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“La Cátedra es una tribuna de los originarios, campesinos, trabajadores y estudiantes”
Por Agassaganup O Zobá - Friday, Sep. 06, 2013 at 2:06 PM
agassaganup@gmail.com

Interesados en conocer y difundir la situación de la Cátedra Americanista, tras el anuncio de su posible cierre, entrevistamos a Daniel “Tatú” Ozuna, antropólogo y actual director del espacio, quien contó que los objetivos de la Cátedra fueron siempre “transformar la realidad, la educación y abrir la universidad al pueblo” aunque “no es fácil lograrlo, muchos de los profesores que en el ‘83 estaban exiliados, hoy se anquilosaron en sus cátedras y están inamovibles, incluso desde los contenidos”. Tatú dijo no comprender cómo, luego de 20 años de trabajo y “26 seminarios dictados nunca tuvo problema con ninguno de los gobiernos que estuvo ahí, y lo venimos a tener ahora con alguien que fue profesor de la cátedra”.

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Contextualizando en el conflicto, Daniel dijo: La “Cátedra Americanista, depende de la Extensión Universitaria de la Facultad de Filosofía y Letras, pero a la vez es un Seminario de Grado. El conflicto viene a partir de una ley que establece dentro de la reglamentación de la Universidad de Buenos Aires, que los mayores de 65 años deben ser jubilados. El director de nuestra Cátedra, Juan Rosales, un periodista que tiene escrita varias decenas de libros que tienen que ver con la historia argentina y latinoamericana, es dado de baja, como director de la cátedra. A partir de esa situación, la cátedra queda acéfala”.

“Esto se dio hace más o menos 4 meses. Ahí empieza un conflicto, porque nosotros necesitamos para poder subsistir como cátedra que exista un docente que esté a cargo. Hará un mes, nos quitan la posibilidad de que seamos de grado, de poder validar el seminario para estas carreras, sin el rango académico” agregó Tatú.

Sobre las iniciativas emprendidas para dar a conocer el reclamo, Daniel relató: “Hicimos movilizaciones a las reuniones del Consejo Directivo, que se hacen cada quince días. No solamente era mostrar el apoyo de docentes mismos de la facultad, sino también de los movimientos con los cuales trabajamos. Movilizaron los compañeros de la línea 60, de las comisiones internas de Coca Cola, de Kraft, de varios lugares donde hay compañeros nuestros organizando una red de trabajadores. Estuvo Félix Díaz, Nora Cortiñas, movilizó gente de los bachilleratos populares, del Frente Darío Santillán, Pedro de Inti Huasi”.

“Lo que vamos a seguir peleando es que se siga sosteniendo como Cátedra, para que los estudiantes tengan acceso a ver que un seminario no es simplemente una sumatoria de contenidos, sino que podemos incluir a compañeros que no tienen una trayectoria académica. Juan Rosales mismo no salió de lo académico, era un obrero, fue trabajador, el conoció el trabajo en el frigorífico, participó en instancias de Derechos Humanos, tiene otra trayectoria y eso es un poco la impronta que le queremos dar a la Cátedra”.

TOMA DE DECISIONES

Existen, según el nuevo director de la Cátedra, “tres demandas fuertes: el nombramiento de Juan Rosales, renombramiento como titular de la cátedra y profesor honorario, la apertura de seminario de grado para este año, y la inscripción de los estudiantes para poder realizar el seminario”. Estos puntos eran en sobre los que harían hincapié el martes 27 de Agosto, durante la F.L.I.A (Feria del Libro Independiente y Autogestiva) en defensa de este espacio pluricultural y que seguirían sosteniendo durante la apertura del cuatrimestre de este espacio, el 30 de Agosto. Será los viernes de 19 a 23 con las características que tiene siempre, todo el mes de septiembre dedicado a educación popular, octubre movimiento indígena, y el último mes de noviembre sobre trabajadores.

