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Nuestra palabra
Por Sergio Job - Sunday, Oct. 13, 2013 at 10:44 AM

Palabras leidas en nombre de la Cooperativa de Carreros La Esperanza en la charla realizada el Viernes pasado en el aula magna de ingeniería de la UNC

Agradecemos la invitación a los organizadores, en especial a la Romi, que es de esas personas que entendieron alguna vez que esta universidad tiene la obligación de mirar hacia fuera, desde fuera, para fuera, y desde la excelencia académica y humana con que da esa disputa, va abriendo grietas para que las voces pequeñas del afuera puedan resonar acá dentro.
Saludamos a los y las presentes en este auditorio de esta universidad que entre tanta mediocridad e incomprensión, también supo acoger voces dignas que dijeron y dicen: libertad, igualdad, fraternidad. Universidad que supo dar a luz a la Reforma del ´18, que como escribió Deodoro Roca, fue una verdadera revolución que buscó poner freno al vacío de ideas, a la discriminación y al despotismo.
Y hablo en plural, porque a pesar de tantos años que han pasado ya desde aquél grito de digna rabia, aún hablan en estas aulas las voces del desprecio y la discriminación. Hablo en plural, porque nosotros y nosotras, quienes integramos la Cooperativa de Carreros “La Esperanza” hubiéramos querido que en este lugar esté un compañero o compañera carrera, son ellos quienes dan vida y entidad al nosotros. Pero lamentablemente el pedido explícito de la Sra. Heredia de Olazabal, presidenta de la asociación “Sin Estribos”, para dialogar, para escucharnos e intercambiar pareceres, sentires, pensares y razones, eso que nosotros llamamos ejercicio democrático, esa exigencia fue: que en el panel no hubiera ningún carrero, sólo abogados. Entonces es esta casualidad de la vida que es no haber nacido en una familia donde la pobreza me dejara fuera de un sistema educativo excluyente y elitista, hace que hoy yo esté acá enfrente y no mis compañeros y compañeras que están ahí abajo.
Y por eso estas palabras apegadas a un texto, porque mi voz será hoy nuestra palabra, una palabra colectiva, mandatada por mis compañeros y compañeras. Una palabra construida diariamente, escrita con acciones, aprobada democráticamente en el colectivo. Por eso la lectura, para que cada palabra mía sepan ustedes entenderla como nuestra. Es una palabra más humilde que esta profesión de abogado, es una palabra llena de tonadas, es una piel más diversa, es un modo más atrevido y alegre, es una mano más ajada.
Como es tanto lo que queremos decir, y tan poco lo que las palabras pueden cuando de vidas, sonrisas y dolores se trata, es que decidimos ordenar un poco nuestra intervención en pequeñas tesis, que no dicen ni de cerca todo lo que podríamos y querríamos, pero que al menos permiten decir algo. Valga la oportunidad, para hacer pública nuestra invitación a todos y todas las presentes, a conocer nuestra voz en el trabajo cotidiano, en la calle compartida, en la lucha por la dignidad que estamos decididos a conseguir. Estén todas y todos invitados a ser parte de este nosotros que es la Cooperativa de Carreros “La Esperanza”.
Esta es nuestra palabra:

TESIS DESCARTADA (cuestiones tácticas):
Dijo Durruti: “al fascismo no se le discute, se le combate”.

