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Musa Azar involucró a su ex concubina Marta Cejas en las torturas de la DIP
Por Abuela - Saturday, Oct. 05, 2013 at 10:26 PM

Por su parte, Graciela Rosa Josefina Grimaldi, la última testigo de la fecha, narró el calvario de aproximadamente seis meses que debió atravesar su hermano, Gustavo Grimaldi (fallecido en 1991), quien fue capturado por ser parte del staff gubernamental del gobierno constitucional derrocado en 1976.

En su ampliación indagatoria, ex jefe del Departamento de Informaciones Policiales y ex Subsecretario de Seguridad de Santiago del Estero, indicó que la justicia “estaba subordinada al jefe del área del Ejército” . Entre los funcionarios que decidían los secuestros y asesinatos mencionó, también, a los jueves Liendo Roca, Grand, Bustos Arias y Eduardo López.

El teniente D’Amico y su jefe, el coronel Correa Aldana, se sentían dueños de vidas y bienes en Santiago del Estero en 1976. Jamás se les debe ni haber pasado por la cabeza el temor de que, muchos años más tarde, pudieran estar sentados largas horas ante un tribunal. Y tener ante sí a las víctimas de sus juegos de guerra. Así como un gran felino juega con sus presas, lastimándolos antes de engullirlos, ellos maltrataban a miles de personas jóvenes, convencidos de que la protección del Estado y todos sus poderes, les otorgaría impunidad eterna. Por ello cuando, luego de haber sufrido torturas que le causarían daños permanentes, Gustavo Grimaldi preguntó al coronel Correa Aldana “por qué” lo habían detenido, el militar contestó: “Porque a mí se me cantó el forro de las pelotas”.
Hoy la hermana estuvo en el juicio, frente a un envejecido y enervado D’Amico a quien nunca tuvo oportunidad de conocer. Para reclamar un resarcimiento que seguramente añadirá bastante más peso a la ya pesada condena que padece el militar bonaerense afincado en Santiago del Estero.
Por su parte, el también ya bastante envejecido Musa Azar, árbitro de la vida y la muerte sobre la población santiagueña durante más de treinta años, efectuó hoy la segunda parte de su declaración. Con la cual pretende librarse un poco de la profunda responsabilidad que cae sobre sus espaldas, como impulsor necesario de secuestros, terribles torturas, asesinatos, robos, defraudaciones al Estado y a instituciones privadas y desapariciones de personas.
Inadvertidamente, en un tramo de su declaración, Musa Azar involucró a su por entonces concubina, Marta Cejas (una guardiacárcel que presuntamente colaboraba en las torturas efectuadas a detenidas en el antro de Musa Azar).
Por su parte, Graciela Rosa Josefina Grimaldi, la última testigo de la fecha, narró el calvario de aproximadamente seis meses que debió atravesar su hermano, Gustavo Grimaldi (fallecido en 1991), quien fue capturado por ser parte del staff gubernamental del gobierno constitucional derrocado en 1976.

