Julio López
está desaparecido
hace 6422 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Ocupación narco en Chacarita: “Las fuerzas de seguridad defendieron a los ocupantes”
Por Cooperativa La Brújula - Thursday, Nov. 21, 2013 at 1:42 PM

Miércoles, 20 Noviembre 2013 | La semana pasada fue tomado un comedor del barrio de Chacarita de la Ciudad de Buenos Aires, sostenido por la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Después de varias horas de negociación los ocupantes abandonaron el predio. En la última emisión de Bárbaros Universidad, Julia Rosales, integrante de la organización piquetera denunció que los responsables fueron vecinos de la zona que buscan usurpar terrenos para venderlos y también están vinculados a sectores que distribuyen droga.

Ocupación narco en C...
6faf95a407946923d692f4ddda792716_l.jpg, image/jpeg, 600x400

El pasado miércoles 13, un grupo de personas del asentamiento El Playón, ubicado en el  barrio porteño de Chacarita tomaron por asalto el comedor “La Esperanza”. Allí, la Corriente Clasista y Combativa desde hace once años les da de comer a 500 niños. Ese día tras varias horas de negociación, se llevó a cabo el desalojo por parte de la Policía Federal en presencia del Secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni. El funcionario precisó que la situación legal de los intrusos será resuelta por el juez federal Norberto Oyarbide. En la última emisión de Bárbaros Universidad, Julia Rosales de la CCC  relató cómo se llevaron a acabo los hechos durante las 20 horas que duró la ocupación del comedor. Además, adelantó la conferencia de prensa que se llevó a cabo el pasado lunes 18, en la cual la organización denunciaron que los responsables fueron vecinos de la zona que buscan usurpar terrenos para venderlos y también están vinculados a sectores que distribuyen droga.

¿Cómo comenzó la ocupación? ¿Ustedes conocen a la gente que la protagonizó?
- A las  2 de la mañana  un grupo de patoteros de más o menos veinte personas, instigados por gente que distribuye droga en el barrio y que participó también de la toma, coparon el comedo. Se enfrentaron con todos nuestros compañeros que fueron a impedirlo, les rompieron la cabeza.  A un chico de trece años lo mandaron al hospital con un coagulo y también  a mujeres les han pegado. Tras una hora de discusión decidieron irse, pero a la media hora, mas o menos a las 3 de la mañana cae la policía diciendo que se iban a hacer cargo y que nos fuéramos a casa, que estaba todo tranqui. Pero detrás de ellos, entraron de vuelta y luego de  eso la policía dijo no podían hacer nada hasta que no venga el juez y  que no sabían si los iban a poder desalojar porque “es gente pobre”.
Esto fue a las 4 de la mañana. En ese momento nos agarró una indignación terrible, empezamos a correr por las casas de los vecinos, golpeamos las puertas. A las 6 aparece el comisario, desalojando al subcomisario junto a todos estos tipos adentro. Nos dijo “quédense tranquilos, yo me hago cargo de la situación, los vamos a sacar de a uno. No hagan tanto lío, esto se va resolver pacíficamente”. Pero, a la 1 del mediodía del día siguiente seguían adentro, entraban y salían como querían; por una puerta trasera los parientes de ellos les entregaban comida, agua, etcétera.
Hacían lo que querían con nuestro comedor y la desesperación nos llevó a convocar a la gente de la CCC de todos los barrios, a los legisladores, a los comuneros. Nos concentramos en la puerta del galpón  para intimarlos a que desalojen. A esa hora, estos tipos salieron del comedor con puntas, con fierros, con revólveres y comenzaron a golpear a nuestros compañeros y la toda gente que estaba ahí empezó a  correr. Después, empieza a caer la policía en grandes cantidades, como 50 efectivos en total. Pero se pusieron en la puerta evitando que nosotros entráramos, protegiendo a esta gente. Entonces, nuestra desesperación fue en aumento pero también nuestra fuerza fue en aumento. Nos fuimos  a cortar la calle y convocamos a otras organizaciones, comuneros del barrio, legisladores para que nos apoyen. Los vecinos estaban indignadísimos. Después vino la Guardia de Infantería que se apostó frente al comedor en el medio del pasillo y comenzó a arrojarnos gases vomitivos a nosotros, protegiendo a los ocupantes

