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“A partir del río Salado, era un hervidero de tolderías y jinetes”
Por Agassaganup o Zobá - Monday, Nov. 11, 2013 at 2:23 PM

El periodista y escritor Adrián Moyano destaca que hasta fines del siglo XIX una gran parte de la provincia de Buenos Aires, junto a importantes regiones de Córdoba, Mendoza y San Luis, eran como un país aparte y que antes de la “operación política” de Mitre, Sarmiento, Avellaneda y Roca, “el argentino medio no pensaba que esas tierras eran suyas”. En su nuevo libro “Komutüam: descolonizar la historia mapuche en Patagonia”, Moyano cuestiona la idea de que los mapuche vinieron desde Chile y que “exterminaron” a los tehuelche, y por el contrario, menciona la existencia de experiencias políticas interculturales entre ambos pueblos.

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Foto:  Newen Antv
Foto: Newen Antv

El término Komutüam significa, en mapunzungun “mirar hacia adentro para, o mirar con agrado para, y va en coordinación con el resto de la frase, los dos sentidos pueden ser posibles” explicó Adrián al inicio de la charla, para dejar en claro cual era el sentido de esta nueva propuesta de revisionismo histórico del pueblo mapuche.

“Con el ánimo de contribuir a una descolonización política, económica, social y cultural, uno aporta a una discusión desde la historia”, dijo Adrián Moyano, periodista vecino de Bariloche. A lo largo de 10 capítulos, cuestiona el relato histórico que hoy tiene plena vigencia, y que “sostiene desde el plano intelectual, desde el plano de las ciencias sociales, la dominación colonial que todavía sufre el pueblo mapuche respecto de la República Argentina y del Estado Chileno”.

Moyano citó al franco-argelino Frantz Fanon, quien a pesar de fallecer con sólo 36 años en 1961, fue uno de los principales referentes intelectuales de los movimientos de liberación anticolonialista de las últimas décadas. “Fanon en ‘Condenados de la tierra’, decía: cuando la potencia colonial (se refería a Francia) escribe la historia, es la suya la que está escribiendo, en desmedro de otras historias que quedan subalternas”. En Argentina, esto se aplica “a los pueblos que perdieron su autodeterminación y libertad después de finiquitada la Campaña del Desierto”, alegó Adrián.

Mucha y profunda información nos brindó este escritor en la entrevista realizada por FM Fribuay el 29 de octubre, días antes de presentar su último libro en el Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. Adrián dejó definiciones muy claras para contextualizar cómo era la situación de la “Argentina” con buena parte de los pueblos originarios durante el siglo XIX y planteó que la Argentina no tiene 200 años.

“Buena parte de la actual provincia de Buenos Aires, permanecía afuera de la jurisdicción que efectivamente habían heredado las Provincias Unidas del Río de la Plata respecto del Virreinato”, explicó. “A partir del río Salado, que queda a 180 o 200 kilómetros de Buenos Aires Capital, las expediciones criollas o españolas que se aventuraban más allá de ese curso de agua, se encontraban con prácticamente un hervidero de tolderías y de columnas de jinetes que viajaban de aquí para allá, ignorando cualquier jurisdicción administrativa posterior. Esto de dividir Buenos Aires de La Pampa obviamente es una creación bastante reciente”, aseveró certeramente el periodista.

“Durante mucho tiempo, la población más austral criolla fue Carmen de Patagones, que hasta 1870 y algo, tenía tres mil habitantes, y después más al sur, las colonias galesas en el valle inferior del río Chubut”, detalló.

“El resto era, inclusive aparece representado en los libros de textos de hasta 1870 y algo, como un país aparte. Se reconocía que fuera de la línea de frontera (que pasaba por el sur de Santa Fe, sur de Córdoba, centro de San Luis, y centro de Mendoza), era un país ajeno a la soberanía de la República Argentina”, explicó Moyano.

“Esta idea de que Pampa y Patagonia eran cercenados a la Argentina por unas hordas salvajes es el resultado de una operación política justamente instrumentada por Mitre, Sarmiento, Avellaneda y que coronó Roca. Antes de esa operación política, el argentino medio no pensaba que esas tierras eran suyas”.

Sobre los objetivos que pretende cumplir esta nueva publicación, Moyano mencionó: “Uno de los cometidos del libro es desnaturalizar esta cosa que de tan obvia de deja de ver y reflexionar: esta relación colonial, no es asunto de los Reyes Españoles, de los Reyes Católicos, o de los Virreynatos. A diferencia de los pueblos que están más al norte, fue la República Argentina la que, genocidio mediante, estableció esta relación de sujeción”.

Luego agregó: “El proyecto político que se hace del Estado hacia 1860, cuando es derrotada la resistencia de los federales del interior, después de Pavón, después de las últimas montoneras del Chacho Peñaloza y de Felipe Varela, es el que concibe que, para construir el Estado, hace falta incorporar territorialmente lo que se llama en la actualidad Pampa y Patagonia. Digo actualmente porque en términos estrictos, mapuches y tehuelches nunca vivieron en Patagonia. Es la denominación que intentó imponer el conquistador español primero y el conquistador argentino después. O sea, la configuración geopolítica del territorio que mapuches y tehuelches tenían y tienen no era Patagonia, ni siquiera la denominación”. “El mapuche se refiere a su territorio depende donde esté como Lafkenmapu, Inapiremapu y demás”.