Musa sigue su saga

En su ampliación indagatoria, ex jefe del Departamento de Informaciones Policiales y ex Subsecretario de Seguridad de Santiago del Estero, indicó que la justicia “estaba subordinada al jefe del área del Ejército” . Entre los funcionarios que decidían los secuestros y asesinatos mencionó, también, a los jueves Liendo Roca, Grand, Bustos Arias y Eduardo López.
Por otra parte, reveló que “se disponían de gastos reservados para pagar información al que la tenía”.
“Antes del golpe militar del 76, el gobernador Carlos Juárez también se subordinaba al Ejército”. Así, aseguró que “mantuvo en mi presencia una reunión con Videla y el clero también estaba subordinado, como el caso del cura Muñoz”, añadió en alusión al ex capellán policial.
En la segunda audiencia de la denominada “Megacausa II”, el represor que cumple tres condenadas de prisión perpetua, recordó que 12 horas antes se enteró del golpe militar y le ordenaron “la toma de la policía santiagueña, mientras que los militares del gobierno, hasta que llegaran los refuerzos”.
“Las órdenes, en Santiago del Estero, eran impartidas por Correa Aldana y Fiorini, jefe y segundo de la guarnición militar, a través de las comunidades informativas en la que se evaluaban datos y establecían estrategias”, añadió.
Ante preguntas de la fiscal Cecilia Iliana Garzón, Musa Azar indicó que los detenidos en Santiago del Estero “si eran montoneros, los llevaba la policía y a los del ERP, el Ejército; en mi caso, yo estaba subordinado por ley”.
Consultado sobre el asesinato de la empleada doméstica Consolación Carrizo, Musa Azar explicó que el operativo “estuvo a cargo de los militares, que realizaron un allanamiento en la casa de Villegas Beltrán, por aquel entonces ministro de Obras Públicas”.
“El operativo surgió tras una escucha telefónica, porque se tenían intervenidos los teléfonos de todos los funcionarios y desde la casa de Villegas Beltrán, una mujer hablaba y le decía a un hombre, que estaba viajando a Tucumán, que tenga cuidado con los milicos en la ruta”, relató.
Al referirse al allanamiento en la céntrica casa de la capital santiagueña, el represor dijo que “al tocar el timbre, Consolación Carrizo se asomó al balcón y al ver a los militares, se asustó e intentó escapar, cayó al vacío entre cables y sufrió graves heridas”.
“Tras permanecer internada 3 o 4 días, la mujer murió en el hospital Independencia, nunca estuvo detenida en la DIP”, añadió.
Por más de tres horas, el ex jefe de la denominada “Gestapo Santiagueña” intentó responsabilizar a los militares de los delitos de lesa humanidad y cubrir a sus colaboradores.
“El Ejército mandaba, yo respondía órdenes de Correa Aldana y Fiorini, y mis hombres a cargo, no participaron de los operativos de detenciones ni interrogatorios, sino que cumplían funciones de informantes en la calle”, reiteró.
En otros pasajes de la audiencia, el también ex secretario de Seguridad provincial durante gobiernos democráticos, dijo “no recordar ni conocer” a ex presos políticos que denunciaron torturas en el edificio de la DIP que diría Musa Azar.

Declaración de Musa Azar

Pregunta de la fiscal: ¿Como coordinaban las tareas con el ejercito? ¿Quién tomaba las decisiones?

Musa Azar: No había coordinación, el ejercito ordenaba y la polícia local obedecía las órdenes del jefe de área que era Correa Aldana en primer lugar. Y Fiorini le seguia al mando. El jefe de la sección de operaciones del ejército era D’Amico.
Existía una “Comunidad Informativa” que se reunía una vez por semana formada por el Ejército, Policía Federal y demás fuerzas para hacer el análisis de casos, los balances de la semana, planificar las acciones de la semana siguiente y determinar quienes se hacían cargo de los operativos. De los que participaban en las reuniones de la Comunidad Informativa se acordó de: Leopoldo Sanchez (que era la voz de Bussi en la provincia), Correa Aldana y Fiorini.
Ante la pregunta de la fiscal sobre si había detenidos en la DIP de la calle Belgrano y dónde se los alojaba, Musa contestó que “a los detenidos” los tenían “en unas piezas que estaban en el fondo del edificio “hasta que el juez disponía qué hacer con ellos”. Algunos detenidos podían llegar a estar “años” porque estaban a disposición del PEN. Recordaba un matrimonio Barraza, quienes estaban presos por pedido de Juárez: ellos dormían en su despacho porque no había lugar en las piezas del fondo.

Fical: ¿Los jueces iban a la DIP a tomar declaraciones?

Musa Azar: Si, el Dr. Liendo Roca con su secretario el Dr. Lopez y tambien fue el Dr. Bustos Arias. También iba el Padre Muñoz a visitarlo a Giribaldi y el padre Celi.

Fiscal: Con respecto al caso de Consolación Carrizo, cómo se efectuó el operativo?

