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Balance y perspectivas tras las elecciones legislativas
Por ANRed -
Thursday, Oct. 31, 2013 at 2:46 AM
Miércoles 30 de octubre de 2013 | Franck Gaudichaud de Rebelión entrevistó a Claudio Katz y a Eduardo Lucita, integrantes del colectivo Economistas de Izquierda (EDI), quienes realizaron un balance sobre los comicios legislativos que tuvieron lugar en nuestro país. Del “retroceso del oficialismo” a “la aparición de un fuerte eje de sucesión derechista, el Frente Renovador”, pasando por la histórica elección a partidos de izquierda, “caudal ampliamente capitalizado por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT)”, ambos economistas analizan los resultados y las perspectivas surgidas a partir de los resultados del 27 de octubre.
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- ¿Cómo
evalúan el resultado de las recientes elecciones? - CK: Fue una elección sin sorpresas
porque las recientes primarias previas anticiparon el retroceso del
oficialismo y la imposibilidad de una re-reelección de Cristina. La
presidenta se ha quedado sin margen para definir la candidatura del próximo
presidente como hizo Lula con Dilma en Brasil. Sin embargo con el 32% de los
votos a nivel nacional sigue siendo la primera minoría y conservará el quórum
en las dos cámaras. Lo más importante es la aparición de un fuerte eje
de sucesión derechista, el Frente Renovador (FR), 43% de los votos
en la estratégica Provincia de de Buenos Aires (37% del padrón), encabezado
por un intendente del conurbano bonaerense, Sergio Massa, e integrado por un
amplio equipo de ex kirchneristas y sectores del Partido Justicialista (PJ)
y del sindicalismo tradicional. Al conseguir una distancia de 12 puntos sobre
el candidato del gobierno se proyecta a nivel nacional en la perspectiva del
recambio presidencial del 2015. EL: En el nuevo escenario surgido de las primarias el gobierno asumió
en los últimos meses buena parte de la agenda de la derecha, archivando
los slogans de confrontación de “elegir” y “profundizar el modelo”. Se sometió
a la conducción de su aliado derechista Daniel Scioli, asumiendo un discurso
de mano dura en el delicado tema de la seguridad, mientras silencia la connivencia
del aparato estatal con el narcotráfico. En el plano económico comenzó,
además, un viraje hacia el re-endeudamiento, con los pagos al CIADI,
acuerdos con el BM y el FMI. Veremos si es el prolegómeno del ajuste que demanda
la clase dominante o le traspasa este paquete al futuro presidente. Estas dos
alternativas dependerán de una elección estratégica. El kirchnerismo
puede remodelarse al interior del peronismo aceptando el giro conservador o
puede apostar a su propia construcción imaginando algún retorno futuro de Cristina.
Hasta ahora emite señales en las dos direcciones. - ¿Cómo ven el panorama en relación
al 2015? - CK: Es evidente que ya comenzó
en el Justicialismo la disputa por el 2015 entre Massa (FR) -un advenedizo
intendente- que reclutó a las principales líderes de la industria, los bancos
y el agro y Scioli, que exhibe credenciales de vicepresidente y gobernador.
Este se presenta como garante de una transición ordenada, muy apreciada por
el establishment, que no olvida el tormentoso fin de las administraciones de
Alfonsín, Menen y De la Rúa. - EL: También hay que observar cómo
intervendrá la derecha de Macri (Unión-PRO) en esas componendas, luego
de la consolidación que lograron en la Capital Federal ( 39% y casi un 8% a
nivel nacional), según que alianzas haga puede inclinar la balanza a favor de
una u otra variante del PJ. No hay que descartar a priori el papel que pueden
jugar los candidatos del pan-radicalismo, una suerte de centro-derecha
republicana, como Binner (socialista triunfó con el 42% en su provincia-Santa
Fe) y Cobos (radical, ganó con el 48% en la Prov. de Mendoza). Si finalmente
el peronismo se presentara dividido es muy posible el ballotage. La
elección del domingo ratificó este convulsivo escenario, con el novedoso ingrediente
de un gran avance de la izquierda anticapitalista. - Me interesa especialmente este
punto: ¿cuál fue la magnitud de ese avance y a qué obedece? - EL: Con los datos que conocemos hasta
ahora, los comicios cerraron hace unas diez horas, la izquierda sumada
tal vez alcance 1.400.000 votos. Este caudal fue ampliamente capitalizado
por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) que recogió
1.250.000. Hay que recordar que varias fuerzas previamente no pasaron las primarias.
Este gran salto fue preanunciado primero por el casi millón de votos que obtuvo
el FIT en las primarias e inmediatamente después por ciertas elecciones provinciales,
como Salta-Capital donde obtuvieron el 20%. En el medio hubo elecciones universitarias
en la UBA, allí el FIT también ratificó su ascenso, ganando en la mayoría de
los centros estudiantiles. La suma de votos que se ha logrado supera
ampliamente las importantes elecciones que hicieron en otros tiempos el Frente
del Pueblo (FREPU) y la Izquierda Unida (IU) -alianzas del MAS y el PC- o Autodeterminación
y Libertad (Luis Zamora). El resultado es que el FIT obtuvo tres diputados
nacionales, otros dos no ingresaron por muy poco, un diputado provincial y representantes
en siete legislaturas, pero es muy temprano para tener un cuadro definitivo.
