Julio López
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La vigilancia cool de la STASI con tecnología capitalista del siglo XXI
Por Agencia Brutus Fans Club - Thursday, Aug. 08, 2013 at 10:10 PM

Un antiguo teniente coronel de la Stasi (ex-policia politica de Alemania Oriental) se queda maravillado al descubrir la red de espionaje montada por la NSA: “Para nosotros, hubiera sido un sueño hecho realidad”.


Siempre se ha dado por hecho mediaticamente que la policía secreta de Alemania Oriental contaba con la capacidad de saberlo todo sobre la vida privada de sus habitantes.
Pero, contrariamente a lo difundido por la maquinaria de propaganda capitalista, Wolfgang Schmidt recuerda que sólo podían pinchar 40 teléfonos a la vez. La mayor parte de su información la obtenían a través de la información que facilitaban los confidentes.

La diferencia tecnológica entre la RDA de esa época y los EEUU actuales es gigantesca, así que por ahí la comparación es poco realista. Sólo tenemos que imaginarnos lo que pueden hacer ahora las dictaduras con los métodos de vigilancia más modernos. O mejor dicho las "democracias", sin necesidad de "dictaduras".
Y lo hacen casi siempre con tecnología vendida por empresas occidentales. En cierto modo, vivimos en la edad dorada del espionaje "cool" aunque, para la gilada, es más fácil encontrar artículos sobre el inmenso poder que Internet da a los ciudadanos y su capacidad de enfrentarse a regímenes autoritarios.

En cuanto a las razones que justifican esa inadmisible intromisión en la vida privada, ahí es más complicado encontrar diferencias entre la RDA y EEUU. Se hace para preservar la seguridad del Estado y las personas que no tienen nada que ocultar y nada que temer, dicen sus defensores. La fórmula ha funcionado durante siglos en todo tipo de sistemas políticos.
Pero ahi se detienen las comparaciones. El cambio de escala modifica todo.

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La guerra liberticida de los medios contra Edward Snowden
Por Agencia Brutus Fans Club - Thursday, Aug. 08, 2013 at 10:17 PM


John Cassidy se centra desde su " The New Yorker" en la gran ofensiva emprendida en EEUU por el Gobierno y los medios de comunicación para acabar con la credibilidad de Edward Snowden. No es sólo el hecho de que en los últimos días se hable más del accidentado periplo del ex técnico de la NSA para encontrar un país que le conceda asilo político tras su denuncia del vasto sistema de vigilancia de las comunicaciones puesto en marcha en secreto por los servicios gringos.

Eso hasta cierto punto resulta "normal". Es una historia emocionante, de final incierto, que enfrenta a EEUU con los gobiernos ruso y chino y hasta cuenta con un lado cómico, con ese vuelo de 14 horas de Moscú a La Habana en el que no estaba Snowden, pero sí un numeroso grupo de periodistas sin nada que hacer más que sacar fotos de un asiento vacío, por no hablar de la zona de tránsito del aeropuerto moscovita donde otros reporteros creen ver ahora espías por todos los lados.

La clave es desprestigiar a Snowden, convertirlo en una marioneta, voluntaria o no, de oscuros intereses extranjeros y desprestigiar por definición a cualquiera que cuestione el ilimitado poder de Estado en los países occidentales. Y poner el umbral muy alto, casi inalcanzable, a todo aquel que se plantee en el futuro dar un paso como el que ha dado Snowden. Quedarse en el país tras hacer una revelación de este calibre te conducirá incomunicado a la inmunda celda de una prisión de máxima seguridad donde podrías pasar los próximos 20 o 30 años de tu vida. Huir al extranjero te colocará en el bando del enemigo, porque te obligará a buscar refugio en países que estén dispuestos a enfrentarse al Gobierno de EEUU.

En la cobertura de muchos medios, se recupera la retórica del eje del mal para destacar "los rincones oscuros" de los países relacionados con la huida de Snowden: China, Rusia, Venezuela, Ecuador o Cuba. Los pecados de todos estos gobiernos se adjudican de forma automática al currículum de Snowden, que en el mejor de los casos aparece como un sujeto manipulado y en el peor como un espía, aunque esto último sea literalmente irracional (los espías sólo tienen un cliente y son más valiosos cuanto más tiempo pasan infiltrados en el lugar que vigilan; no dan entrevistas a los periódicos ni vuelan en pedazos su cobertura).

Snowden tiene pocas opciones, y se podría decir que todas son malas, pero lo son desde el primer momento en que decidió denunciar las actividades de la NSA. Sabía que tendría que afrontar una vida de fugitivo en la que no siempre tendría su destino en sus manos. Es lo que suele ocurrir a los que se atreven a denunciar el creciente poder del Estado y su capacidad para inmiscuirse en las vidas privadas de los ciudadanos, y lo hacen desde el interior de esas organizaciones con la información a la que han tenido acceso.

Por eso, Cassidy termina el artículo con estas palabras:

“El Gobierno de Obama tiene a su lado a los tribunales, los servicios de inteligencia, el Congreso, el servicio diplomático, buena parte de los medios de comunicación y la mayoría de la opinión pública de EEUU. Snowden solo tiene con él a Greenwald, una mujer de Wikileaks y un salvoconducto no muy seguro" al vida mia, si te he visto no me acuerdo.

¿Y vos, de qué lado estás?


Para empezar, en Buenos Aires, no votes amigos del imperio.

¡Brutus Regente, Osvaldo Bayer Intendente!

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