TESIS 1 – sobre Monsanto
El modelos del agro-negocio y los commodities, encuentran su expresión más monstruosa en la transnacional de la muerte Monsanto. Desarrolladora de semillas transgénicas, del paquete tecnológico que las acompaña, es decir, herbicidas, pesticidas y demás venenos; empresa dueña de Academi, el ejército privado más grande del mundo. Ese Monsanto es el que ha venido a re colonizar, a instalarse en Córdoba, en Malvinas Argentinas.
Además del impacto que la instalación de la planta semillera tendría en la salud humana, su puesta en funcionamiento implicaría la confirmación y profundización de un modelo de agro-negocio que empuja constantemente la frontera agro-ganadera, arrasando a su paso con campesinos, bosques, animales, vegetación, tierras, ríos, etc. Este corrimiento de la frontera agro-ganadera va encajonando a la fauna autóctona en pequeños territorios donde apenas si puede sobrevivir. La Administración Nacional de Parques, informó hace dos meses atrás, que de seguir este proceso de devastación del bosque nativo, se reducirá a niveles críticos la posibilidad de vida en su propio hábitat, y escuchen bien: del puma, del yaguarundí, zorrinos, hurones, zorros grises, peludos chicos y grandes, comadreja overa, mulita pampeana, gato montés, gato del pajonal, pecarí de collar, corzuela, vizcacha, coipo y liebre. Como también de aves como jotes, caranchos, chimangos, halconcitos dorados, lechucitas de las vizcacheras, zorzales, calandrias y milanos blancos. Todos ellos rondan cada vez más cerca de los centros urbanos, por la simple razón que no tienen dónde vivir, su hábitat está siendo destruido por el modelo de agro-negocio impulsado por Monsanto.
Quienes integramos la Cooperativa de Carreros “La Esperanza” participamos el martes pasado de la marcha contra Monsanto convocada por las organizaciones sociales que vienen resistiendo y enfrentando al gigante del agro-negocio y la muerte.
Con profundo pesar debemos decir que no hemos visto a Sin Estribos en el bloqueo que firmemente exige que se vaya Monsanto de Nuestra América. La fauna cordobesa estaría agradecida de que se organizaran para frenar esta matanza indiscriminada de animales, este verdadero zoocidio que se está produciendo en la provincia.

TESIS 2 – sobre los malos gobiernos – parte I
El sostenimiento y aliento entusiasta de parte de los gobiernos al modelo del mono-cultivo y el agro-negocio (junto a la especulación inmobiliaria, lugar donde derivan los excedentes producidos por la soja) provocó, entre otras serias y profundas consecuencias, la devastación del suelo y que se reduzca el bosque nativo del 33% del territorio a tan sólo el 5%. En los últimos 6 años, solamente en el norte y oeste provincial, se han exterminado 681.293 hectáreas, un promedio anual de 45mil por año. Esta política verdaderamente criminal tiene profundas consecuencias sociales, económicas y ecológicas. Una de ellas es la modificación del régimen de lluvias. Hoy las sequías y/o inundaciones, son una postal habitual en la provincia.
Es así que las extremas sequías (ayudadas por las manos espurias de la mafia inmobiliaria) provocan colosales incendios. La pésima administración de los recursos destinados a un plan de fuego, cuando no la abierta corrupción, aportan su parte en el desastre. El incendio que ocurrió hace apenas unas semanas, dejó como lamentable consecuencia la devastación de 105.000 hectáreas de bosque, campos y pueblos incinerados. Según el diario La Voz del Interior (profundamente comprometida con Monsanto, el gobierno y los intereses dominantes) más de 1.300 animales de gran porte murieron entre las llamas. Según funcionarios del Ministerio de Agricultura y Ganadería, si bien es imposible poder calcular un número exacto de animales pequeños asesinados, teniendo en cuenta el área devastada, hablan de un número de entre 600mil y 1millón y medio de animales muertos. Un verdadero zoocidio producto del “progreso” y el “orden” capitalista y sus gobiernos gestores de la muerte. La bandera enarbolada por el mal gobierno provincial es el “progreso”. Los compañeros y compañeras que resisten a Monsanto contestan fuerte: progreso que mata no es progreso.
Mientras la Cooperativa de Carreros la Esperanza donó remedios para animales heridos, vestimenta para los bomberos de la zona de Yacanto, y reclamó en movilización sectorial que realizáramos el miércoles por la mañana a casa de gobierno, que se declare “emergencia ambiental” en toda la provincia de Córdoba; aún esperamos ansiosos para acompañar, el duro y sostenido reclamo por parte de Sin Estribos contra el gobierno provincial, y el sistema económico que sostiene e impulsa, exigiendo el cese del zoocidio, defendiendo así la vida de los millones de indefensos animales que fueron, y seguirán siendo asesinados por las llamas que el mal gobierno no piensa dejar de encender una y otra vez, ya con complicidad, ya con desidia.