Musa Azar: La policia no intervino para nada en el operativo. Consolación Carrizo trabajaba como empleada doméstica en la casa del Ing. Villegas Beltrán, que en aquel momento se desempeñaba como ministro de obras públicas de Carlos Juárez. La policía tenia un empleado en la CAT (Compañía Argentina de Teléfonos) que hacía escuchas telefónicas. Este empleado informó que en la casa de Villegas Beltrán una mujer había recibido una llamada de una persona de sexo masculino desde la terminal de ómnibus y que ella le había dicho que “pase temprano al cerro porque de noche los milicos se ponen pesados”. Esto hizo suponer que la persona con la que hablaba Carrizo iba a combatir a Tucumán y por eso el ejército organiza el operativo para detenerla. Cuando el ejército llega a la casa de Beltrán, Consolación se asoma por la terraza y al ver a los militares apuntándola con fusiles Fal intenta escapar hacia la casa del vecino, salta y se engancha con unos cables y cae al piso, se “desnuca” y es llevada al Hospital Regional inconsciente; allí permanece 3 o 4 días, hasta su muerte.
Musa hace hincapié en que la policía no tuvo nada que ver en el operativo y que él se entera de los detalles del caso cuando Correa Aldana lo llama para pedirle que investigue las actividades de Consolación Carrizo y su relación con Orellana.

Fiscal: ¿A partir del 24 de Marzo de 1976, cuál fue su cargo y función?

Musa Azar afirma que el 23 de Marzo al mediodía lo llaman a la policía y lo hacen quedar detenido, porque se iba a dar el golpe de estado al día siguiente y “no querían que él advierta a nadie”. El 24 de marzo a la madrugada se formaron dos grupos, uno a cargo de Correa Aldana, que se iba a hacer cargo de la casa de gobierno y otro grupo a su cargo que tenía que esperar al oficial Ramírez que venía de Buenos Aires en avión para hacerse cargo de la policía. El día del golpe se detiene a la Sra. Nina (entonces primera dama) en su casa y a todos los funcionarios del gobierno.

Fiscal: ¿Conocía a Guatavo Grimaldi?

Musa Azar: No. Conocía a Guillermo Martinez, el cuñado de Grimaldi que “colaboraba con los servicios de Inteligencia”. El Sr. Martínez trabajaba en el Correo Argentino y tenía “llegada” en tribunales. Era muy conocedor del ambiente político e informaba (a la DIP) a cerca de las actividades y contactos de funcionarios y empleados.
Ante la pregunta de la fiscal sobre si conocía a Inés Fornés, René Arevalo, Ramón LedeSma, Maria Eugenia Ruiz Taboada, Luis Avila Otrera, Daniel Rizo Patrón y Carlos López, Musa contestó que no los conocía. Creía haber visto a Rizo Patrón en el DIP y sabía que Avila Otrera estuvo detenido en el D2. Cuando le preguntaron si habia mujeres detenidas en el DIP dijo que no recordaba, que sí se acordaba de Sra. Alcira Chávez, quien estuvo unos días y que conocía a su padre, que era enfermero; recordó también a la Señora Moreno de Barraza, que estaba, por orden de Juárez, con su marido, pero que tenía la libertad de andar por donde quería dentro del DIP.

Fiscal: qué función cumplían Bustamante, Brao, Laitán, Ramiro López y Capella?

Musa Azar: Bustamante era personal de calle y custodia del gobernador, Brao era personal administrativo, Lopez era co ayudante del comisario Corvalán, Laitán era custodio del gobernador y no tenía jerarquía y Capella era mecánico y chofer. Ninguno podía interrogar porque no tenían la jerarquía para hacerlo, los que podían interrogar eran el Comisario Andrada y Oscar Nisa, que trabajaban en el DIP.
Musa recordó al Comisario Vela. Quien había sido nombrado “Asesor de actividades antisubversivas” de Juarez antes del golpe y que realizaba interrogatorios. Después del golpe a Vela lo ponen como director de aviación civil.

Fiscal: en referencia a los informes que se realizaban en el DIP, ¿quién realizaba esos informes y quien lo supervisaba?

Musa Azar: el jefe de departamento de prensa era Baudano, y yo (Musa) supervisaba todos los informes que el realizaba y que eran elevados a los jueces. Recordó que el DIP tenía un presupuesto reservado para pagar a gente que daba información.
En un tramo de su declaración, ante una pregunta del juez Imas, acerca de si “todos los imputados que se encontraban presentes en la sala concurrían a las instalaciones de la DIP”, Musa Azar contestó:
“Sí, todos los aquí presentes concurrían regularmente a la DIP que yo dirigía”. Lo cual suscitó una inmediata y airada intervención de su hijo, abogado defensor de su ex concubina Marta Cejas, quien corrigió esa afirmación, asegurando que su madre “no iba a la DIP”. Lo cual fue aceptado algo cansinamente por Musa. Esta intervención intempestiva fue censurada por la presidenta de jurado, Alicia Noli, quien advirtió al abogado que él no podía interrumpir de esa manera el interrogatorio efectuado por el Tribunal.

