Julio López
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Trabajo digno o trabajo K
Por Plenario Obrero y Popular - Tuesday, Oct. 29, 2013 at 1:33 PM
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El trabajo digno no aparece entre supuestos logros de la Dékada ganada, tal como la ha bautizado el Gobierno Nacional. Cabe preguntarse, entonces, ¿quién ganó? Se podría gastar mucha tinta escribiendo sobre los millones que han acumulado y siguen acumulando las grandes empresas tanto nacionales como transnacionales durante este periodo, pero basta con decir que han sido ellos los vencedores y no nosotros, los trabajadores.

Una de las mayores trampas que ha sabido tejer el Kirchnerismo es mostrar muchos de sus números de forma superficial, contraponiéndolos de forma permanente con los del Menemismo y no con las consignas históricas por las que ha sabido luchar tan valerosamente la clase obrera argentina. De tal forma, si en los noventa la desocupación había trepado en su peor momento a casi el 20 %, hoy la consigna oficial es trabajo a como dé lugar, y no trabajo en blanco, con salario digno igual a la canasta familiar medida por los trabajadores de base. Es decir, el Kirchnerismo nos ha hecho creer que habíamos caído en un pozo tan oscuro, que en la actualidad hay que conformarse con que el pozo este iluminado por un foquito de luz tenue. O lo que es lo mismo: el trabajo digno hoy seria digno porque no es el mismo que el del Menemismo. Sobre esta base, el Gobierno ha edificado su monumento de mentiras.
La cuestión es que hemos llegado a diez años de Gobierno K y los indicadores de trabajo en algunos sentidos no solo tienen rostro menemista, sino que en otros son un verdadero canto a la mano de obra contratada y tercerizada. Tal ha sido la política Kirchnerista, que con una Ley de Flexibilización Laboral, potenciada por ejemplo por la nueva ley ART, que continua intacta y más vigente que nunca, arribamos a un 2013 con un nivel de trabajo en negro que trepa a un 34, 5 %, unos puntos por arriba del 31 % que acusaba hacia 1991 el  “peor de los  pecados argentinos”: El Menemismo…
Asimismo, los porcentajes oficiales de desocupación difieren, en apariencia, de los que ostentaba la década noventista. Todo aquello que se dice haber avanzado son maniobras urdidas por el propio Kirchnerismo (un caso notable es el destrozo y posterior manipulación del INDEK) para encerrarnos en su populismo hambreador, maniobras que por cierto se vieron obligados a ejecutar producto del empuje de la  lucha del pueblo, que más de una gota de sangre dejó en el camino. La distorsión en las estadísticas ha cerrado el paso a la discusión de fenómenos que son centrales en la política oficial:

  • El trabajo contratado como política de Estado
  • Subempleo entendido como empleo
  • Parálisis del empleo en el sector privado
  • Menor capacidad adquisitiva del salario

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