TESIS 3 – sobre los malos gobiernos – parte II
La consigna del mal gobierno municipal es “el orden”, dice que “ordenar es el camino”. Su gestión se plantea ordenar cuerpos y cosas (y empresas amigas en los negocios del Estado municipal). Desde la cooperativa de Carreros La Esperanza, para ayudar al orden, propusimos tempranamente, a los dos días de asunción del actual gobierno, todo un proyecto para tratar la basura de la ciudad evitando el enterramiento, y de paso generando 3mil puestos de trabajos dignos y estables para los carreros. Este proyecto requería de muy poca inversión inicial y luego era autosustentable, y consistía en establecer puntos de acopio, clasificación y reciclado de los residuos sólidos urbanos, uno por CPC de la ciudad. Nos parecía muy ordenador. Sin embargo en lugar de eso, la municipalidad decidió colocar en manos de empresas privadas la recolección de basura y seguir sin generar ningún tipo de proyecto serio e integral para el tema de los residuos.
Sin embargo, sí decidió “ordenar” los lugares dónde puede hacerse descargas de escombros y ramas, transporte del que viven gran parte de los carreros de la ciudad. Esta política consistió en intentar prohibirnos primero, y luego de una gran lucha que libramos, en otorgarnos a la cooperativa la mantención de 20 de esos predios y en cerrar todos los otros. Esto vino acompañado con un endurecimiento en la persecución a todo carro que realice descargas en predios no autorizados. Sin embargo, es llamativa la flexibilidad que ese orden tiene cuando se trata de descargas que realizan camiones de las empresas contratadas por la misma municipalidad o de camionetas caras privadas que van y tiran basuras en estos predios, predios que ¡oh casualidad de este orden particular! casi todos quedan en nuestros barrios. Es decir, que son predios de descarga de basura que quedan en donde nosotros vivimos y que no son limpiados sino rara vez al mes, con mucha suerte, a pesar de los numerosos reclamos que realizamos en este sentido.
El orden municipal es uno que nos sigue colocando en un lugar muy secundario en el sistema de tratamiento de la basura, nos limita nuestro trabajo cada vez de modo más notorio y nos hace vivir entre la basura que genera la ciudad, que los carreros sólo trasladan.

TESIS 4 – sobre la civilización y la barbarie
La socióloga argentina Maristella Svampa sostuvo en su tesis doctoral que toda la historia nacional podía ser hilada a partir del planteo sarmientino “civilización o barbarie”. Civilización entendida en la cabeza de sus apologistas como calco y copia del Norte, de la Europa colonizadora, esclavista y genocida. Civilización que en nuestro país significó el genocidio de los pueblos originarios de Nuestra América. Un tremendo otrocidio, al decir de Galeano, que exterminó/extermina a todo aquello que no se amoldó/amolda a esa abstracta europa-americana con la que sueñan los cipayos locales. Civilización que, no es casualidad, tiene como guardianes y aliados, esa consigna guía de la generación fundadora del Estado Argentino que se irguió sobre huesos indios, sangre gaucha y los llantos de un Paraguay diezmado y fusilado, ese lema que el General Roca no escatimaba en repetir: “Orden y Progreso”. Civilización, Orden y Progreso entonces, he ahí la triada asesina de indios, gauchos, negros, anarquistas, socialistas, descamisados, peronistas, guerrilleros, extremistas, villeros, negros de mierda, piqueteros, trabajadores excluidos, presos, choros y putas, carreros, campesinos.
Civilización, Orden y Progreso, he ahí la triada sobre la que se asienta “Sin Estribos” para pensar y pensarnos; para actuar, para señalarnos como la barbarie violenta e ignorante, maltrazada e incómoda para la vidriera turística. Civilización, Orden y Progreso, que otra vez, y como siempre, es semilla donde late en potencia las razones de un nuevo genocidio.