Adicionalmente en la sureña provincia de Tierra del Fuego,
un enclave de la industria electrónica y electrodomestica, un dirigente
metalúrgico con pasado militante en la izquierda clasista, que se presentó
con partido propio como candidato de los trabajadores, logró el 22%
de los votos y la diputación nacional. - CK: Se ha registrado la mayor presencia
electoral de la izquierda desde el pre-peronismo, salta a la vista la importancia
de este dato y la consiguiente creación de un nuevo escenario con la izquierda.
Lo novedoso se ubica en el terreno electoral y no en la existencia de
la izquierda militante, que ha sabido mantener una significativa presencia
en el plano sindical y estudiantil en los momentos de mayor predominio político
del kirchnerismo. - EL: Debemos considerar otro factor
determinante del avance de la izquierda, como ha sido la abrupta erosión
de la centroizquierda anti-K que se diluyó en el Pan-radicalismo, o
la debilidad del progresismo más genuino que buscando ocupar
el espacio abandonado por la centroizquierda anti-K, no presentó objetivos más
radicales. Los que quisieron penalizar al gobierno desde una óptica progresista
sólo tuvieron como opción a la izquierda anticapitalista. - Sin embargo la izquierda se
presentó muchas veces a elecciones y nunca logró estos resultados… - CK: Ciertamente. Esta vez el
FIT hizo una campaña electoral centrada en demandas precisas (eliminación
del impuesto al salario, denuncia de Chevron, salario igual a la canasta familiar,
82% móvil para los jubilados…), que contrastó con el vago mensaje de
los partidos tradicionales, que apelaron a la felicidad, a la sonrisa
y a la familia, como si estuvieran vendiendo dentífrico. La izquierda
partidaria modificó sus viejas intervenciones en los comicios. No hicieron
eje en el gobierno de los trabajadores o en el cuestionamiento a los candidatos
patronales. Comprendieron que en un estudio de televisión no se habla igual
que en un mitin y que la involución socialdemócrata no transita por el uso de
la corbata. Incluso apelaron al voto útil, resaltando la necesidad de sentar
diputados en el Congreso junto al resto de las bancadas. Esta maduración hubiera
sido descalificada en otra época como una expresión de “parlamentarismo democratizante”. - EL: Hay que recordar también que
la construcción de figuras electorales es un largo proceso con poca
renovación y grandes oscilaciones. Esta persistencia ha premiado a Altamira
(FIT) y Zamora (AyL), cuya instalación pública fue potenciada además
por grandes hechos como las jornadas del 2001 o el asesinato del joven militante
Mariano Ferreyra. Los grandes medios cumplieron además un papel clave al no
hostilizar a la izquierda, puesto que apostaron a debilitar primero a su adversario
inmediato que es el kirchnerismo. Trabajaron a favor de las opciones derechistas
pero sin atacar a la izquierda. En un contexto de escasa movilización social
suspendieron coyunturalmente el típico mensaje despectivo o atemorizador,
que retomarán a pleno apenas resurjan los piquetes y movilizaciones. - ¿Este avance de la izquierda
quiebra el dominio político tradicional del peronismo? - CK: Es casi un 6% a nivel nacional,
con muy buenos resultados en zonas obreras y populares (por ejemplo en zona
petrolera del sur del país obtuvo el 15% de los votos). Yo creo que por el momento
erosiona ese dominio. La izquierda vuelve a despuntar en un contexto
de crisis peronista, repitiendo una constante de la historia argentina.
Se ha reabierto una oportunidad que puede consolidarse o diluirse. La izquierda
ya despuntó varias veces en el pasado y no pudo afianzarse como alternativa.