Declaración de Graciela Grimaldi

Coronel Correa Aldana (foto de archivo).

La maestra Graciela Rosa Josefina Grimaldi había viajado al interior de Santiago del Estero, con su hermano Luis Marcos, el 23 de marzo de 1976. Identificados políticamente con el Justicialismo en el gobierno, fueron a participar de un acto de inauguración de viviendas para pobladores humildes que se inauguraba esa tarde en una localidad campesina. “Por ello ni nos enteramos del golpe de Estado”, contó. Al día siguiente, muy temprano, fue a trabajar como todos los días al IOSEP, donde le contaron que había una dictadura militar y había caído el gobierno del Dr. Juárez.
Algo más tarde, su hermano concurrió demudado a decirle que “el barrio estaba copado por los militares” quienes habían ingresado brutalmente a su casa, obligándolo a entregarles una pistola, propiedad de su hermano mayor, Gustavo Grimaldi. Quien, por su parte, luego de concurrir a su puesto de trabajo, como secretario del ministro de Obras Públicas, Villegas Beltrán, sería también detenido sin previo aviso.
Gustavo Grimaldi fue quien peor la pasó, ya que obligándolo a manejar su propio vehículo hasta la cárcel -”que los militares no conocían, por haber venido de otras provincias”-, lo sometieron a vejámenes y hasta un simulacro de fusilamiento.
“Le quitaron sus anteojos, pese a sus ruegos, ya que mi hermano no veía casi nada sin ellos”, se lamentó Graciela. Según narraría más tarde el mismo Gustavo, los militares se reían y le decían que “en el lugar adonde estaría no los iba a necesitar (a los anteojos)”. A eso atribuye Graciela que luego -ya cuando la odisea de varios meses hubo finalizado- Grimaldi sufrió una inesperada septicemia (grave infección). Ya que, por haber comido sin anteojos, tragó un escarbadientes, al parecer introducido maliciosamente por los militares en su comida. Al operarlo, los médicos hallaron este agudo elemento clavado con las dos puntas en sus intestinos y provocando una gangrena.
Según Gustavo Grimaldi, el operativo en el cual lo secuestran fue conducido por el entonces teniente D’Amico y otro teniente de apellido “Dozo”. Al introducirlo en la cárcel, lo ponen en un ámbito al parecer destinado provisoriamente a presos políticos (un amplio subsuelo, actualmente utilizado como escuela para los presos comunes). Allí conviviría, por espacio de algunas semanas, con Mikelsen Loth, Arce y otros funcionarios del gobierno justicialista depuesto.
Luego de su liberación, Grimaldi es nuevamente detenido y trasladado al batallón 141, para llevarlo nuevamente desde allí al Penal de Varones. Al preguntarle al jefe de ese regimiento, coronel Correa Aldana, “por qué lo detenían”, es que ese militar le contesta:
“Porque se me ha antojado el forro de las pelotas meterte preso a vos”.
Su segunda salida por suerte es definitiva, aunque no recupera su trabajo e ingresa en una etapa de dificultados por haber sido incluido como “subversivo” en la Ley de Seguridad Nacional (un estigma que impedía acceder a cualquier puesto laboral).
Entre las personas que consultaron para tratar de encontrar a su hermano (desaparecido durante quince días), Graciela mencionó al capellán militar, Carlos Marozzi. Quien los mandó a hablar con un militar. El cual no les dio absolutamente ningún dato. Tampoco el general Ochoa quiso ayudarlos (lo conocían por una relación profesional de Luis Marcos Grimaldi con la hermana de Ochoa). El militar les dijo que si Gustavo “no había cometido ningún delito, no tenían nada que temer”.
Finalmente esta persecución y vejámenes perjudicaron la unidad de la familia, ya que uno de sus miembros emigró definitivamente a Francia. Y los otros debieron atravesar por períodos de gran incertidumbre. Así como desprenderse de bienes para hacer frente a la grave operación de Gustavo y otras necesidades económicas de año posteriores.

http://www.diariodeljuiciosgo.com.ar/2013/10/05/musa-azar-involucro-a-su-ex-concubina-marta-cejas-en-las-torturas-de-la-dip/

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