TESIS 5 – sobre el Estado.
Sobre la tumba de Felipe Varela, última resistencia montonera, andrajosa y hambrienta, se levantó con esplendor genocida el Estado Argentino. Ahí Mitre con su pluma, sus ideas y su guerra al Paraguay; ahí Roca con su fusil y su conquista de lo que nunca fue un desierto, sino sólo después que sus tropas vaciaran la Patagonia en matanza indiscriminada; ahí Sarmiento aconsejando no ahorrar sangre gaucha; ahí también, el bajo pueblo aplastado y vencido luego de 50 extenuantes años de guerra civil. Guerra que el bajo pueblo no perdió en el campo de batalla, sino en el cansancio y el hambre. Por eso esa guerra se continuó siempre a lo largo de nuestra historia nacional, a veces de modo subterráneo, latente, otras de modo abierta y brutal.
Es sobre esa tensión que los de arriba, los “civilizados”, construyeron el Estado Argentino. Y fue entonces que ese Estado fue su instrumento. Creó sus propios impuestos, para pagar a sus propios funcionarios, y a sus ejércitos y policías. Es que los civilizados siempre creyeron que los bárbaros, además de despreciables somos peligrosos, y por eso, por el miedo que nos tienen es que la selectividad penal, es que las cárceles llenas de pobrerío (y de zurdos cuando es necesario), por eso policías que persiguen a trabajadoras sexuales y carreros, pero nunca a los empresarios que evaden impuestos, ni a las transnacionales que venden muerte, ni a los desarrollistas inmobiliarios que roban las tierras a pobladores ancestrales para lucrar con ella. Ese Estado de y para los ricos nos persigue si merodeamos, que es algo así como pasear siendo pobre y negro; nos persigue si trabajamos en lo que podemos y sabemos; si reclamamos en la calle; si pedimos en una esquina; si dormimos en una plaza; si vamos a un baile; si vamos a la cancha a ver nuestro equipo. Ese Estado llena de policías cada espacio de vida nuestro para negarnos, para no dejarnos ser y estar, como somos y estamos.
Ese Estado detuvo 176mil cordobeses pobres en 2012, por ser pobres, por medio del Código de Faltas de la provincia. Ese Estado fusiló, asesinó, sólo en manos de sus fuerzas policiales en todo el país a más de 3.800 personas desde la vuelta de la democracia. Es tan común esta práctica de exterminio sistemático de los sectores populares que hasta tiene nombre: gatillo fácil le llaman. Ese Estado nos condena a un orden social, económico y racial que nos mantiene viviendo en la pobreza, la exclusión y la desesperanza. Ese Estado es al que recurre Sin Estribos, para aliarse en la caza de carreros por la ciudad en nombre de una supuesta cruzada para defender a los caballos con que se tiran los carros, compañero de trabajo de cada uno de los carreros y modo conjunto de ganarse el alimento de ambos, y de la familia carrera.
Aunque suene irónico, ese Estado es el que nos persigue y busca condenar por supuestos maltratos. (Sin embargo, es buena una aclaración: en tres años de existencia de la cooperativa La Esperanza, nunca hemos tenido luego del robo del animal, una condena en contra nuestra, o nos devuelven el animal –sin pedir ningún perdón-, o todo se pierde en una nebulosa de nada, donde la única certeza es el robo del animal por parte del Estado o de alguna entidad “animalista” que se constituye como depositaria judicial de lo que no le pertenece).
Por último, para comprender el significado de la palabra cinismo: este Estado es el mismo que mató por desidia y abandono, al nieto de 2 añitos del Purruco, presidente de la Cooperativa de Carreros La Esperanza, por un virus intrahospitalario. En ese caso, nunca hubo ni persecución, ni condena, ¡ni siquiera investigación por abandono, maltrato alguno de parte del propio Estado!

