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Construyendo la memoria colectiva y la identidad indígena
Por Zulema Enríquez* - Sunday, Oct. 13, 2013 at 1:20 AM

Durante muchos años el 12 de octubre fue celebrado como el “Día de la Raza”, desde 1917 por decreto del entonces Presidente de la Nación, Hipólito Yrigoyen, “conmemorando el momento histórico en que Europa occidental arribó por primera vez al continente americano”. La denominación fue creada por el ex-ministro español Faustino Rodríguez-San Pedro, como Presidente de la Unión Ibero-Americana, que en 1913 pensó en una celebración que uniese a España e Iberoamérica.

Esa fecha fue resignificada en muchos países de Latinoamérica, entre ellos Argentina. En el año 2007 el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) presentó un proyecto por el cual se proponía cambiar la denominación de esa fecha por “Día de la Diversidad Cultural Americana”. La iniciativa se concretó por medio del Decreto Nro. 1584/10 emitido por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y en el año 2010 se modificando el nombre de “Día de la Raza” por “Día de la Diversidad Cultural Americana” promoviendo para esta fecha un día de reflexión y diálogo intercultural acerca de los Derechos Humanos de los pueblos originarios, para construir entre todos una sociedad más justa y democrática.

Resignificar esta fecha es una forma de recuperación de la memoria silenciada e invisibilizada en nuestro país, una historia de la cual algunos quedaron excluidos y olvidados. El 12 de octubre fue el principio del primer genocidio sobre estas tierras en manos del imperialismo europeo, continuado por la necesidad de la conformación de Estados Nacionales y de políticas de lucha de la “civilización” contra la “barbarie”, un buen ejemplo de ello lo es la mal llamada Campaña del Desierto, no había nada de desierto, había pueblos indígenas que fueron masacrados. Así el Estado construyó un discurso de negación de la realidad indígena del país. El crisol de razas negó lo originario. La invisibilización fue una estrategia de dominación, fue lo que permitió el desarrollo de distintas prácticas genocidas.

Hablar de genocidio indígena es hablar y pensar en la historia de otra manera, hay un contexto diferente a nivel latinoamericano que nos permite vivirlo así. El surgimiento del primer presidente indígena, del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma reconfiguro todo el mapa político y social. En Argentina llevo a re transformar la identidad indígena, el reconocimiento de un presidente indígena cambio la mirada interna hacia las comunidades quechuas, aymaras y colectividad boliviana; se transformó el miedo, el racismo y la xenofobia por el orgullo de sentirse indígena como su presidente.

Las identidades se van reconfigurando y fortaleciendo con la toma de conciencia de los orígenes de los pueblos, sin miedo, sin vergüenza, sin sometimiento por ser diferente.

En Argentina, la reforma constitucional de 1994 reconoce por primera vez la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y, por lo tanto, la pluriculturalidad y plurietnicidad de la sociedad argentina. Un avance revolucionario. En el artículo 75, inciso 17, la Constitución Nacional garantiza, entre otros aspectos relevantes, el respeto a la identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural.

Los avances en la jurisdisprudencia internacional y la legislación nacional en cuanto al reconocimiento de los derechos de los Pueblos Indígenas ha sido fundamental, en ese sentido los cambios estructurales en diversos aspectos no tienen vuelta atrás, el derecho conseguido no tiene retroceso.

Según la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas del año 2004- 2005, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos INDEC, más del 50% de la población argentina se reconoce descendiente de un pueblo indígena. Nuestro país está compuesto por 35 pueblos originarios y 16 lenguas, aunque se sabe que hay otras que no son reconocidos institucionalmente. Actualmente hay una reorganización del movimiento indígena en Argentina, por ejemplo en las ciudades, organizaciones sociales y culturales ahora se organizaron en comunidades, lo que requiere todo un posicionamiento político frente asumir la identidad indígena como esencial al sujeto social.

Pero solo el movimiento indígena, con su organización, lucha, resistencia y su articulación política como actor social de los Estados han generado estos cambios. La conciencia de su identidad y de sus orígenes son hechos revolucionarios que no tendrán paso hacia atrás.

Todavía queda mucho por hacer, se avanza sobre nuevos desafíos y conflictos, como el problema del territorio pese a que hay una Ley de relevamiento territorial que suspende los desalojos a comunidades indígenas y los pedidos de justicia por la muerte de Javier Chocobar comunero diaguita asesinado un 12 de octubre de 2009 por terratenientes tucumanos y tantos otras víctimas del atropello que hoy están esperando justicia.

El 12 de octubre ya no es el día de la raza, ni de la llegada de Colón a estas tierras, pero sigue siendo herida abierta que no olvida. Muchos Estados latinoamericanos tomaron distintas mediadas de reparación histórica para nuestros pueblos originarios, modificando no sólo su denominación sino también su valor simbólico. Entonces además del día de la diversidad cultural americana conmemoramos el día de la Resistencia Indígena, reivindicando los derechos de los oprimidos de ayer y por nuestras luchas y derechos de hoy.

*Docente y miembro de la Secretaría de Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo UNLP.

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