ARGUMENTOS DE LA COLONIZACIÓN QUE PERSISTE

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En la actualidad continúan firmes y latentes afirmaciones que sostienen la extranjerización de ciertos pueblos originarios. Al respecto, Moyano afirmó: “Hay un relato histórico que sirvió para construir la colonización a fines del siglo XIX que todavía en Patagonia está muy vigente, que básicamente asevera dos o tres cositas que no son inocentes. Por ejemplo, que los mapuche vinieron de Chile, y ese argumento implica estamparle una suerte de extranjería, lo que implica en la práctica desconocerle sus derechos territoriales en la actualidad”.

“Después, por otro lado se suele afirmar en los lugares donde yo vivo que los mapuche exterminaron a los tehuelches y hay pruebas e investigaciones, a partir de leer de otra manera las mismas crónicas tradicionales, para concluir que en realidad los mapuche y los tehuelches convivieron durante mucho tiempo y realizaron experiencias políticas muy intensas, económicas sociales y culturales, hasta antes de la Campaña del Desierto. Así que, si fuera verdad (y no es verdad, anticipo), que los tehuelches están extintos fue el Estado argentino el responsable y no el pueblo mapuche”, relató el escritor.

Por último, aclaró: “ (Hay) una discusión más de pago chico, de Río Negro y de Chubut, se suele afirmar desde los historiadores de la región, la corriente de la historia regional, que recién hubo mapuche al sur del río Limay después de la Campaña del Desierto, lo que también es arbitrario, porque ubicar una frontera sobre el río Limay de manera infranqueable es un artilugio. Desde ya las fronteras estatales entre Chile y Argentina, son una invención relativamente tardías, de fines del siglo XIX y más aún los límites provinciales. Esa manera de configurar el territorio es posterior a la Campaña del Desierto, posterior a la Conquista. Una lectura crítica de las fuentes permite concluir presencia mapuche al sur del Río Limay por lo menos a fines del siglo XVIII, así que, esa aseveración también es discutible”.

“Aquel que dice que los mapuche vinieron de Chile lo está afirmando o escribiendo desde la historia de la potencia metropolitana, en desmedro del pueblo subalterno que en este caso es el pueblo mapuche. No se puede aplicar lógicas estatales a la hora de querer narrar o reconstruir la historia de pueblos que nunca construyeron Estados. A diferencia de otros pueblos indígenas más al norte del continente, de sudamérica o de centroamérica, que sí construyeron formaciones políticas similares a Estados, el pueblo mapuche nunca conoció la centralización política, siempre se organizó de manera tal de evitar las concentraciones de poder y a partir de lo que se denomina la política de los parientes o de intercambio entre integrantes de linajes. Nunca construyó una centralización política comparable al Estado, entonces mal se puede hablar de fronteras en el sentido político”.

CERCANÍAS Y CONTINUIDADES

En el último tiempo, a través del trabajo sostenido de algunas personas, se ha logrado comenzar a  mostrar las prácticas genocidas del Estado argentino, que planteaban la superioridad del “blanco” sobre el “indio”. Éstos eran considerados simples objetos de intercambio: “Yo he conocido abuelitas que habían escuchado el relato de muy chiquitas (por parte) de sus papás que habían sobrevivido a la Campaña, o sobre sus familiares que habían fallecido en las largas marchas de la muerte que se instrumentaron después de presentado los lonkos o después de formuladas las capitulaciones”, relató Adrián Moyano.

“Si bien yo creo que hemos avanzado bastante en los últimos 15, 20 años, yo no encontraría demasiadas diferencias entre gobiernos y sociedad en general, por lo menos donde a mi me toca vivir. Yo vivo en Bariloche y básicamente la zona que recorro es la de la Cordillera; la costa patagónica de Chubut o de Santa Cruz me resultan bastante lejanas. Donde yo vivo, donde la prioridad está puesta a ver en qué tan exitosa o no viene la temporada de invierno o la de verano, obviamente estas son cuestiones muy secundarias para la agenda política y de la sociedad en general”, aseguró Moyano.

La disputa de este sentido en el ámbito educativo, fue otro de los temas conversados con Adrián Moyano. En ese sentido, el periodista puso de relieve “la labor que están haciendo las organizaciones mapuche, donde hay muchos y muchas docentes insertas en el sistema de la educación pública, que en su cotidianeidad, en un combate muy desigual, tratan de remontar décadas de silenciamiento, no visibilización y hasta de racismo”.

Con respecto al rol de “Komütuam: descolonizar la historia mapuche en Patagonia” dentro del ámbito de la educación, expresó: “sinceramente mi libro es un granito de arena en un infinito desierto. Yo creo que hay que dar la pelea en cada ámbito (la salud, la educación, el periodismo) donde se construye sentido común y se desarrollan relaciones interculturales. Evidentemente estamos mejor, yo creo que el punto de inflexión fue 1992 cuando se quisieron celebrar los 500 años del “descubrimiento” de América. De ahí en adelante se están multiplicando estos discursos, las revisiones, las obras polémicas inclusive a nivel académico y universitario, pero falta muchísimo y uno choca con incomprensión y racismo en forma cotidiana”, concluyó el periodista, que desde hace casi dos décadas acompaña incansablemente la lucha del Pueblo Mapuche en Puelmapu.


Agassaganup O Zobá (“La luna los hará arrepentir” en idioma querandí, una de las lenguas originarias del Río de la Plata)
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