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De qué elecciones hablan
Por PRML -
Sunday, Jul. 28, 2013 at 5:34 PM
LOS MONOPOLIOS SUBEN LOS PRECIOS, EL GOBIERNO MIENTE SOBRE LA INFLACIÓN Y CRECE LA BRONCA POPULAR De qué elecciones hablan
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LOS MONOPOLIOS SUBEN LOS PRECIOS, EL GOBIERNO MIENTE SOBRE LA INFLACIÓN Y CRECE LA BRONCA POPULAR
De qué elecciones hablan
Arrancó el mes de julio y se puso en marcha la poderosa maquinaria electoral que todo lo tapa. Sin embargo, junto al despliegue de la propaganda política que inunda diarios y calles cuela la bronca popular por una inflación que, recrudecida tras el trucho congelamiento, hace añicos salarios, jubilaciones y subsidios, se come el aguinaldo y convirtió a los acuerdos salariales en una burla.
La escalada sin control de precios de productos de la canasta básica popular – principalmente de alimentos como el pan, aceites, harinas y lácteos – parece no tener fin, entre la hipocresía del gobierno nacional y la voracidad de monopolios que ‘ajustan’ sus precios con la referencia del llamado dólar blue. Parece que los batallones “mirar para cuidar” que lanzó la presidenta tiraron la toalla antes de tiempo.
Elecciones, entre la apatía popular y la incertidumbre
Con este cuadro de empobrecimiento de las condiciones de vida de amplias mayorías, no extraña la indiferencia popular en relación, inicialmente, a las primarias de agosto y les pone límites y las carga de dudas sobre sus resultados. Qué expectativas puede generar la elección de un diputado o senador cuando el Congreso no dice ni mu sobre la inflación galopante y el deterioro sin fin de los ingresos de los trabajadores.
Pero, contrariamente, para los de arriba estas elecciones sí son decisivas. De ellas saldrán ganadores y perdedores con miras a las presidenciales del 2015, alterando o no los equilibrios políticos actuales.
El lapso de aquí al 27 de octubre estará plagado de maniobras y operaciones políticas de todo pelo. Será un show obsceno frente a las crecientes demandas y necesidades de los de abajo.
El kirchnerismo golpeado desnuda sus contradicciones
Para esta batalla el kirchnerismo aparece con cierto agotamiento. Su proverbial iniciativa política luce anémica e ineficaz. Crece el divorcio entre los discursos y anuncios presidenciales y los hechos concretos, desnudando las contradicciones del kirchnerismo.
La reforma judicial lejos de convertirse en una divisoria de aguas, una polarización del estilo de la ley de medios o el conflicto agrario, por errores propios y necesidad ajena, hoy agoniza y encima le dio ínfulas a sus ‘enemigos’ en la derecha.
La economía no anuncia un futuro ‘inclusivo’ para los trabajadores, la caída de las reservas en dólares, el estancamiento del superávit comercial, el renacido déficit fiscal y la vuelta a una suba de las tasas de interés en el mundo auguran el recrudecimiento del ajuste sobre los de abajo, mayores recortes a los presupuestos de educación, salud y vivienda y, en vísperas de las elecciones, una manipulación de los fondos para asistencia social.
La extensión de la siembra de soja potenciada por el acuerdo con la multinacional Monsanto, finalmente, también corrió al trigo, como ayer a la carne, y hoy los trabajadores pagan veinte pesos el kilo de pan. Así defienden la mesa de los pobres.
La resolución de la crisis energética – petróleo y gas – quedó en manos del pulpo imperialista de la Chevrón y no de YPF. El oscuro blanqueo de capitales no levanta vuelo por ahora y, en sus números gruesos, se apoya en la amnistía o el acuerdo con evasores, corruptos y lavadores de dinero.
Telefónica, apadrinada por el kirchnerismo cuando la ley de medios, ahora fue responsabilizada de provocar a Aerolíneas un colapso de sus vuelos por un largo día.
Las denuncias por corrupción, que el gobierno sepultaba en el silencio y el encubrimiento, parecen impactarlo y agrietar el cerco judicial. El pedido de detención del ex secretario de Transporte Jaime rebota en el entorno presidencial más próximo.
El nombramiento del general César Milani, un oficial que hizo la totalidad de su carrera en la inteligencia militar, arrancando precisamente en 1976 durante el Operativo Independencia en Tucumán, comandado por los genocidas Vilas primero y Bussi después, no sólo contradice el discurso kirchnerista sobre los derechos humanos y el terrorismo de estado (o más bien expone su doble discurso), sino que además ¿anticipa el desembarco de las fuerzas armadas en la represión interna y ratifica el espionaje interno denunciado con el llamado Proyecto X? Sería interesante que el ‘progresismo’ que acompaña al kirchnerismo opinara al respecto.
