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Los negociados siguen, pero cambia el trasfondo político
Por Alejandro Guerrero - Friday, Aug. 30, 2013 at 10:43 AM

“El tema de la corrupción (…) está demoliendo literalmente al gobierno”, dice el editorial de Prensa Obrera de la semana pasada. Ahora, la cuadrilla de demolición volvió a avanzar con fuerza de topadora por el caso de las represas santacruceñas adjudicadas a Electroingeniería (Gerardo Ferreyra), Hidrocuyo (vinculada con la burocracia empresarial del sindicato de Luz y Fuerza) y, muy especialmente, el consorcio China Gezhouba Group Company Limited.

La crisis y la corrupción galopantes tiñen toda la política gubernamental. Las denuncias arrecian y cada informe del “gordito golpista” es acompañado por las correspondientes demandas penales de Carrió, Gil Lavedra y otros.

El asunto, sin embargo, tiene sus límites. En el último cónclave del Council of Americas, en el hotel Alvear, Daniel Scioli pidió hacer lo necesario para que el gobierno no se derrumbe en medio de una crisis como la que hundió a Fernando de la Rúa. Según La Nación, la titular del Council, Susan Segal, se sorprendió por el tono conciliador con que Sergio Massa, Margarita Stolbizer y Francisco de Narváez, entre otros, respondieron a esa convocatoria del gobernador de Buenos Aires. Es un equilibrio en extremo precario: perdida la iniciativa política en todos los terrenos, el gobierno depende de sus enemigos; éstos se ven obligados a sostenerlo.
Ese es el contexto en el cual estalla el escándalo de las represas hidroeléctricas de Santa Cruz.

Dólares a Pekín


Cuando asumió el gobierno K, Electroingeniería era una pyme que fabricaba tableros eléctricos en Córdoba. Ahora es uno de los consorcios empresariales más grandes del país. Esa es la pujanza de burgueses “nacionales” como Lázaro Báez, Rudy Ulloa y otros por estilo, incluida la familia K. En esta ocasión, Ferreyra y los burócratas de Luz y Fuerza, asociados con un pulpo chino, se han quedado con la construcción de dos represas santacruceñas, en una licitación que en principio debía ser para Báez pero el hombre tuvo que ser reemplazado por el escándalo de “la Rosadita”.

Ahora bien: para Ferreyra no habrá cepo cambiario. La sociedad que él lidera cobrará por las represas 1.105,2 millones de dólares, que se depositarán en una cuenta abierta a esos efectos en Pekín (es decir en dólar billete, a la cotización del paralelo). La cláusula que dispone esos pagos fue secreta, no se publicó en el orden de mérito del Boletín Oficial del 29 de julio ¿Cómo se supo de ese muerto en el ropero? Según un furioso Julio de Vido, Enrique Pescarmona, desplazado del negocio, se lo contó a Carlos Pagni, de La Nación. Es muy posible que el ministro “planificador” tenga razón en ese punto y, por eso, clama despecho contra la traición de Pescarmona, tantas veces favorecido por diversos negociados K. Otro desplazado, Eduardo Eurnekian, fue en cambio más leal: iba a mandar una fuerte nota de protesta al Ministerio de Planificación, pero después de recibir ciertos llamados metió violín en bolsa y, mansamente, fue al acto que les adjudicó la obra a sus rivales.

Por otra parte, el gobierno parte de dividir el costo por los 1.740 megavatios que pueden producir las represas, pero el caudal del río Santa Cruz, sobre el que serán levantadas, es insuficiente. Esos 1.740 megavatios sólo podrán producirse durante tres meses por año y no todos los días. Será una Ferrari con el motor de un fitito.
Otra paradoja: una de las represas se llamará Néstor Kirchner; la otra, Jorge Cepernic. Cepernic fue gobernador de Santa Cruz en 1973, vinculado con la Juventud Peronista. Al año siguiente, la camarilla fascistoide de López Rega promovió un golpe contra él y lo derrocó. En ese golpe tuvieron parte activa Alicia Kirchner y el actual ministro de Seguridad, Arturo Puricelli. Después, ambos serían funcionarios de la intervención lopezrreguista. Tiene patas muy cortas eso de inventarse un pasado.

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