acusaron que parte de la patota también habría sido facilitada por Venegas a la lista burocrática.
Uno de varios automóviles destrozados.
Trabajadores se retiran del predio.
Luis Sandez, desmotador de Santiago del Estero, se dirige a la asamblea de trabajadores.
Sandez, a su lado Adrián Dávalos, aceitero de Rosario, con la palabra Ezequiel Roldán, aceitero de Capital Federal.
Con la palabra Daniel Yofra, aceitero de Rosario.

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