Quien es el responsable de tomar las decisiones y permitir o no su funcionamiento es el Consejo Directivo. Éste está conformado por “integrantes de los diversos claustros, estudiantiles, profesores. Dentro de ese órgano de gobierno hay comisiones de enseñanza, que dicta y decide sobre los contenidos y de alguna manera, es la que decide si va o no un seminario de grado, y en el caso nuestro, quedó en esa comisión de enseñanza, (esa comisión tiene mayoría del oficialismo) dirigida por Susana Morgade, que es una de las posibles futuras decanas” detalló Tatú.

“Todo lo que suscita a la Cátedra que tiene ya 20 años de trabajo, 26 seminarios dictados nunca tuvo problema con ninguno de los gobiernos que estuvo ahí, y lo venimos a tener ahora con alguien que fue profesor de la cátedra. Nosotros creemos que si bien ellos nos interpelan desde una cuestión administrativa, se trata más que nada de una cuestión política” relató el antropólogo con cierto pesar.

“Nuestro seminario cuestionó desde un principio porqué el decano (Trinchero) de la Facultad de Filosofía y Letras sigue aceptando, por ejemplo, los fondos de la Alumbrera, no lo ha recibido tampoco a Félix Díaz, sabe del acompañamiento que realiza la Cátedra de los movimientos sociales que son críticos al modelo kirchnerista. Por eso nosotros creemos que en el fondo hay una especie de vendetta política. De paso sacan a cátedras que molestan porque no están alineadas al discurso del trincherismo” aseguró Tatú.

CÁTEDRA MESTIZA

Al buscar caracterizar a este espacio popular, Tatú manifestó: “Somos una cátedra mestiza: por un lado tenemos una pata académica y por otro una pata de extensión, de trabajo con movimientos sociales, trabajadores, indígenas, campesinos, bachilleratos populares. A nosotros no nos molesta lo académico, nunca fue nuestra preocupación. Nuestras preocupaciones fueron otras: transformar la realidad, la educación y abrir la universidad al pueblo. En ese marco nos quitan la posibilidad que seamos una cátedra de grado, la posibilidad del contacto con los estudiantes, que de alguna manera era de ahí donde muchos habíamos conocido la cátedra.

Sobre el perjuicio que pudieron haber sufrido otros espacios similares de la Universidad y sus diversas facultades, el antropólogo contó: “Hay otras cátedras como ‘Antroposex’, dentro de antropología, de unas compañeras que están trabajando el tema de género, otra de educación, son varias, no solamente de la Facultad de Filosofía y Letras. Por ejemplo la de Juan Iñigo Carrera, en la facultad de Sociales, que siempre fue una cátedra con pensamiento mas bien crítico sobre la cuestión política oficialista, también le dieron de baja, siempre con el pretexto de no se reúnen los requisitos académicos, pero que en realidad es posible que la cátedra siga subsistiendo, no hay nada que impida”.

“Cuando se inicia el proceso de Trinchero teníamos esperanzas. Un ‘chocolatado’, un hijo de la tierra que iba a acompañar la lucha, a dar espacio a los movimientos sociales. Esto ocurrió hace diez años y fue un proceso de correrse hacia la derecha. Esas esperanzas que teníamos en él se fueron diluyendo porque él también se fue cerrando”.

“Lo que más nos interesa y que siempre quisimos mostrar era que era posible construir otra universidad, otro tipo de conocimiento, otro tipo de paradigma, de pensar América, de nosotros que somos capaces de poder crear nuestra propia manera de ver la realidad, de construirla. Cuando pensamos una nueva sociedad, también tenemos que pensar en un nuevo conocimiento, una forma nueva, con los saberes que traen los pueblos originarios. Es fundamental eso” aseveró el director de la Cátedra.

¿EXISTEN LOS NUEVOS PROFESIONALES Y CONTENIDOS?

En la búsqueda del cambio de paradigma en la producción y apropiación del conocimiento y de la formación de otra clase de profesionales cercanos a las realidades más próximas, Tatú piensa que “Sigue todavía vigente el modelo de programa que se impuso en el año ’83. Cuando llega la democracia, muchos de los profesores que habían estado exiliados, vuelven a sus cátedras y arman el programa de antropología, pero del ‘83 acá, varió muy poco”.

