Julio López
está desaparecido
hace 6402 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Alegatos en el caso Walter Bulacio
Por reenvío red eco alternativo - Friday, Oct. 18, 2013 at 5:38 PM

El 11 de octubre comenzó la etapa de alegatos en el juicio contra el ex comisario Miguel Ángel Espósito por el delito de privación ilegítima de la libertad de Walter Bulacio.

La querella, a cargo de María del Carmen Verdú e Ismael Jalil de Correpi, pidió seis años el máximo de pena que la acotada condición de este juicio permitía. En tanto la fiscalía solicitó dos años. El 24 de octubre, a las 11, será el turno del alegado de la defensa.
Reproducimos a continuación el comunicado de Correpi: “Con la presencia en la sala de Graciela Scavone, mamá de Walter, y sus hermanas Lorena y Tamara Bulacio, los compañeros María del Carmen Verdú e Ismael Jalil comprimieron, en poco más de dos horas, la historia de un expediente cuyo tiempo de tramitación, 22 años y medio, supera largamente los 17 años que tenía Walter cuando fue asesinado.
La multitud de compañeros que se acercaron a presenciar la audiencia superó ampliamente la pequeña capacidad, pero, aun así, los que pudieron ingresar eran una clara muestra de los distintos sectores históricamente comprometidos con la lucha antirrepresiva, y con la causa Bulacio en particular. Allí estuvieron los referentes de organizaciones compañeras, como el Movimiento Teresa Rodríguez; MTR 12 de Abril; Asambleas del Pueblo; TORRE; PRML-CUBa; Convergencia Socialista; Liga Socialista Revolucionaria; Organización de Trabajadores Revolucionarios; Partido Obrero; Tendencia Piquetera Revolucionaria; 29 de Mayo; HIJOS zona Oeste; Junta Interna del Garrahan; CeProDH; SITRAIC; Coordinadora Antirrepresiva Oeste; Corriente de Estudiantes del Pueblo; Sala Alberdi; APEMIA.
Junto a ellos, se apiñaban un grupo de profesores del colegio nacional Rivadavia, donde Walter cursaba 5º año, y, por supuesto, los compañeros de CORREPI, entre los que se destacaban los familiares de víctimas de la represión policial que eran la mayoría en la pequeña sala. Ellos son la prueba viviente de que el caso Bulacio no es un hecho del pasado, referido, como nos dicen desde el poder, a “cosas que ya no pasan”, y que no es un policía, es una institución, y que esa institución es el brazo armado del estado, dirigido por el gobierno de turno.
Junto a compañeras que llevan tanto tiempo, o más incluso, que la familia Bulacio en CORREPI, como Estela Rivero, cuyo hijo Peca fue asesinado por la bonaerense en 1989, por ejemplo, estaba Luis Guerra, papá de Matías, fusilado por un policía metropolitano este mismo año, junto a las familias de David Vivas y Javier Alarcón o de Carlitos Abregú, todos ellos asesinados en 2013.
Nuestros compañeros Jalil y Verdú reiteraron que este juicio, al que logramos llegar con la constante militancia que no permitió que se cerrara la causa como lo trató de hacer cada gobierno desde 1991, es la mejor muestra de lo que está dispuesto a hacer el estado, cualquiera sea el que lo administre, para defender sus políticas represivas. Denunciaron que a diario hay pibes como Walter presos sin razón alguna en una comisaría, levantados arbitrariamente con la averiguación de antecedentes, las faltas o contravenciones y las razzias, y sometidos a mecanismos igualmente arbitrarios, como el “procedimiento de entrega del menor”. Y que muchos de ellos, como Walter, no salen vivos de las comisarías.
Repitieron que hubiéramos preferido, aunque nos llevara otros veintipico de años, un juicio en serio, con todos los responsables materiales y políticos acusados por todos los crímenes cometidos el 19 y 20 de abril de 1991, y cerraron con el agradecimiento de CORREPI a todos los que, de mil maneras distintas, se comprometen a diario con la lucha antirrepresiva. Finalmente, pidieron el máximo de la pena que la acotada condición de este juicio nos permitía, 6 años de prisión para el comisario. Cuando terminaron, al cerrado aplauso lo siguió el grito histórico, Yo sabía que a Bulacio lo mató la policía, que se unió al que venía de la calle, donde esperaban centenares de compañeros tras la bandera con la misma consigna.
Ya afuera, y bajo la atenta mirada de los gendarmes, que tuvieron a su cargo el “operativo de prevención”, como si el color del uniforme nos hiciera alguna diferencia, hubo un acto en el que cada organización trajo su saludo y ratificó su compromiso con la lucha antirrepresiva. Cerró la hermanita de Walter, Tamara, que en nombre de su familia y de CORREPI agradeció el sostenido apoyo de todas las organizaciones y compañeros, y trajo el emocionado recuerdo de su abuela, nuestra compañera Mary, que no pudo estar presente porque su salud sigue delicada”.

agrega un comentario