En estas condiciones va Cristina Kirchner a una elección donde se juega parte de su futuro político.
El avance del combativismo sindical y la crisis de las burocracias
En los últimos tiempos, en las elecciones en los gremios, se vienen dando importantes pasos de avance del combativismo sindical, que complementan las innumerables luchas por demandas salariales, en defensa de condiciones de trabajo y contra los despidos y la persecución judicial a los luchadores.
Así en Suteba, Amsafe, recientemente en Foetra y la conformación del Frente de Unidad Ferroviaria en el Roca (tras la división en las anteriores), por mencionar solo algunos, dan testimonio de una tendencia que se afirma y acelera en el tiempo.
Las distintas facciones de la dirigencia sindical vendida o burocrática se muestran impotentes para detener este avance del combativismo sindical, la aparición de listas antiburocráticas que les disputan la representatividad de los trabajadores y, lo más importante, le imponen la acción desde abajo, desbordándolas en los hechos.
El propio Moyano, con su fracasada apuesta a la política tras la desfalleciente candidatura de de Narváez, y sometido a la presión de sus bases impactadas por los recortes salariales por el impuesto a las ‘ganancias’, para recuperar terreno, regresó al reclamo sindical con el acto del 8 de julio .
Por otro lado el kirchnerismo prueba su propia medicina. Trabajó para la fragmentación de las centrales sindicales al punto que hoy, formalmente, existen cinco. Para dividir a la CGT pactó con dirigentes que colaboraron con la dictadura –como Gerardo Martínez– y con quienes junto al menemismo destruyeron importantes conquistas laborales como Lezcano, Cavalieri, Andrés Rodríguez o West Ocampo.
Hoy, con las elecciones, parece que hubiera estallado una bomba en medio de la dirigencia sindical, ahora esparcida en las listas de Massa, de Narváez, el Pro y el kirchnerismo. El mismísimo Caló, al frente de la CGT oficialista, terminó abrazado con Moyano. Los apoyos electorales dividen a la dirigencia aun al interior de las propias centrales.
Esta volatilidad del apoyo sindical debilita también al kirchnerismo a la hora de encarar las elecciones.
Brasil y Egipto no quedan lejos de Argentina
En Egipto finalizaba junio y el gobierno elegido casi exactamente un año atrás, resultado amañado de una rebelión popular anterior, cayó precedido de un nuevo estallido popular. Dos levantamientos populares, masivos, en un año es demasiado para la estabilidad del Egipto capitalista -ubicado sobre el Canal de Suez, eje de cualquier pacto de paz árabe-israelí y punto de unión del norte de África, África y Medio Oriente-, es demasiado para la estabilidad de toda la región. Para que la situación no encaminara hacia una situación revolucionaria intervinieron los militares, tal vez el ‘partido de la gran burguesía’ mejor organizado.
Antes, el Brasil de Lula y Dilma, el país estrella entre los capitalismos emergentes de América y el mundo, el de la socialdemocracia ‘progresista’, se vio conmovido con millones de brasileños en las calles que enfrentaron la represión policial y colocaron como blanco de su furia a los edificios del poder político. Reclamaban por la desigualdad social, por un crecimiento económico que no llega a los de abajo y que va a parar a las manos de monopolios, la especulación financiera y la corrupción.
Nuestro país no está alejado de estos escenarios más allá de lo cantos de sirena del kirchnerisno y de una derecha en la oposición que plantea el retorno a recetas conocidas y reaccionarias. Las mayorías populares advierten que el crecimiento no es para todos, que la desigualdad social persiste junto a la exhibición de corruptelas.
Nuestro partido cree que nada se puede esperar de esta democracia tutelada por monopolios, banqueros y multinacionales que impide el progreso y bienestar populares. Las luchas obreras y populares en el mundo señalan las injusticias de regímenes políticos de la periferia como del propio centro capitalista mundial. Es una tendencia que se afirma.
Nuestro partido apuesta a elevar la protesta a la altura de la rebelión de los de abajo, único camino para abrir paso a una Argentina verdaderamente popular y verdaderamente democrática.
Llamamos a los trabajadores y al pueblo a desenmascarar la estafa de estas elecciones amañadas y proscriptivas, y expresar nuestro rechazo y repudio a esta democracia de los monopolios y la dependencia a través del voto bronca – voto en blanco, anulando el voto o no votando – y, al mismo tiempo, redoblando la apuesta por un gobierno popular nacido de la rebelión y los Cordobazos.