TESIS 6 – sobre nosotros y nosotras. parte I
Somos los y las de abajo. Somos trabajadores precarizados. Muy precarizados. Los compañeros abrumadoramente viven en villas miserias o en barrios-ciudades (ese terrorífico invento para el control social que inventaron los de arriba). En la mañana temprano se sale en busca de los que otros guardan para entregar, o a encontrar lo que a otros les sobra. Y también se rebusca en la basura del resto de la sociedad. Sin carreros toda esa basura que se recupera serían más toneladas que se sumarían a las 600 que diariamente producen los habitantes de la ciudad, principalmente aquellos que poseen altos consumos. Por si no se entiende, aclaro: la basura la producen los que consumen, nosotros sólo la recuperamos, trasladamos, clasificamos, seleccionamos.
Esa recorrida se hace muchas veces con los niños de la casa, con esos hijos que son lo único realmente propio. Aunque sabemos que hoy son cada vez más de los narcos y la policía. Hace mucho tiempo ya, que no son del sistema educativo, han sido sistemáticamente expulsados. Por eso los niños van en los carros, para que aprendan de la dignidad de ganarse el pan con el trabajo, y para evitar que queden en manos de transas y cobanis. A eso, Sin Estribos le llama explotación infantil. Cómo mínimo es un poco descarado, irrespetuoso; como mínimo. ¿Qué pueden saber ellos de nuestras razones, sentimientos y pareceres? ¿Qué pueden saber ellos de algo nuestro?
Recuerdo primera marcha de la Cooperativa, octubre de 2010, frente a plaza de las Américas, 32 carros, 2 reclamos: 1) alimento para nuestros caballos por el valor de 600 pesos, para que los mismos pudieran estar gordos y sanos; 2) una “escuela carrera” donde se enseñara a leer y escribir, a sumar y restar, pero también oficios varios, y los niños aprendieran a hacer herraduras y calzar una yegua, a brindarle cuidados veterinarios, a seleccionar y reciclar los diversos materiales, etc. Todo un proyecto de educación popular elaborado por un grupo de compañeras de Ciencias de la Educación. Pedíamos una beca para que nuestros niños y niñas pudieran bajarse del carro y subirse a un colegio que les fuera útil, donde no sean mirados con temor o desprecio. Los reclamos de aquella primera movilización eran entonces: alimentos para los caballos y colegio para los niños y niñas carreras: para los carreros nada. Ambos pedidos deben dormir hoy en algún oscuro cajón gubernamental.
Nunca vimos ni oímos a Sin Estribos proponer un modo para que nuestros niños y niñas puedan estar en el colegio, sepan que entusiastas apoyaríamos.

TESIS 7 - sobre nosotros y nosotras. parte II.
La Cooperativa de Carreros “La Esperanza”, nace hace 3 años, como un lugar donde nuclear a los carreros de la ciudad que estaban siendo perseguidos y hostigados por animalistas y policías. También para evitar que algunos delincuentes que hablaban y hablan en nombre de los carreros para llenarse los bolsillos, dejen de hacerlo. En el andar fueron surgiendo otras necesidades, y muchas, muchísimas propuestas y soluciones. Así, la cooperativa tiene hoy alrededor de 700 socios, en más de 25 barrios de la ciudad. Realiza campañas de vacunaciones a miles de caballos. Tiene un equipo jurídico al cual pertenezco, uno de administración y otro de salud animal con veterinarios matriculados. Realiza un fuerte trabajo de concientización contra el maltrato animal, y se exige a cada socio que tenga su caballo en buenas condiciones, es decir, bien alimentado, sin lastimaduras, y que no lo azote ni le haga hacer un esfuerzo mayor al que el bicho puede sin estar sobre-exigido. Hemos creado talleres con mecánicos propios para los carros, lo que redunda también en menos esfuerzo para el caballo. Tenemos un gimnasio para evitar las drogas que transas y policías vuelven accesibles a cualquiera de nuestros jóvenes. Hemos pintado los carros todos del mismo color para poder identificarlo, y si se observa que algún caballo perteneciente a la cooperativa está en mal estado, se le habla al compañero para que frene su caballo hasta ponerlo en condiciones y se le entrega otro en reemplazo para que su familia no pase hambre mientras el animal se recupera. Tenemos una chapa patente propia, y una libreta de anemia del animal. Con lucha y organización se han creado 220 puestos de trabajo al día de la fecha, todos relacionados con la limpieza de la ciudad. Somos parte de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores Urbanos. Tenemos un cuerpo de delegados consolidado, con representantes elegidos democráticamente en cada uno de los barrios donde está presente la cooperativa. Realizamos asambleas generales como mínimo una vez al mes. En la cooperativa no existe ningún cargo que no esté ocupado por carreros. Los abogados, contadores, carreros, veterinarias que trabajamos cobramos lo mismo. Cuando algún niño, niña o anciano se enferma se realizan adelantos para que los compañeros puedan atender la problemática. Cuando algún caballo muere o es secuestrado por el poder judicial se realizan rifas para poder aportar a la compra de un nuevo caballo para el compañero. Para el día del niño y la niña, con lo ahorrado por la cooperativa, se pudo entregar 500 pesos a cada delegado para festejar ese día en cada uno de los barrios junto a compañeros de organizaciones sociales y otros vecinos y vecinas (10mil pesos se destinaron este año al festejo). Ante cada caballo secuestrado hay un acompañamiento legal para recuperar lo sustraído injustamente. Es importante una aclaración: existe un criterio interno de la cooperativa que dice que sólo se defiende el caballo que se encuentra en buenas condiciones. En la cooperativa ni se ampara ni se defiende a quien no cuida como debe de su caballo. La mayoría de los carreros, siente un orgullo muy profundo, casi incomprensible para quienes no son trabajadores carreros, por tener el mejor caballo, más grandote, más fuerte, más veloz, más sano, mejor cuidado. Y hablan con desprecio y enojo de quien tiene el caballo en malas condiciones.
Esta experiencia de democracia de base, de solidaridad, de cuidado de la salud animal, es la que se ataca desde Sin Estribos, los gobiernos y el Estado (con su poder judicial y su policía). Esta experiencia organizativa ha hecho más por la salud animal que ninguno de los vociferantes defensores de animales. Esto somos nosotros y nosotras, y sabemos que vamos por mucho más, tenemos con qué, ya entendimos que sólo la unidad, la organización y la lucha es lo que garantiza y acrecienta nuestra dignidad como trabajadores que somos.