“Nosotros nos planteamos otras cuestiones, desde ciertas comisiones que están por el cambio en el plan de estudios, empezar a incorporar otras miradas, incluso la mirada americana, de los pueblos originarios, de las construcciones no tan ortodoxas. Eso no es fácil lograrlo, muchos de los profesores que en el ‘83 estaban exiliados, hoy se anquilosaron en sus cátedras y están inamovibles, desde los contenidos.

Sobre el impulso y la búsqueda de lograr nuevos egresados y egresadas, con otro tipo de inquietudes, este antropólogo reflexionó: “Es difícil crear profesionales del pueblo o que estén comprometidos con el cambio. El profesional que estamos pensando, tiene que (pensar) más que nada en un compromiso con la gente, más en antropología, donde vas a trabajar con organizaciones sociales. No es tan fácil el perfil de profesional que crea la UBA, porque sigue estando marcado de alguna manera por las leyes del mercado neoliberal y las líneas del Banco Mundial”.

Para visualizar y enterarnos de lo que sucede en cada encuentro de la Cátedra, Tatú relató: “Compañeros que vienen del sector de los trabajadores, de sectores indígenas y campesinos que estén sentados al lado de los que tienen la posibilidad de sistematizar y ponerlos a los dos a la par, para el estudiante estar ahí, escucharlos, te predispone de otra manera y quizás te moldea como futuro licenciado o profesor también de otra manera porque vos pensás la docencia desde otro lugar, desde los principios de la educación popular”.

“Nuestra forma de ver las cosas tiene que ver con esa pedagogía, con esto de poder pensarnos en igualdad de condiciones con los estudiantes, nuestros compañeros para construir conocimiento. Si un aporte hizo la cátedra con relación a esto y al modelo de profesional y de estudiante fue justamente abrirle la cabeza a otras formas de pensar y a escuchar otras voces que están silenciadas dentro de la facultad” analizó Daniel.

EL INDÍGENA URBANO

Creyendo y visibilizando fuertemente la existencia de lo ancestral e indígena en el territorio bonaerense, que durante siglos ha buscando esconderse, le consultamos a Tatú su opinión al respecto: “El tema de la urbanidad y la relación con la cuestión indígena no estuvo muy tratada dentro de la universidad. Hay algunas experiencias interesantes, pero muy pocas. Se puede pensar lo indígena desde la urbanidad, primero porque el sistema empujó a los pueblos a ir vivir a los bordes, a hacerse suburbanos junto a los criollos empobrecidos. Esto tiene que ver con las políticas genocidas del Estado antes de 1880 y reforzadas después junto con lo que es la deforestación, el avance de la soja, los monocultivos, que al día de hoy sigue provocando esa migración a los bordes de todas las ciudades: Resistencia, Reconquista, Gran La Plata, José C. Paz, Derqui, donde hay infinidades de compañeros pertenecientes a pueblos originarios”.

“Hay como este deseo de exotización que tiene el antropólogo de ir a verlo como si fuese un hombre natural, en el pensamiento de Rosseau, viviendo en el monte, y el indígena, el hermano, el compañero que está viviendo una situación en el monte, está atravesado por las mismas condiciones de explotación de esclavitud, de discriminación, que sufre el indígena que está viviendo en la urbanidad. La ciencia cuando busca la exotización está siendo funcional a pensar solamente lo indígena en un contexto rural”.

Para finalizar, Daniel “Tatú” reflexionaba: “La cátedra no es solamente nuestra, es una tribuna popular donde se van a seguir expresando los pueblos originarios, los campesinos, los trabajadores, los estudiantes, porque está para eso y fue creada para ese objetivo. Frente a una universidad que se piensa a partir de los valores de la burguesía, individualismo, neo liberalismo. Nosotros queremos seguir teniendo esta tribuna, estas formas de pensar el conocimiento, mirar la realidad”.


Agassaganup O Zobá (“La luna los hará arrepentir” en idioma querandí, una de las lenguas originarias del Río de la Plata)
Noticias de la Buenos Aires Indígena, desde el Partido de La Matanza, territorio ancestral del Cacique Telomián Condié.
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