Lo consiguió en los años ‘70 con el clasismo y quedó neutralizada por el retorno
de Perón, lo repitió al final de la dictadura y quedó opacada por la avalancha
de Alfonsín, volvió a lograrlo a fines de los ‘80 con IU y el FREPU y se diluyó
en divisiones, irrumpió con fuerza después del 2001 y no pudo construir colectivamente. - EL: Agregaría a lo anterior que ahora
emerge una nueva generación buscando un canal de ruptura política y
no sólo sindical con el peronismo. Un dato muy promisorio ha sido la
primera intervención electoral significativa de la izquierda independiente,
que ha provocado un interesante y útil debate en sectores que comenzaron a superar
la paralizante tradición de autonomismo anti-electoral. - Pero en Rebelión hemos publicado
más de un documento donde ustedes han sido muy críticos del FIT ¿Mantienen esa
postura? - CK: Si, especialmente en tres planos.
La errónea caracterización del kirchnerismo como una suerte de continuidad del
menemismo (y consiguiente neutralidad ante los conflictos que lo enfrentaron
con la derecha y los grupos concentrados); la reducción de toda la izquierda
a un frente trotskista ortodoxo y la descalificación de los procesos radicales
de América Latina. Pero estas diferencias no nos impiden reconocer la
nueva realidad política que se está gestando en torno a la izquierda partidaria.
Este cambio obliga a deponer prejuicios y viejas rencillas y nos exige buscar
nuevos ejes de confluencia. Nos parece que el FIT debería abrirse más allá de
las organizaciones que actualmente lo componen y el resto de la izquierda debería
converger con esa apertura, a través de un proceso de mutua comprensión y aprendizaje. EL: Hay ya demasiadas evidencias, que en un proceso de politización creciente,
como viene pasando en nuestro país en los últimos años, hay que asumir
con la claridad un alianza explícita con la izquierda orgánica, aún
con las diferencias que indudablemente existen. En nuestro caso con banderas
latinoamericanistas, no sectarias y proponiendo desde este alineamiento un terreno
de acción común con el progresismo consecuente. CK: Me parece indispensable trabajar desde ahora en la preparación
de una candidatura común para el 2015. Gran parte de los votantes de
la izquierda comienzan a pensar: ¿Cómo sería un gobierno de este signo? ¿Qué
haría si ganan la presidencia? La respuesta a esa expectativa es un enlace estratégico
entre el acceso electoral al gobierno y la batalla por el poder, a partir de
un programa que debemos elaborar colectivamente. - EL: Precisamente desde el EDI ya
estamos preparando un Taller-debate sobre la situación económica que esperamos
desarrollar con toda la izquierda, para precisar el diagnóstico y las alternativas
en juego. - Finalmente: ¿Cómo puede este
impactar este resultado en las relaciones con Venezuela, Bolivia y Ecuador? - CK: Como ha sido una elección de
medio término que no modifica la presidencia, en lo inmediato no debería
traducirse en cambios significativos de la política exterior. Pero
debemos registrar el tono fuertemente anti-chavista que los medios y la oposición
derechista desplegaron durante la campaña electoral para fijar una agenda futura
de realineamiento con Estados Unidos. Dirigentes de la derecha y centro derecha
como Macri, Carrió y Binner apoyan abiertamente a Capriles y Scioli se inclina
hacia el mismo campo. La crítica a Venezuela es la forma de presión que ha elegido
el establishment para imponer un giro económico neoliberal. Fuente: Rebelión
Yo interpreto este importante voto a izquierda como un mandato de lucha.
Recibió ese caudal de apoyo frente a la intuición popular de un próximo ajuste
y la expectativa de lograr una defensa de los conquistas en la calle. Un sector
importante de la población no quiere, además, que la experiencia kirchnerista
termine en un giro pendular hacia la derecha. Hay un cambio en los niveles
de conciencia que particularmente se verifica en el interior. Durante
décadas la única posibilidad de la izquierda era colocar un diputado por la
Capital o por Prov. de Buenos Aires (regiones de mayor politización), ahora
se ha extendido esa pretensión al interior (por lo general más conservador),
dónde los vínculos entre el gobierno y las oligarquías provinciales han sido
muy estrechos. Allí el kirchnerismo no es la expresión de sectores más progres
(como los intelectuales de Carta Abierta o el programa de la TV oficial 6, 7,
8), sino de gobernadores conservadores y del justicialismo ortodoxo.
De todas formas, en mi opinión personal, considero hay una carencia en el discurso
de la izquierda y es que está ausente una crítica antisistema.
Nuestra participación en el marco institucional no es solo un problema de levantar
reivindicaciones sentidas por los sectores obreros y populares, sino también
utilizar esas instancias para hacer docencia, para explicar que la principal
traba para erradicar los males que el capitalismo nos produce, es el propio
sistema del capital.
Ciertamente que las generalizaciones son insuficientes. Debemos precisar nuestro
camino para resolver los problemas del país, con medidas precisas en los delicados
problemas de la deuda, los impuestos, el control de precios, las nacionalizaciones,
el petróleo, el manejo del control de cambios.
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