TESIS 8 – sobre las y los animalistas.
Los carreros no son todos iguales, hay una inmensa mayoría cuidadosos con sus compañeros caballos, laburantes honestos y esforzados, y hay, como en toda profesión o ámbito de vida, algunos que hacen las cosas realmente mal. Los animalistas tampoco son todos iguales, están quienes se esconden bajo el ropaje animalistas para perseguir a carreros y hacer sus negocios, pero nada dicen de Monsanto, de los malos gobiernos, del sistema productivo, social y económico que desprecia y asesina a los animales de modo sistemático, de los animales que se usan para diversión de los ricos, de las mascotas criadas como burdos reemplazos para adultos de la muñeca de la infancia. De las que nada dicen de la pobreza y la exclusión, sino que por el contrario la profundizan. De las que impulsan proyectos que rezan el “basta a la tracción a sangre”, pero festejan los carros manuales tirados por personas, como si los pobres no tuvieran sangre. Están estas animalistas que mancillan una filosofía de vida y una lucha que busca avanzar en la igualdad, fraternidad y libertad de todos los seres vivos. Y están otros animalistas. Que saben de democracia, que comprenden de la construcción de acuerdos desde el disenso. Que pueden ver un hermano no sólo en otra especie, sino también y sobre todo en la propia. Están los animalistas que saben que en la prohibición, persecución y coacción no se logra nunca nada bueno. Los que entienden que el ejercicio principal de la democracia no se hace con la policía de aliada, sino con la ronda, la escucha, la mano sincera, el trabajo conjunto. Los que supieron escuchar el llamado sincero de la cooperativa a que se sumen en la mejora de la salud animal, en el cuidado de los caballos, y demás mascotas de los barrios. Están por ejemplo Alejandra García y Leonardo Anselmi, reconocidos militantes de la causa animal que impulsaron y lograron la prohibición de las corridas de toros en Catalunya, quienes han colaborado en numerosas oportunidades con la cooperativa, comprendiendo la perspectiva y la situación. Están también las valientes compañeras y compañeros de Animal Soy y de Caballos Córdoba, que laburan codo a codo con la cooperativa, debiendo soportar los ataques constantes por parte de las animalistas de derecha, de las que rechazan la escucha y la solidaridad, las que apuestan a la prohibición y persecución estatal, en lugar de una lenta construcción cotidiana de concientización y mejora concreta de las condiciones integrales y armoniosas, tanto de los animales como de los seres humanos.
Volvemos a abrir las puertas a todos los y las defensoras de los derechos animales, a quienes profesan una filosofía de armonía e igualdad, a esas que libran esa honrosa y justa lucha, para que puedan trabajar junto a la cooperativa en mejorar las condiciones de cada uno de los caballos y las familias carreras. Pero sepan también que seremos cada vez más firmes con quienes intentan negarnos y borrar nuestra dignidad por medio de la prohibición y persecución. Nos defenderemos de quienes son arrogantes y altaneros ante los débiles, pero genuflexos y solícitos ante los poderosos. A nuestro trabajo y el pan de nuestras familias (que incluye al caballo) lo vamos a defender a como de lugar.