 Y cómo fue la intervención de Sergio Berni en  el conflicto…
- A la media hora me llama Sergio Berni y me dice “esto se va para mayores, desalojen todo, nosotros los vamos a sacar a esa pobre gente que necesita habitación para vivir”. Yo  le dije que no era así, que todos tienen casa, que nosotros los conocemos del barrio y que lo que querían hacer era desguazar el comedor, que es un galpón, para vender las partes. Ya lo han hecho con otros galpones, nosotros los conocemos bien. Berni me dijo que era una insensible que no entendía lo que era el hambre. Yo le contesté “vos nos entenderás lo que es el hambre, nosotros si porque hace once años que le estamos dando de comer a chicos que los vimos crecer y desarrollarse con nosotros, que a los 8 ó 9 años los ves flaquitos, como zombies por el paco”. Después de eso me dijo “vos me tenés que prometer que ustedes se van a ir. Nosotros vamos a resolver la situación”. Yo le dije que no le iba a prometer nada si él no nos prometía sacar a esa gente de nuestro comedor.
Fue un tire y afloje, hasta que llamó a un Jefe de Seguridad por encima de la comisaría. Nosotros seguimos concentrados en la esquina, eran ya las 9 de la noche cuando compañeros nuestros junto con legisladores y comuneros se fueron a hablarles a la gente que estaba allí adentro. Les dijimos que “nosotros los vamos a apoyar si quieren viviendas, pero esto es un comedor, un bien común de todos, sus hijos comen acá”. Ahí se comprometieron a dejar el lugar si venía alguien del gobierno a tomarles nota de sus necesidades. Así pasó y ellos se retiraron, pero no gracias a Berni, no gracias las fuerzas de seguridad, ni nada por el estilo sino gracias a nuestra lucha y a nuestra gestión. Porque ellos defendían a los otros, eso fue lo que nos indignó tanto. Y fue también lo que hizo que los vecinos de barrio nos apoyaran, muchos tenían miedo. Y seguimos teniendo miedo, porque después nos dieron la llave del comedor, lo abrimos para darle a de comer a los chicos y empezaron a bardear a nuestros compañeros, a deciles que les iban a quemar la casa. Pero ahora, la situación está bastante tranquila. Nosotros no nos metemos con ellos, la lucha de ese sector no es nuestra lucha. Esa lucha la tiene que librar el Estado. No estamos solos, somos una organización va a pelearla. Se ve que entendieron y por eso se retiraron.

 Sobre los rumores que salieron a desmentir acerca de que los ocupantes era “narcos” ¿Qué información manejan?, ¿qué creen que motivó esta situación?
- Lo que estos tipos querían era ocupar el lugar para venderlo. En el barrio una pieza de 3 por 3 metros sale de 1000 a 1500 pesos alquilarla. Cualquiera quiere construir en un galpón de 17 por 47 metros, que es media cuadra. ¿Te imaginas cuántas piezas se pueden hacer ahí?

Ustedes creen que los conocen…
- Por supuesto, viven en el barrio. Incluso ayer estuve hablando con ellos. Aducen que ellos estaban acompañando a la gente que necesitaba casa, que no eran los instigadores. Hace 10 años nosotros entramos a este playón que es parte del viejo Ferrocarril Urquiza que quedó abandonado en los 90. En el 2001, había galpones abandonados absolutamente vacíos; cuando nosotros tomamos este galpón, era un descampado, no había nadie que viviera allí. La gente salía de las pensiones porque le salía muy caro el alquiler y se construía un ranchito en el playón. Así es como fue creciendo, primero  había 60 familias, ahora hay 1500. Ahora crece para arriba, porque son tres manzanas nada más, no hay lugar para crecer más. Entonces por eso decidieron tomar el galpón.
Por otra parte, nosotros sabemos cómo los chicos nuestros se deterioran. Hay gente que les dice a las mamás de esos chicos “vení conmigo, vas a vender, vas a estar mejor”. Al principio tienen plata, les compran pilchas a los chicos, se compran pilchas ellas y después empiezan a deteriorarse y ya no pueden salir. Después entran a sus casas las sustancias para consumir, se mudan a otros lugares. Eso fue lo que pasó con algunas personas que nos ayudaron al principio y ahora estaban en la toma.

 ¿Ustedes habían tenido algún antecedente sobre este tipo de conflictos?
- No. Qué problema podíamos tener. Por el contrario, nosotros peleamos por la comida, porque el Gobierno de la Ciudad lo único que nos da son los alimentos pero no tenemos mesas, ni sillas. Tuvimos que hacer una colecta para  comprar un freezer  y una cocina y para pagar las garrafas todos los días. Conflictos no tenemos, al revés, la gente está contenta con la comida.

¿Cuántos chicos van al comedor?
- Hay 500 raciones. Pero no son solo 500 los que necesitan, son 1000 quizás. A veces les damos a los de hasta diez años pero capaz los trece también hambre pero no les podemos dar porque es hasta doce.

agrega un comentario