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Víctima mató al marido y discuten si va a juicio
Por Rio Negro -
Wednesday, Nov. 20, 2013 at 2:32 PM
NEUQUÉN (AN).- Gabriela Quidel conoció a Eduardo Huenufil cuando tenía 8 años. A los 11 se fueron a vivir juntos. La madre de ella se opuso porque era muy chica, y Huenufil la espantó con un arma de fuego, como quien defiende una cosa de su propiedad. A los 15 Gabriela quedó embarazada por primera vez, y tres años más tarde ya era conocida en el área de atención a la víctima por las palizas que le daba su pareja. Además de pegarle y abusar sexualmente de ella, una vez la dejó encerrada y prendió fuego la casa. Gabriela no soportaba esa vida y trató de suicidarse con veneno para ratas. Era inútil que intentara alejarse: una vez Huenufil la fue a buscar al hogar Malén, donde estaba refugiada, y se la llevó a punta de cuchillo.
El 10 de setiembre pasado, a la tardecita, los vecinos de la toma 2 de Mayo los vieron discutir otra vez a los gritos por la calle. Ella llevaba a su segunda hija en brazos y al mayorcito de la mano; él la perseguía insultándola y enarbolando un cuchillo. Nadie se metió, como suele pasar, y para cuando lo hicieron fue tarde: Huenufil estaba tirado con una puñalada en el pecho.
Ahora el juez Cristian Piana debe definir si el crimen ocurrió en una gresca en la que ambos contendientes estaban en igualdad de condiciones, como postula el fiscal Horacio Maitini, o si Gabriela (de 23 años) mató a su pareja (de 26) para defenderse, como dice la defensora Ivana Dal Bianco. De la decisión del juez depende que se realice o no un juicio oral en el que Gabriela podría ser condenada a prisión perpetua por homicidio calificado.
"Qué paradoja -planteó la defensora-; el Estado que no le dio una respuesta oportuna a Gabriela y a sus hijos ahora pretende por medio de la fiscalía resolver la situación pidiendo llevar a juicio a la joven víctima". El fiscal Maitini, quien pidió que la causa vaya a juicio oral, aclaró que no es "ajeno a la problemática de violencia crónica vivenciada por la imputada". No obstante consideró que "esto sólo derivó en cierto debilitamiento de sus frenos inhibitorios y de una mayor dificultad de controlar sus acciones". En consecuencia, no encontró "ninguna causa de justificación o inculpabilidad".
Para Dal Bianco, la visión del fiscal "sólo es comprensible en quienes naturalizan la violencia hacia las mujeres". "Huenufil tenía un cuchillo con el que la amenazó y ella logró quitarle. Fue un claro caso de legítima defensa, precedido por 12 años de golpes y ataques de todo tipo, no de una gresca ni de un homicidio calificado como pretende la fiscalía", agregó, calificando de "increíble" la "absoluta ignorancia que evidencia el requerimiento fiscal respecto de la temática de la violencia de género".