TESIS 9 – aproximaciones al silencio y vuelta al hacer.
Que la solución buscada por los de arriba para con nosotros y nosotras, sea la prohibición y coacción estatal, es la muestra máxima de arrogancia, despotismo, impunidad, egoísmo, intolerancia y cinismo con que se desenvuelve gran parte de nuestra paqueta y conservadora sociedad “civilizada”, y con que actúan los intereses conjuntos del Mercado y el Estado. Sobran las razones (y las sin-ellas también) que permiten comprender que el camino que se debe buscar tiene que ser otro, no la prohibición ni la acción punitiva del Estado. Allí no se encontrará más que nuevos y más profundos problemas. Sólo en la construcción democrática, sólo en el diálogo respetuoso de nuestros disensos, es donde se podrá avanzar en la solución de raíz de los problemas que no tienen que ver con la maldad intrínseca de ningún sujeto, ni tendencias conductuales de ninguna raza en particular sino, comprendemos nosotros y nosotras, en causas profundamente sociales, de clases.
Es por esta razón que desde la cooperativa de Carreros La Esperanza llamamos a la comprensión paciente para con la falta de conducta cívica y democrática de quienes integran Sin Estribos, sabemos que no es un problema de sujetos, son producto de las limitaciones que tienen quienes pertenecen a determinadas clases sociales que no pueden ver hacia abajo, no pueden comprender otras realidades. Es la historia de las clases altas y medias altas, es la historia de una clase social que nunca pudo comprender su propia historia nacional, y que siempre entendió que el horizonte es ser civilizados en el orden capitalista y racista eurocéntrico. No es nuevo. Nuestro pequeño recorrido expositivo así lo intenta expresar. Desde la cooperativa seguiremos abriendo las puertas a la colaboración para con quienes no pueden aún sentirnos como iguales, como hermanos. Insistiremos en la solidaridad entre humanos y entre especies para seguir construyendo una armonía que nos incluya. Lo que implica, entre otras cosas, plantarnos fuertemente en la defensa de nuestro trabajo, en nuestra dignidad humana, en el bienestar de nuestras familias.
Llamamos sí a organizarse y reclamar frente a un Estado Policial, siempre a la vuelta de la esquina de un nuevo genocidio, que intenta imponer un “orden y progreso” vinculado a lo estático, a lo aséptico, en fin, a lo inmóvil y muerto. No queremos este orden y progreso, si eso implica nuestra muerte, nuestra ausencia, nuestro silencio. A partir de ahora, la historia de la ciudad y de Nuestra América deberá contar con los pobres que deciden organizarse y echarse a andar por las callecitas urbanas para trabajar, para reclamar, para vivir en una ciudad que también es nuestra, aunque a muchos eso no les guste.

Esta fue nuestra palabra, gracias por la escucha. Nos volemos a nuestros barrios a seguir construyendo, nos vamos apostando a que se abran senderos de diálogo y entendimiento para construir una sociedad más justa, libre, digna e igualitaria, un mundo mejor para todas las especies, incluidos los humanos. Sepan ustedes que si es necesario otro Cordobazo para que nuestra voz resuene en los oídos de los poderosos, encontrarán uno a la vuelta de la esquina de cualquier amenaza a nuestro trabajo y dignidad.

¡Que vivan los carreros organizados!
¡Que vivan las trabajadoras y trabajadores que luchan por su dignidad!
¡Libres y dignos, jamás esclavos!

Sergio Job es abogado de la Cooperativa de Carreros “La Esperanza”, integrante del Colectivo de Investigación “El Llano en llamas” y militante del Movimiento Lucha y Dignidad en el Encuentro de Organizaciones de Córdoba.

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